Un Memo­ra­ble Film de Hitchcock

PSY­CHO

Sin duda algu­na Psy­cho (Psi­co­sis en espa­ñol) es un clá­si­co del cine y que pre­ci­sa­men­te será exhi­bi­do en la serie Clas­sic Films de Cine­plex. Diri­gi­do por Alfred Hitch­cock en 1960, el excep­cio­nal mago del sus­pen­so brin­dó no sola­men­te un pro­duc­to comer­cial de gran entre­te­ni­mien­to, sino tam­bién un dra­ma psi­co­ló­gi­co de con­si­de­ra­ble nivel.

Anthony Per­kins y Janet Leigh

Basa­do en la nove­la de Robert Bloch y adap­ta­da por el guio­nis­ta Joseph Ste­fano, la tra­ma gira en torno de una secre­ta­ria de Phoe­nix que habien­do des­fal­ca­do a la com­pa­ñía don­de tra­ba­ja huye pre­ci­pi­ta­da­men­te para bus­car a su aman­te. Hacien­do un alto en un apar­ta­do motel de la ruta a fin de pasar la noche, es ase­si­na­da sal­va­je­men­te por un psicópata.

Hitch­cock logró incur­sio­nar con gran éxi­to en un melo­dra­ma sobre cri­mi­na­les psi­co­ló­gi­cos don­de sagaz­men­te colo­ca la lla­ve del mis­te­rio en el sub­cons­cien­te de uno de los per­so­na­jes pro­ta­gó­ni­cos, que apa­ren­te­men­te es tan nor­mal como los demás.

Con una excep­cio­nal rea­li­za­ción, este film ha lle­ga­do a trans­for­mar­se en un fenó­meno cul­tu­ral al exhi­bir una de las más icó­ni­cas esce­nas de la his­to­ria del cine que fue bau­ti­za­da como “la esce­na de la ducha” y que en 2017 ins­pi­ró el docu­men­tal 78/52 de Ale­xan­dre O. Philippe .

El elen­co está inte­gra­do por acto­res que han res­pon­di­do rigu­ro­sa­men­te a las exi­gen­cias del direc­tor don­de se des­ta­can Anthony Per­kins, Janet Leigh, John Gavin, Vera Miles, Mar­tin Bal­sam y John McIntire.

Este film será exhi­bi­do los días 12, 14, 15, 16 y 17 de octu­bre de 2018 en las salas de Cine­plex. Para cono­cer las salas par­ti­ci­pan­tes y res­pec­ti­vos hora­rios pre­sio­ne aquí

Dos Impor­tan­tes Obras de Teatro

Duran­te el trans­cur­so de la pre­sen­te sema­na dos obras com­ple­ta­men­te dife­ren­tes serán difun­di­das en los cines cana­dien­ses de Cineplex.

BRI­TAN­NI­CUS

BRI­TAN­NI­CUS (Foto de la Come­die Française)

Una de ellas es Bri­tan­ni­cus, la tra­ge­dia escri­ta en 1669 por Jean Raci­ne, el gran dra­ma­tur­go fran­cés de Cla­si­cis­mo del siglo XVII. En la pro­duc­ción de la Come­die Fra­nçai­se con el impor­tan­te elen­co que la inte­gra, el direc­tor Stépha­ne Braunsch­weig trans­mi­te la mara­ña de intri­gas que se desa­rro­lla entre pro­fe­sio­na­les de la polí­ti­ca. Sus ambi­cio­nes se encuen­tran estre­cha­men­te entre­mez­cla­das en la esfe­ra ínti­ma a tra­vés de los lazos fami­lia­res con los odios y amo­res que allí van proliferando.

Raci­ne eli­ge un epi­so­dio par­ti­cu­lar de la his­to­ria roma­na, a tra­vés del rela­to con­sis­ten­te en la toma de poder y la meta­mor­fo­sis expe­ri­men­ta­da por el joven empe­ra­dor Nerón al con­ver­tir­se en un des­pó­ti­co tirano y ver­da­de­ro mons­truo humano. A tra­vés de la pues­ta escé­ni­ca de Braunsch­weig, el pres­ti­gio­so direc­tor pro­ce­de a revi­sar el pasa­do his­tó­ri­co aso­cián­do­lo a acon­te­ci­mien­tos de la era actual para resal­tar la audaz visión en las pala­bras que Raci­ne ver­tió en este corro­si­vo drama.

Des­de el Tea­tro Riche­lieu de París, Bri­tan­ni­cus será difun­di­da en su idio­ma ori­gi­nal fran­cés con sub­tí­tu­los en inglés en los cines de Cine­plex los días 8, 11, 18 y 20 de Octu­bre de 2018.

JULIE

La otra obra que será trans­mi­ti­da por Cine­plex des­de Lon­dres es Julie basa­da en la obra Miss Julie que el renom­bra­do dra­ma­tur­go sue­co August Strind­berg con­ci­bió en 1889; ésta es su pie­za más cono­ci­da por haber sido repre­sen­ta­da inter­na­cio­nal­men­te, adap­ta­da para la ópe­ra, lle­va­da a la tele­vi­sión y tras­la­da­da al cine en varias opor­tu­ni­da­des como la recor­da­da pro­duc­ción de Alf Sjö­berg en 1951 y la de Liv Ulman en 2014. De con­te­ni­do rea­lis­ta, el autor abor­dó aspec­tos vin­cu­la­dos con la dife­ren­cia de cla­ses socia­les, la pasión amo­ro­sa, la luju­ria y la bata­lla de los sexos, con un tra­ta­mien­to pro­fun­do como pocas veces habían sido con­si­de­ra­dos has­ta ese entonces.

JULIE (Foto: Richard H. Smith)

Es así que en esta opor­tu­ni­dad la direc­to­ra bri­tá­ni­ca Carrie Crack­nell efec­tuó una adap­ta­ción moder­na que ubi­ca la acción en el Lon­dres con­tem­po­rá­neo. En la pro­duc­ción del Natio­nal Thea­tre, el dra­ma se desa­rro­lla en una casa ado­sa­da don­de en el piso supe­rior habi­ta Julie, hija de un millo­na­rio, quien cele­bra su tri­gé­si­mo ter­cer cum­plea­ños, en tan­to que aba­jo se encuen­tra Jean, el chó­fer negro del padre de Julie, quien está lim­pian­do la coci­na con Kris­ti­na, su novia bra­si­le­ña. Des­pués de la fies­ta, Julie comen­za­rá a sedu­cir a Jean lo que desem­bo­ca­rá en un ardien­te affai­re amo­ro­so; ese jue­go de poder esta­ble­ci­do entre amo y sir­vien­te se tra­du­ci­rá en una lucha sal­va­je por la super­vi­ven­cia. En los roles pro­ta­gó­ni­cos Vanes­sa Kirby carac­te­ri­za a Julie, Eric Kofi Abre­fa es Jean y Tha­lis­sa Tei­xei­ra da vida a Kristina.

JULIE (Foto: Richard H. Smith)

Julie que ha sido repre­sen­ta­da en el Tea­tro Lyttle­ton del West End lon­di­nen­se has­ta hace pocas sema­nas es trans­mi­ti­da en dife­ri­do los días 13, 16 y 17 de octu­bre de 2018.

Para infor­ma­ción adi­cio­nal sobre ambos even­tos tea­tra­les pre­sio­ne aquí 

Nace Una Estrella

A STAR IS BORN. Esta­dos Uni­dos, 2018. Un film de Brad­ley Cooper

Pre­ce­di­da de la bue­na recep­ción crí­ti­ca reci­bi­da en oca­sión de su estreno mun­dial en el Fes­ti­val de Vene­cia y de su aco­gi­da popu­lar en el de Toron­to, aho­ra se estre­na A Star is Born, la pelí­cu­la don­de debu­ta como rea­li­za­dor el popu­lar actor Brad­ley Cooper quien es tam­bién uno de los pro­ta­go­nis­tas del relato.

Brad­ley Cooper y Lady Gaga

La pri­me­ra pre­gun­ta que se impo­ne es si aca­so se jus­ti­fi­ca que por cuar­ta vez sea tras­la­da­da al cine una his­to­ria que en la ver­sión de Geor­ge Cukor (1954) con Judy Gar­land y James Mason logró un nivel de cali­dad excep­cio­nal al pun­to tal de haber sido selec­cio­na­da para su pre­ser­va­ción por la Biblio­te­ca del Con­gre­so de Esta­dos Uni­dos. La res­pues­ta a dicha pre­gun­ta es que se jus­ti­fi­ca­ría si aca­so exis­tie­se algún ras­go inno­va­dor en la actual ver­sión; a pesar de que la inten­ción de Cooper es haber moder­ni­za­do el rela­to adap­tán­do­lo a los tiem­pos actua­les, este melo­dra­ma no alcan­za la exce­len­cia del film de Cukor, aun­que lo más remar­ca­ble del mis­mo resi­de en la bue­na inter­pre­ta­ción de Cooper y Lady Gaga.

El guión del novel rea­li­za­dor escri­to con Erich Roth y Will Fet­ters pre­sen­ta a Jack­son Mai­ne (Cooper), un músi­co popu­lar de country y rock cuyo her­mano y repre­sen­tan­te (Sam Elliott) le orga­ni­za con­cier­tos que con su actua­ción satis­fa­cen a un vas­to audi­to­rio que lo cele­bra calu­ro­sa­men­te. Con todo, su gran éxi­to pro­fe­sio­nal no pue­de ocul­tar una par­te som­bría de su per­so­na como empe­der­ni­do bebedor.

Una noche y de mane­ra cir­cuns­tan­cial Jack lle­ga a cono­cer en un bar a Ally (Gaga), una humil­de tra­ba­ja­do­ra que sue­ña con ser can­tan­te y que ape­lan­do a su bella voz can­ta mag­ní­fi­ca­men­te para los pre­sen­tes “La Vie en Rose”. Impre­sio­na­do por ella, de inme­dia­to la con­tac­ta des­pués de su actua­ción y a par­tir de allí sur­ge entre ambos una sóli­da rela­ción sen­ti­men­tal a la vez que pro­fe­sio­nal cuan­do él la lle­va a com­par­tir sus con­cier­tos don­de el públi­co se mara­vi­lla con sus apti­tu­des voca­les. Una vez casa­dos, se pro­du­ce lo que ya se ve venir; la carre­ra ascen­den­te de Alli don­de inter­pre­ta sus pro­pias can­cio­nes con pala­bras que le per­te­ne­cen se pro­du­ce simul­tá­nea­men­te con la caí­da en des­gra­cia de Jack pro­vo­ca­da por su adic­ción al alcohol y las dro­gas. A pesar del gran amor que ella sien­te por su mari­do, no pue­de evi­tar el pro­ce­so auto­des­truc­ti­vo por el que él atra­vie­sa; eso moti­va a que Rez (Rafi Gavron), el agen­te de Ally, se nie­gue a que ella se pre­sen­te en los con­cier­tos con Jack dado su esta­do de ines­ta­bi­li­dad emo­cio­nal que le pro­du­ce su ebriedad.

La his­to­ria es dema­sia­do cono­ci­da sin que aquí exis­ta inno­va­ción algu­na capaz de sor­pren­der, lo que uni­do a ende­bles carac­te­ri­za­cio­nes del guión y a la exce­si­va lon­gi­tud del film, el resul­ta­do no es pre­ci­sa­men­te ópti­mo. Con todo, y tal como se anti­ci­pó pre­via­men­te, la pare­ja cen­tral ade­más de man­te­ner una quí­mi­ca nota­ble per­mi­te mode­ra­da­men­te man­te­ner el inte­rés del rela­to. Cooper insu­fla gran pasión a su per­so­na­je a la vez que demues­tra poseer una suges­ti­va voz en las can­cio­nes que inter­pre­ta. Por su par­te Gaga es una ver­da­de­ra reve­la­ción, don­de ade­más de can­tar de mane­ra irre­pro­cha­ble trans­mi­te can­dor y ter­nu­ra como la mujer que habien­do sur­gi­do a la fama es cons­cien­te que eso se lo debe a su men­tor que la impul­só a salir de su cas­ca­rón; así, acor­de con el títu­lo del film “nace una estre­lla” tan­to en la fic­ción como en la reali­dad. Final­men­te, las agra­da­bles can­cio­nes con­tri­bu­yen a gra­ti­fi­car el oído del espec­ta­dor. Jor­ge Gutman

Un Minu­to de Silencio

THE SILENT REVO­LU­TION / LA REVO­LU­TION SILEN­CIEU­SE. Ale­ma­nia, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Lars Kraume

El rea­li­za­dor Lars Krau­me rela­ta uno de los acon­te­ci­mien­tos acae­ci­dos en 1956 en Ale­ma­nia Orien­tal cuan­do aca­ba­ba de irrum­pir la inva­sión sovié­ti­ca a Hun­gría. Tenien­do como telón de fon­do ese dra­má­ti­co even­to, el direc­tor se basó en el libro auto­bio­grá­fi­co de Die­trich Garst­ka quien en el mis­mo rela­ta su expe­rien­cia como uno de los estu­dian­tes del liceo que estu­vo invo­lu­cra­do en la revo­lu­ción silen­cio­sa alu­di­da en el títu­lo del film. Con una muy bue­na adap­ta­ción el rea­li­za­dor ha logra­do un docu­men­to de máxi­ma sol­ven­cia que trans­por­ta al espec­ta­dor a una tris­te épo­ca don­de cual­quier expre­sión que mani­fes­ta­ra un des­acuer­do con el impe­rio socia­lis­ta era con­si­de­ra­da como una acti­tud fas­cis­ta y con­tra­rre­vo­lu­cio­na­ria por el gobierno de Ale­ma­nia Oriental.

Leo­nard Scheicher

La his­to­ria se desa­rro­lla cin­co años antes que se cons­tru­ye­ra el tris­te muro de Ber­lín don­de en ese enton­ces exis­tía más faci­li­dad para atra­ve­sar la fron­te­ra que sepa­ra­ba al sec­tor orien­tal del occi­den­tal de Ber­lín. En su comien­zo el joven estu­dian­te Theo (Leo­nard Schei­cher) y su gran ami­go Kurt (Tom Gra­menz) de 18 años se diri­gen a Ber­lín occi­den­tal con la excu­sa de visi­tar la tum­ba del abue­lo de este últi­mo. Des­pués de depo­si­tar flo­res en su tum­ba, ambos logran infil­trar­se en un cine de la ciu­dad don­de pre­via­men­te a la exhi­bi­ción del film en car­tel se pro­yec­ta un noti­cia­rio dan­do cuen­ta de las gra­ves con­se­cuen­cias cau­sa­das por la agre­sión rusa a Hun­gría. Ate­rra­dos por la noti­cia, al regre­sar a Ber­lín Orien­tal ellos infor­man a sus com­pa­ñe­ros de cur­so lo que está acon­te­cien­do en el país vecino y como medi­da de pro­tes­ta Kurt pro­po­ne que se guar­de un minu­to de silen­cio al comen­zar la cla­se de uno de los pro­fe­so­res del esta­ble­ci­mien­to; es así que apro­ba­da la ini­cia­ti­va suge­ri­da la mis­ma es imple­men­ta­da tal como estu­vo pla­nea­da. A todo ello, la mayo­ría de los alum­nos acu­de secre­ta­men­te a la casa del tío de uno de ellos para escu­char las noti­cias de la emi­so­ra radial RIAS ‑ubi­ca­da en Ber­lin Occi­den­tal- difun­dien­do lo que suce­de en Hun­gría, don­de se comu­ni­ca que una de las víc­ti­mas del atro­pe­llo ruso es el famo­so fut­bo­lis­ta hún­ga­ro Ferenc Puskás.

No tar­da mucho tiem­po para que el minu­to de silen­cio de los alum­nos sea con­si­de­ra­do por las auto­ri­da­des esco­la­res como una pro­tes­ta polí­ti­ca; es así que los estu­dian­tes se ponen de acuer­do para uti­li­zar como pre­tex­to que el acto tuvo como pro­pó­si­to home­na­jear al fut­bo­lis­ta muer­to en Hun­gría. Sin embar­go la excu­sa no resul­ta acep­ta­da y en con­se­cuen­cia el com­por­ta­mien­to estu­dian­til va con­vir­tién­do­se en una bola de nie­ve don­de inter­vie­ne al prin­ci­pio el direc­tor de la escue­la (Flo­rian Lukas), pos­te­rior­men­te la con­se­je­ra esco­lar de la región (Jör­dis Trie­bel) y final­men­te el Minis­tro de Edu­ca­ción (Burghart Klauss­ner); el pro­pó­si­to de la inves­ti­ga­ción es deter­mi­nar quién fue el autor de esa pro­tes­ta para ser seve­ra­men­te cas­ti­ga­do a fin de evi­tar que hechos seme­jan­tes pue­dan repe­tir­se. Para­le­la­men­te a la tra­ma cen­tral se desa­rro­lla un trián­gu­lo román­ti­co don­de Lena (Lena Klen­ke), una de las estu­dian­tes del cur­so, sien­do la novia de Theo deci­de dejar­lo para vin­cu­lar­se sen­ti­men­tal­men­te con Kurt don­de ese hecho pone a prue­ba el sen­ti­mien­to de amis­tad de los dos ami­gos; esa sub­tra­ma pudo haber sido evi­ta­da sin alte­rar la esen­cia cen­tral del relato.

A tra­vés de una sóli­da cons­truc­ción este valio­so film pone en evi­den­cia de qué modo la liber­tad de expre­sión que­dó repri­mi­da duran­te la revo­lu­ción socia­lis­ta impues­ta por los gobier­nos saté­li­tes de la Unión Sovié­ti­ca. Al pro­pio tiem­po que­da refle­ja­do cómo el inci­den­te del film reper­cu­te en los fami­lia­res de los alum­nos rever­de­cien­do secre­tos bien guar­da­dos acon­te­ci­dos en la Segun­da Gue­rra. No menos impor­tan­te es com­pro­bar cómo las auto­ri­da­des esco­la­res del esta­ble­ci­mien­to por razo­nes ideo­ló­gi­cas no tie­nen empa­cho alguno en recu­rrir a la men­ti­ra y dis­pues­tos a con­de­nar a un alumno ino­cen­te para que no se pon­ga en evi­den­cia el pasa­do de un impor­tan­te fun­cio­na­rio del lugar. Con todo, lo más impor­tan­te de esta his­to­ria real es haber refle­ja­do la volun­tad de una juven­tud fir­me y deci­di­da a no clau­di­car man­te­nien­do los prin­ci­pios de leal­tad y solidaridad.

El film cuen­ta con un nivel de inter­pre­ta­ción nota­ble per­mi­tien­do que lo que trans­cu­rre adquie­ra visos de total cre­di­bi­li­dad. A ello se une una rea­li­za­ción pul­cra, sobria a la vez que emo­ti­va sin caer en un arti­fi­cio­so melo­dra­ma al que podría pres­tar­se la par­te final del rela­to. En suma, Krau­me ofre­ce un tra­ba­jo de apre­cia­ble cali­dad, sin duda algu­na reco­men­da­ble. Jor­ge Gutman

Una Frus­tra­da Adolescente

THE FIRE­FLIES ARE GONE / LA DIS­PA­RI­TION DES LUCIO­LES. Cana­dá, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Sébas­tien Pilote

Sébas­tien Pilo­te quien ha dado mues­tra de su talen­to en sus dos pri­me­ros fil­mes, Le ven­deur (2011) y Le déman­tè­le­ment (2013) aquí, aun­que en un rela­to más lige­ro, nue­va­men­te demues­tra su fibra huma­na y sen­si­ble des­cri­bien­do el com­por­ta­mien­to misan­tró­pi­co de una adolescente.

Kare­lle Trem­blay y Pie­rre-Luc Brilliant

El direc­tor ubi­ca su cáma­ra en una peque­ña ciu­dad indus­trial de Que­bec, don­de la mis­ma se encuen­tra afec­ta­da eco­nó­mi­ca­men­te y en don­de el por­ve­nir de los jóve­nes no pare­ce muy ven­tu­ro­so. Es allí que trans­cu­rre la vida de Léo (Kare­lle Trem­blay), una joven que sien­te un pro­fun­do males­tar emo­cio­nal y que qui­sie­ra aban­do­nar el lugar don­de habi­ta lo antes posible.

Des­de el pri­mer momen­to Pilo­te, quien es tam­bién autor del guión, des­cri­be la acti­tud irres­pe­tuo­sa y des­pre­cia­ti­va de la joven cuan­do su madre (Marie-Fran­ce Mar­cot­te) y su padras­tro (Fra­nçois Papi­neau) le cele­bran su déci­mo sép­ti­mo cum­plea­ños en un res­tau­ran­te local jun­to con otros dos invi­ta­dos; así, ade­más de lle­gar con retar­do al ága­pe des­apa­re­ce antes de fina­li­zar la reu­nión sin despedirse.

Cur­san­do el últi­mo año de escue­la secun­da­ria, ella no mani­fies­ta afi­ni­dad con sus com­pa­ñe­ros y en gene­ral se la obser­va frus­tra­da y resen­ti­da. Eso se evi­den­cia en la difí­cil rela­ción man­te­ni­da con su madre y más abier­ta­men­te en el odio que sien­te hacia su padras­tro, un ani­ma­dor popu­lis­ta de una radio local. Sola­men­te idea­li­za a su padre Syl­vain (Luc Picard) quien habién­do­se cerra­do la fábri­ca don­de tra­ba­ja­ba y actua­ba como líder del sin­di­ca­to, se vio for­za­do a ganar­se la vida en un lugar poco pobla­do del gran nor­te de la pro­vin­cia; pre­ci­sa­men­te los momen­tos de solaz para Léo se pro­du­cen en la cáli­da rela­ción con él man­te­ni­da cuan­do retor­na tran­si­to­ria­men­te a la ciudad.

En prin­ci­pio todo pare­ce cam­biar para la joven cuan­do cir­cuns­tan­cial­men­te cono­ce a Ste­ve (Pie­rre-Luc Bri­lliant), un músi­co retraí­do que es pro­fe­sor de gui­ta­rra y que vive con su madre en el sótano de su hogar; su pre­sen­cia moti­va a que ella se sien­ta impul­sa­da a tomar cla­ses de gui­ta­rra con él. A pesar de que gra­dual­men­te exis­te una cone­xión entre estos dos seres soli­ta­rios, Léo impi­de que el sur­gi­mien­to del víncu­lo afec­ti­vo pue­da cris­ta­li­zar­se en algo más importante.

Aun­que no siem­pre que­dan evi­den­cia­das cla­ra­men­te las acti­tu­des de su pro­ta­go­nis­ta, el direc­tor logra un film per­so­nal cap­tan­do el esta­do de con­fu­sión de Léo en su trán­si­to hacia el comien­zo de la vida adul­ta. Si bien esta come­dia dra­má­ti­ca no resul­ta temá­ti­ca­men­te nove­do­sa, Pilo­te logra una bue­na direc­ción de sus intér­pre­tes; en tal sen­ti­do se des­ta­ca el talen­to de la joven actriz Trem­blay quien con aplo­mo apor­ta una caris­má­ti­ca pre­sen­cia así como Bri­llant brin­da sen­si­ble huma­ni­dad a su per­so­na­je. A esos valo­res se aña­den la logra­da foto­gra­fía de Michel La Veaux y la efi­caz músi­ca orques­ta­da de Phi­lip­pe Brault, redon­dean­do de este modo un film pri­mo­ro­so que fue dis­tin­gui­do como el mejor de Cana­dá en el recien­te fes­ti­val de Toron­to.  Jor­ge Gutman