ENOUGH SAID. Estados Unidos, 2013. Un film escrito y dirigido por Nicole Holofcener
Más allá de los valores intrínsecos de Enough Said hay una razón especial que podrá atraer el interés del público; se trata de uno de los dos filmes que James Gandolfini, el inolvidable intérprete del mafioso Tony Soprano, dejara hecho antes de su inesperada muerte acaecida en junio pasado. Pero entrando de lleno al film en sí mismo se puede afirmar que se trata de una comedia romántica muy especial que conquista por su ingenioso diálogo, interpretaciones genuinas donde la directora Nicole Holofcener aborda un tema serio de resonancia universal sobre cómo gente divorciada se desenvuelve frente a una nueva relación de pareja.
Eva es una masajista de 50 años de edad (Julia Louis Dreifus) viviendo en Los Ángeles y que se ha mantenido divorciada durante una década. Manteniendo cordiales relaciones con su ex cónyuge, que por su parte ha reanudado su vida casándose nuevamente, ella atraviesa una situación un poco traumática al saber que su hija adolescente con quien vive, pronto dejará el hogar para seguir sus estudios universitarios en Nueva York. En una fiesta Eva se relaciona con Marianne (Catherine Keener), una poeta de edad similar y curiosamente también divorciada desde hace 4 años y con una hija adolescente a su cargo. En la misma reunión social Eva conoce a Albert (Gandolfini), un archivista de televisión divorciado, donde en principio nadie apostaría a que pudiera surgir un vínculo sentimental entre ellos; sin embargo, la naturaleza afable, serena y campechana de este gordo bonachón hace que Eva se sienta interesada por él al descubrir su inherente ternura y buenos sentimientos. Simultáneamente Marianne recurre a los servicios de Eva como masajista y con el continuado trato se convierte en su amiga y confidente: así llega a saber que estuvo casada con un hombre poco agradable y de estilo vulgar. Es mejor no anticipar más sobre lo que acontece después, salvo señalar que el conflicto central de esta historia gira en el vínculo existente entre Marianne, Eva y Albert.
He aquí un buen ejemplo de una historia íntima y agridulce, narrada con máxima delicadeza, escrita de manera impecable, donde al final de su exposición ofrece bastante material para discutir entre amigos; entre otros tópicos, se encuentra la complicación que puede presentarse cuando gente divorciada intenta abordar una nueva relación sentimental tratando de ofrecer una imagen diferente de su personalidad para no repetir los errores cometidos en el pasado. En todo caso, a través de un sano humor, el relato es muy convincente al ilustrar la vulnerabilidad humana, las erróneas percepciones donde un hombre odiado por una persona bien puede ser amado por otro ser diferente, y muy especialmente reflejando la necesidad imperiosa de lograr una conexión humana, porque la soledad no es una buena opción o buena consejera.
Dentro de su homogéneo elenco se destacan Gandolfini en uno de los mejores papeles de su carrera y Louis-Dreyfus a través de un personaje que transmite sus dudas e inseguridades debido a las cicatrices dejadas por un matrimonio fracasado.
Conclusión: Un film cálido y humano dirigido a una audiencia adulta que sabrá identificarse con las fobias, virtudes, defectos y manías que experimentan sus falibles personajes. Jorge Gutman