Los Cole­ta­zos de la Guerra

THANK YOU FOR YOUR SER­VI­CE. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film de Jason Hall

En más de una opor­tu­ni­dad el cine ha con­si­de­ra­do el difí­cil pro­ble­ma de adap­ta­ción de quie­nes han ser­vi­do en la gue­rra y que tra­tan de readap­tar­se a la vida civil. Des­de ese pun­to de vis­ta Thank You For Your Ser­vi­ce no apor­ta algo nove­do­so; con todo lle­ga a dis­tin­guir­se por su buen guión y efi­cien­te narración.

Haley Ben­nett y Miles Teller

El rea­li­za­dor Jason Hall se basó en el libro homó­ni­mo del perio­dis­ta David Fin­kel para con­si­de­rar acon­te­ci­mien­tos que efec­ti­va­men­te han ocu­rri­do. La acción trans­cu­rre en 2007 don­de des­pués de las pri­me­ras esce­nas de vio­len­cia que acon­te­cen en Irak, tres vete­ra­nos de gue­rra retor­nan jun­tos a sus hoga­res. De los tres, Adam Schu­mann (Miles Teller) que ha sido un sar­gen­to en Irak, es quien al prin­ci­pio se sien­te más con­for­ta­ble al reu­nir­se con su espo­sa Sas­kia (Haley Ben­nett) y sus dos peque­ños hijos. Dife­ren­te es la situa­ción de sus dos cama­ra­das, Solo Aie­ti (Beu­lah Koa­le) y Will Waller (Joe Cole) quie­nes se encuen­tran hon­da­men­te afec­ta­dos por el tras­torno de estrés pos­trau­má­ti­co. A los pocos minu­tos de metra­je, Will quien se encuen­tra, psi­co­ló­gi­ca­men­te per­tur­ba­do y amar­ga­do por­que com­prue­ba que su novia lo aban­do­nó, se qui­ta la vida en su pre­sen­cia en una des­ga­rra­do­ra esce­na; por su par­te, Solo, con serias lagu­nas en su memo­ria debi­do a heri­das que reci­bió en su cabe­za, expe­ri­men­ta invo­lun­ta­rias explo­sio­nes de furia.

El rela­to que cen­tra su mayor aten­ción en Adam, refle­ja cómo len­ta­men­te los recuer­dos de gue­rra, com­ple­jos y car­gos de con­cien­cia sobre situa­cio­nes acon­te­ci­das en Irak van con­vir­tién­do­lo en un indi­vi­duo com­ple­ta­men­te vul­ne­ra­ble, pre­so de alu­ci­na­cio­nes y que final­men­te cae en un esta­do depre­si­vo a pesar de con­tar con el extra­or­di­na­rio apo­yo moral de su esposa.

Si bien estos sol­da­dos a su arri­bo son aco­gi­dos cáli­da­men­te y pue­den ser mere­ce­do­res de meda­llas de gue­rra, la reali­dad es otra cuan­do desean reci­bir los bene­fi­cios de los pro­gra­mas de ayu­da del Depar­ta­men­to de Asun­tos de los Vete­ra­nos; es allí don­de deben some­ter­se a una buro­cra­cia infer­nal y tener la pacien­cia de aguar­dar varios meses para obte­ner esos ser­vi­cios debi­do a los miles de pedi­dos de atra­so existentes.

El direc­tor abor­da estos dra­má­ti­cos tópi­cos en for­ma sobria y si bien no ofre­ce res­pues­ta algu­na a los pro­ble­mas plan­tea­dos deja la impre­sión de que quie­nes pres­tan ser­vi­cio a la patria expo­nien­do sus vidas, des­pués de reci­bir las gra­cias por los ser­vi­cios pres­ta­dos pasan al olvi­do o bien son con­si­de­ra­dos como un núme­ro más al reque­rir ayu­da estatal.

En líneas gene­ra­les, la inter­pre­ta­ción es muy bue­na. Teller pro­vee elo­cuen­cia y nota­ble expre­si­vi­dad en su per­so­nia­je, con­fir­man­do sus dotes inter­pre­ta­ti­vas, tal como lo hicie­ra en  Whi­plash y recien­te­men­te en Only The Bra­ve (aún en car­tel); Koa­le ofre­ce total con­vic­ción trans­mi­tien­do las heri­das psi­co­ló­gi­cas y físi­cas sufri­das de su per­so­na­je y Ben­nett ‑como la espo­sa de Adam- ofre­ce una carac­te­ri­za­ción ple­na de mati­ces al ver cómo la gue­rra lo ha afec­ta­do y de qué modo eso lle­ga a reper­cu­tir en el ámbi­to matri­mo­nial y familiar.

Des­ta­can­do la huma­ni­dad de sus per­so­na­jes, el direc­tor deja abier­to un final espe­ran­za­dor rin­dien­do un mere­ci­do tri­bu­to a los vete­ra­nos de gue­rra. Jor­ge Gutman