ÔTEZ-MOI D’UN DOUTE. Francia-Bélgica, 2017. Un film de Carine Tardieu.
En una agradable comedia de equívocos, la realizadora Carine Tardieu aborda el tema de la paternidad en su doble aspecto, la adoptada y la biológica, así como la del posible incesto entre dos personas que llegan a conocerse y en donde cada una de ellas en principio ignora la identidad de la otra.
La historia concebida por Tardieu, Raphaele Moussafir y Michel Leclerc gira en torno de Erwan (François Damiens), un hombre viudo de 40 años que mantiene una muy buena relación con su padre Bastien (Guy Marchand); su única preocupación es que su hija adulta Juliette (Alice de Lencquesaing) lleva una vida un tanto desaprensiva y que ha quedado embarazada sin saber a ciencia cierta quién es el padre. El asunto se complica cuando el atribulado Erwan, después de un examen médico se entera de que él no es el hijo biológico de Bastien. He aquí el primer dilema para Erwan que en procura de su verdadera identidad desea saber quién es entonces su verdadero padre; gracias a los servicios de una detective (Brigitte Rouan) que llega a identificarlo sabe que se trata de Joseph (André Wilms), un anciano que no vive muy lejos del lugar donde él reside.
El asunto se complica cuando Erwin conoce por casualidad a Anna (Cécile de France), una doctora veterinaria de quien se enamora; para su gran sorpresa descubre que ella es la hija de Joseph. Así planteada esta historia, Tardieu urde una tierna y sensible comedia de equivocaciones que sin llegar a la de Shakespeare (The Comedy of Errors) tiene la suficiente gracia como para divertir con delicado humor. A través de su transcurso se verá cómo el desventurado Erwin, por evitar una relación incestuosa debe resistir los avances amorosos de Anna ya que ella ignora que él es también hijo del mismo padre. He aquí la curiosidad de saber cómo este romántico intríngulis quedará resuelto y aunque no se habrá de develarlo se puede anticipar que la sangre no llegará al río.
Si bien la temática de Ôtez-moi d’un doute (“Sáqueme de la duda”) reviste seriedad, la directora no pretende profundizar en la misma porque prefiere apostar por un tono liviano. La película está muy bien delineada, adquiere la fluidez necesaria que el género requiere y además cuenta con un muy buen elenco, sobre todo en el caso de Damiens y de France, quienes brindan el impulso y fervor necesario para lograr la simpatía del público en esta original comedia romántica. Jorge Gutman