BEARS. Estados Unidos, 2014. Un film de Alastair Fothergill y Keith Scholey.
Este nuevo documental de Disneynature que se estrena celebrando el acontecimiento anual del Día Internacional de la Tierra (22 de abril) ofrece un material educativo destinado fundamentalmente a la población menuda.
Los directores Alastair Fothergill y Keith Scholey, que ya compartieron una labor previa en African Cats (2011), incursionan nuevamente en la vida de los animales, esta vez tomando como referencia a una familia de osos pardos viviendo en el imponente Parque Nacional y Reserva Katmai de la península de Alaska. El núcleo familiar está integrado por la osa monoparental Sky y sus dos cachorritos Scout y Amber; sin entrar a considerar aspecto alguno de la naturaleza biológica de dicha especie, el relato los muestra a través del ciclo de un año comenzando a partir del final del invierno boreal.
Después del largo período de hibernación vemos al trío comenzar a exponerse al mundo exterior tratando de abrirse paso de su escondite en los altos picos montañosos nevados para comenzar un descenso en un camino no exento de obstáculos frente a avalanchas amenazadoras. Una vez en la costa, lo importante es ahora lograr la alimentación necesaria para poder subsistir; al propio tiempo, la mama debe prestar atención para que sus hijitos le sigan en su camino sin distracción, a pesar de que Scout, más curioso e independiente que su hermanito, desaparece en ciertos momentos consternando a su madre. Si bien al principio la alimentación se torna precaria la tranquilidad renace cuando en la temporada del salmón, los innumerables peces saltones lograrán saciar sus apetitos así como servirán también de aprovisionamiento para cuando la familia deba nuevamente hibernar.
El otro aspecto importante es la conservación de la integridad física y en tal sentido es necesario saber esquivar o superar el peligro detentado por los animales depredadores del lugar, en algunos casos frente a un macho de la misma especie o bien con la presencia de un escrutador lobo que merodea por el lugar y que podría dar el zarpazo en el momento menos previsto; sin embargo, la tensión nunca desemboca en drama permitiendo que esta familia salga ilesa y que al final del otoño pueda remontar la montaña para hibernar durante el nuevo invierno.
El film está narrado por John C. Reilly quien con su agradable timbre de voz logra amenizar el relato; con todo, la narración resulta a veces sobrecargada porque las imágenes son suficientemente gráficas como para no necesitar de explicaciones adicionales.
En este documental rodado a lo largo de un año, es apreciable el meticuloso trabajo emprendido por los realizadores, ofreciendo una atractiva aventura de la fauna animal a través de estos osos cuya unidad familiar logra la simpatía del público. En los renglones técnicos es destacable la colaboración del excelente equipo de camarógrafos que supo captar una de las regiones más silvestres y vírgenes del planeta, resaltando la majestuosa belleza de Alaska.
Jorge Gutman