Ballet de la Ope­ra de París

PAQUI­TA 

Uno de los acon­te­ci­mien­tos cul­tu­ra­les cana­dien­ses más impor­tan­tes del año tie­ne lugar en Mon­treal con la visi­ta del Ballet de la Ope­ra de Paris que retor­na a esta ciu­dad des­pués de una ausen­cia de 47 años, invi­ta­do por Gra­di­mir Pan­kov, el direc­tor artís­ti­co de Les Grands Ballets Cana­diens. 

PAQUITA

Esta com­pa­ñía que ha sido fun­da­da en 1661 por la Aca­de­mia Real de Ballet bajo el rei­na­do de Luis XIV es la más anti­gua de ballet clá­si­co y una de las más refi­na­das del mun­do, que hoy día pue­de com­pa­rar­se con la exce­len­cia de los Ballets Bolshoi de Mos­cú y Kirov de Kiev. Su vas­to reper­to­rio inclu­ye gran­des obras román­ti­cas de la dan­za como así tam­bién crea­cio­nes con­tem­po­rá­neas, al pro­pio tiem­po que abre sus puer­tas para nue­vos tra­ba­jos artís­ti­cos. En la actua­li­dad el con­jun­to cuen­ta con 154 bai­la­ri­nes, inclu­yen­do 18 solis­tas y 14 prin­ci­pa­les bai­la­ri­nes, cuya edad pro­me­dio es de apro­xi­ma­da­men­te 25 años, sien­do por lo tan­to uno de los con­jun­tos de dan­za más jóve­nes a nivel internacional.

PAQUITA (2)

El ilus­tre pasa­do de esta excep­cio­nal com­pa­ñía cuen­ta con pres­ti­gio­sos nom­bres que han con­tri­bui­do con su incom­pa­ra­ble arte; en tal sen­ti­do bas­ta­ría citar a Ser­ge Lifar, Geor­ge Balan­chi­ne, Roland Petit, Rudolf Nure­yev, Jero­me Rub­bins, Pina Baush, John Neu­meier, Mau­ri­ce Béjart, José Mon­tal­vo, entre algu­nos de los incom­pa­ra­bles e inol­vi­da­bles maes­tros del género.

Una espe­cial emo­ción envuel­ve a esta visi­ta debi­do a que es la últi­ma gira de Bri­git­te Lefè­vre, Direc­to­ra de Dan­za del Ballet de la Ope­ra de París quien se reti­ra des­pués de 20 años de abne­ga­da dedicación.

Para la oca­sión ha sido selec­cio­na­do Paqui­ta. Este ballet de dos actos fue estre­na­do por la Ópe­ra de París en 1846 con la coreo­gra­fía de Joseph Mazi­lier y la músi­ca de Edouard-Marie-Ernest Del­de­vez. En 1881 fue obje­to de una nue­va ver­sión por par­te del gran coreó­gra­fo Marius Peti­pa con músi­ca que enco­men­dó a Lud­wig Min­kus. La adap­ta­ción y coreo­gra­fía ha sido recrea­da en 2001 por Pie­rre Lacot­te quien es uno de los exper­tos más impor­tan­tes del mun­do en mate­ria de ballets román­ti­cos del siglo 19. 

PAQUITA (3)

La tra­ma argu­men­tal ubi­ca la acción en la Espa­ña del siglo 19 duran­te la ocu­pa­ción napo­leó­ni­ca. Paqui­ta es una joven quien per­te­ne­cien­do a una fami­lia de alcur­nia que ha sido secues­tra­da en su infan­cia por gita­nos, logra sal­var la vida a Lucien d’Hervilly, un joven ofi­cial de Napo­león que fue víc­ti­ma de un com­plot cri­mi­nal. La his­to­ria ori­gi­na diver­sas vici­si­tu­des con­du­cien­do a que Paqui­ta des­cu­bra su ori­gen noble y que como en los cuen­tos de hadas, los malos sean cas­ti­ga­dos, y que la joven “gita­ni­lla” se case con Lucien. Todo ello ori­gi­na un espec­tácu­lo en don­de no está ausen­te la intri­ga, secre­tos de fami­lia y un sus­pen­so con colo­ri­das dan­zas y pan­to­mi­mas en un des­plie­gue de vir­tuo­si­dad téc­ni­ca que carac­te­ri­za a los bai­la­ri­nes de esta gran compañía.

Cabe men­cio­nar que en esta gira par­ti­ci­pan 83 bai­la­ri­nes, 25 téc­ni­cos y 22 miem­bros del equi­po artís­ti­co. Tan­to los deco­ra­dos como los ves­tua­rios –que inclu­yen más de 350 ves­ti­dos y 80 pares de botas- per­te­ne­cen a Lui­sa Spi­na­te­lli en tan­to que la ilu­mi­na­ción es res­pon­sa­bi­li­dad de Phi­lip­pe Alba­ric. La orques­ta de Les Grands Ballets está inte­gra­da por 70 músi­cos bajo la direc­ción de Fay al Karoui.

Las repre­sen­ta­cio­nes tie­nen lugar en la Sala Wil­frid Pelle­tier de la Pla­ce des Arts, los días 16 y 17 de octu­bre a las 20h, el 18 de octu­bre a las 14h y 20 h y el 19 de octu­bre a las 14 horas. Para infor­ma­ción adi­cio­nal se pue­de visi­tar el sitio www.grandsballets.com

Madre Que­ri­da y Odiada

MOMMY. Cana­da, 2014. Un film escri­to y diri­gi­do por Xavier Dolan

Xavier Dolan entre­ga con Mommy el tra­ba­jo más logra­do de su cor­ta y pro­lí­fe­ra carre­ra que le valió obte­ner en el últi­mo Fes­ti­val de Can­nes el Pre­mio del Jura­do. Con solo 25 años de edad y con su apre­cia­ble currí­cu­lum, el joven rea­li­za­dor da mues­tra de una gran ima­gi­na­ción y capa­ci­dad al momen­to de con­ce­bir sus his­to­rias. Aquí, tal como lo hicie­ra con su ópe­ra pri­ma J’ai tué ma mère (2009), vuel­ve a enfo­car la rela­ción entre un hijo y su madre aun­que en este caso vuel­que más su sim­pa­tía y com­pren­sión a la figu­ra materna.

 Antoine-Olivier Pilon

Antoi­ne-Oli­vier Pilon

El rela­to fil­ma­do en for­ma­to 1:1, ori­gi­nan­do un encua­dre ver­ti­cal en lugar del acos­tum­bra­do hori­zon­tal, trans­cu­rre en 2015 en un lugar fic­ti­cio de la pro­vin­cia de Que­bec don­de se aca­ba de adop­tar una ley que per­mi­te que los padres pue­dan inter­nar a hijos con gra­ves pro­ble­mas de con­duc­ta. Eso es lo que acon­te­ce con Ste­ve (Antoi­ne-Oli­vier Pilon), un ado­les­cen­te de 15 años que pade­ce de un tras­torno de com­por­ta­mien­to que lo vuel­ve hiper­ac­ti­vo, impul­si­vo y con défi­cit de aten­ción y que resi­dien­do en un cen­tro espe­cia­li­za­do las auto­ri­da­des no pue­den seguir man­te­nién­do­lo des­pués de haber pro­vo­ca­do un incen­dio en la cafe­te­ría del esta­ble­ci­mien­to; eso moti­va a que Dia­ne (Anne Dor­val), su madre mono­pa­ren­tal con pro­ble­mas eco­nó­mi­cos, ten­ga que hacer­se car­go del mis­mo; sin embar­go, la for­za­da coha­bi­ta­ción dis­ta de ser armo­nio­sa alcan­zan­do algu­nos momen­tos de inusi­ta­da violencia.

A tra­vés del gran esfuer­zo de amor y com­pren­sión hacia un hijo con el cual es prác­ti­ca­men­te impo­si­ble con­vi­vir, Dolan demues­tra de qué for­ma siem­pre pue­de alen­tar­se algún ges­to de com­pa­sión en esa rela­ción sim­bió­ti­ca de amor y odio de estos dos per­so­na­jes. A los efec­tos de otor­gar a su rela­to una mayor enver­ga­du­ra dra­má­ti­ca, el direc­tor intro­du­ce la figu­ra de Kyla (Suzan­ne Cle­ment), una noble veci­na que es pro­fe­so­ra y un poco tar­ta­mu­da que brin­da­rá soli­da­ri­dad, afec­to y edu­ca­ción esco­lar al mucha­cho a la vez que ten­drá una gra­vi­ta­ción espe­cial en su madre.

La inter­pre­ta­ción es estu­pen­da comen­zan­do por la com­po­si­ción insu­pe­ra­ble que rea­li­za Dor­val como la madre poco refi­na­da y de hablar gro­se­ro, capaz de pro­du­cir los sen­ti­mien­tos más dis­pa­res en su hijo; por su par­te el joven Pilon infun­de una inusual ener­gía carac­te­ri­zan­do a ese mucha­cho per­tur­ba­do que es capaz de esta­llar como una bom­ba y al pro­pio tiem­po exhi­bir un ros­tro ange­li­cal de pura ino­cen­cia que resul­ta­ría inca­paz de daño alguno. No menos impor­tan­te aun­que en un plano menor es el desem­pe­ño de Clement.

Sin duda este film de mor­da­ces diá­lo­gos deja una posi­ti­va impre­sión, a pesar de cier­tas obser­va­cio­nes; así, en algu­nas ins­tan­cias la rela­ción madre-hijo tien­de a des­me­su­rar­se emo­cio­nal­men­te, don­de las par­tes se entien­den gri­tan­do en lugar de hablar nor­mal­men­te, como tam­bién la ecléc­ti­ca músi­ca (Celi­ne Dion, Dido, Oasis, etc.) resul­ta a veces un poco estri­den­te. Más allá de los aspec­tos seña­la­dos, el públi­co se encuen­tra con una obra de gran ter­nu­ra y com­pa­sión, mag­ní­fi­ca­men­te diri­gi­da, exce­len­te­men­te inter­pre­ta­da y en don­de el apre­cia­ble esti­lo visual, carac­te­rís­ti­co en los tra­ba­jos de Dolan, se equi­li­bra apro­pia­da­men­te con su contenido.

Como nota al mar­gen debe seña­lar­se que Mommy ha sido esco­gi­do por Cana­dá para optar al Oscar 2014 en la cate­go­ría de mejor film extran­je­ro no habla­do en inglés de este año. Jor­ge Gutman

El Impac­to de la Gue­rra en Dos Adolescentes

THE NOTE­BOOK. Hun­gría-Ale­ma­nia-Aus­tria-Fran­cia, 2013. Un film de Janos Szasz

Nue­va­men­te la cruen­ta Segun­da Gue­rra Mun­dial sir­ve de ins­pi­ra­ción para tra­tar una dra­má­ti­ca his­to­ria, tal como que­da refle­ja­do en The Note­book, del direc­tor hún­ga­ro János Szász. El rea­li­za­dor en cola­bo­ra­ción con Andras Sze­ker efec­tuó una adap­ta­ción de la nove­la de Ago­ta Kris­tof cuyo lúgu­bre con­te­ni­do, que pue­de no ser apro­pia­do para cual­quier tipo de audien­cia, está muy bien refle­ja­do en la pantalla.

Aquí no se des­cri­be la tra­ge­dia del Holo­caus­to tal como el cine lo ha veni­do tra­tan­do en nume­ro­sas oca­sio­nes sino que se ilus­tra el caso espe­cial de dos niños casi ado­les­cen­tes vivien­do el impac­to del conflicto.

 Laszlo Gyemant y Andras Gyemant

Lasz­lo Gye­mant y Andras Gyemant

Con el pro­pó­si­to de pro­te­ger­los de los ata­ques aéreos que tie­nen lugar duran­te la ocu­pa­ción ale­ma­na en la Hun­gría de 1944, los padres (Ulrich Matthes, Gyöngy­vér Bog­nar) de dos hijos melli­zos (Lasz­lo Gye­mant, Andras Gye­mant) de 13 años de edad creen que esta­rán mejor res­guar­da­dos en una ais­la­da zona del inte­rior del país don­de habi­ta la abue­la mater­na (Piros­ka Mol­nar) en una des­gar­ba­da cho­za. El encuen­tro no pue­de ser más gla­cial don­de los chi­cos com­prue­ban cómo su madre, que duran­te 20 años no man­tu­vo con­tac­to con su pro­ge­ni­to­ra, es reci­bi­da por ella con máxi­ma frial­dad y total des­pre­cio; con gran reluc­tan­cia la ancia­na acep­ta hacer­se car­go de los meno­res duran­te la ausen­cia mater­nal y es ahí que comien­za una suer­te de con­vi­ven­cia infer­nal para los mucha­chos. Aquí, el espec­ta­dor debe rea­li­zar un esfuer­zo de cre­di­bi­li­dad para supo­ner que los her­ma­nos esta­rán mejor pro­te­gi­dos vivien­do con una mujer que olvi­dan­do su con­di­ción de abue­la, asu­me todas las carac­te­rís­ti­cas de una bru­ja arpía como si estu­vie­se emer­gien­do de algu­nos de los cuen­tos de los her­ma­nos Grimm.

Fren­te al mal tra­to físi­co y emo­cio­nal que les brin­da la abue­la, los melli­zos se some­ten a un sin­gu­lar ejer­ci­cio de cas­ti­go recí­pro­co e inclu­so rea­li­zan por unos días una huel­ga de ham­bre a fin de estar mejor adap­ta­dos para con­vi­vir con tal cruel per­so­na­je. A medi­da que el tiem­po trans­cu­rre, los her­ma­nos van regis­tran­do en un dia­rio que les entre­gó su padre las dife­ren­tes impre­sio­nes que van expe­ri­men­tan­do duran­te los difí­ci­les días de la gue­rra, entre las mis­mas, obser­van­do a los sol­da­dos del régi­men nazi que con­du­cen a pri­sio­ne­ros hacia los cam­pos de con­cen­tra­ción; en ese regis­tro tam­bién va inclui­do algu­nas rela­cio­nes que man­tie­nen con los aldea­nos del lugar inclu­yen­do a una ado­les­cen­te (Orsol­ya Toth) hija de una veci­na cie­ga y muda.

En un som­brío y tris­te rela­to don­de sutil­men­te que­dan evi­den­cia­da la des­di­cha de la Segun­da Gue­rra, afor­tu­na­da­men­te la vio­len­cia de la mis­ma no se regis­tra en pan­ta­lla; cuan­do se lle­ga al des­en­la­ce que se pro­du­ce con la fina­li­za­ción del con­flic­to, lo que se apre­cia son algu­nas esce­nas que sub­vier­ten total­men­te las expec­ta­ti­vas aguar­da­das y que le res­ta a cada espec­ta­dor encon­trar su significado.

Con­clu­sión: Con una estu­pen­da foto­gra­fía y sóli­da inter­pre­ta­ción, este extra­ño rela­to muy bien rea­li­za­do es de una inten­sa negru­ra y que si emo­cio­nal­men­te pue­de resul­tar un poco tibio sin duda sabrá ser apre­cia­do por una audien­cia adul­ta.  Jor­ge Gut­man 

Un Ejem­plo de Soli­da­ri­dad Humana

PRI­DE. Gran Bre­ta­ña, 2014. Un film de Matthew Warchus

Uno de los aspec­tos más dra­má­ti­cos acon­te­ci­dos duran­te la ges­tión de Mar­ga­ret That­cher y que tuvo con­si­de­ra­ble impac­to polí­ti­co ha sido la lar­ga con­fron­ta­ción que se pro­du­jo entre su gobierno y el Sin­di­ca­to Nacio­nal de Mine­ros cuan­do el Con­se­jo Nacio­nal del Car­bón había pro­pues­to en mar­zo de 1984 clau­su­rar 20 de las 174 minas que per­te­ne­cían al esta­do pro­du­cien­do el des­pi­do de 20 mil mine­ros. La lar­ga bata­lla cul­mi­nó en una huel­ga nacio­nal que pro­du­jo fuer­tes divi­sio­nes en la nación y cuyas heri­das aún sub­sis­ten en la memo­ria colectiva.

Esos hechos ins­pi­ra­ron al rea­li­za­dor Matthew War­chus para abor­dar ese tema valién­do­se del guión de Stephen Beres­ford; así, a tra­vés de un rela­to de fic­ción en base a per­so­na­jes reales que a veces adquie­re carac­te­rís­ti­cas de docu­men­tal, tes­ti­mo­nia la sóli­da alian­za for­ja­da entre la comu­ni­dad homo­se­xual bri­tá­ni­ca y los tra­ba­ja­do­res afectados.

El mesu­ra­do rela­to se cen­tra en los esfuer­zos rea­li­za­dos por un gru­po inte­gra­do por acti­vis­tas gays y les­bia­nas en 1984. Inme­dia­ta­men­te des­pués del des­fi­le de la Lon­don Gay Pri­de de ese año, Mark (Ben Sch­netzer), uno de los más fer­vo­ri­za­dos sim­pa­ti­zan­tes con la cau­sa de los huel­guis­tas, jun­to con su gru­po de ami­gos está deci­di­do a pres­tar­les su apo­yo reco­lec­tan­do fon­dos para ayu­dar a sub­ve­nir las nece­si­da­des de los mine­ros huel­guis­tas. Sin embar­go, en un comien­zo las loa­bles inten­cio­nes no fue­ron sufi­cien­tes para ven­cer los pre­jui­cios socia­les exis­ten­tes con res­pec­to a los homo­se­xua­les; así los ges­tos de extra­or­di­na­ria gene­ro­si­dad no fue­ron bien­ve­ni­dos por los mine­ros, hecho que resul­tó agra­va­do a medi­da que las mani­fes­ta­cio­nes del SIDA iba adqui­rien­do noto­rie­dad. Con todo, la visi­ta que el gru­po rea­li­za a Dulais Valley, una peque­ña pobla­ción de mine­ros del sur de Gales, cam­bia gra­dual­men­te los acon­te­ci­mien­tos ponien­do de mani­fies­to una extra­or­di­na­ria comu­ni­ca­ción entre ambas comunidades.

He aquí un film pro­fun­da­men­te emo­ti­vo y hones­to, impe­ca­ble­men­te rea­li­za­do, con un sóli­do elen­co (ade­más de Sch­netzer, se des­ta­can Geor­ge Mac­kay, Bill Nighy, Imel­da Staun­ton, Domi­nic West, Paddy Con­si­di­ne), que ade­más de remar­car el orgu­llo de quie­nes adop­tan­do una orien­ta­ción sexual dife­ren­te demues­tran poseer un enco­mia­ble espí­ri­tu de soli­da­ri­dad huma­na, deja al espec­ta­dor una sen­sa­ción de com­ple­to agra­do y satis­fac­ción que se extien­de mucho des­pués de haber fina­li­za­do la pro­yec­ción. El gran éxi­to obte­ni­do en Sun­dan­ce, pos­te­rior­men­te en Can­nes y recien­te­men­te en el fes­ti­val de Toron­to demues­tra el ape­go popu­lar así como la tras­cen­den­cia que el buen cine lle­ga a tener en el tra­ta­mien­to de tópi­cos de indu­da­ble con­te­ni­do social. Jor­ge Gutman

Un Amor Perdurable

LOVE IS STRAN­GE. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film de Ira Sachs

Deli­ca­de­za, hones­ti­dad y sobrie­dad des­ti­lan del buen film de Ira Sachs Love is Stran­ge. A tra­vés de una her­mo­sa his­to­ria de amor, el rela­to afec­ti­va­men­te abor­da el pro­fun­do sen­ti­mien­to que une a dos per­so­nas en la medi­da que el víncu­lo está cons­trui­do sobre fir­mes cimien­tos de leal­tad, com­pren­sión y mutuo respeto.

Alfred Molina y John Lithgow en LOVE IS STRANGE

Alfred Moli­na y John Lithgow

Ben (John Lith­gow) y Geor­ge (Alfred Moli­na) han con­vi­vi­do duran­te 39 años como una feliz pare­ja en Nue­va York. De acuer­do a lo que el guión deja entre­ver, la lar­ga unión los ha con­ver­ti­do en la épo­ca oto­ñal de sus vidas en dos seres que a tra­vés del cari­ño y afec­to que man­tie­nen pue­den estar agra­de­ci­dos de lo que la vida les ha depa­ra­do. Pre­ci­sa­men­te y apro­ve­chan­do las nue­vas dis­po­si­cio­nes que lega­li­zan la unión de dos per­so­nas del mis­mo sexo, ambos deci­den for­ma­li­zar el víncu­lo con­vir­tién­do­se en espo­sos a tra­vés de una cere­mo­nia don­de acu­den muchos de los ami­gos que han sabi­do cosechar.

Geor­ge está lejos de sos­pe­char que ese acto de amor con­du­ce a que sea des­pe­di­do de su tra­ba­jo como pro­fe­sor de músi­ca en una escue­la cató­li­ca. Con gran pena de lo acon­te­ci­do y para ali­viar la situa­ción finan­cie­ra crea­da, los recién casa­dos deci­den ven­der el depar­ta­men­to don­de habi­tan; mien­tras espe­ran hallar un nue­vo lugar don­de vivir, ambos encuen­tran don­de alo­jar­se aun­que en dife­ren­tes luga­res; Ben se muda a la casa de su sobrino (Darren Burrows) quien vive con su espo­sa Kate (Mari­sa Tomei) y su hijo ado­les­cen­te Joey (Char­lie Tahan), en tan­to que Geor­ge se hos­pe­da en el depar­ta­men­to de unos ami­gos policías.

De aquí en más el rela­to se abre en dos direc­cio­nes que de nin­gu­na mane­ra des­ar­mo­ni­zan. Por un lado expo­ne los incon­ve­nien­tes que pue­den sur­gir cuan­do se vive tem­po­ral­men­te con fami­lia­res y/o ami­gos; eso se mani­fies­ta fun­da­men­tal­men­te con Ben al tener que com­par­tir la habi­ta­ción con Joey y al per­tur­bar invo­lun­ta­ria­men­te la ruti­na de Kate que como nove­lis­ta no pue­de con­cen­trar­se en lo que hace por la pre­sen­cia de un “extra­ño” en su casa. La otra face­ta del rela­to es el modo en que Geor­ge y Ben afron­tan el estar sepa­ra­dos aun­que sea transitoriamente.

Con gran afec­to hacia sus per­so­na­jes Sachs brin­da una his­to­ria en don­de dos seres que se quie­ren están suje­tos a lidiar fren­te a cir­cuns­tan­cias impre­vis­tas, pero que al hacer­lo refuer­zan el sóli­do lazo que los une. Lith­gow rea­li­za una bue­na carac­te­ri­za­ción de un hom­bre sen­si­ble en tan­to que Moli­na mara­vi­lla mos­tran­do la gran huma­ni­dad que pre­va­le­ce en los actos de su per­so­na­je; en con­jun­to ambos con­for­man una con­vin­cen­te pare­ja amo­ro­sa den­tro del mar­co de un hones­to rela­to que con­clu­ye poéticamente.

Con­clu­sión: Un bello film expo­nien­do mag­ní­fi­ca­men­te el sen­ti­mien­to de amor de una pare­ja más allá de su orien­ta­ción sexual.  Jor­ge Gutman