La Tra­ge­dia de Boston

PATRIOTS DAY. Esta­dos Uni­dos, 2016. Un film de Peter Berg

Aun­que la tra­ge­dia del 11 de sep­tiem­bre de 2001 que­dó mar­ca­da en la memo­ria del mun­do ente­ro, no menos cier­to es que la que tuvo lugar el lunes 15 de abril de 2013 en la ciu­dad de Bos­ton tam­bién per­ma­ne­ce regis­tra­da como uno de los actos más vio­len­tos del pre­sen­te siglo. Ins­pi­ra­do en ese hecho, Peter Berg ofre­ce en Patriots Day un can­den­te dra­ma que recrea mag­ní­fi­ca­men­te el bom­bar­deo terro­ris­ta pro­du­ci­do duran­te la popu­lar mara­tón anual que tuvo lugar en esa fecha arro­jan­do un sal­do de tres muer­tos y 264 heridos.

Con con­su­ma­da peri­cia, el rea­li­za­dor ha logra­do una exce­len­te esce­ni­fi­ca­ción de lo acon­te­ci­do que, aten­dien­do al modo de haber sido fil­ma­do, se ase­me­ja más a un docu­men­tal que a una his­to­ria de fic­ción don­de por su extra­or­di­na­rio rea­lis­mo el espec­ta­dor tie­ne la sen­sa­ción de ser el tes­ti­go invi­si­ble del dra­má­ti­co acontecimiento.

Mark Wahlberg

Mark Wahl­berg

Cons­trui­do a mane­ra de un thri­ller, el rela­to basa­do en un guión del rea­li­za­dor jun­to a Matt Cook y Joshua Zetu­mer va crean­do un cli­ma de ten­sión cre­cien­te a medi­da que la tra­ma se va des­en­vol­vien­do. En los pri­me­ros 25 minu­tos el film va intro­du­cien­do dife­ren­tes per­so­na­jes que de un modo u otro esta­rán invo­lu­cra­dos en la tra­ge­dia. Así, duran­te las pri­me­ras horas de la maña­na se sale al encuen­tro de algu­nas auto­ri­da­des de la ciu­dad, entre ellas, el sar­gen­to Tommy Saun­ders (Mark Wahl­berg) y el jefe poli­cial de Bos­ton Ed Davis (John Good­man) dis­pues­tos a vigi­lar y res­guar­dar el orden; igual­men­te se con­tem­pla a los espec­ta­do­res ávi­dos de pre­sen­ciar el espec­tácu­lo depor­ti­vo y entre los mis­mos se des­ta­ca una joven pare­ja (Rachel Bros­nahan y Chris­topher O’Shea) que no sos­pe­cha lo que el des­tino habrá de aguar­dar­le. Otros per­so­na­jes inclu­yen a un sim­pá­ti­co estu­dian­te chino (Jimmy O. Yang) que igno­ra el rol impor­tan­te que pocas horas des­pués habría de desem­pe­ñar y a los her­ma­nos Dzhokhar (Alex Wolff) y Tamer­lan Tsar­naev (The­mo Meli­kid­ze), ame­ri­ca­nos de ori­gen che­cheno, quie­nes como auto­res de la tra­ge­dia y actuan­do al ser­vi­cio dl yiha­dis­mo se pre­pa­ran para eje­cu­tar la san­grien­ta misión.

Cuan­do final­men­te a las 2 y 50 de la tar­de se pro­du­ce el bru­tal bom­bar­deo, don­de el horror de la pobla­ción se entre­mez­cla con el páni­co y con­fu­sión, comien­za la urgen­te tarea de inves­ti­ga­ción para iden­ti­fi­car a los res­pon­sa­bles del aten­ta­do. Des­pués de ser indi­vi­dua­li­za­dos el rela­to ori­gi­na una ver­da­de­ra cace­ría huma­na para dar con los her­ma­nos Tsarnaev.

Es ahí don­de a tra­vés de un perio­do de casi 100 horas se apre­cia el sig­ni­fi­ca­ti­vo papel desem­pe­ña­do por la poli­cía de Bos­ton jun­to con la del sar­gen­to poli­cial Jef­frey Puglie­se (J.K. Sim­mons) de la loca­li­dad de Water­town ‑ubi­ca­da a 10 kiló­me­tros de la ciu­dad- y de Richard Des­Lau­riers (Kevin Bacon), el agen­te espe­cial del FBI.

Ade­más de la exce­len­te actua­ción del elen­co, cobra gran impor­tan­cia algu­nos de los valio­sos fac­to­res de pro­duc­ción que con­tri­bu­yen a la rique­za del film. En tal sen­ti­do, es enco­mia­ble la labor des­ple­ga­da por el direc­tor de foto­gra­fía Tobias Schliess­ler con su inquie­ta cáma­ra en mano y los excep­cio­na­les mon­ta­jis­tas Colby Par­ker Jr. y Gabriel Fle­ming para repro­du­cir tan­to el momen­to del desas­tre como las esce­nas de per­se­cu­ción en la for­ma más rea­lis­ta posi­ble; así, una de las secuen­cias de mayor cli­max y exce­len­te­men­te fil­ma­da se pro­du­ce en el enfren­ta­mien­to que tie­ne lugar en Water­town entre las auto­ri­da­des y los her­ma­nos ase­si­nos al ver­se atrapados.

He aquí el ejem­plo de una pelí­cu­la de acción no des­pro­vis­ta de con­si­de­ra­ble emo­ción huma­na y que a pesar de su tris­te tema cons­ti­tu­ye un exci­tan­te entre­te­ni­mien­to. Lo más impor­tan­te es que no obs­tan­te el heroís­mo demos­tra­do por los par­ti­ci­pan­tes de esta his­to­ria real, el film no se pro­po­ne infun­dir men­sa­jes patrió­ti­cos; lo que en cam­bio des­ta­ca es la mane­ra en que la vigo­ro­sa y resis­ten­te comu­ni­dad civil de Bos­ton se ha man­co­mu­na­do con la auto­ri­dad poli­cial actuan­do soli­da­ria­men­te fren­te al dolor pro­du­ci­do por el atroz atentado.

A tra­vés de una meticu­losa labor de inves­ti­ga­ción, el rea­li­za­dor ha logra­do el mejor film de su carre­ra don­de en los cré­di­tos fina­les pre­sen­ta a sus ver­da­de­ros pro­ta­go­nis­tas inclu­yen­do a los poli­cías de Bos­ton y a algu­nas de las víc­ti­mas que sobre­vi­vie­ron la tra­ge­dia. Jor­ge Gutman