Cró­ni­cas Poco Trascendentes

THE ST. LEO­NARD CHRO­NI­CLES. Autor: Ste­ve Galluc­cio – Direc­ción: Roy Suret­te — . Elen­co: Dorothée Berry­man, Chris­ti­na Brocc­co­li­ni, Gui­do Coco­me­llo, Ellen David, Michel Perron, Vit­to­rio Ros­si, Jocely­ne Zuc­co — Deco­ra­dos y Ves­tua­rio: Anne-Séguin Poi­rier – Ilu­mi­na­ción: Anna Cap­pe­llu­to – Dura­ción: 90 minu­tos (sin entre­ac­to) — Repre­sen­ta­cio­nes: has­ta el 1 de diciem­bre. ( http://www.centaurtheatre.com/)

Comen­ta­rio de Jor­ge Gutman

Jocelyne Zucco y Christina Broccolini en THE ST. LEONARD CHRONICLES

Chris­ti­na Broc­co­li­ni y Jocely­ne Zuc­co en THE ST. LEO­NARD CHRONICLES

Den­tro del tea­tro angló­fono de la pro­vin­cia de Qué­bec Ste­ve Galluc­cio es sin duda el autor más popu­lar y eso se debe en gran par­te al reso­nan­te éxi­to que en 2001 logró su pie­za Mam­bo Ita­liano que fue pos­te­rior­men­te adap­ta­da para el cine y en don­de el film estre­na­do en 2003 fue exhi­bi­do inter­na­cio­nal­men­te. De ascen­den­cia ita­lia­na, el autor está ínti­ma­men­te vin­cu­la­do con la comu­ni­dad ita­lia­na de Mon­treal y es así que sus obras refle­jan par­te de dicha cul­tu­ra don­de estas cró­ni­cas de San Leo­nar­do pare­ce­rían no ser la excep­ción. Sin embar­go, en esta opor­tu­ni­dad, la obra no alcan­za a tener el impac­to per­se­gui­do ni en la des­crip­ción de una fami­lia ita­lia­na pro­me­dio como tam­po­co en lo que con­cier­ne a la veta cómi­ca que desea explotar.

Aun­que para los que habi­tan en esta ciu­dad, es bien sabi­do que San Leo­nard es un dis­tri­to pre­do­mi­nan­te­men­te ita­liano, ade­más de agru­par a fami­lias de bue­na posi­ción eco­nó­mi­ca, de nin­gún modo podría carac­te­ri­zar­se al sec­tor como un exclu­si­vo gue­to o encla­ve. Pero, por lo que aquí se apre­cia, Galluc­cio opi­na lo contrario.

La tra­ma que se desa­rro­lla en el espa­cio de dos días con­se­cu­ti­vos comien­za con una cena fami­liar don­de una joven pare­ja del men­cio­na­do barrio, Robert (Gui­do Coco­me­llo) y Terry (Chris­ti­na Broc­co­li­ni), han invi­ta­do a sus res­pec­tos padres así como tam­bién a la abue­la mater­na de Rober­to (Jocely­ne Zuc­co) para fes­te­jar el sexa­gé­si­mo ani­ver­sa­rio de Gina (Dorothée Berry­man) –madre de Terry- y de Dan­te (Vit­to­rio Ros­si) –padre de Rober­to-. Duran­te apro­xi­ma­da­men­te los pri­me­ros 25 minu­tos, la gra­cia de la his­to­ria resi­de en que los jóve­nes anfi­trio­nes encuen­tran obs­tácu­los en la pre­pa­ra­ción del pla­to cen­tral de ravio­les y es por eso que debi­do a la demo­ra insu­mi­da resuel­ven comen­zar la comi­da con la tor­ta de cum­plea­ños. Un diá­lo­go que se esti­ra sin que resul­te per­sua­si­vo pre­ten­de crear humor en base a situa­cio­nes de come­dia caren­tes de gracia.

El con­flic­to cen­tral de la his­to­ria se pre­sen­ta cuan­do los jóve­nes anun­cian a sus fami­lia­res que ven­de­rán su casa de San Leo­nard para mudar­se a la resi­den­cial loca­li­dad de Bea­cons­field. Como si se tra­ta­ra de mudar­se a Toron­to o bien a una ciu­dad com­ple­ta­men­te ale­ja­da de Mon­treal, los invi­ta­dos no pue­den menos que que­dar espan­ta­dos por­que apa­ren­te­men­te sería como trai­cio­nar a la comu­ni­dad a la cual Robert y Terry per­te­ne­cen al deci­dir mudar­se a un lugar angló­fono que care­ce de raí­ces italianas.

Como el tono de la obra es sacar par­ti­do de la veta humo­rís­ti­ca, el autor deci­dió expo­ner per­so­na­jes cari­ca­tu­res­cos que de nin­gún modo pue­den con­si­de­rar­se repre­sen­ta­ti­vos del sec­tor de San Leo­nard. Para com­ple­tar el con­te­ni­do de la pie­za, Galluc­cio recu­rre a ilus­trar los típi­cos cli­sés de fami­lias dis­fun­cio­na­les don­de en este caso el per­so­na­je de la abue­la –ya en esta­do senil- no que­da exclui­do de lo que acontece.

Con un diá­lo­go pue­ril explo­tan­do en algu­nos momen­tos esce­nas de no total buen gus­to, Gallu­ci­cio podrá con­tar con la fide­li­dad del públi­co que fes­te­ja sus pie­zas. Con todo el resul­ta­do deja bas­tan­te que desear.

Cuan­do uno cree que la pie­za adqui­ri­rá un cariz más impor­tan­te con algu­nas reve­la­cio­nes hechas por Eli­sa (Ellen David), la espo­sa de Dan­te, acer­ca de un trá­gi­co affair amo­ro­so del pasa­do, el asun­to pron­ta­men­te se dilu­ye. La nota de gra­cia, que con todo no alcan­za a sal­var la pie­za, es la exce­len­te inter­pre­ta­ción de Jocely­ne Zuc­co quien como La Nona se luce amplia­men­te hacia el final de la mis­ma en una nota emo­ti­va. Como se dice en inglés “too little, too late”.

La direc­ción de Roy Suret­te no es rele­van­te debi­do a que poco pue­de hacer fren­te a un mate­rial no muy sus­tan­cio­so. En con­clu­sión, The St. Leo­nard Chro­ni­cles se ase­me­ja más a un “sit­com” tele­vi­si­vo que a un rigu­ro­so espec­tácu­lo teatral.