Crónica de Jorge Gutman
Cinemania, el clásico festival de filmes de habla francesa con subtítulos en inglés, llega nuevamente a Montreal en su vigésima segunda edición. Esta muestra es una de las más esperadas de esta ciudad por cuanto congrega gran parte de destacados filmes presentados en Berlín, Cannes, Venecia y Toronto. En total serán proyectadas 50 películas de las cuales 40 son presentadas en calidad de primicias para Quebec, Canadá y/o Estados Unidos.
El festival comienza hoy jueves 3 de noviembre con la presentación de Mal de Pierres (Francia) de la realizadora Nicole García. Se trata de un melodrama sentimental que analiza un triángulo amoroso durante el lapso de dos décadas, donde la popular actriz Marion Cotillard anima el rol protagónico. La directora es la invitada de honor y será homenajeada a través de una retrospectiva que incluye 8 filmes de su filmografía. El film de clausura que tendrá lugar el 13 de noviembre es Victoria, una comedia de Justine Triet interpretada por Virginie Efira; tanto la realizadora como la actriz estarán en Montreal para su presentación.
Entre algunos de los filmes ya vistos se destaca Réparer les vivants (Francia-Bélgica) de Katell Quillévéré, quien adaptó junto con Gilles Taurand la novela epónima de Maylis de Kerangai. Este profundo drama presenta a Marianne (Emmanuelle Seigner), una mujer que se entera que Simon (Gabin Verdet), su hijo adolescente, ha sufrido un grave accidente. Cuando junto con su distanciado marido (Kool Shen) se informan por parte del médico (Bouli Lanners) donde Simon está hospitalizado que él no llegará a recuperarse, surge la inevitable angustia de estar perdiendo a un hijo; con todo, se aguarda nerviosamente el milagro de que pueda recuperarse.
En la medida que la muerte es inminente el relato adquiere su climax al saber que el corazón de su hijo que se encuentra en estado de coma puede llegar a salvar la vida de una mujer que aguarda con urgencia un trasplante. ¿Cuál será la actitud de los padres? El delicado tema de la donación de órganos vitales recibe un sobrio tratamiento por parte de la realizadora quien a su vez logró insuflar al relato una gran emoción y contó con muy buenas interpretaciones de Seigner, Sheen, Tahar Rahim, Anne Dorval y Dominique Blanc, entre otros.
Un film muy bueno es Wùlu (Francia-Senegal) donde Daouda Coulibaly impresiona con su primer largo metraje. El guión del cineasta introduce a Ladji (Ibrahim Koma), un muchacho de buen corazón que vive en condiciones de considerable pobreza en Bamako, la capital de Malí. Su trabajo consiste en vender pasajes y transportar pasajeros para una compañía de ómnibus local; sin embargo se encuentra insatisfecho porque el magro salario percibido no le alcanza para evitar que su hermana Ami (Inna Modji) se siga prostituyendo para ganarse el sustento. Inesperadamente una oportunidad se le presenta cuando un traficante de drogas le propone transportar en un camión que contiene carne, una buena cantidad de marihuana y cocaína a Senegal. Al finalizar dicha operación que le rinde un muy buen ingreso, comienza para él una nueva actividad laboral como traficante donde por los riesgos crecientes asumidos recibe excelentes remuneraciones que le permiten mejorar considerablemente su nivel de vida como así también el de su hermana.
La aproximación realizada por Ladji a un mundo sedicioso con peligrosas conexiones y vínculos con corruptos militares de Malí alcanzará ribetes dramáticos cuando parte del tráfico de drogas se realiza en territorio dominado por Al-Qaeda y además se produce el golpe de estado de Mali en 2012 que complica la situación. El novel director logra un relato de acción impregnado de suspenso lo que narrado con un ritmo ágil permite ser disfrutado por su tema así como porque ofrece una interesante aproximación cultural de los diferentes escenarios de África Occidental; entre otra de las virtudes del film se distingue la muy buena actuación de Koma que logra que su personaje resulte agradable y atrayente a pesar de los senderos inapropiados por los que transita.
Otro encomiable primer film es Keeper (Francia-Suiza) donde el realizador Guillaume Senez aborda con gran sensibilidad el embarazo juvenil. Los dos personajes protagónicos son Maxime (Kacey Mottet-Klein) y Mélanie (Galatéa Bellugi), ambos de 15 años de edad y solteros, quienes enamorados viven apasionadamente su sexualidad. Inesperadamente la relación se ve alterada cuando ella descubre que está embarazada y el muchacho, sorprendido y temeroso en un principio duda si acaso él es realmente el futuro padre. Con una actuación realmente sorprendente, ambos actores transmiten a sus personajes la gran duda que los envuelve sobre si permitir que el embarazo siga su curso normal o bien proceder al aborto. Frente a ese dilema y dado el deseo de Mélanie de mantener al ser que va germinándo en sus entrañas, el muchacho comienza a sentirse más dispuesto a enfrentar la paternidad, hecho que se evidencia aún más cuando la partera que examina a su pareja detecta que todo marcha bien y que es un varón lo que se está gestando.
Cuando los progenitores de los adolescentes llegan a enterarse de la situación, la reacción es totalmente diferente; mientras que Patricia (Laetitia Dosch), la madre soltera de Mélanie, se opone firmemente al embarazo porque ella pasó por una experiencia semejante y supo muy bien el duro camino que debió recorrer en su juventud haciéndose responsable de su hija, Nathalie,(Catherine Salee) la divorciada madre de Maxime, manifiesta su total apoyo sobre la decisión tomada por los jóvenes.
Las diferentes vicisitudes que se suceden durante el embarazo, sobre todo atendiendo a la vulnerabilidad de Mélanie en los estadios finales así como lo que sobrevendrá con el nacimiento del bebé están ilustrados de manera impecable por el realizador. De una expresividad inusual el talentoso Senez transmite este complejo drama con inusitado realismo; así va exponiendo los conflictivos sentimientos y emociones que anidan en sus personajes logrando escenas de honda intensidad. Otro de sus méritos es haber reunido a un par de jóvenes artistas que con sus magníficas actuaciones permiten que los espectadores logren una total empatía con las vivencias de Maxime y Mélanie.
Un profrundo desgarro emocional produce la visón de La Route d’Istanbul (Bélgica-Argelia-Francia) del cineasta Rachid Bochareb tratando un fenómeno que lamentablemente acontece en la actualidad. ¿Cómo se puede explicar que jóvenes de familias bien constituidas emprendan un camino equivocado al querer involucrarse con el Estado Islámico? Eso se aprecia en este film que narra la odisea vivida por Elisabeth (Astrid Whettnall) cuando su hija adolescente deja el hogar familiar de la campiña belga .sin que existiese pauta o razón alguna para adoptar tal conducta. El estado de inquietud se convierte en angustia a partir del momento en que la madre se impone que su hija escapó con su amigo a Turquía con el propósito de unirse al Estado Islámico en Siria, en un estado de desesperacilón ella despliega todas sus energías y esfuerzos para buscarla. La travesía que Elizabeth realiza a Turquía y posteriormente sus intentos de cruzar la frontera con Siria origina una muy buena intriga que mantiene en vilo al espectador. Pero lo más importante es comprobar cómo los lavados de cerebros pueden radicalizar a jóvenes quienes en nombre de una fe religiosa encuentran la paz interior a través de la extrema violencia.
Bouchareb analiza este tema con máxima sobriedad evitando que el relato desborde en un barato panfleto sensacionalista. Así, resulta Imposible de permanecer indiferente frente a este drama extraordinariamente humano y conmovedor que deja una sensación de amargura y tristeza al finalizar la proyección.
A pesar de que Souvenir (Bélgica-Luxemburgo-Francia) es una comedia liviana, la presencia de Isabelle Huppert le otorga trascendencia. Aquí ella interpreta a Liliane, una mujer de mediana edad que trabaja en una fábrica de paté y en donde se evidencia que su tarea no le causa mayor excitación; a todo ello su vida personal transcurre de manera solitaria donde después de una jornada de trabajo su tiempo libre lo destina a mirar la televisión. La trama adquiere impulso cuando Jean (Kévin Azais), un joven de 21 años que ingresa a la fábrica, se da cuenta que Liliane había competido tiempo atrás en el Concurso de la Canción Europea. Aunque al principio ella niega ser la persona que Jean está convencido que es, finalmente termina por admitirlo. Entusiasmado por haberla descubierto, el muchacho que en su tiempo libre lo dedica al boxeo, desplegará todas sus energías para lograr que Liliane pueda retornar al mundo de la canción. Como es de aguardar, la amistosa relación platónica de un comienzo se intensifica, en gran parte porque ella encuentra en el muchacho la frescura y dinamismo necesario para animar gratamente su existencia. Para ofrecer un leve dramatismo al relato, el vínculo sentimental atravesará algunos contratiempos pero la sangre no habrá de llegar al río. Si bien el punto de partida es original y lo que posteriormente acontece transita por un terreno demasiado familiar, este film es tratado con delicadeza y simpatía por el director Bavo Defurne configurando un relato que se deja ver con agrado, sobre todo porque la actuación de Huppert ilumina la pantalla y ésa es una buena razón que justifica su visión.
Una extraña historia es la que el espectador contempla en Fleur de tonnerre (Francia-Bélgica) de la realizadora Stéphanie Pillonca, cuyo foco central es la convulsionada existencia de Hélène Delgado. quien fue guillotinada el 26 de febrero de 1852 por haber sido considerada la peor asesina serial de la historia. Habiendo nacido en 1803 cerca de Bretaña ‑al noroeste de Francia- cuando niña sufrió los agravios de una insensible madre, sin que el film deje claro si eso pudo haber influido en su comportamiento de mujer adulta. En base a la adaptación de Gustave Kervern de la nóvela homónima de Jean Teulé, el relato presenta a Hélène quien encontrándose en prisión por los crímenes cometidos es interrogada por el juez de instrucción (Jonathan Zaccai) contándole su vida; así, ella le va explicando cómo valiéndose de su habilidad de cocinera logra ser empleada en diferentes lugares donde termina asesinando a diferentes personas utilizando un frasquito de arsénico que ella guardaba consigo y que volcaba en sus preparaciones culinarias.
El film que en parte adolece de cierta lentitud está bien realizado y está excelentemente interpretado por Déborah François quien se sumerge de lleno en la piel de Hélène; en otros papeles de apoyo se destaca Benjamin Biolay como el hombre a quien ella logró seducir y que trata de salvarla de la pena de muerte. En sus aspectos formales, la película se distingue por la buena reconstrucción de época. En esencia, al final de la proyección queda como enigma la personalidad de esta mujer de apariencia apacible y sencilla que se siente impulsada a envenenar a quienes conviven con sus respectivos empleadores.
Cinemania ofrece algunos filmes remarcables como Quand on a 17 ans de André Téchine, Médecin de Campagne de Thomas Litt, La fille inconnue de Jean Pierre y Luc Dardenne, L’Avenir de Mia Hansen-Love y Elle de Paul Verhoeven, entre otros, que debido a su estreno comercial en las próximas semanas serán analizados en dicha oportunidad.
En cuanto a los invitados, además de los ya anticipados, la lista contempla, entre otros, al director Thomas Litti, el actor Raphaël Personnaz que protagoniza Dans les forêts de Sibérie, la actriz belga Asgtrid Whettnall ‚que protagoniza La route d’Istanbul y Philippe Lioret, realizador de Le fils de Jean, quien estará acompañado por todo el equipo de esta coproducción de Canadá y Francia que Cinemania presenta como primicia norteamericana..
La proyección de las películas tendrá lugar en el cine Imperial, Cinéma du Parc y la Cinemateca de Quebec de Montreal. Para información adicional sobre la completa programación y horarios presione aquí