El Jui­cio de Gröning

THE ACCOUN­TANT OF AUSCH­WITZ. Cana­dá, 2018. Un docu­men­tal de Mathew Shoychet

Un nue­vo film sobre el Holo­caus­to, aun­que con una dife­ren­te apro­xi­ma­ción, es con­si­de­ra­do por el rea­li­za­dor Mathew Shoy­chet y el guio­nis­ta Ric­ki Gurwitz.

El docu­men­tal cen­tra­li­za su aten­ción en Oskar Grö­ning, quien duran­te la Segun­da Gue­rra fue un ofi­cial nazi res­pon­sa­ble de mane­jar los fon­dos y bie­nes con­fis­ca­dos a los judíos en Ausch­witz. Cono­ci­do como el con­ta­ble de ese terro­rí­fi­co cam­po de con­cen­tra­ción, en 2015 a los 94 años de edad, es some­ti­do a jui­cio en Ale­ma­nia y final­men­te acu­sa­do como cóm­pli­ce en el ase­si­na­to de 300 mil judíos hún­ga­ros que en 1944 habían sido tras­la­da­dos a ese sinies­tro lugar.

El jui­cio de este anciano indi­vi­duo cobró domi­nio públi­co, sobre todo tenien­do en cuen­ta que los afor­tu­na­dos sobre­vi­vien­tes del Holo­caus­to via­ja­ron a Ale­ma­nia para asis­tir como tes­ti­gos sur­gien­do horren­dos tes­ti­mo­nios de sus recuentos.

En este dra­má­ti­co docu­men­tal se reve­lan algu­nos aspec­tos de lo que sig­ni­fi­có Ausch­witz para los ofi­cia­les nazis quie­nes siguien­do órde­nes de sus supe­rio­res debían redu­cir el núme­ro de judíos vivien­tes. Uno de los aspec­tos que sur­gen del film es si estos subor­di­na­dos agen­tes deben o no ser con­si­de­ra­dos cóm­pli­ces de los direc­tos ase­si­nos al estar cum­plien­do con el tra­ba­jo que se les había asig­na­do. Es así que el anciano Grö­ning ates­ti­gua en su defen­sa de que él no come­tió cri­men alguno con sus pro­pias manos y por lo tan­to su posi­ción de con­ta­ble no lo con­vier­te en res­pon­sa­ble. Sin embar­go, cuan­do el docu­men­tal reve­la que el acu­sa­do fue tes­ti­go de ver a uno de sus com­pa­ñe­ros matar con vio­len­cia inusual a una cria­tu­ra que ocul­ta­da en la vali­ja de su madre esta­ba llo­ran­do, uno se pre­gun­ta si aca­so eso no impli­ca ser cóm­pli­ce de la atro­ci­dad cri­mi­nal come­ti­da, al no haber inter­ve­ni­do para impe­dir esa horri­pi­lan­te acción.

Para­dó­ji­ca­men­te el jui­cio de Grö­ning fue posi­ble por­que en una decla­ra­ción públi­ca que él efec­tuó en 2005 se mos­tró dis­gus­ta­do por la acti­tud asu­mi­da por los nega­do­res del holo­caus­to al haber sido tes­ti­go de dicha tra­ge­dia. ¿Es por lo tan­to ati­nen­te que este nona­ge­na­rio mere­cie­ra ser aprehen­di­do y juz­ga­do a pesar de haber trans­cu­rri­do 70 años de lo acon­te­ci­do, o por el con­tra­rio asu­mir la posi­ción de que debie­ra exis­tir expi­ra­ción para los crí­me­nes de gue­rra come­ti­dos direc­ta­men­te y/o en cali­dad de cómplice?

Este sóli­do y valio­so docu­men­tal de Shoy­chet ofre­ce abun­dan­te infor­ma­ción que se pres­ta al deba­te, sobre todo en lo que con­cier­ne a la res­pon­sa­bi­li­dad moral que cabe a quie­nes pudie­ron de algún modo evi­tar la fría exter­mi­na­ción de los judíos. Pero sobre todo lo que ate­rra es cómo Ale­ma­nia ha per­mi­ti­do que un gran núme­ro de ase­si­nos nazis haya que­da­do sin cas­ti­go alguno; así, el film deja en cla­ro que de nin­gún modo es admi­si­ble que cual­quier per­so­na res­pon­sa­ble tan­to del holo­caus­to judío como de cual­quier geno­ci­dio come­ti­do en el mun­do que­de impu­ne de sus actos.

Para con­cluir cabe men­cio­nar que Grö­ning fue sen­ten­cia­do a cua­tro años de pri­sión aun­que sus abo­ga­dos ape­la­ron la sen­ten­cia. El “Con­ta­dor de Ausch­witz” murió en mar­zo de este año. Jor­ge Gutman