THE SKELETON TWINS. Estados Unidos, 2013. Un film de Craig Johnson
Una historia de hermanos distanciados a través del tiempo que por una circunstancia especial vuelven a reunirse es lo que se aprecia en The Skeleton Twins, cuyo comienzo dramático desmiente el tono de comedia sentimental que prevalece a través del metraje. Sin agregar demasiado a los típicos casos de familias disfuncionales, la actuación de buenos comediantes contribuye a que el film cumpla su cometido de entretener y se deje ver.
Cuando Maggie (Kristein Wiig), una higienista dental de Nueva York está a punto de ingerir medicamentos para poner fin a su vida, un inesperado llamado telefónico de un hospital de Los Ángeles interrumpe su decisión al comunicársele que su hermano gemelo Milo (Bill Hader) del cual estuvo separada por 10 años ha logrado sobrevivir después de un fracasado suicidio. Esta dramática noticia hace que ella viaje inmediatamente a California para reunirse con su hermano. Allí, Maggie logra persuadirlo para que regrese a Nueva York donde comparte su hogar con Lance (Luke Wilson), su afable marido.
El reencuentro permite que melancólicamente afloren en la memoria de los hermanos momentos poco placenteros de la infancia transcurridos en el marco de un hogar fracturado, con un padre que se suicidó y una madre (Joanne Gleason) poco afectiva y más preocupada por sí misma que por sus hijos. Al propio tiempo ambos se impondrán de lo acontecido en los años no frecuentados, analizando qué es lo que no anduvo con ellos y las razones de la frustración que los han sumido en un estado depresivo. En el caso de Milo queda claro que como un hombre gay de mediana edad no pudo hasta el presente lograr satisfacción en el plano sentimental ni tampoco como actor frustrado en el ámbito profesional. Por su parte, ella tampoco ha alcanzado plenitud en su vida conyugal al convivir con un marido que aunque sea una persona de buenos sentimientos no lo ama lo que conlleva a tener amoríos extramatrimoniales con su instructor de buceo (Boyd Holbrook).
Con este material que Johnson elaboró conjuntamente con Mark Heyman surge un buen relato sentimental provisto de un efectivo humor negro y situaciones risueñas que emergen de los jugosos diálogos, logrando aminorar el contenido dramático subyacente. La muy buena actuación de Kristen Wiig y Bill Hader y la calidez que emerge en la forma en que Johnson relata esta historia permite pasar por alto algunos hilos sueltos que aparecen en el guión.
Conclusión: Un film sencillo que sin mayores pretensiones ilustra con sutilidad el profundo sentimiento que une a dos hermanos gemelos. Jorge Gutman