Una Mujer Excepcional

ON THE BASIS OF SEX. Esta­dos Uni­dos, 2018. Un film de Mimi Leder

A pocos meses de haber­se estre­na­do el docu­men­tal RBG cen­tra­do en la per­so­na­li­dad de Ruth Bader Gins­burg, aho­ra se cono­ce On the Basis of Sex, en el que Mimi Leder a tra­vés de un rela­to de fic­ción cen­tra su aten­ción en esta excep­cio­nal dama duran­te una déca­da y media de su vida.

Feli­city Jones

Valíen­do­se del guión de Daniel Stie­ple­man (sobrino de RBG) la rea­li­za­do­ra, comien­za pre­sen­tan­do a Ruth (Feli­city Jones) en 1956 ini­cian­do sus estu­dios uni­ver­si­ta­rios en la Facul­tad de Dere­cho de la Uni­ver­si­dad de Har­vard. Demos­tran­do des­de el vamos la muy cono­ci­da dis­cri­mi­na­ción sexis­ta exis­ten­te de esa épo­ca, el decano Erwin Gris­wold (Sam Water­son), en la cena de bien­ve­ni­da a los nue­vos alum­nos inte­gra­dos por 500 estu­dian­tes varo­nes y solo 9 muje­res, les pre­gun­ta a las jóve­nes dis­cí­pu­las las razo­nes que las lle­va­ron a pro­se­guir esa carre­ra que más bien corres­pon­de a los hom­bres; sin duda. esa iro­nía mar­ca­ría el paso de la lucha que Ruth debió afron­tar a par­tir de enton­ces para defen­der los dere­chos de las muje­res en el mar­co de un uni­ver­so patriarcal .

En ese enton­ces, casa­da des­de 1954 con Mar­tin Gins­burg (Armie Ham­mer), igual­men­te cur­san­do los estu­dios de leyes con un año de ade­lan­to, y con una peque­ña niña del matri­mo­nio, el film des­ta­ca como des­de un prin­ci­pio exis­tió en la pare­ja un gran amor que dura­ría has­ta la muer­te de Mar­tin en 2010; así, cuan­do un cán­cer tes­ti­cu­lar afli­ge a su ado­ra­do espo­so, ade­más de asis­tir a sus cur­sos, ella acu­de igual­men­te a los de Mar­tin para poder ayu­dar­lo en sus tareas.

Ya gra­dua­da como abo­ga­da debe­rá sopor­tar la humi­lla­ción del pre­va­le­cien­te sexis­mo mani­fes­ta­do en los gabi­ne­tes de abo­ga­dos al no acep­tar a muje­res pro­fe­sio­na­les; por lo tan­to Ruth des­ple­ga­rá sus cono­ci­mien­tos en la acti­vi­dad docente.

Una cir­cuns­tan­cia espe­cial se pre­sen­ta en 1970 cuan­do RBG deci­de asu­mir la defen­sa de Char­les Moritz (Chris­tian Mul­key), un hom­bre sol­te­ro del Esta­do de Colo­ra­do quien tenien­do a su cui­da­do a su ancia­na madre invá­li­da le es dene­ga­da la deduc­ción impo­si­ti­va de 296 dóla­res por ese con­cep­to; eso se debe a que la ley vigen­te en ese momen­to solo lo admi­te si se tra­ta de una mujer desem­pe­ñan­do esa fun­ción. Tal exclu­sión sobre la base del géne­ro sexual, hará que la bri­llan­te abo­ga­da demues­tre la arbi­tra­rie­dad de la jus­ti­cia apo­yan­do una ley ana­cró­ni­ca. En tal sen­ti­do, el lar­go monó­lo­go que pro­nun­cia duran­te el jui­cio cons­ti­tu­ye uno de los momen­tos más con­mo­ve­do­res del relato.

El suce­so obte­ni­do en este reso­nan­te caso, el úni­co rea­li­za­do con la cola­bo­ra­ción de su espo­so, mar­có un pre­ce­den­te para que los requi­si­tos lega­les fue­sen modi­fi­ca­dos al pro­pio tiem­po que pro­bó que una abo­ga­da pue­de ser tan per­se­ve­ran­te, deci­di­da e inte­li­gen­te como su con­tra­par­te mas­cu­li­na a fin de que la jus­ti­cia lle­gue a imponerse.

A pesar de que iró­ni­ca­men­te su pri­mer gran triun­fo pro­fe­sio­nal haya sido el evi­tar la dis­cri­mi­na­ción de los hom­bres, de allí en más RBG des­ple­gó sus esfuer­zos luchan­do ardien­te­men­te por la cau­sa feme­ni­na; de este modo se con­vir­tió en un ícono cul­tu­ral al abo­gar por sus dere­chos a fin de que sean legal­men­te igua­la­dos a los del hom­bre, inclu­yen­do la no dis­cri­mi­na­ción pro­fe­sio­nal de las muje­res. Su bri­llan­te actua­ción la lle­va­ría a desem­pe­ñar la máxi­ma posi­ción a que pue­da aspi­rar una pro­fe­sio­nal de la ley cuan­do en 1993 el pre­si­den­te Clin­ton la desig­na como Jue­za de la Cor­te Supre­ma de Esta­dos Unidos.

Aun­que lo que se apre­cia aquí cons­ti­tu­ye algo que ya ha sido des­ta­ca­do en el exce­len­te docu­men­tal y no ten­ga su mis­ma reso­nan­cia, con todo la direc­to­ra logra una pelí­cu­la hones­ta y sin­ce­ra impri­mien­do a su rela­to un apre­cia­ble con­te­ni­do emo­cio­nal que per­mi­te al espec­ta­dor invo­lu­crar­se en el tema. En bue­na par­te, eso se debe a la muy bue­na actua­ción de Jones como así tam­bién a la de Ham­mer, quie­nes ade­más de la satis­fac­to­ria quí­mi­ca que man­tie­nen logran trans­mi­tir la esen­cia de una exce­len­te rela­ción con­yu­gal, demos­tran­do cómo el amor que los unió sir­vió como un gran incen­ti­vo en el desa­rro­llo de sus vidas y res­pec­ti­vas carre­ras, sobre todo para esta excep­cio­nal jueza.
Jor­ge Gutman