Valien­tes Guerreras

GIRLS OF THE SUN (Les filles du soleil). Fran­cia-Bél­gi­ca-Geor­gia, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Eva Husson

Una vez más se pro­du­ce la situa­ción don­de las bue­nas inten­cio­nes de un pro­yec­to no bas­tan para que su eje­cu­ción resul­te favo­ra­ble. Éste es el caso de Les Filles du Soleil, un film en el que la direc­to­ra Eva Hus­son deci­dió ofre­cer una visión femi­nis­ta de los ava­ta­res de la gue­rra; sin embar­go, al hacer­lo, ella des­cui­dó impor­tan­tes aspec­tos que impi­den que su humano men­sa­je lle­gue a cun­dir en el áni­mo del espectador.

Golshif­teh Farahani

En la his­to­ria pro­pues­ta por la rea­li­za­do­ra que está basa­da en hechos reales, el esce­na­rio lo brin­da la ende­mo­nia­da gue­rra de Siria que man­te­ni­da des­de 2011 reper­cu­te en los paí­ses limí­tro­fes, espe­cial­men­te en la fron­te­ra con Tur­quía. Es allí don­de los gue­rri­lle­ros de las dis­tin­tas rami­fi­ca­cio­nes del Esta­do Islá­mi­co (EI) han deso­la­do aldeas, pue­blos y ciu­da­des sem­bran­do la des­truc­ción físi­ca y huma­na. Para tra­tar de ven­gar­se del mal infli­gi­do un buen núme­ro de muje­res kur­das valien­tes deci­den lan­zar una ofen­si­va con­tra las fuer­zas opre­so­ras. Así se lle­ga a cono­cer a Bahar (Golshif­teh Faraha­ni), quien con su pre­sen­cia caris­má­ti­ca coman­da el bata­llón feme­nino de su peque­ño ejér­ci­to y den­tro de ese entorno se encuen­tra Mathil­de (Emma­nue­lle Ber­cot), una repor­te­ra de gue­rra fran­ce­sa dis­pues­ta a repor­tar a estas muje­res com­ba­tien­tes y a la vez tes­ti­mo­niar lo que está presenciando.

Fun­da­men­tal­men­te, el rela­to se cen­tra en torno de estas dos muje­res don­de cada una de ellas arras­tra un acia­go pasa­do. A tra­vés de flash­backs se apre­cia el terri­ble dolor de
Bahar cuyo pue­blo ha sido saquea­do por el gru­po arma­do del EI y que ade­más de haber pre­sen­cia­do el ase­si­na­to de su mari­do no pudo evi­tar que rap­ta­ran a su joven hijo Hemin (Tor­ni­ke Alie­vi) con el pro­pó­si­to de adoc­tri­nar­lo y con­ver­tir­lo en un niño sol­da­do al ser­vi­cio del igno­mi­nio­so gru­po terro­ris­ta; de allí que para esta madre, el res­ca­te de Hemin adquie­re capi­tal impor­tan­cia ade­más de tomar repre­sa­lias por haber sido rete­ni­da como escla­va sexual antes de haber logra­do esca­par. Por su par­te Mathil­de, sufrió la pér­di­da de un ojo cubrien­do el bom­bar­deo en la ciu­dad siria de Homs, como así tam­bién enviu­dó al haber pisa­do su mari­do en Libia un terreno minado.

Cier­ta­men­te, la rea­li­za­do­ra ha que­ri­do home­na­jear a la mujer demos­tran­do que cuan­do lle­ga la hora de la ver­dad es tan vale­ro­sa como lo pue­de ser un hom­bre enfren­tan­do a un mor­tal enemi­go. Sin embar­go, este film ado­le­ce de varios erro­res con­si­de­ra­bles comen­zan­do por su estruc­tu­ra; al rela­cio­nar los acon­te­ci­mien­tos pre­sen­tes con los del pasa­do, esa inser­ción ade­más de no ser flui­da influ­ye nega­ti­va­men­te en su narra­ción que peca por su fal­ta de suti­le­za. A ello se agre­gan los este­reo­ti­pa­dos diá­lo­gos con fra­ses impos­ta­das que no lle­gan a gra­vi­tar y sobre todo las lar­gas bata­llas; éstas, que han sido fil­ma­das des­pro­li­ja­men­te, están acom­pa­ña­das en gran par­te por una músi­ca poco satis­fac­to­ria del com­po­si­tor Mor­gan Kibby “mar­ti­llan­do” los momen­tos más dra­má­ti­cos a fin de for­zar la emo­ción del espectador.

A nivel de inter­pre­ta­ción no hay mayor obje­ción que rea­li­zar dado que tan­to Golshif­teh Faraha­ni como Emma­nue­lle Ber­cot trans­mi­ten con con­vic­ción lo que sus per­so­na­jes les deman­dan a pesar de no estar bien dia­gra­ma­dos; en todo caso la bue­na actua­ción no pue­de en este caso sal­var las falen­cias de este bien ins­pi­ra­do film femi­nis­ta pero mal resuel­to. Jor­ge Gutman