Otro Silen­cio

ANOTHER SILEN­CE.Fran­cia-Cana­dá-Argen­ti­na-Bra­sil, 2011. Un film de San­tia­go Ami­go­re­na. Elen­co: Marie-Josée Cro­ze, Igna­cio Rogers, Tony Nardi

OTRO SILENCIO

El direc­tor argen­tino San­tia­go Ami­go­re­na ofre­ce un thri­ller evo­ca­ti­vo abor­dan­do el tema de la ven­gan­za per­so­nal don­de pre­do­mi­na más la atmós­fe­ra crea­da antes que la acción pro­pia­men­te dicha. 

La actriz cana­dien­se Marie-Josée Cro­ze (en la foto) inter­pre­ta a Marie, una ofi­cial de poli­cía esta­ble­ci­da en Toron­to. Las pri­me­ras esce­nas de fami­lia con su mari­do Joshua (Benz Antoi­ne) y Nick (Aaron Parry), el hijo de ambos, impi­den pre­sa­giar la tra­ge­dia que sobre­ven­drá al poco tiem­po. Eso ocu­rre cuan­do el padre y el niño son ame­tra­lla­dos des­de un coche que detie­ne su mar­cha fren­te a un semá­fo­ro rojo. De allí en más, la viu­da adop­ta­rá la fir­me acti­tud de tra­tar de iden­ti­fi­car a los res­pon­sa­bles de la masacre. 

Ape­lan­do al uso de la fuer­za, Marie obtie­ne de un hom­bre (Luis Oli­va) de Toron­to los datos sobre el ase­sino que resul­ta ser Pabli­to (Igna­cio Rogers), un joven argen­tino de 20 años y sobrino de un tra­fi­can­te de dro­gas a quien ella había arres­ta­do un año atrás y que se vio for­za­do a come­ter el cri­men. De allí en más y con una sed de ven­gan­za a toda prue­ba Marie via­ja a Argen­ti­na para loca­li­zar al criminal. 

De algu­na mane­ra, la his­to­ria difie­re de otras vin­cu­la­das con la cace­ría de un cri­mi­nal por­que pre­do­mi­na un rit­mo resul­ta dema­sia­do len­to que ate­núa en gran par­te el sus­pen­so nece­sa­rio con­tri­bu­yen­do a que el inte­rés se dilu­ya mucho antes de que se pro­duz­ca el enfren­ta­mien­to final. 

La actua­ción de Cro­ze es muy bue­na, a pesar de que su per­so­na­je no está muy bien deli­nea­do por el guión; ella brin­da las carac­te­rís­ti­cas pro­pias de una típi­ca heroí­na de pelí­cu­las del oes­te en el peri­plo que la lle­va has­ta las ári­das regio­nes del nor­te argen­tino en la fron­te­ra con Boli­via para dar con el ase­sino. La ambien­ta­ción es de pri­mer nivel en gran par­te debi­do a la nota­ble foto­gra­fía de Lucio Bone­lli. Jor­ge Gut­man