Cor­to­me­tra­jes Nomi­na­dos Para el Oscar

Comen­ta­rio de Jor­ge Gutman

Si bien en esta épo­ca del año en mate­ria de cine la aten­ción se con­cen­tra sobre los fil­mes de lar­go­me­tra­jes que en sus diver­sas cate­go­rías han sido nomi­na­dos para el Oscar, los cor­to­me­tra­jes no alcan­zan igual reso­nan­cia. Sin embar­go, es impor­tan­te des­ta­car la rele­van­cia de los mis­mos si se tie­ne en cuen­ta que en con­ta­dos minu­tos de metra­je los rea­li­za­do­res deben con­den­sar el desa­rro­llo de un tema cuya narra­ción per­mi­ta man­te­ner la aten­ción del espectador.

Como un reco­no­ci­mien­to del talen­to de la gen­te invo­lu­cra­da en la pro­duc­ción de los cor­to­me­tra­jes, en los últi­mos años se ha deci­di­do exhi­bir comer­cial­men­te los títu­los que han sido nomi­na­dos para com­pe­tir por el Oscar. He aquí un comen­ta­rio de los cor­tos selec­cio­na­dos para 2016 y que actual­men­te se exhi­ben en las salas de cine de Esta­dos Uni­dos y Canadá.

FIL­MES DE FIC­CIÓN EN VIVO

Ave María (Fran­cia-Ale­ma­nia-Pales­ti­na) de Basil Kha­lil y Eric Dupont

Shady Srour, Maya Koren y Ruth Farhi en AVE MARIA

Shady Srour, Maya Koren y Ruth Farhi en AVE MARIA

El con­flic­to per­ma­nen­te entre israe­líes y ára­bes en los Terri­to­rios Ocu­pa­dos es aquí enfo­ca­do a tra­vés de un ángu­lo dife­ren­te y no pre­ci­sa­men­te dra­má­ti­co. El rela­to enfo­ca a una fami­lia de colo­nos israe­líes obser­van­tes (Shady Srour, Maya Koren, Ruth Farhi) que tran­si­ta con su coche en la zona de ocu­pa­ción duran­te las últi­mas horas del atar­de­cer de un día vier­nes cuan­do el vehícu­lo repen­ti­na­men­te se des­com­po­ne. Encon­trán­do­se en un lugar deso­la­do sal­vo la pre­sen­cia de un con­ven­to cris­tiano, los via­je­ros soli­ci­tan a las cin­co mon­jas que lo habi­tan que les faci­li­te el telé­fono para pedir ayu­da a ter­ce­ros que los auxi­lien en la emer­gen­cia. A pesar de que por una par­te los visi­tan­tes no pue­den mane­jar el telé­fono en razón del Sab­bat y las mon­jas tam­po­co están en con­di­cio­nes de hablar por estar efec­tuan­do un voto de silen­cio, un ges­to de bue­na volun­tad per­mi­ti­rá resol­ver el pro­ble­ma. En 15 minu­tos de dura­ción y en tono de come­dia mor­daz, los rea­li­za­do­res ofre­cen un cor­to enco­mia­ble resal­tan­do el sen­ti­mien­to huma­ni­ta­rio, más allá de cul­tu­ras con­tras­tan­tes, dife­ren­cias reli­gio­sas y/o bre­chas polí­ti­cas exis­ten­tes entre las partes.

Day One. (Esta­dos Uni­dos) de Henry Hughes

El rea­li­za­dor Henry Hughes quien en 2009 par­ti­ci­pó mili­tar­men­te con las fuer­zas de Esta­dos Uni­dos en Afga­nis­tán se ins­pi­ró para este cor­to en una expe­rien­cia per­so­nal. La his­to­ria gira en torno de Feda (Lay­la Ali­za­da) una mujer ame­ri­ca­na oriun­da de Afga­nis­tán quien como intérprete/traductora se une al ejér­ci­to esta­dou­ni­den­se que está patru­llan­do su país natal. En su pri­mer día de tra­ba­jo, acom­pa­ñan­do a las tro­pas que tra­tan de loca­li­zar en una región mon­ta­ño­sa a un inte­gran­te del ban­do enemi­go que se dedi­ca a fabri­car bom­bas, la joven ines­pe­ra­da­men­te debe actuar como par­te­ra de una mujer que está pró­xi­ma a dar a luz y que se encuen­tra en un com­pli­ca­do esta­do. A pesar de la exis­ten­cia de un médi­co del lugar, debi­do a reli­gio­sos tabúes Feda, sin expe­rien­cia algu­na en la mate­ria, tie­ne que pro­ce­der con urgen­cia para sal­var las vidas de la madre y el bebé. En un lugar don­de la muer­te se mani­fies­ta dia­ria­men­te a tra­vés de explo­sio­nes y aten­ta­dos sui­ci­das, es intere­san­te ver cómo el naci­mien­to de una cria­tu­ra es capaz de huma­ni­zar a la gen­te a pesar de las irre­con­ci­lia­bles dife­ren­cias exis­ten­tes entre fac­cio­nes enemi­gas. Muy bien diri­gi­do y nota­ble­men­te inter­pre­ta­do, Hugues logró un som­brío pero alec­cio­na­dor film que impac­ta por su fuer­za expresiva.

Everything Will Be Okay (Ale­ma­nia-Aus­tria) de Patrick Vollrath

Julia Pointner en EVERYTHING WILL BE OKAY

Julia Point­ner en EVERYTHING WILL BE OKAY

Con cier­tas remi­nis­cen­cias de la pelí­cu­la de Robert Ben­ton Kra­mer vs. Kra­mer (1979), este cor­to escri­to y diri­gi­do por Patric Voll­rath es en mi opi­nión el mejor de los cin­co de de fic­ción nomi­na­dos. Con un exce­len­te mane­jo de cáma­ra y un pro­fun­do sen­ti­do de obser­va­ción, Voll­rath cen­tra su rela­to en Michael (Simon Sch­warz), un padre divor­cia­do que acu­de a bus­car a su niña Lea (Julia Point­ner) de 8 años, que está al cui­da­do de su madre (Marion Rot­tenho­fer), para pasar jun­tos el fin de sema­na. El aus­pi­cio­so comien­zo en el coche de Michael mues­tra el lazo cáli­do y entra­ña­ble que une al padre con su hiji­ta. Sin embar­go, gra­dual­men­te la his­to­ria va adqui­rien­do un matiz dife­ren­te cuan­do se obser­va que el pro­pó­si­to de Michael es via­jar con ella des­de Vie­na don­de están vivien­do, hacia Mani­la. Es allí don­de este hom­bre se vuel­ve más ansio­so fren­te a la con­fu­sión e intran­qui­li­dad mani­fes­ta­da por Lea quien comien­za a sos­pe­char sobre las reales inten­cio­nes de su padre. No es nece­sa­rio rela­tar cómo con­clui­rá esta his­to­ria sino seña­lar que en 30 minu­tos de dura­ción Voll­rath ha logra­do un film que se des­ta­ca por su narra­ción con­ci­sa, exce­len­te cons­truc­ción y por una cabal des­crip­ción de los dos per­so­na­jes cen­tra­les. Lo intere­san­te del rela­to plan­tea­do es que la acción de Michael, aun­que deci­di­da­men­te equi­vo­ca­da tan­to des­de la ópti­ca moral como legal, per­mi­te que el espec­ta­dor se con­mi­se­re con el pro­fun­do sen­ti­mien­to de un padre que por el amor que sien­te por su hija quie­re afe­rrar­se a ella a toda cos­ta sin poder lograr­lo. Este melo­dra­ma de amor filial pro­fun­da­men­te con­mo­ve­dor y que lle­ga fácil­men­te al cora­zón del espec­ta­dor se valo­ri­za con las nota­bles actua­cio­nes de Sch­warz y Pointner.

Shok (Koso­vo-Gran Bre­ta­ña) de Jamie Donoughue

Andi Bajgora y Lum Veseli en SHOK

Andi Baj­go­ra y Lum Vese­li en SHOK

Los con­flic­tos étni­cos de la región bal­cá­ni­ca, ya con­si­de­ra­dos por el cine, cobran nue­va­men­te vida en este cor­to que tie­ne como esce­na­rio a Koso­vo y trans­cu­rre en 1998. En un terri­to­rio dispu­tado por Ser­bia, la his­to­ria mues­tra el tris­te exi­lio de una fami­lia de Koso­vo que obli­ga­da por las fuer­zas ser­bias que ocu­pan la región se encuen­tra for­za­da a empren­der el camino del exi­lio. Den­tro de ese con­tex­to, se asis­te a la his­to­ria de Petri (Lum Vese­li) y Oki (Andi Baj­go­ra), dos chi­cos muy ami­gos cuya amis­tad se que­bra­rá fatal­men­te como con­se­cuen­cia de la san­grien­ta y des­car­na­da actua­ción empren­di­da por el ejér­ci­to ser­bio. Esta lúgu­bre y tris­te his­to­ria de odio y racis­mo basa­da en hechos reales y que lamen­ta­ble­men­te adquie­re reso­nan­cia uni­ver­sal está sóli­da­men­te diri­gi­da y escri­ta por Jamie Donoughue así cómo muy bien interpretada.

Stut­te­rer (Gran Bre­ta­ña) de Ben­ja­min Cleary.

Una his­to­ria sen­ci­lla pero deci­di­da­men­te creí­ble es la que se con­tem­pla en este cor­to de 12 minu­tos. Green­wod (Matthew Needham) es un joven tipó­gra­fo soli­ta­rio que tar­ta­mu­dea; para palear su sole­dad uti­li­za la red de inter­net para flir­tear con Ellie (Chloe Pirrie), una chi­ca que lle­gó a cono­cer por esa vía. En la medi­da que la comu­ni­ca­ción se basa en la redac­ción de tex­tos de las dos par­tes invo­lu­cra­das, todo mar­cha muy bien has­ta que Ellie mani­fies­ta el deseo de que se pro­duz­ca un pri­mer encuen­tro físi­co. Aun­que el gran pro­ble­ma para Green­wod es cómo enfren­tar a su inter­lo­cu­to­ra debi­do a su tar­ta­mu­dez que ella des­co­no­ce, sur­ge la intri­ga en saber cuál será el resul­ta­do de ese encuen­tro. Esta dul­ce, her­mo­sa y tier­na tra­ma de Ben­ja­min Cleary es deci­di­da­men­te ori­gi­nal sobre todo por­que es muy difí­cil pre­ver su sor­pren­den­te y con­mo­ve­dor des­en­la­ce que obvia­men­te no con­vie­ne revelar.

FIL­MES DE ANIMACIÓN

Den­tro de los fil­mes ani­ma­dos se des­ta­ca el cor­to metra­je His­to­ria de un Oso (Chi­le) del direc­tor Gabriel Oso­rio, que ya ha sido pre­sen­ta­do en varios fes­ti­va­les inter­na­cio­na­les con bue­na aco­gi­da crí­ti­ca. Sin diá­lo­go alguno, el rela­to se cen­tra en un vie­jo y melan­có­li­co oso que cons­tru­yó un tea­tro de mario­ne­tas de hoja­la­ta; ins­ta­la­do dia­ria­men­te en una con­cu­rri­da calle, los tran­seún­tes pue­den asis­tir a una tris­te his­to­ria don­de se narra las expe­rien­cias de un oso cir­cen­se que fue sepa­ra­do de su fami­lia pero que man­tie­ne una for­ta­le­za a toda prue­ba para retor­nar a su hogar con los suyos. Aun­que en tér­mi­nos de ani­ma­ción Chi­le aún no ha lle­ga­do a los están­da­res de Esta­dos Uni­dos, el cor­to se dis­tin­gue por su muy bue­na tex­tu­ra e inge­nio­so diseño.

Una escena de HISTORIA DE UN OSO

Una esce­na de HIS­TO­RIA DE UN OSO

El tema de la vio­len­cia y el de la ino­cen­cia infan­til se con­ju­gan en Pro­lo­gue (Gran Bre­ta­ña) de Richard Williams. En esca­sos 6 minu­tos de dura­ción se asis­te a un rela­to que trans­cu­rre hace ya más de dos mile­nios don­de cua­tro gue­rre­ros, dos espar­ta­nos y dos ate­nien­ses, se baten a muer­te; todo ello se desa­rro­lla ante los ojos de una niñi­ta que horro­ri­za­da por lo que con­tem­pla, se refu­gia en los bra­zos de su abue­li­ta en pro­cu­ra de con­fort y pro­tec­ción. Esta his­to­ria anti­bé­li­ca ade­más de inob­je­ta­ble­men­te narra­da, cuen­ta con deta­lles artís­ti­cos y téc­ni­cos esme­ra­da­men­te considerados.

En el cor­to de los estu­dios Pixar Sanjay’s Super Team (Esta­dos Uni­dos) diri­gi­do por San­jay Patel, se asis­te a un rela­to basa­do en las expe­rien­cias que el direc­tor atra­ve­só en su infan­cia. El rela­to se cen­tra en un niño indio-ame­ri­cano que obse­sio­na­do con los dibu­jos ani­ma­dos de super­hé­roes de la tele­vi­sión no encuen­tra gran estí­mu­lo en acom­pa­ñar a su padre en sus ple­ga­rias reli­gio­sas dedi­ca­das a los dio­ses hin­dúes; sin embar­go como con­se­cuen­cia de un acci­den­te ines­pe­ra­do, incen­ti­va su ima­gi­na­ción para con­ci­liar sus gus­tos per­so­na­les con la incli­na­ción reli­gio­sa de su pro­ge­ni­tor. En esen­cia, he aquí un dibu­jo ani­ma­do entre­te­ni­do y de nota­ble belle­za visual que se des­ta­ca por la ori­gi­na­li­dad de su tema don­de la creen­cia o fe reli­gio­sa rara­men­te es abor­da­da en pelí­cu­las de este género.

Una escena de SANJAY’S SUPER TEAM

Una esce­na de SANJAY’S SUPER TEAM

En We Can’t Live Without Cos­mos (Rusia) el direc­tor Kons­tan­tin Bron­zit cuen­ta la his­to­ria de dos exce­len­tes ami­gos que des­de la infan­cia soña­ron con ser astro­nau­tas; es aho­ra cuan­do se some­ten a un rigu­ro­so entre­na­mien­to para ver el sue­ño con­cre­ta­do de via­jar al espa­cio. Si bien algu­nas peri­pe­cias gra­cio­sas ocu­rren duran­te el perío­do de for­ma­ción, un con­flic­to ines­pe­ra­do hará que los pla­nes no se des­en­vuel­van según lo planeado.

Un nota­ble film es World of Tomo­rrow (Esta­dos Uni­dos) diri­gi­do por Don Her­tz­feld. En el mar­co de un rela­to de cien­cia fic­ción una niñi­ta de 3 años es trans­por­ta­da a un futu­ro dis­tan­te por par­te de una sor­pre­si­va visi­tan­te que no es otra cosa que un clo­ne de sí mis­ma. Agra­da­ble­men­te surrea­lis­ta, sor­pren­den­te­men­te ima­gi­na­ti­vo, absur­da­men­te gra­cio­so y sobre todo nada con­ven­cio­nal, este via­je fan­tás­ti­co que obtu­vo el Gran Pre­mio del Jura­do como mejor cor­to en el fes­ti­val de Sun­dan­ce 2015 es deci­di­da­men­te recomendable.

Una escena de WORLD OF TOMORROW

Una esce­na de WORLD OF TOMORROW

Madre Cora­je

FATI­MA. Fran­cia-Cana­da, 2015. Un film escri­to y diri­gi­do por Phi­lip­pe Faucon

El rea­li­za­dor Phi­lip­pe Fau­con naci­do en Marrue­cos e ins­ta­la­do en Fran­cia des­cri­be de mane­ra sen­si­ble las vici­si­tu­des atra­ve­sa­das por los inmi­gran­tes del nor­te de Áfri­ca que tra­tan de ubi­car­se y lograr mejo­res con­di­cio­nes de vida en el mar­co de la socie­dad francesa.

Soria Zeroual

Soria Zeroual

La his­to­ria se cen­tra en Fati­ma (Soria Zeroual), una mujer marro­quí de humil­de con­di­ción que lle­gó a Lyon con sus dos hijas en pro­cu­ra de un por­ve­nir más ven­tu­ro­so. Aban­do­na­da por su mari­do (Chaw­ki Ama­ri), con su gran for­ta­le­za tra­ta de esfor­zar­se lo máxi­mo posi­ble para que nada le fal­te a su hija mayor Nes­ri­ne (Zita Han­rot) de 18 años- y Souad (Ken­za Noah Aiche), la menor de 15 años. Para ganar­se la vida, y fren­te a su pre­ca­rio cono­ci­mien­to del idio­ma fran­cés, su labor está con­fi­na­da a rea­li­zar tareas de lim­pie­za en resi­den­cias de hoga­res aco­mo­da­dos, obte­nien­do a cam­bio remu­ne­ra­cio­nes minús­cu­las. Por su par­te, el padre oca­sio­nal­men­te man­tie­ne encuen­tros con sus hijas pero en la reali­dad de los hechos nada con­tri­bu­ye al bien­es­tar de las mis­mas, por lo que todo que­da rele­ga­do en Fatima.

El guión del rea­li­za­dor es rico en múl­ti­ples deta­lles, en espe­cial enfo­can­do la rela­ción con­tras­tan­te entre la madre y sus hijas. Nes­ri­ne que se encuen­tra estu­dian­do medi­ci­na, com­pren­de y es apre­cia­ti­va del esfuer­zo de su pro­ge­ni­to­ra para cos­tear sus estu­dios. No acon­te­ce lo mis­mo con Souad quien como ado­les­cen­te rebel­de no deja de lan­zar­le sus pro­vo­ca­ti­vos dar­dos; así ella no tole­ra la fal­ta de edu­ca­ción for­mal de su madre ni que tam­po­co haya apren­di­do sufi­cien­te­men­te la len­gua fran­ce­sa para que pue­da comu­ni­car­se mejor con la gen­te que la rodea, en lugar de mane­jar­se casi en for­ma exclu­si­va con el idio­ma ára­be; tam­po­co pue­de acep­tar que Fati­ma se dedi­que a a un tra­ba­jo que con­sis­te en lim­piar “la basu­ra” de los otros. En todo caso para no depri­mir­se por las pala­bras hirien­tes de Souad, la mujer deci­de vol­car en el dia­rio no solo sus frus­tra­cio­nes sino tam­bién sus aspi­ra­cio­nes, espe­ran­zas y logros para sus hijas.

En adi­ción a lo seña­la­do, el film abun­da en deta­lles de la vida dia­ria don­de pre­va­le­ce un racis­mo laten­te así como pre­jui­cios tra­du­ci­dos en des­con­fian­za de la pobla­ción local hacia los inmi­gran­tes, difi­cul­tan­do de este modo la asi­mi­la­ción cul­tu­ral. Pero tam­bién es nece­sa­rio des­ta­car que entre los pro­pios miem­bros de la comu­ni­dad musul­ma­na exis­ten sen­ti­mien­tos encon­tra­dos, capa­ces de gene­rar pre­sio­nes a cau­sa de cier­ta envi­dia exis­ten­te entre sus inte­gran­tes. Otro aspec­to rele­van­te es apre­ciar la sepa­ra­ción que se pro­du­ce entre los inmi­gran­tes de pri­me­ra gene­ra­ción y los que per­te­ne­cen a la gene­ra­ción siguien­te quie­nes por haber naci­do en el país anfi­trión van con­for­man­do una iden­ti­dad cul­tu­ral pro­pia y dife­ren­te a la de sus padres.

Para escri­bir su guión, Fau­con se ins­pi­ró en una colec­ción de poe­mas, pen­sa­mien­tos y frag­men­tos de Fati­ma Ela­you­bi que fue­ron com­pi­la­dos en el libro Priè­re à la lune (Rezo a la luna) publi­ca­do en Fran­cia en ára­be. Lo intere­san­te es que la adap­ta­ción del direc­tor para su tras­la­do al cine lle­ga a tras­cen­der por su alto con­te­ni­do humano y por un enfo­que narra­ti­vo que sin ser sen­ti­men­tal es pro­fun­da­men­te emotivo.

Las inter­pre­ta­cio­nes del trío feme­nino pro­ta­gó­ni­co son natu­ra­les y por lo tan­to genui­nas. A pesar de la fal­ta pre­via de expe­rien­cia acto­ral, Zeroual, Han­rot y Aiche con­ven­cen amplia­men­te cada una en sus res­pec­ti­vos roles.

Fau­con, un direc­tor preo­cu­pa­do en ofre­cer un cine de con­te­ni­do social, elu­de aquí la vio­len­cia que fre­cuen­te­men­te emer­ge en pelí­cu­las de este géne­ro. Con­sus­tan­cia­do total­men­te con sus per­so­na­jes y res­ca­tan­do el lado humano que los guía al tra­tar de ven­cer los obs­tácu­los impues­tos por el medio cul­tu­ral en que se des­en­vuel­ven, el rea­li­za­dor lejos de ofre­cer un rela­to depri­men­te brin­da un film de gene­ro­so optimismo.

Con­clu­sión: Des­ta­can­do la for­ta­le­za y deter­mi­na­ción de una madre cora­je capaz de rom­per barre­ras para lograr sus nobles pro­pó­si­tos, Fáti­ma es una sen­ci­lla y noble pelí­cu­la que cele­bra la dig­ni­dad de la mujerJor­ge Gutman

El Fes­ti­val de Can­nes ya Tie­ne Presidente

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

En su pri­mer comu­ni­ca­do de pren­sa, el Fes­ti­val de Can­nes ha hecho saber que el direc­tor, guio­nis­ta y pro­duc­tor aus­tra­liano Geor­ge Miller pre­si­di­rá el Jura­do del Cer­ta­men de este año que se desa­rro­lla­rá entre el 11 y 22 de mayo. Como es habi­tual, en la cere­mo­nia de clau­su­ra, jun­to con los otros miem­bros del jura­do que aún no han sido desig­na­dos, Miller otor­ga­rá la pres­ti­gio­sa Pal­ma de Oro al mejor film con­cur­san­te. De este modo desem­pe­ña­rá la mis­ma fun­ción que les cupo en recien­tes años a otros renom­bra­dos direc­to­res como Tim Bur­ton, Nan­ni Moret­ti, Ste­ve Spiel­berg, Jane Cam­pion y los her­ma­nos Coen.

GEORGE MILLER

Al haber acep­ta­do la invi­ta­ción, el rea­li­za­dor mani­fes­tó expe­ri­men­tar un gran pla­cer de tener la opor­tu­ni­dad de dis­cu­tir entu­sias­ma­da­men­te con otros miem­bros del Jura­do las pelí­cu­las selec­cio­na­das que par­ti­ci­pa­rán en la Com­pe­ten­cia Oficial.

La carre­ra de Miller en el lar­go metra­je comen­zó con el film de cien­cia fic­ción Mad Max (1979) cuyo per­so­na­je míti­co de Max Roc­ka­tansky pro­ta­go­ni­za­do por Mel Gib­son logró gran éxi­to mun­dial ade­más de haber impul­sa­do la popu­la­ri­dad del actor aus­tra­liano. La gran reper­cu­sión logra­da moti­vó que Miller tuvie­ra a su car­go dos epi­so­dios más, Mad Max 2: The Road Warrior (1981) y Mad Max Beyond Thun­der­do­me (1985).

En los años siguien­tes el direc­tor fue cimen­tan­do su pres­ti­gio con The Wit­ches of East­wick (1987) y  Lorenzo’s Oil (1992), entre otros títu­los. El géne­ro de ani­ma­ción fue tam­bién abor­da­do por el cineas­ta con Happy Feet (2006) que fue cáli­da­men­te cele­bra­do por el públi­co ade­más de haber reci­bi­do el Oscar a la mejor pelí­cu­la ani­ma­da, y pos­te­rior­men­te reali­zó Happy Feet 2 (2011).

Reme­mo­ran­do el suce­so de los pri­me­ros años, Miller retor­na trein­ta años des­pués con el cuar­to capí­tu­lo de Max Roc­ka­tansky en Mad Max: Fury Road que tuvo su estreno mun­dial en el Fes­ti­val de Can­nes del año pasa­do inte­gran­do la Selec­ción Ofi­cial fue­ra de con­cur­so. El film pro­ta­go­ni­za­do esta vez por Tom Hardy fue ova­cio­na­do por los crí­ti­cos asis­ten­tes y al poco tiem­po reci­bió elo­gios simi­la­res en opor­tu­ni­dad de su estreno comer­cial en dife­ren­tes luga­res del mun­do. Su nivel de cali­dad per­mi­tió que hace pocas sema­nas haya sido nomi­na­do para el Oscar de este año en 10 cate­go­rías dife­ren­tes, inclu­yen­do la de mejor film y mejor rea­li­za­dor. De este modo ha que­da­do demos­tra­do cómo una pelí­cu­la de cien­cia fic­ción que pri­vi­le­gia la acción pue­de tam­bién ser con­si­de­ra­da cine de autor debi­do a la exce­len­cia de su narración.

Por lo que ante­ce­de no resul­ta extra­ño que el Fes­ti­val, reco­no­cien­do la tra­yec­to­ria de Miller como un rea­li­za­dor que se ha carac­te­ri­za­do por su crea­ti­vi­dad inno­va­do­ra, haya deci­di­do que fue­ra Pre­si­den­te del Jurado.