Con Sabor a Nostalgia

FORE­VER PLAID. Autor: Stuart Ross – Direc­ción Escé­ni­ca: Roger Pea­ce –- Elen­co: Chris Bari­lla­ro, Gab Des­mond, Michael Daniel Murphy, Jonathan Pat­ter­son – Super­vi­sión Musi­cal y Arre­glos: James Raitt – Direc­ción Musi­cal: Chris Bari­lla­ro – Ilu­mi­na­ción: Peter Spi­ke Lyne – Dise­ño de Video: Geor­ge Allis­ter — Dura­ción: 1h20 sin entre­ac­to- Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 22 de febre­ro de 2015 en la sala prin­ci­pal del Segal Cen­tre (www.segalcentre.org)

Pre­ce­di­da de bue­nos comen­ta­rios lle­ga al Segal Cen­tre el musi­cal de Stuart Ross que logró con­si­de­ra­ble­men­te éxi­to cuan­do fue estre­na­do en Off Braod­way en 1990. Es aquí don­de en pri­me­ra ins­tan­cia cabe seña­lar que Fore­ver Plaid no es una come­dia musi­cal sino una revis­ta musi­cal que uti­li­za un pró­lo­go como medio de intro­du­cir a sus personajes.

Chris Barillaro, Gab Desmond, Michael Daniel Murphy & Jonathan Patterson (Foto de Andrée Lanthier)

Chris Bari­lla­ro, Gab Des­mond, Michael Murphy & Jonathan Pat­ter­son (Foto: A. Lanthier)

Antes de que el espec­tácu­lo en sí mis­mo comien­ce, el espec­ta­dor se impo­ne a tra­vés de una voz en off y median­te el uso de pan­ta­llas para la pro­yec­ción de video que Jinx (Chris Bari­lla­ro), Fran­kie (Gab Des­mond), Sparky (Michael Daniel Murphy) y Smud­ge (Jonathan Pat­ter­son) eran 4 mucha­chos jóve­nes que como can­tan­tes voca­cio­na­les en los años 50 for­ma­ron “The Plaids”; cuan­do en 1964 se dis­po­nían a ofre­cer el pri­mer gran con­cier­to que podría vol­ver­los famo­sos, mue­ren en un acci­den­te auto­mo­vi­lís­ti­co fatal. Es en la épo­ca actual, des­pués de varias déca­das de su des­apa­ri­ción, que los cua­tro retor­nan a la tie­rra des­de el más allá o de ultra­tum­ba –como quié­ra­se ver­lo- para ofre­cer por úni­ca vez el show que en su momen­to no pudie­ron ofrecer.

Cier­ta­men­te, la pre­mi­sa des­crip­ta es bas­tan­te absur­da, pero lo más impor­tan­te es el espec­tácu­lo en sí mis­mo que con poco más de una hora de dura­ción se encuen­tra apo­ya­do por los inte­gran­tes del gru­po quie­nes comien­zan a des­ple­gar sus con­di­cio­nes artís­ti­cas inter­pre­tan­do algu­nas de las can­cio­nes que se hicie­ron famo­sas en esa épo­ca. Des­pués del pri­mer tema musi­cal, Three Coins in the Foun­tain, se van suce­dien­do apro­xi­ma­da­men­te una quin­ce­na de otras can­cio­nes y entre cada una de las mis­mas se inter­ca­lan diá­lo­gos que tra­tan­do de ser humo­rís­ti­cos no siem­pre dan en el jus­to tono don­de algu­nos de los mis­mos son deci­di­da­men­te bana­les. Para citar algu­nos ejem­plos, es dis­cu­ti­ble la gra­cia que pue­de ofre­cer el tími­do Jinx con sus fre­cuen­tes derra­mes de san­gre nasal, Sparky actuan­do como el paya­so del gru­po o bien Smud­ge abrien­do su male­ta para mos­trar su colec­ción de los peque­ños dis­cos de 45 revo­lu­cio­nes por minuto.

Lo que esta revis­ta care­ce es la pre­sen­cia de un míni­mo hilo con­duc­tor entre los dife­ren­tes núme­ros musi­ca­les que bien podrían haber hecho algu­na refe­ren­cia a la for­ma­ción del gru­po y/o a algu­nos aspec­tos per­so­na­les de sus miem­bros antes del acci­den­te mortal.

Cabe des­ta­car en esta pre­sen­ta­ción la diná­mi­ca esta­ble­ci­da entre los inte­gran­tes del con­jun­to demos­tran­do la cali­dad de sus cuer­das voca­les en las can­cio­nes ofre­ci­das, aun­que las mími­cas emplea­das por ellos no siem­pre logran reso­nan­cia. La nos­tal­gia que pro­du­ci­rá en aquel sec­tor de públi­co de más avan­za­da edad es otro de los ele­men­tos que carac­te­ri­za a esta pro­duc­ción al ir reme­mo­ran­do bellas melo­días como, Moments to Remem­ber, Six­teen Tons, Heart and Soul, Lady of Spain, y sin duda Love is a Many Splen­do­red Thing. Todas ellas han sido obje­to de un ade­cua­do arre­glo por par­te de James Raitt, excep­to en el caso de Per­fi­dia don­de el resul­ta­do ha sido poco satisfactorio.

Final­men­te es nece­sa­rio resal­tar a Chris Bari­lla­ro como direc­tor de una peque­ña pero efi­cien­te ban­da musi­cal inte­gra­da por David Terriault (piano), Mike De Masi (con­tra­ba­jo) y Par­ker Bert (bate­ría y per­cu­sión) brin­dan­do un muy buen apo­yo a las canciones.

Con­clu­sión: Fore­ver Plaid es una muy modes­ta revis­ta musi­cal agra­cia­da por la sim­pa­tía, entu­sias­mo y bue­nas voces de sus intér­pre­tes como así tam­bién por la nos­tal­gia de popu­la­res can­cio­nes que encan­ta­ron a la gene­ra­ción de su épo­caJor­ge Gutman

Eman­ci­pa­ción Femenina

FELIX ET MEI­RA. Cana­dá, 2014. Un film de Maxi­me Giroux

Resul­ta intere­san­te cons­ta­tar la preo­cu­pa­ción del direc­tor que­be­quen­se Maxi­me Giroux de enfo­car un tema que con­si­de­ra el com­por­ta­mien­to de otras comu­ni­da­des, ade­más de la bási­ca­men­te fran­có­fo­na, que con­vi­ven en la pro­vin­cia de Que­bec. Para ello ha con­ce­bi­do una intere­san­te his­to­ria de amor que si bien en prin­ci­pio resul­ta­ría difí­cil de ima­gi­nar, logra con­vic­ción por la for­ma que adop­ta su narra­ción como así tam­bién por la natu­ral trans­for­ma­ción que expe­ri­men­tan sus per­so­na­jes a lo lar­go de la misma.

Martin Dubreuil y Hadas Yaron

Mar­tin Dubreuil y Hadas Yaron

Sus dos prin­ci­pa­les pro­ta­go­nis­tas son Félix (Mar­tin Dubreuil) y Mei­ra (Hadas Yaron). El es un hom­bre secu­lar fran­có­fono que per­te­ne­cien­do a un medio social bur­gués no le intere­sa mucho el dine­ro que dis­po­ne y en esen­cia es un ser bohe­mio a la vez que soli­ta­rio y erran­te; des­pués de lar­go tiem­po de no haber vis­to a su anciano padre (Benoît Girard), moral­men­te se sien­te indu­ci­do a visi­tar­lo al hallar­se mori­bun­do y pró­xi­mo a su fin. Por su par­te, Mei­ra es una joven madre de fami­lia per­te­ne­cien­te a la comu­ni­dad jasí­di­ca de Mon­treal; des­con­ten­ta en su matri­mo­nio con Shu­lem (Luzer Twersky), un res­pe­ta­ble rabino, y tra­tan­do de apar­tar­se de las estric­tas reglas reli­gio­sas que debe obser­var toda mujer de su con­di­ción, sien­te una noto­ria insa­tis­fac­ción en su vida per­so­nal al no ade­cuar­se al medio que la rodea. Des­pués de la muer­te del padre de Félix, éste se cru­za con Mei­ra en el barrio del Mile End de Mon­treal don­de ambos viven sin­tién­do­se inme­dia­ta­men­te atraí­do hacia ella cuan­do la obser­va pasean­do a su hiji­ta en el coche­ci­to. Aun­que al tra­tar de abor­dar­la Mei­ra se resis­te a enta­blar con­ver­sa­ción, no pasa mucho tiem­po para que, tími­da­men­te al prin­ci­pio, se vin­cu­le sen­ti­men­tal­men­te con él.

En la des­crip­ción de dos mun­dos com­ple­ta­men­te opues­tos en el que viven sus pro­ta­go­nis­tas, pare­ce­ría impo­si­ble que esa gran diver­gen­cia cul­tu­ral en la que están embe­bi­dos pue­da ori­gi­nar una his­to­ria de amor como la que se pre­sen­cia. De allí que resul­ta enco­mia­ble la for­ma deli­ca­da y el bajo per­fil emplea­do por el rea­li­za­dor para que este rela­to sobre dos seres dis­pa­res que encuen­tran solaz al estar uno jun­to al otro, tra­sun­te la emo­ción nece­sa­ria que invo­lu­cre al espectador.

Sin mani­queís­mo alguno en la des­crip­ción de sus per­so­na­jes, el guión de Giroux escri­to con Ale­xan­dre Lafe­rrie­re per­mi­te com­pren­der cómo Mei­ra, una mujer con ganas de dis­fru­tar y gozar de la liber­tad natu­ral que la vida pue­de ofre­cer­le y le es nega­da, se ve impul­sa­da a salir de un ambien­te en el que se sien­te asfi­xia­da y atra­pa­da por las regla­men­ta­cio­nes jasí­di­cas; eso influ­ye, entre otras cosas, sobre la for­ma en que debe ves­tir­se, el uso obli­ga­do de una pelu­ca ata­via­da a su cabe­llo, el impe­di­men­to de escu­char músi­ca secu­lar y/o can­tar en su pro­pio hogar.

A pesar de que es obser­va­da y con­tro­la­da por su mari­do, el rela­to des­cri­be al rabino como un indi­vi­duo noble que adhe­ri­do a sus prin­ci­pios reli­gio­sos muy con­ser­va­do­res no pue­de per­mi­tir el com­por­ta­mien­to mode­ra­da­men­te libe­ral de su espo­sa, pero a medi­da que el tiem­po trans­cu­rre es cons­cien­te de la lucha inter­na que ella sobre­lle­va para com­pa­ti­bi­li­zar sus reales aspi­ra­cio­nes con la con­duc­ta obli­ga­da que debe man­te­ner en la comu­ni­dad a la cual pertenece.

Si bien el aspec­to cen­tral del rela­to gira en torno de Felix y Mei­ra, el direc­tor apro­ve­cha dicha his­to­ria para ofre­cer con máxi­mo res­pe­to algu­nas de las moda­li­da­des de la vida insu­lar lle­va­da a cabo por un movi­mien­to reli­gio­so ultra­or­to­do­xo y místico.

A nivel de la inter­pre­ta­ción no podría aguar­dar­se mayor natu­ra­li­dad que la que ofre­cen Yaron y Dubreuil, pero tam­bién es digno de des­ta­car la par­ti­ci­pa­ción de Twersky quien en la vida real había per­te­ne­ci­do a dicha comu­ni­dad y pre­ci­sa­men­te fue pre­pa­ra­do para lle­var a cabo una exis­ten­cia simi­lar a la del rabino Shu­lem lo que en con­se­cuen­cia le resul­tó sen­ci­llo ani­mar a dicho per­so­na­je con com­ple­ta convicción.

Para con­cluir es nece­sa­rio des­ta­car que ade­más de expo­ner el mul­ti­cul­tu­ra­lis­mo pre­va­le­cien­te en Mon­treal a tra­vés de esta inusual his­to­ria román­ti­ca, Giroux logra un film deci­di­da­men­te femi­nis­ta retra­tan­do a una mujer que en pro­cu­ra de su pro­pia iden­ti­dad lle­ga a eman­ci­par­se de su medio ven­cien­do con valor cual­quier cla­se de pre­jui­cio existente.

Con­clu­sión: Un film sutil y sen­si­ble que explo­ra con fine­za un terreno deli­ca­do y rara vez con­si­de­ra­do por el cine cana­dien­seJor­ge Gutman

Cus­to­dia de una Niña

BLACK OR WHI­TE. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film escri­to y diri­gi­do por Mike Binder

Si bien su títu­lo sugie­re que se asis­ti­rá a un film sobre rela­cio­nes racia­les, en reali­dad el tema cen­tral de Black or Whi­te es el de la dispu­ta entre un abue­lo materno y una abue­la pater­na por la cus­to­dia de la peque­ña nie­ta que tie­nen en común. Aun­que basa­do en hechos reales, el tra­ta­mien­to brin­da­do por el rea­li­za­dor Mike Bin­der es dema­sia­do ele­men­tal, esque­má­ti­co y poco con­se­cuen­te con su com­pla­cien­te desenlace.

Octavia Spencer y Kevin Kostner

Octa­via Spen­cer y Kevin Kostner

El vete­rano Kevin Kost­ner inter­pre­ta a Elliot, un abo­ga­do de raza blan­ca de muy bue­na situa­ción eco­nó­mi­ca vivien­do en un afluen­te sec­tor de Los Ánge­les quien al comien­zo del rela­to se encuen­tra acon­go­ja­do por la muer­te de su espo­sa (Jen­ni­fer Ehle) acae­ci­da en un acci­den­te auto­mo­vi­lís­ti­co. El matri­mo­nio tenía a su car­go a Eloi­se (Jillian Estell), la nie­ta de 7 años, cuya madre que era hija de Elliot murió al nacer el bebé, en tan­to que Reg­gie (Andre Holland), el papá de la cria­tu­ra de raza negra y un hom­bre adic­to a la dro­ga dejó irres­pon­sa­ble­men­te el hogar des­en­ten­dién­do­se como padre. Con todo, Elliot man­tu­vo bue­nas rela­cio­nes con Rowe­na (Octa­via Spen­cer), la madre afro­ame­ri­ca­na de Reg­gie, así como con su fami­lia extendida.

Elliot tra­ta de aco­mo­dar­se a su nue­va vida y tie­ne toda la inten­ción de seguir ocu­pán­do­se de su nie­ta como lo había hecho has­ta el momen­to en que su mujer falle­ció. Para refor­zar la exce­len­te edu­ca­ción pri­va­da que reci­be Eloi­se con­tra­ta los ser­vi­cios de un tutor (Mpho Koaho) a domi­ci­lio para que le brin­de cla­ses de mate­má­ti­cas. Sin embar­go, nada segui­rá como has­ta ese enton­ces cuan­do Rowe­na le soli­ci­ta la cus­to­dia de la niña adu­cien­do que ella tie­ne un legí­ti­mo padre. Elliot que quie­re entra­ña­ble­men­te a la niña, se nie­ga a acce­der al pedi­do tenien­do en cuen­ta, entre otros fac­to­res, que Eloi­se ya no segui­ría vivien­do en el ele­gan­te subur­bio en que habi­ta sino en un barrio mucho más humil­de, como tam­po­co ten­dría acce­so al alto nivel de edu­ca­ción que reci­be en la escue­la eli­tis­ta a la que asis­te. Es aquí don­de su con­sue­gra deci­de ini­ciar una deman­da judi­cial con la ayu­da de su her­mano abo­ga­do (Anthony Mac­kie) para defen­der­la en su reclamo.

Gran par­te del film tie­ne lugar duran­te el jui­cio en don­de sur­gen argu­men­tos de incri­mi­na­ción por par­te de ambas par­tes. Por un lado Elliot argu­ye que Reg­gie es dro­ga­dic­to a pesar de que éste sos­tie­ne estar recu­pe­ra­do y sobrio; por el lado opues­to, la acu­sa­ción de la matriar­cal Rowe­na resi­de en los hábi­tos alcohó­li­cos de su con­sue­gro y que al estar tra­ba­jan­do fue­ra de su hogar no podrá aten­der con­ve­nien­te­men­te a la niña. En lo que con­cier­ne a la cues­tión racial, el tema sur­ge en for­ma ais­la­da cuan­do a pesar de que que­da cla­ro de que Elliot no es racis­ta en un momen­to de ofus­ca­ción hacia su yerno lo til­da de “negro”.

Por todo el buen pro­pó­si­to que alien­ta al film sobre la con­flic­ti­va situa­ción y la intri­ga por saber el vere­dic­to del jui­cio tenien­do en con­si­de­ra­ción el hogar que sea más esta­ble y con­ve­nien­te para el bien­es­tar de Eloi­se, el rela­to resul­ta muy blan­do y sim­plis­ta sin que legí­ti­ma­men­te lle­gue a emo­cio­nar; para peor, la par­te final de la tra­ma es total­men­te con­des­cen­dien­te y poco creí­ble. En esen­cia, lo que se con­tem­pla se ase­me­ja más a una “pelí­cu­la de la sema­na” que a un sóli­do dra­ma como el con­tem­pla­do en el exce­len­te film Kra­mer vs. Kra­mer (1978) de Robert Ben­ton sobre simi­lar tópi­co. Las inter­pre­ta­cio­nes de Cost­ner y Spen­cer son muy bue­nas así como la peque­ña Estell sabe ganar­se la sim­pa­tía del públi­co, pero eso no pue­de com­pen­sar las limi­ta­cio­nes de esta his­to­ria. Jor­ge Gutman

Un Cri­men no Esclarecido

L’HOMME QUON AIMAIT TROP. Fran­cia, 2014. Direc­ción: André Téchi­ne. Dis­tri­bu­ción: TVA Films (2015)

El vete­rano rea­li­za­dor André Téchi­né retor­na al cine con este dra­ma psi­co­ló­gi­co en una his­to­ria don­de la pasión amo­ro­sa se entre­mez­cla con con­flic­tos fami­lia­res, dia­bó­li­cos jue­gos de poder y la traición.

Catherine Deneuve y Guillaume Canet

Cathe­ri­ne Deneu­ve y Gui­llau­me Canet

Vol­vien­do a tra­ba­jar por sép­ti­ma vez con el rea­li­za­dor, Cathe­ri­ne Deneu­ve da vida a Renée Le Roux de quien en el pró­lo­go del rela­to se lle­ga a saber que los esfuer­zos que por lar­go tiem­po reali­zó para reabrir el expe­dien­te judi­cial con­tra Mau­ri­ce Agne­let (Gui­llau­me Canet), a quien con­si­de­ra como el ase­sino de su hija Agnès (Adè­le Hae­nel), logró prosperar.

El famo­so affai­re Le Roux comien­za en 1976, cuan­do Agnès retor­na a Niza des­pués de un fra­ca­sa­do matri­mo­nio en Áfri­ca y desea que su madre viu­da que es pro­pie­ta­ria de un casino de la Cos­ta Azul, le adju­di­que su par­te de la heren­cia fami­liar que le corres­pon­de para desem­pe­ñar­se por su pro­pia cuen­ta. Como el casino está per­dien­do dine­ro, Renée no acce­de al deseo de su hija por­que no dis­po­ne del dine­ro líqui­do para com­prar­le su par­te. A todo eso, Mau­ri­ce Agne­let, ambi­cio­so y muje­rie­go abo­ga­do de Renée, se sien­te pro­fun­da­men­te dis­gus­ta­do por­que ella no lo desig­nó geren­te del casino; para ven­gar­se, sedu­ce a su hija con­vir­tién­do­se en su aman­te. Ahí se ini­cia un com­plot don­de con la par­ti­ci­pa­ción de un mafio­so local (Jean Cor­so), se pro­du­ce la caí­da en des­gra­cia de Renée al per­der con­trol del esta­ble­ci­mien­to, a la vez que Agnès lle­ga a obte­ner su heren­cia de 3 millo­nes de fran­cos. Al poco tiem­po, la joven que esta­ba infa­tua­da con Mau­ri­ce, des­pués de un fra­ca­sa­do inten­to de sui­ci­dio, des­apa­re­ce en tan­to que su aman­te emi­gra a Pana­má con el dine­ro here­da­do. Eso moti­va a que Renée esté con­ven­ci­da de que Mau­ri­ce eli­mi­nó a su hija. Lo cier­to es que aun­que se supo­ne que está muer­ta, su cadá­ver aún no ha sido descubierto.

La duda per­sis­te en esta dra­má­ti­ca his­to­ria por cuan­to el acu­sa­do a lo lar­go de casi 4 déca­das ha per­sis­ti­do en man­te­ner su ino­cen­cia. El guión del rea­li­za­dor que con­tó con la par­ti­ci­pa­ción de Jean-Char­les Le Roux, her­mano de Agnès, es sufi­cien­te ágil como para atraer al espec­ta­dor siguien­do todos los veri­cue­tos del caso. Como nota intere­san­te cabe seña­lar que pos­te­rior­men­te a la rea­li­za­ción del film, el acu­sa­do ha sido con­de­na­do en abril de 2014 a 20 años de pri­sión y ape­la­do al vere­dic­to de cul­pa­bi­li­dad pro­nun­cia­do por la justicia.

Cine­ma­to­grá­fi­ca­men­te, el film sin ser el más audaz o com­ple­jo de Téchi­né está bien rela­ta­do, aun­que sin juz­gar a sus per­so­na­jes para dejar que el espec­ta­dor se con­vier­ta en juez de lo que ha vis­to. La inter­pre­ta­ción del trío cen­tral sin lle­gar a ser remar­ca­ble es correc­ta y no mere­ce obje­ción alguna.

El DVD es pre­sen­ta­do en su ver­sión ori­gi­nal fran­ce­sa con sub­tí­tu­los en inglés. Jor­ge Gutman

Opé­ra Natio­nal de Paris

L’ENLEVEMENT AU SÉRAIL/THE ABDUC­TION FROM THE SERAGLIO

En una nue­va trans­mi­sión des­de la Ope­ra Nacio­nal de París a tra­vés de las pan­ta­llas del Ciné­ma du Parc y Beau­bien se podrá pre­sen­ciar la ópe­ra El Rap­to en el Serra­llo.El Rapto en el Serrallo (1)

Esta crea­ción de Mozart se estre­nó con gran éxi­to en el Burgthea­ter de Vie­na en julio de 1782, y en vida del com­po­si­tor fue la ópe­ra más difun­di­da fue­ra de la capi­tal de Aus­tria. Con libre­to en ale­mán de Gottlieb Stepha­nie en base a la pie­za de Chris­toph Frie­drich Bretz­ner, tie­ne la par­ti­cu­la­ri­dad de haber sido cons­trui­da como un sings­piel, que res­pon­de a una for­ma tea­tral típi­ca­men­te ger­ma­na don­de se alter­nan par­tes can­ta­das y habla­das; es por esa razón que care­ce de recitativos.El Rapto en el Serrallo (2)

A dife­ren­cia de las ópe­ras que Mozart com­pu­sie­ra con pos­te­rio­ri­dad, ésta es lige­ra y fre­cuen­te­men­te cómi­ca aun­que no deja de con­si­de­rar­se como una metá­fo­ra del com­ba­te que opo­ne la liber­tad a toda for­ma de abso­lu­tis­mo. El tema se cen­tra en los esfuer­zos rea­li­za­dos por Bel­mon­te, un noble espa­ñol, para libe­rar a su bella y joven novia Cons­tan­za que fue rap­ta­da por pira­tas y ven­di­da como escla­va al pachá tur­co Selim quien la con­vier­te en su favo­ri­ta. Es allí que Bel­mon­te se diri­gi­rá a Tur­quía con el pro­pó­si­to de res­ca­tar a su ama­da. Por tra­tar­se de una ópe­ra ale­gre es evi­den­te que se impo­ne un final feliz.

La pre­sen­te ver­sión cuen­ta con la pues­ta en esce­na de Zabou Breit­man en tan­to que Phi­lip­pe Jor­dán es el direc­tor musi­cal de la Orques­ta y Coro de la Opé­ra natio­nal de Paris. En el elen­co par­ti­ci­pan los can­tan­tes Jür­gen Mau­rer, Erin Mor­ley, Anna Pro­has­ka, Ber­nard Rich­ter, Paul Sch­wei­nes­ter y Lars Woldt. Jean-Marc Steh­lé es el res­pon­sa­ble de los deco­ra­dos, el ves­tua­rio corres­pon­de a Arie­lle Chanty, la coreo­gra­fía es de Sophie Tellier y la ilu­mi­na­ción está a car­go de André Diot.

La trans­mi­sión de la ópe­ra en su ver­sión ale­ma­na con sub­tí­tu­los en fran­cés tie­ne lugar en el Beau­bien, el domin­go 15 de febre­ro a las 13 horas y el jue­ves 19 de febre­ro a las 19 horas. Por su par­te, el Ciné­ma du Parc la ofre­ce­rá con sub­tí­tu­los en inglés el 15 de febre­ro a las 12 horas y el 19 de febre­ro a las 18 horas.

Para infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí