Cró­ni­ca de una Huel­ga Laboral

EN GUE­RRE. Fran­cia, 2018. Un film de Stépha­ne Brizé.

Den­tro de un tono docu­men­ta­lis­ta En Gue­rre (Fran­cia) es un film efer­ves­cen­te­men­te colé­ri­co que invo­lu­cra com­ple­ta­men­te al espec­ta­dor en el tema pro­pues­to por Stepha­ne Bri­ze. Si bien el pro­ble­ma humano que gene­ra el des­em­pleo ha sido tra­ta­do por el rea­li­za­dor en La loi du mar­ché (2015), él vuel­ve a con­si­de­rar­lo aquí con un enfo­que dife­ren­te. El guión que le per­te­ne­ce y escri­to con Oli­vier Gor­ce y otros cola­bo­ra­do­res narra la cró­ni­ca de una huel­ga laboral.

La his­to­ria se cen­tra en el des­con­ten­to de los obre­ros de una fábri­ca indus­trial de manu­fac­tu­ra de par­tes y pie­zas de auto­mó­vi­les loca­li­za­da en Agen, en el sudoes­te de Fran­cia, y cuya casa matriz se encuen­tra en Ale­ma­nia. Dos años atrás, a ins­tan­cias del com­pro­mi­so del patrón local (Jac­ques Bor­de­rie) pro­me­tien­do seguir man­te­nien­do la usi­na abier­ta a cam­bio de la con­ge­la­ción de sala­rios, los tra­ba­ja­do­res acep­ta­ron el tra­to pro­pues­to. A pesar del sacri­fi­cio rea­li­za­do, los 1100 asa­la­ria­dos deci­den efec­tuar una huel­ga gene­ral cuan­do se impo­nen que la empre­sa cerra­rá defi­ni­ti­va­men­te las puer­tas de esa sucursal.

Vin­cent Lindon

A tra­vés del voce­ro Lau­rent Amé­déo (Vin­cent Lin­don) quien es a su vez uno de los líde­res sin­di­ca­les, que­da mani­fes­ta­da la fir­me opo­si­ción a la clau­su­ra de la fábri­ca para sal­var la fuen­te labo­ral. En tan­to que la pri­me­ra mitad del rela­to está con­for­ma­da por las dife­ren­tes reunio­nes y asam­bleas obre­ras con pro­tes­tas calle­je­ras y brus­cos encuen­tros con la poli­cía, es en su segun­da mitad don­de el rela­to adquie­re mayor vigor, cuan­do Lau­rent logra que el pre­si­den­te de la com­pa­ñía ale­ma­na via­je a Fran­cia para man­te­ner una con­ver­sa­ción con los sin­di­ca­lis­tas; sin embar­go las nego­cia­cio­nes no lle­gan a buen tér­mino y para peor, la situa­ción se vuel­ve más difí­cil cuan­do en el seno obre­ro sur­ge la dispu­ta entre quie­nes pre­fie­ren acep­tar las com­pen­sa­cio­nes por des­pi­do ofre­ci­das por la com­pa­ñía y aque­llos otros que no están dis­pues­tos a ceder en sus deman­das de impe­dir el cierre.

Si bien la impe­ca­ble inter­pre­ta­ción de con­jun­to des­ti­la com­ple­ta auten­ti­ci­dad con la mayo­ría de acto­res no pro­fe­sio­na­les, sobre­sa­le la pres­ta­ción de Lin­don quien ofre­ce una mara­vi­llo­sa carac­te­ri­za­ción del hom­bre empe­ci­na­do en evi­tar el licen­cia­mien­to de los ope­ra­rios de la usi­na; el guión adi­cio­na algu­nos aspec­tos de su vida per­so­nal don­de emo­cio­na la esce­na en que lle­ga a cono­cer a su nie­ti­to recién nacido.

Más pró­xi­mo al docu­men­tal que a una his­to­ria de fic­ción, Bri­zé ha logra­do una impac­tan­te ilus­tra­ción de la gue­rra enta­bla­da entre la direc­ción patro­nal y los sin­di­ca­tos obre­ros, con remi­nis­cen­cia de los dra­mas socia­les abor­da­dos por el rea­li­za­dor bri­tá­ni­co Ken Loach. Jor­ge Gutman