Un Sos­pe­cho­so Asesino

BEAST. Gran Bre­ta­ña, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Michael Pearce

El direc­tor Michael Pear­ce efec­túa su debut en el lar­go­me­tra­je con un thri­ller psi­co­ló­gi­co y aun­que no del todo bien cons­trui­do logra des­ta­car­se por la exce­len­te actua­ción de Jes­sie Buckley.

Jes­sie Buc­kley y Johnny Flynn

La acción trans­cu­rre en la peque­ña isla de Jer­sey, una de las varias situa­das en el Canal de la Man­cha, don­de en ese encla­ve en el que todos se cono­cen trans­cu­rre la vida de Moll (Buc­kley). Ella es una ines­ta­ble joven que se desem­pe­ña como guía turís­ti­ca y que se sien­te repri­mi­da por la sobre­pro­tec­ción de su madre Hilary (Geral­di­ne James) como con­se­cuen­cia de un gra­ve inci­den­te come­ti­do en su ado­les­cen­cia. En el día en que la fami­lia cele­bra sus 28 años, Moll huye pre­ci­pi­ta­da­men­te de la fies­ta para acu­dir a un club noc­turno y des­pués de haber pasa­do la noche bai­lan­do con un mucha­cho, cuan­do apun­ta el nue­vo día él inten­ta agre­dir­la sexual­men­te en la pla­ya. Afor­tu­na­da­men­te es res­ca­ta­da por la pro­vi­den­cial apa­ri­ción de Pas­cal (Johnny Flynn), un atrac­ti­vo caza­dor fur­ti­vo que sale en su defen­sa por­tan­do en su hom­bro un rifle y un bal­de con cone­jos muer­tos. Ese pri­mer encuen­tro, don­de se mani­fies­ta en sus mira­das la inten­sa ten­sión sexual por la mutua atrac­ción, sella­rá la suer­te de Moll que ve en Pas­cal todo aque­llo que deseó en su vida y no había logra­do has­ta el pre­sen­te. Aun­que el apa­sio­na­do amor de la pare­ja no cuen­ta con la apro­ba­ción de su fami­lia de alta cla­se social, ella deci­de seguir a su ama­do y vivir con él.

El rela­to adquie­re un tono dra­má­ti­co cuan­do la noti­cia de tres chi­cas vio­len­ta­men­te ase­si­na­das y la des­apa­ri­ción de una cuar­ta ado­les­cen­te con­vul­sio­na a la pobla­ción local. El poli­cía Clif­ford (Trys­tan Gra­ve­lle), que está ena­mo­ra­do de Moll, le infor­ma que Pas­cal es con­si­de­ra­do como el prin­ci­pal sos­pe­cho­so de los crí­me­nes debi­do a su tur­bio pasa­do delic­ti­vo. De allí en más, el rela­to de Pear­ce crea una atmós­fe­ra intri­gan­te a tra­vés de la duda des­per­ta­da en la joven: ¿es posi­ble que su prín­ci­pe azul sea el ver­da­de­ro cul­pa­ble y esté ocul­tan­do su natu­ra­le­za bestial?

Si bien este tema no es nove­do­so pues­to que el cine ya lo ha tra­ta­do varias veces ‑con solo recor­dar el memo­ra­ble film Sus­pi­cion (1941) del genial Alfred Hitchcock‑, la obje­ción fun­da­men­tal que mere­ce Beast radi­ca en la for­ma en que con­ti­núa desa­rro­llán­do­se el sus­pen­so. Si bien el rea­li­za­dor va deve­lan­do aspec­tos psi­co­ló­gi­cos de sus pro­ta­go­nis­tas a fin de com­pren­der mejor sus acti­tu­des, el inte­rés se va des­va­ne­cien­do por las con­ti­nua­das vuel­tas de tuer­ca en que incu­rre el guión para man­te­ner la ambi­güe­dad sobre la auto­ría de los crí­me­nes come­ti­dos. Es una pena que el direc­tor no haya encon­tra­do el rum­bo ade­cua­do para lograr un con­vin­cen­te des­en­la­ce, esfu­mán­do­se así la expec­ta­ti­va crea­da en la pri­me­ra par­te de esta historia.

Como que­dó dicho al comen­zar esta cró­ni­ca, Buc­kley ele­va con­si­de­ra­ble­men­te el inte­rés del film por su estu­pen­da actua­ción al trans­mi­tir con pro­pie­dad el tor­be­llino de con­ti­nua­das emo­cio­nes que expe­ri­men­ta Moll por el amor ins­tin­ti­va­men­te sal­va­je que le ofre­ce Pas­cal. Aun­que sin lograr el mis­mo nivel, Flynn brin­da el apro­pia­do per­fil del román­ti­co seduc­tor que igual­men­te daña­do emo­cio­nal­men­te logra fas­ci­nar sexual­men­te a Moll; igual­men­te, en un papel de apo­yo se luce Geral­di­ne James como la abu­sa­do­ra madre de la protagonista.

Con sus alti­ba­jos, el resul­ta­do final es un film esti­li­za­do que ofre­ce algu­nas sor­pre­sas y aun­que no todas fun­cio­nan con efec­ti­vi­dad de nin­gún modo decep­cio­na y por lo tan­to se deja ver. Jor­ge Gutman