LE RIRE DE MA MÈRE. Francia, 2017. Un film escrito y dirigido por Colombe Savignac y Pascal Ralite
Una emotiva comedia dramática es lo que se aprecia en Le rire de ma mère, ópera prima de los directores Colombe Savignac y Pascal Ralite quienes abordan un triste tema con notable sobriedad.

Igor Van Dessel y Suzanne Clément
El guión de los realizadores presenta a Adrien (Igor Van Dessel), un adolescente tímido y notablemente sensible que comparte su vida con sus padres divorciados. Su madre Marie (Suzanne Clément) aunque gravemente enferma, trata de disfrutar lo máximo de su vida con su carácter un tanto excéntrico y alocado; adoptando actitudes egoístas y fastidiosas con quienes la rodean, con excepción de Adrien, su conducta la vuelve antipática en ciertas ocasiones. Por su parte, Romain (Pascal Demolon), es un hombre serio con los pies sobre la tierra quien decidió separarse de Marie por su especial carácter y que ha reanudado su vida con Gabrielle (Sabrina Seyvecou), una agradable y discreta pintora; como padre es altamente responsable ofreciendo en todo momento cariño y apoyo al muchacho.
Dentro de las circunstancias que le toca vivir, el muchacho se siente protegido por su madre que mucho lo quiere y que con su dinámica energía logra animarlo a fin de que pueda abrirse más al mundo que le rodea pero ocultándole la dolencia que la aflige. La vida de Adrien cobra un giro decisivo cuando el cáncer de Marie alcanza su etapa final y él llega a imponerse de su grave situación. A pesar del clima dramático, el film de ningún modo adopta un tono patético sino que por el contrario, prefiere deslizarse mesuradamente para reflejar esas desafortunadas “cosas de la vida” a las que el ser humano puede quedar expuesto.
El joven actor Van Dessel realiza una prestación impecable caracterizando al joven quien confrontando el duelo asumido por su madre adorada, va atravesando un proceso de madurez que le brinda mayor coraje. No menos elogiable es la magnética actuación de Clément como la exuberante y radiante mujer que a pesar de su mal trata de ignorarlo para gozar intensamente lo que le resta vivir sin descuidar a su hijo. Asimismo es apreciable la participación de Demolon como un individuo que a pesar de su divorcio mantiene una actitud civilizada y cordial con su ex señora tratando de brindarle el apoyo moral frente a la situación existente y al propio tiempo ofreciendo a Adrien el necesario sustento para que emocionalmente se sienta amparado con su presencia.
Con sencillez los directores inspirados en su propia historia de vida han logrado un film tierno y de elocuente autenticidad capaz de trascender a la platea. Jorge Gutman