Un Tri­bu­to Al Amor

AMOUR. Aus­tria-Fran­cia-Ale­ma­nia, 2012. Direc­ción: Michael Hane­ke. Dis­tri­bu­ción: Sony Pic­tu­res Home Enter­tain­ment (2013) 

Jean-Louis Trintignant y Emanuelle Riva

Jean-Louis Trin­tig­nant y Emma­nue­lle Riva

El direc­tor aus­tría­co Michael Hane­ke cuya fil­mo­gra­fía has­ta el pre­sen­te se ha carac­te­ri­za­do por un cine que enfa­ti­za la vio­len­cia de lo coti­diano con dife­ren­tes mati­ces, retor­na con una pelí­cu­la com­ple­ta­men­te dife­ren­te que sin duda cons­ti­tu­ye su crea­ción más bella y con­mo­ve­do­ra. No son muchas las veces que la cine­ma­to­gra­fía abor­da el amor en la vejez y si bien hubo un logra­do acier­to en el film japo­nés Tok­yo Story (1953), Hane­ke incur­sio­na en Amour en una temá­ti­ca pare­ci­da, hacién­do­lo con máxi­ma suti­le­za, sobrie­dad y refi­na­mien­to. Para ello ha con­ta­do con la valio­sí­si­ma cola­bo­ra­ción de dos leyen­das vivien­tes del cine fran­cés como lo son Jean-Louis Tring­ti­nant y Emma­nue­lle Riva. 

Como su títu­lo lo indi­ca, el film cuen­ta una his­to­ria que refle­ja la emo­ción del amor en toda la dimen­sión y rique­za que este sen­ti­mien­to pue­de pro­du­cir a tra­vés de un sin­ce­ro y pro­fun­do afec­to, bon­dad, com­pren­sión y com­pa­sión que dos seres expe­ri­men­tan en for­ma recí­pro­ca el uno hacia el otro. Eso es lo que se ve refle­ja­do en el anciano matri­mo­nio de cla­se media que Hane­ke ilus­tra mara­vi­llo­sa­men­te en las per­so­nas de Geor­ge (Trin­tig­nant) y Anne (Riva). 

Con una pues­ta en esce­na remar­ca­ble, es posi­ble que el film pue­da inco­mo­dar a algu­nos espec­ta­do­res, pero nun­ca le ten­de­rá la tram­pa del sen­ti­men­ta­lis­mo bara­to o de caer en el faci­lis­mo melo­dra­má­ti­co, a pesar de que cada esce­na pene­tra hon­da­men­te por su fuer­za emo­cio­nal. Como en todos sus fil­mes, el rea­li­za­dor desa­rro­lla la acción comen­zán­do­la en for­ma apa­ci­ble y tran­qui­la; así se apre­cia a Geor­ge y Anne, dos pro­fe­so­res de músi­ca reti­ra­dos des­de hace tiem­po, asis­tien­do a un con­cier­to en el Théâ­tre des Champs-Ely­sées de París don­de el solis­ta es uno de sus ex alum­nos. Cuan­do retor­nan al depar­ta­men­to en que habi­tan rodea­dos de un gran piano, libros, dis­cos, cua­dros y otros deta­lles que des­ti­lan cul­tu­ra y cali­dez, pode­mos con­tem­plar cómo Geor­ge miran­do fija­men­te a Anne le mani­fies­ta lo boni­ta que la encuen­tra, como un ges­to de pro­fun­do cari­ño hacia ella des­pués de una con­vi­ven­cia en común de 60 años. Pron­ta­men­te, a la maña­na siguien­te Anne expe­ri­men­ta cier­tos ges­tos de extra­vío como sín­to­mas de una embo­lia; des­pués de una pri­me­ra ope­ra­ción a la que es some­ti­da, que­da par­cial­men­te para­li­za­da, debien­do movi­li­zar­se con una silla de rue­das. De aquí en más su cuer­po va sufrien­do una len­ta y pro­gre­si­va deca­den­cia que pone a prue­ba el amor incon­men­su­ra­ble que une al matri­mo­nio en la for­ma cómo Geor­ge se preo­cu­pa al máxi­mo para asis­tir a su que­ri­da espo­sa. Cuan­do su situa­ción se agra­va des­pués de otro derra­me cere­bral, la aten­ción de su mari­do pro­si­gue inten­sa­men­te, ya no solo para ali­men­tar­la sino tam­bién ten­dién­do­le su valio­sa ayu­da en el cuar­to de baño y en la cama; tarea, como se pue­de apre­ciar se tra­ta de una tarea nada sen­ci­lla tenien­do en cuen­ta que Geor­ge res­pe­ta los deseos de Anne en no que­rer retor­nar al hos­pi­tal y ade­más rea­li­za todos los esfuer­zos posi­bles para que su mujer con­ser­ve intac­ta su dig­ni­dad. 

En lo que cons­ti­tu­ye una ver­da­de­ra pie­za de cáma­ra, con excep­ción de las pri­me­ras secuen­cias el film no se apar­ta del gran depar­ta­men­to como esce­na­rio exclu­si­vo y prác­ti­ca­men­te tie­ne a la pare­ja como los úni­cos per­so­na­jes en la mayor par­te de su desarrollo.

Si el esce­na­rio resul­ta un tan­to opre­si­vo, Trin­tig­nant y Riva lo ilu­mi­nan per­ma­nen­te­men­te a tra­vés de inter­pre­ta­cio­nes anto­ló­gi­cas, en don­de uno no los ve como acto­res sino como per­so­na­jes ver­da­de­ros que actúan con la mayor natu­ra­li­dad sin repa­rar que hay una cáma­ra por detrás que los está fil­man­do. Debe des­ta­car­se tam­bién la bre­ve par­ti­ci­pa­ción de Isa­be­lle Hup­pert como la dis­tan­te hija del matri­mo­nio que efec­túa algu­nas visi­tas for­ma­les a sus padres y que por estar dema­sia­do invo­lu­cra­da con su carre­ra musi­cal no lle­ga a tener com­ple­ta idea de la situa­ción que ellos atra­vie­san; a ello se agre­ga que su madre pre­fie­re no ser vis­ta para no sen­tir­se humi­lla­da por su enfermedad. 

Cier­ta­men­te, Amour es un film duro, sin con­ce­sio­nes que des­lum­bra por su luci­dez y por la for­ma de refle­jar el dolor que pue­de apa­re­jar los últi­mos esta­dios de vida, pre­si­di­do en este caso por la exis­ten­cia de un pro­fun­do sen­ti­mien­to que le da sen­ti­do y la real razón de ser a nues­tra tran­si­to­ria exis­ten­cia. Como es sabi­do, esta pelí­cu­la reci­bió múl­ti­ples hono­res a nivel inter­na­cio­nal, entre ellos el Oscar a la Mejor Pelí­cu­la Extran­je­ra de 2012. 

EL DVD pre­sen­ta­do en su ver­sión ori­gi­nal fran­ce­sa con sub­tí­tu­los en inglés, con­tie­ne dos impor­tan­tes extras. Uno de ellos es Making of Amour (25 minu­tos) que es el “detrás de la esce­na” que tuvo lugar duran­te el roda­je del film; aquí se pue­de apre­ciar la for­ma en que Hane­ke con­du­ce a sus acto­res (Trin­tig­nant, Riva y Hup­pert) has­ta lograr el efec­to exac­ta­men­te desea­do por él; otro aspec­to des­ta­ca­ble es cómo la fil­ma­ción de varias esce­nas afec­tó en for­ma trau­má­ti­ca a Riva al vivir con com­ple­to aban­dono de su per­so­na el per­so­na­je de Anne; por su par­te, Trin­tig­nant seña­la que des­pués de 15 años de ausen­cia resol­vió retor­nar al cine dada la enver­ga­du­ra del dra­má­ti­co rol asig­na­do por el guión del rea­li­za­dor. El segun­do cor­to es Q and A with Direc­tor Michael Hane­ke (38 minu­tos) don­de se repro­du­ce un repor­ta­je que Elvis Mit­chell –ex cri­ti­co de cine del New York Times y actual cura­dor de Los Ange­les County Museum of Art (LAC­MA)- le efec­tua a Hane­ke; entre otros aspec­tos, las pre­gun­tas y res­pues­tas se refie­ren al pre­sen­te film, a algu­nos de los acto­res con quien el rea­li­za­dor tra­ba­jó en su carre­ra pro­fe­sio­nal (Trin­tig­nant, Hup­pert, Daniel Auteuil, Juliet­te Bino­che) y a otros aspec­tos vin­cu­la­dos con su lar­ga tra­yec­to­ria de cineas­ta. Jor­ge Gutman

Cine Cana­dien­se en el TIFF

EL CINE CANA­DIEN­SE OCU­PA UN LUGAR ESPE­CIAL EN LA PRO­GRA­MA­CIÓN DEL FES­TI­VAL DE TORONTO

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman 

El TIFF, dio a cono­cer los fil­mes cana­dien­ses que habrán de par­ti­ci­par en el Fes­ti­val que se desa­rro­lla­rá entre el 5 y el 15 de sep­tiem­bre, don­de varios de los más pro­mi­nen­tes direc­to­res de Cana­dá pre­sen­ta­rán sus recien­tes trabajos. 

Jake Gyllenhaal en ENEMY

Jake Gyllenhaal en ENEMY

The F Word de Michael Dow­se, se anun­cia como una román­ti­ca come­dia que tie­ne como pro­ta­go­nis­tas a Daniel Rad­clif­fe y Zoe Kazan. El caso de un hom­bre de fami­lia que tie­ne a su espo­sa en la cár­cel por haber inti­ma­do con un menor de 14 años es lo que el rea­li­za­dor Bru­ce Mc Donald rela­ta en The Hus­band. El docu­men­tal Water­mark de los rea­li­za­do­res Jen­ni­fer Baich­wal y Edward Burtynsky es una his­to­ria glo­bal sobre el uso del agua y sus con­se­cuen­cias. El joven rea­li­za­dor Xavier Dolan pre­sen­ta Tom à la fer­me (Tom At The Farm) que será exhi­bi­do pre­via­men­te en el Fes­ti­val de Vene­cia; el tema se cen­tra en un joven gay que via­ja al fune­ral de su aman­te y que que­da sor­pren­di­do al des­cu­brir que nadie sabe quién es él y la rela­ción que man­tu­vo con el difunto. 

Rymes for Young Ghouls de Jeff Bar­naby cons­ti­tu­ye el pri­mer tra­ba­jo de un direc­tor nati­vo; se tra­ta de un thri­ller cuya acción tie­ne lugar en la reser­va Red Crow. Gia Mila­ni es una novel rea­li­za­do­ra y guio­nis­ta de New Bruns­wick que pre­sen­ta­rá All the Wrong Reasons, un trau­má­ti­co dra­ma de con­jun­to con un elen­co inte­gra­do por Kari­ne Vanas­se, Cory Mon­teith y Emily Hampshire. 

Cine­ma­no­vels de Terry Miles, rela­ta el caso de una joven mujer (Lau­ren Lee Smith) que al estar pre­pa­ran­do un film retros­pec­ti­va en home­na­je a su falle­ci­do padre, el tra­ba­jo que él había rea­li­za­do comien­za a influen­ciar­la de dife­ren­tes y extra­ñas mane­ras. El direc­tor Richie Meh­ta abor­da en Siddharth la situa­ción de un padre que temien­do que su hijo de 12 años haya sido rap­ta­do por tra­fi­can­tes de niños, con sus pocos recur­sos empren­de un via­je a tra­vés de la India con la espe­ran­za de loca­li­zar­lo ile­so. En Empi­re of Dirt, el direc­tor Peter Steb­bings enfo­ca la diná­mi­ca de una fami­lia autóc­to­na dis­fun­cio­nal. The Ani­mal Pro­ject de Ingrid Venin­ger, gira en torno de un pecu­liar pro­fe­sor de actua­ción (Aaron Poo­le) que pre­sio­na a sus jóve­nes estu­dian­tes para que coti­dia­na­men­te se vis­tan con atuen­dos de animales.

Bru­ce La Bru­ce es el res­pon­sa­ble de Geron­tophi­lia, don­de un mucha­cho de 18 años de edad, que tie­ne como novia a una dul­ce acti­vis­ta, un buen día des­cu­bre que sien­te una inusual atrac­ción por un hom­bre mayor que resi­de en un hogar para ancianos.

La Gue­rra De La Droga

DRUG WAR. Chi­na, 2012. Un film de  John­nie To 

El rea­li­za­dor de Hong Kong John­nie To, se ubi­ca por pri­me­ra vez en la Chi­na Con­ti­nen­tal para ambien­tar a Drug War, posi­ble­men­te su tra­ba­jo más logra­do has­ta la fecha. Mez­clan­do sus­pen­so y acción no exen­ta de vio­len­cia, brin­da un con­cien­zu­do aná­li­sis del nar­co­trá­fi­co en el gran con­ti­nen­te chino. 

Louis Koo

Louis Koo

Tal como se lee en su títu­lo, la his­to­ria alu­de a una gue­rra de dro­gas don­de las pri­me­ras esce­nas ave­ci­nan lo que habrá de ocu­rrir. Des­pués de con­tem­plar con lujo de deta­lles la peno­sa exac­ción de dro­gas tra­ga­das por un gru­po de “mulas”, vemos que en el mis­mo hos­pi­tal don­de son aten­di­dos los tra­fi­can­tes, la poli­cía man­tie­ne bajo estric­to con­trol a Tian Ming (Louis Koo), un fabri­can­te de estu­pe­fa­cien­tes quien a cau­sa de un acci­den­te de trán­si­to es tra­ta­do por las lesio­nes reci­bi­das. Como los pro­duc­to­res de dro­gas al igual que los tra­fi­can­tes son con­de­na­dos a muer­te en el caso de ser aprehen­di­dos, Tian acep­ta cola­bo­rar con la uni­dad de nar­có­ti­cos de la poli­cía que está a car­go del capi­tán Zhang (Sun Hon­glei) para que su con­de­na sea con­mu­ta­da a pri­sión per­pe­tua y de ese modo sal­var su vida. Así comien­za una curio­sa cola­bo­ra­ción entre ambos, don­de Tian ayu­da­rá a Zhang a infil­trar­se en un masi­vo car­tel con el pro­pó­si­to de poder des­ba­ra­tar y atra­par a la orga­ni­za­ción y sus res­pon­sa­bles. Todo ello gene­ra una serie de per­se­cu­cio­nes, trai­cio­nes y enga­ños que lle­va al equi­po poli­cial jun­to con Timmy a tras­la­dar­se por dife­ren­tes rin­co­nes del país. 

El inte­rés del film se sus­ten­ta en la mane­ra que se des­cri­ben los por­me­no­res del tra­ba­jo rea­li­za­do por la fuer­za poli­cial y su enfren­ta­mien­to con las per­so­nas que se encuen­tran en los pel­da­ños de mayor res­pon­sa­bi­li­dad en lo con­cer­nien­te con el sumi­nis­tro y dis­tri­bu­ción de la mercancía. 

Con­clu­sión: Den­tro de las pelí­cu­las de este géne­ro Drug War supera al pro­me­dio de lo que se sue­le ofre­cer al con­tem­plar un film de duro rea­lis­mo que a tra­vés de casi dos horas de con­ti­nua­da ten­sión satis­fa­rá ple­na­men­te a los espec­ta­do­res adic­tos al rea­li­za­dor hong­ko­nés. Jor­ge Gutman

La Voz Detrás De Una Imagen

IN A WORLD Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film escri­to y diri­gi­do por Lake Bell

 Lake Bell

Lake Bell

En su tri­ple con­di­ción de rea­li­za­do­ra, guio­nis­ta y actriz Lake Bell ofre­ce una ori­gi­nal come­dia inves­ti­gan­do el mun­do de los pro­fe­sio­na­les que pres­tan su voz para los trai­lers (avan­ces de fil­mes) de pro­duc­cio­nes ame­ri­ca­nas así como tam­bién en la gra­ba­ción de avi­sos publi­ci­ta­rios que se trans­mi­ten por radio y tele­vi­sión. De algún mun­do, la direc­to­ra rin­de tri­bu­to a Don Lafon­tai­ne –des­apa­re­ci­do en 2008- quien en los Esta­dos Uni­dos fue con­si­de­ra­do como la figu­ra más impor­tan­te del “voi­ce over” debi­do a que su espe­cial voz en los trai­lers de los fil­mes de Holly­wood con­tri­bu­yó para incen­ti­var el inte­rés de la poten­cial audien­cia; pre­ci­sa­men­te la fra­se “In a World….” que Lafon­tai­ne popu­la­ri­zó es la que la direc­to­ra ha uti­li­za­do como títu­lo para este film.

El rela­to gira en torno de Carol (Bell), una agra­da­ble y un tan­to neu­ró­ti­ca entre­na­do­ra vocal que aspi­ra desem­pe­ñar­se como dobla­do­ra de pelí­cu­las. El pro­ble­ma es que su padre Sam Sot­to (Fred Mela­med) ‑quien es un con­su­ma­do exper­to de este ofi­cio y tra­ta de con­ver­tir­se en el here­de­ro de Lafon­tai­ne- no cree mucho en las con­di­cio­nes de Carol, ade­más de con­si­de­rar que tra­di­cio­nal­men­te es la voz mas­cu­li­na la que se impo­ne en el dobla­je de fil­mes; más aún, en lugar de su hija, Sam pre­fie­re ceder lugar a Gus­tav War­ner (Ken Marino), un rival más joven, que ade­más de bue­nas apti­tu­des para el ofi­cio es tam­bién un empe­der­ni­do don Juan.

A tra­vés de diver­sas vici­si­tu­des e incon­ve­nien­tes que Carol atra­ve­sa­rá, final­men­te encon­tra­rá en Louis (Deme­tri Mar­tin), un admi­ra­dor del estu­dio don­de ella tra­ba­ja, el apo­yo que su padre le nie­ga al hacer que ella par­ti­ci­pe en una audi­ción que se habrá de rea­li­zar para bus­car la voz del trai­ler de una fan­ta­sía deno­mi­na­da Ama­zon Games; pre­ci­sa­men­te las secuen­cias en que tie­ne lugar esta com­pe­ten­cia cons­ti­tu­yen el atrac­ti­vo mayor del rela­to don­de Carol debe mos­trar y pro­bar que es talentosa.

En líneas gene­ra­les, el film adop­ta el tono de come­dia chis­pean­te que en gran par­te se debe al dina­mis­mo, ento­na­ción y modu­la­ción de la voz de Bell a lo lar­go de las dife­ren­tes prue­bas a las que debe some­ter­se. Si hay algu­na obje­ción que hacer­le al film es que a tra­vés de las varias sub­tra­mas que pre­sen­ta, se dilu­ye un poco el foco cen­tral de su trama.

Con­clu­sión: In a World es un film que sin ser excep­cio­nal resul­ta atrac­ti­vo fami­lia­ri­zan­do al espec­ta­dor en la indus­tria del “voi­ce-over”, don­de no fal­tan los egos, los celos y las riva­li­da­des pro­fe­sio­na­les. Bell ilus­tra al mis­mo tiem­po la reali­dad de una pro­fe­sión domi­na­da por hom­bres, en don­de la mujer encuen­tra algu­nas resis­ten­cias para pene­trar en la mis­ma. Jor­ge Gutman

Un Empre­sa­rio Inno­va­dor Excepcional

JOBS. Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film de Joshua Michael Stern. 

Toman­do como refe­ren­cia 22 años en la vida de Ste­ve Jobs, el rea­li­za­dor Joshua Michael Stern ofre­ce un rela­to bio­grá­fi­co del bri­llan­te cofun­da­dor de Apple que aun­que no agre­ga mucho a lo que ya se cono­ce de él, está ágil­men­te narra­do y sin duda con­ci­ta­rá la aten­ción del gran públi­co que admi­ra y vene­ra su genial obra.

Ashton Kutcher

Ash­ton Kutcher

Basa­do en un guión de Matt Whi­te­ley la his­to­ria comien­za con una bre­ve pre­sen­ta­ción que rea­li­za Jobs (Ash­ton Kut­cher) fren­te a una audien­cia de jóve­nes en 2001 para dar a cono­cer el I Pod. De allí, el rela­to retro­ce­de en el tiem­po para ubi­car­se en 1974 cuan­do el joven Ste­ve aban­do­na sus estu­dios uni­ver­si­ta­rios en Reed Colle­ge para desem­pe­ñar­se como téc­ni­co en una manu­fac­tu­ra de jue­gos de video, aun­que está acti­vi­dad dis­ta de satis­fa­cer­lo por­que aspi­ra a un por­ve­nir mucho más ambi­cio­so. Des­pués de efec­tuar un via­je a la India con su ami­go Daniel Kott­ke (Lukas Haas), entra en con­tac­to con Ste­ve Woz­niak –de sobre­nom­bre Woz- (Josh Gad), un com­pa­ñe­ro de sus años de ado­les­cen­cia quien es un gran exper­to en pro­gra­ma­ción infor­má­ti­ca. De allí en más todo iría a cam­biar para el futu­ro exi­to­so empre­sa­rio; com­bi­nan­do sus exce­len­tes habi­li­da­des de mar­ke­ting con el cono­ci­mien­to tec­no­ló­gi­co de Woz, los dos comien­zan a tra­ba­jar en un sub­ur­bano gara­je de los padres adop­ti­vos de Jobs (Les­lie Ann Warren y John Getz) ubi­ca­do en Palo Alto, Cali­for­nia, con el pro­pó­si­to de fabri­car y ven­der compu­tado­res per­so­na­les, inexis­ten­tes has­ta ese enton­ces. Con el apo­yo finan­cie­ro de Mike Mark­ku­la (Der­mot Mul­ro­ney), un ex emplea­do de Intel, el pro­yec­to va desa­rro­llán­do­se has­ta adqui­rir for­ma total con la crea­ción de Apple en 1976. 

El film pos­te­rior­men­te pasa revis­ta al camino reco­rri­do por nues­tro héroe, des­de que Apple se con­vier­te en una cor­po­ra­ción glo­bal, pasan­do por el des­pi­do que es obje­to en 1985 de la empre­sa que fun­dó por su esti­lo per­so­nal de con­fron­ta­ción con algu­nos de los miem­bros del direc­to­rio al que­rer desa­fiar al gigan­te de IBM, has­ta que años des­pués, cuan­do la fir­ma se encuen­tra en serias difi­cul­ta­des finan­cie­ras, es lla­ma­do para actuar como ase­sor don­de final­men­te ter­mi­na lide­ran­do la com­pa­ñía como pre­si­den­te del directorio.

Curio­sa­men­te, el rela­to se detie­ne en for­ma abrup­ta en 1996 sin abor­dar lo que acon­te­ció en los años pos­te­rio­res en la segun­da y más impor­tan­te eta­pa de su carre­ra pro­fe­sio­nal; al optar por ese camino, que­da sin expli­ca­ción cómo y de que modo Jobs logró sus suce­si­vos éxi­tos con la con­cep­ción de nume­ro­sos pro­duc­tos revo­lu­cio­na­rios. Como bien es sabi­do, aun­que el film no lo con­si­de­re, su lide­raz­go visio­na­rio y su espí­ri­tu empre­sa­rial lo con­vir­tie­ron a la fecha de su muer­te en octu­bre de 2011, en una figu­ra míti­ca que modi­fi­có radi­cal­men­te el cur­so de la tec­no­lo­gía exis­ten­te; no hay duda algu­na sobre su influen­cia enor­me en el com­por­ta­mien­to cul­tu­ral de la gene­ra­ción actual, tan­to en las nue­vas for­mas de tra­ba­jo, comu­ni­ca­ción e infor­ma­ción, como en la inno­va­ción rea­li­za­da en la indus­tria del entre­te­ni­mien­to de los Esta­dos Unidos. 

Aun­que el guión des­ta­ca a Jobs como un empre­sa­rio inno­va­dor, caris­má­ti­co y due­ño de una extra­or­di­na­ria inte­li­gen­cia, de nin­gu­na mane­ra se mues­tra com­pla­cien­te con él. Así que­dan refle­ja­dos, aspec­tos tur­bios de su per­so­na­li­dad mer­cu­rial, con mani­fes­ta­cio­nes vio­len­tas hacia aqué­llos que pue­den dudar o no creer total­men­te en él, mos­trán­do­lo tam­bién como un indi­vi­duo sin com­pa­sión al des­pe­dir en for­ma inme­re­ci­da a algu­nos emplea­dos que cola­bo­ra­ban leal­men­te con él; peor aún, su insen­si­bi­li­dad se mani­fies­ta cuan­do no tie­ne repa­ros en expul­sar de su casa a la com­pa­ñe­ra (Ahna O’Reilly) con quien vivía cuan­do le anun­cia que está emba­ra­za­da, aun­que años des­pués ter­mi­na­ría reco­no­cien­do a la hija de esa unión. 

Físi­ca y emo­cio­nal­men­te, Kut­cher brin­da una dimen­sión sufi­cien­te­men­te satis­fac­to­ria de la per­so­na­li­dad de Jobs, en lo que hace a su tono de voz, sus exabrup­tos tem­pe­ra­men­ta­les, su movi­mien­to un poco encor­va­do al cami­nar como así tam­bién a los fac­to­res psi­co­ló­gi­cos que mode­la­ron su con­duc­ta. En otros pape­les de apo­yo, no des­en­to­nan Mul­ro­ney, Matthew Modi­ne, J.K. Sim­mons y muy en espe­cial cabe des­ta­car a Gad como el sen­si­ble cola­bo­ra­dor e inter­lo­cu­tor de Jobs. 

Con­clu­sión: El extra­or­di­na­rio lega­do de Jobs que­da tes­ti­mo­nia­do en un rela­to que, aun­que incon­clu­so, se des­ta­ca por su sen­ci­llez, su carác­ter afec­ti­vo y por resul­tar entre­te­ni­do. Jor­ge Gutman