Fes­ti­val Inter­na­tio­nal du Film Sur L’Art

Como una de las mues­tras cul­tu­ra­les más impor­tan­tes desa­rro­lla­das en Mon­treal, el Fes­ti­val Inter­na­tio­nal du Film sur l’Art (FIFA) ofre­ce anual­men­te una varie­dad de remar­ca­bles docu­men­ta­les que abar­ca dife­ren­tes mani­fes­ta­cio­nes de la crea­ción artística.

En esta tri­gé­si­mo sép­ti­ma edi­ción que se desa­rro­lla entre el 19 y 31 de mar­zo, se pro­yec­ta­rán cer­ca 200 fil­mes pro­ve­nien­tes de 40 paí­ses así como se lle­va­rá a cabo la exhi­bi­ción de pelí­cu­las vin­cu­la­das con even­tos especiales.

He aquí la sinop­sis de algu­nos de los títu­los que serán vis­tos y que gene­ran expec­ta­ti­va por el tema abordado.

El film de aper­tu­ra es Au temps où les Ara­bes dan­saient (Bél­gi­ca) del direc­tor bel­ga-marro­quí Jawad Rha­lib que echa una mira­da a la lucha que las muje­res y artis­tas deben empren­der en socie­da­des afec­ta­das por el fun­da­men­ta­lis­mo reli­gio­so. Explo­ran­do la cul­tu­ra ára­be-musul­ma­na y su his­tó­ri­ca rique­za mun­dial en la lite­ra­tu­ra, cine, dan­za y músi­ca, el direc­tor enfo­ca a Egip­to bajo el gobierno de Nas­ser des­de los años 50 has­ta la déca­da del 70. El docu­men­to cons­ti­tu­ye una pro­fun­da refle­xión acer­ca del com­ple­jo futu­ro de las socie­da­des occi­den­ta­les mul­ti­cul­tu­ra­les y cons­ti­tu­ye una vibran­te súpli­ca por la liber­tad de expre­sión artís­ti­ca. El film está basa­do en las memo­rias de infan­cia del rea­li­za­dor quien uti­li­za mate­rial de archi­vo docu­men­tan­do la épo­ca de oro de la dan­za del Medio Orien­te, como así tam­bién efec­túa entre­vis­tas con repre­sen­tan­tes del medio cul­tu­ral contemporáneo.

Au temps où les Ara­bes dansaient

Gran inte­rés des­pier­ta The Ille­gal Film (Ale­ma­nia) de Mar­tin Baer refle­jan­do cómo la evo­lu­ción exce­si­va­men­te rápi­da de la pro­duc­ción de imá­ge­nes afec­ta los aspec­tos vin­cu­la­dos con los dere­chos de autor y de la vida pri­va­da en la medi­da que las nue­vas tec­no­lo­gías se han vuel­to cada vez más inva­si­vas. Baer, cier­ta­men­te abor­da la reali­dad de la épo­ca que nos toca vivir.

Den­tro de los temas refe­ri­dos al arte y la cien­cia se exhi­bi­rá Shi­ro Taka­ta­ni, entre natu­re et tech­no­lo­gie (Fran­cia). En este docu­men­tal el rea­li­za­dor Giu­lio Boa­to abor­da el enso­ña­dor uni­ver­so del artis­ta Shi­ro Taka­ta­ni y el de sus más cer­ca­nos cola­bo­ra­do­res, inclu­yen­do al com­po­si­tor Ryui­chi Saka­mo­to, para cele­brar su víncu­lo con el arte y su ecléc­ti­ca obra. Tal como el títu­lo del docu­men­tal lo anti­ci­pa, Taka­ta­ni se expre­sa en for­ma sim­ple a la vez que pode­ro­sa en dos de sus gran­des temá­ti­cas como lo son la natu­ra­le­za y la tecnología.

En pri­mi­cia cana­dien­se se verá Hitler, Picas­so et les Autres (Ita­lia), un docu­men­tal de Clau­dio Poli quien entre­mez­cla la his­to­ria con la cul­tu­ra. En 1937, las tro­pas de Hitler orga­ni­zan en Munich dos expo­si­cio­nes ten­dien­tes a defen­der los valo­res de la raza aria. Lo curio­so es que por un lado la obra de los gran­des pin­to­res moder­nos es con­si­de­ra­da por los nazis como arte dege­ne­ra­ti­vo pero al mis­mo tiem­po tam­bién se lo glo­ri­fi­ca. Los cua­dros expues­tos son pos­te­rior­men­te obje­to de un gran pilla­je orques­ta­do por Hitler y Goe­ring. El film expo­ne las telas de artis­tas gran­dio­sos como Picas­so, Bot­ti­ce­lli y Renoir a la vez que des­ta­ca la gran influen­cia ejer­ci­da por las artes en los regí­me­nes políticos.

El arte de la moda está expues­to en Les gue­rres de Coco Cha­nel (Fran­cia) don­de el rea­li­za­dor Jean Lau­ri­tano a tra­vés del rela­to efec­tua­do por el actor Lam­bert Wil­son enfo­ca la per­so­na­li­dad de la renom­bra­da crea­do­ra Coco Cha­nel (1883 – 1971. Su vida estu­vo mar­ca­da por nume­ro­sos com­ba­tes: su volun­tad de apar­tar­se de su con­di­ción obre­ra, su opo­si­ción a las con­ven­cio­nes mora­les de la épo­ca, sus luchas con­tra algu­nos de sus con­tem­po­rá­neos. Explo­ran­do a la mujer de nego­cios que se ocul­ta detrás de la gran cos­tu­re­ra, el docu­men­tal retra­ta a Cha­nel que no cesa de reno­var­se crean­do de ese modo su pro­pia mito­lo­gía. Impo­nién­do­se como una figu­ra bata­lla­do­ra, ella fue tes­ti­go de una épo­ca sig­na­da por las gue­rras y por la eman­ci­pa­ción de la mujer.

Les gue­rres de Coco Chanel

La lite­ra­tu­ra está repre­sen­ta­da, entre otros docu­men­ta­les por Etgar Keret. Based on a True Story (Holan­da) de Stepha­ne Kaas. El docu­men­tal se aden­tra en la obra del renom­bra­do escri­tor, guio­nis­ta de tele­vi­sión y direc­tor de cine israe­lí Etgar Keret. Con­si­de­ra­do como el máxi­mo expo­nen­te de la narra­ti­va moder­na en hebreo, sus his­to­rias entre­mez­clan aspec­tos de la vida coti­dia­na don­de el humor negro, el surrea­lis­mo, lo gro­tes­co y lo pue­ril for­man par­te de un mis­mo uni­ver­so. Recons­tru­yen­do algu­nos momen­tos de su vida, con la inser­ción de secuen­cias de ani­ma­ción e inclu­yen­do entre­vis­tas con varios de sus ami­gos, el film trans­por­ta a la audien­cia al fas­ci­nan­te mun­do de este bri­llan­te autor.

Otro film de carác­ter lite­ra­rio es Colet­te, l’in­sou­mi­se (Fran­cia) en don­de la direc­to­ra Céci­le Den­jean incur­sio­na en Sido­nie-Gabrie­lle Colet­te (1873 – 1954), la nove­lis­ta, perio­dis­ta, actriz, eró­ti­ca bai­la­ri­na y dra­ma­tur­ga que vivió inten­sa­men­te rein­ven­tán­do­se en pala­bras, escán­da­los y meta­mor­fo­sis. De aldea­na a ícono de la Belle Épo­que, su inten­sa exis­ten­cia es aquí narra­da a tra­vés del retra­to de una mujer que desa­fió las nor­mas socia­les para vivir en sus pro­pios tér­mi­nos. Como nota adi­cio­nal, cabe men­cio­nar que Colet­te adqui­rió cele­bri­dad inter­na­cio­nal por su nove­la Gigi que fue tras­la­da­da al cine por Vin­cent Minelli.

Colet­te, l’insoumise

Los aman­tes de la ópe­ra segu­ra­men­te apre­cia­rán Mitra (Bél­gi­ca) de Jor­ge León. El docu­men­tal enfo­ca a Mitra Kadi­var, médi­ca psi­co­ana­lis­ta ira­ní, quien en 2012 fue inter­na­da con­tra su volun­tad en un hos­pi­tal psi­quiá­tri­co de Tehe­rán. Para con­tra­rres­tar su ais­la­mien­to, ella ini­cia una corres­pon­den­cia elec­tró­ni­ca con Jac­ques-Alain Miller, fun­da­dor de la Aso­cia­ción Mun­dial de Psi­co­aná­li­sis. En el trans­cur­so del verano de 2017, un gru­po artís­ti­co se ins­pi­ra en ese inter­cam­bio para crear una ópe­ra basa­da en la reali­dad del hos­pi­tal psiquiátrico.

Entre los títu­los que FIFA dedi­ca al sép­ti­mo arte se encuen­tra el docu­men­tal John Ford, l’hom­me qui inven­ta l’A­mé­ri­que (Fran­cia). Ford (1894 – 1973) ha sido uno de los más gran­des cineas­tas del cine mun­dial del siglo pasa­do habien­do mar­ca­do el record de haber obte­ni­do cua­tro veces el Oscar de Holly­wood como mejor rea­li­za­dor; otros genios del cine como Ing­mar Berg­man y Orson Welles lo con­si­de­ra­ron como uno de los más gran­des direc­to­res de todos los tiem­pos. En este film de Jean-Chris­tophe Kotz se pasa revis­ta a su carre­ra de medio siglo en el que reali­zó apro­xi­ma­da­men­te 150 memo­ra­bles pelí­cu­las. Con la par­ti­ci­pa­ción de varios entre­vis­ta­dos, el ciné­fi­lo tie­ne la opor­tu­ni­dad de cono­cer más a fon­do a este enig­má­ti­co rea­li­za­dor que supo mode­lar la leyen­da del Lejano Oeste.

John Ford, l’hom­me qui inven­ta l’Amérique.

El fla­men­co como expre­sión genui­na de la dan­za espa­ño­la está expues­to en La Cha­na (Espa­ña) de la direc­to­ra Luci­ja Sto­je­vic. En este docu­men­tal espa­ñol se abor­da la vida de Anto­nia San­tia­go Ama­dor una caris­má­ti­ca mujer más cono­ci­da en Espa­ña como “La Cha­na”, la bai­lao­ra cata­la­na que fue una cele­bri­dad inter­na­cio­nal des­de los años 60 has­ta la déca­da del 80. Repen­ti­na­men­te des­apa­re­ció de la vis­ta del públi­co cuan­do fue for­za­da a reti­rar­se por un lamen­ta­ble affai­re sen­ti­men­tal con un hom­bre que la hizo sufrir. Habien­do supe­ra­do el mal tra­to de la vio­len­cia domés­ti­ca gene­ra­da por su víncu­lo sen­ti­men­tal, logró vol­ver a su públi­co a los 70 años de edad. El docu­men­tal es un autén­ti­co tes­ti­mo­nio de una artis­ta apa­sio­na­da que lle­va el fla­men­co en su san­gre y que cons­ti­tu­ye la razón de su vida.

Para los afi­cio­na­dos a la arqui­tec­tu­ra, el fes­ti­val pre­sen­ta Luc Durand Lea­ving Delhi (Cana­dá) de Étien­ne Des­ro­siers. El direc­tor ilus­tra la vida del arqui­tec­to cana­dien­se Luc Durand (1929 – 2018) quien des­pués de haber estu­dia­do con Eugè­ne Beau­doin en Sui­za comen­zó su carre­ra pro­fe­sio­nal en India. Este perío­do resul­tó deci­si­vo como arqui­tec­to en la medi­da que influ­yó en muchos de los pro­yec­tos dise­ña­dos en Que­bec, inclu­yen­do el Pabe­llón de Que­bec en la Expo 67 y la Villa Olím­pi­ca para los jue­gos olím­pi­cos de 1976. Este film cons­ti­tu­ye un buen retra­to de una pro­mi­nen­te figu­ra de la arqui­tec­tu­ra de Quebec.

La pelí­cu­la Bote­ro (Cana­dá) con­si­de­ra al des­ta­ca­do pin­tor, escul­tor y dibu­jan­te Fer­nan­do Bote­ro naci­do en Mede­llin en 1932. El direc­tor Don Millar brin­da un docu­men­tal poé­ti­co refle­jan­do su obra carac­te­ri­za­da por sus volup­tuo­sas figu­ras que han logra­do un rotun­do éxi­to de crí­ti­ca y públi­co; este artis­ta es uno de los pocos cuyos tra­ba­jos han sido reco­no­ci­dos en vida. El film per­mi­te que el espec­ta­dor ten­ga acce­so a su mun­do per­so­nal como así tam­bién tener una visión del pro­ce­so de crea­ción artís­ti­ca que lo ha guia­do en la rea­li­za­ción de sus ico­no­grá­fi­cas obras.

En mate­ria tea­tral uno de los docu­men­ta­les de la mues­tra está refe­ri­do a René Richard Cyr: Ou l’heu­reux dépit (Cana­dá) Este film de Luc Cyr cons­ti­tu­ye un home­na­je al gran actor, direc­tor artís­ti­co, autor, y ani­ma­dor del ámbi­to tea­tral de Cana­dá. Su impre­sio­nan­te carre­ra abar­ca la magis­tral inter­pre­ta­ción de Hosan­na en la pie­za homó­ni­ma de Michel Trem­blay, co-crea­ción del espec­tácu­lo Zuma­nity del Cir­que du Soleil y la adap­ta­ción de la obra Belles-Soeurs en pie­za musi­cal; a ello debe sumar­se su con­tri­bu­ción en la pues­ta escé­ni­ca de ópe­ras, dra­mas y come­dias musi­ca­les tan­to en Cana­dá como inter­na­cio­nal­men­te. Este docu­men­tal pre­sen­ta­do en carác­ter de pri­mi­cia mun­dial es el retra­to de un hom­bre apa­sio­na­do y apasionante.

Marie Gui­lloux es la direc­to­ra del docu­men­tal fran­cés Pré­lu­de a Debussy. En el mis­mo, los meló­ma­nos ten­drán opor­tu­ni­dad de cono­cer más a fon­do la per­so­na­li­dad del com­po­si­tor Clau­de Debussy (1862 – 1916), un músi­co anti­con­for­mis­ta que jun­to a Mau­ri­ce Ravel fue uno de los más pro­mi­nen­tes repre­sen­tan­tes de la músi­ca impre­sio­nis­ta. A tra­vés de las pala­bras de renom­bra­dos músi­cos y com­po­si­to­res como Leo­nard Berns­tein, Pie­rre Bou­lez, Ale­xan­dre Tha­raud con­jun­ta­men­te con impor­tan­tes docu­men­tos de archi­vo y extrac­tos musi­ca­les, el film cons­ti­tu­ye un buen estu­dio del remar­ca­ble compositor.

Para obte­ner una infor­ma­ción com­ple­ta de la pro­gra­ma­ción hora­ria de todos los fil­mes pre­sen­ta­dos, pro­yec­cio­nes espe­cia­les, salas de exhi­bi­ción y las diver­sas acti­vi­da­des vin­cu­la­das con el fes­ti­val pre­sio­ne aquí

Un Logra­do Remake

GLO­RIA BELL. Esta­dos Uni­dos-Chi­le, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Sebas­tian Lelio.

Si bien no resul­ta extra­ño que el éxi­to de un buen film gene­re una nue­va ver­sión, lo que carac­te­ri­za a Glo­ria Bell es que el mis­mo direc­tor y guio­nis­ta de la cele­bra­da pelí­cu­la chi­le­na Glo­ria fil­ma­da en 2013 asu­mió la res­pon­sa­bi­li­dad de un rema­ke con un elen­co y esce­na­rio dife­ren­te pero con el mis­mo nivel de cali­dad. En suma, Sebas­tián Lelio prue­ba una vez más de ser uno de los más impor­tan­tes cineas­tas den­tro del con­tex­to internacional.

Demos­tran­do su incli­na­ción a aus­cul­tar la psi­co­lo­gía feme­ni­na tal como lo ha hecho en la ver­sión ori­gi­nal de este film, Una Mujer Fan­tás­ti­ca (2017) y Diso­be­dien­ce (2017), a tra­vés de la per­so­na­li­dad de su per­so­na­je prin­ci­pal resal­ta el empo­de­ra­mien­to de la mujer.

Julian­ne Moore

La actual Glo­ria ape­lli­da­da Bell en la exce­len­te inter­pre­ta­ción de Julian­ne Moo­re, es una mujer que se apro­xi­ma a los 60 años vivien­do en Los Ánge­les; des­pués de 12 años de su divor­cio, sin haber teni­do otra pare­ja duran­te ese lap­so, tra­ta de apro­ve­char lo máxi­mo que la vida pue­de ofre­cer­le para evi­tar la sole­dad. Duran­te el día tra­ba­ja en una ofi­ci­na, dis­trae su tiem­po libre prac­ti­can­do yoga, asis­te de vez en cuan­do a dis­co­te­cas para bai­lar ani­ma­da­men­te y ale­gra su cora­zón tara­rean­do las can­cio­nes que va escu­chan­do en la radio a medi­da que con­du­ce su auto­mó­vil. En el ámbi­to fami­liar com­par­te momen­tos con sus hijos adul­tos, Peter (Michael Cera) y Anne (Caren Pis­to­rius) y su nie­ti­to de esca­sos meses, sin trans­mi­tir­les nin­gu­na de sus preo­cu­pa­cio­nes que va sin­tien­do inte­rior­men­te como el del inexo­ra­ble pasa­je del tiem­po que se mani­fies­ta cuan­do obser­va en el espe­jo cier­to enve­je­ci­mien­to de su ros­tro o bien al com­pro­bar que su visión comien­za a resentirse.

La vida de Glo­ria cobra un inusual impul­so cuan­do en una dis­co­te­ca cono­ce a Arnold (John Tur­tu­rro), un hom­bre de simi­lar edad, tími­do y apo­ca­do que se divor­ció hace un año y tie­ne dos hijos adul­tos. El roman­ce no tar­da en aflo­rar y como si se tra­ta­ra de dos jóve­nes ado­les­cen­tes, ambos des­cu­bren la pasión amo­ro­sa que se con­su­me con la inti­mi­dad sexual pla­cen­te­ra­men­te compartida.

Sin embar­go no tar­da mucho tiem­po en que Glo­ria detec­te en Arnold su reti­cen­cia en pre­sen­tar­le a su fami­lia mien­tras que ella es total­men­te abier­ta a hacer­le cono­cer a los suyos; eso va uni­do al com­pro­bar la inse­gu­ri­dad y fal­ta de carác­ter de su ena­mo­ra­do al estar dema­sia­do pen­dien­te de las nece­si­da­des finan­cie­ras de sus dos hijos ‑que no tra­ba­jan- y la de su exmu­jer. La ten­sión se inten­si­fi­ca cuan­do ambos via­jan a Las Vegas para pasar un román­ti­co fin de sema­na y él adop­ta una inx­cu­sa­ble acti­tud que obli­ga a que Glo­ria tome una drás­ti­ca deci­sión. De nin­gu­na mane­ra dis­pues­ta a doble­gar­se o a sacri­fi­car su inde­pen­den­cia como mujer, esta expe­rien­cia sen­ti­men­tal le ha faci­li­ta­do redes­cu­brir su for­ta­le­za inter­na y dar­se cuen­ta que con sus años dora­dos pue­de lle­gar a des­lum­brar más que nunca

Aun­que argu­men­tal­men­te las situa­cio­nes plan­tea­das son prác­ti­ca­men­te un cal­co del film pre­ce­den­te, Lelio ofre­ce aquí una come­dia dra­má­ti­ca que se dis­tin­gue por sus pro­pios méri­tos aun­que sin dese­char el espí­ri­tu que ani­ma a la ver­sión ori­gi­nal. Para ello tuvo el acer­ta­do cri­te­rio de haber esco­gi­do a Moo­re como pro­ta­go­nis­ta quien al igual que Pau­li­na Gar­cía en la Glo­ria chi­le­na, la actriz ame­ri­ca­na cau­ti­va al haber­se some­ti­do en cuer­po y alma en la piel del per­so­na­je cen­tral. Del mis­mo modo es elo­gia­ble el tra­ba­jo de Tur­tu­rro quien trans­mi­te ple­na­men­te la vul­ne­ra­bi­li­dad emo­cio­nal de un indi­vi­duo deci­di­da­men­te hones­to pero sen­ti­men­tal­men­te no con­fia­ble por su inde­ci­sión en entre­gar­se por com­ple­to a su ama­da Glo­ria. El res­to del elen­co con­tri­bu­ye a brin­dar com­ple­ta natu­ra­li­dad en cada uno de los res­pec­ti­vos roles.

En esen­cia, esta agri­dul­ce y melan­có­li­ca his­to­ria, ade­más de un buen estu­dio de per­so­na­li­dad, reúne todos los ingre­dien­tes para ser apre­cia­da por la uni­ver­sa­li­dad de su tema, su acer­ta­da direc­ción y mag­ní­fi­ca inter­pre­ta­ción. Jor­ge Gutman

Una Excep­cio­nal Montajista

ZIVA POSTEC, THE EDI­TOR BEHIND THE FILM SHOAH. Cana­dá, 2018. Un film de Cathe­ri­ne Hébert

El títu­lo de este docu­men­tal ya anti­ci­pa su tema. La rea­li­za­do­ra Cathe­ri­ne Hébert ins­ta­la su cáma­ra para seguir los pasos de Ziva Postec quien dedi­có una bue­na par­te de su vida mon­tan­do Shoa, el docu­men­to más tras­cen­den­te que se haya hecho has­ta la fecha sobre el Holo­caus­to. Su direc­tor Clau­de Lanz­mann, uno de los más remar­ca­bles inte­lec­tua­les del siglo pasa­do, ha sido el autor de esta obra monu­men­tal que brin­da una visión glo­bal del geno­ci­dio del pue­blo judío en los cam­pos de con­cen­tra­ción duran­te la Segun­da Guerra.

Ziva Postec

Si bien Lanz­man dedi­có 12 años a efec­tuar entre­vis­tas a los sobre­vi­vien­tes de esta des­ga­rra­do­ra tra­ge­dia a tra­vés de 350 horas de roda­je cuyos nega­ti­vos se encuen­tran depo­si­ta­dos en el Holo­caust Memo­rial Museum de Washing­ton, ha sido Ziva Postec, la mon­ta­jis­ta israe­lí, quien des­de 1979 has­ta 1985 dejó de lado todo cuan­to la rodea­ba, inclu­yen­do su vida fami­liar y su círcu­lo de ami­gos, para aden­trar­se por com­ple­to en el mon­ta­je del film obte­nien­do como resul­ta­do un inigua­la­ble docu­men­tal de 9 horas y media de duración.

Hébert enfo­ca la vida de esta mujer quien mucho antes de haber tra­ba­ja­do para Lanz­mann ya había gana­do con­si­de­ra­ble expe­rien­cia en la mate­ria cola­bo­ran­do con pres­ti­gio­sos rea­li­za­do­res, como Jac­ques Tati, Alain Res­nais, Jean Pie­rre Mel­vi­lle y Orson Welles, entre otros. Con todo, la cús­pi­de de su carre­ra pro­fe­sio­nal la logró como mon­ta­jis­ta de Shoa.

La docu­men­ta­lis­ta deja en com­ple­ta liber­tad a Ziva, para que des­de su hogar en el barrio de Jaf­fa de la ciu­dad de Tel Aviv a tra­vés de su memo­ria pase revis­ta a gran par­te de su exis­ten­cia. En ese queha­cer rela­ta su infan­cia, la rela­ción man­te­ni­da con sus padres, su ado­les­cen­cia, su via­je a Fran­cia don­de tra­ba­jó duran­te varias déca­das como mon­ta­jis­ta, así como su víncu­lo sen­ti­men­tal con Robert Postec a quien cono­ció en París; si bien él fue el gran amor que la col­mó de feli­ci­dad, esa dicha dura­ría muy poco por cuan­to en un via­je que ambos hicie­ron a Israel en 1964, su mari­do murió aho­ga­do por un tor­be­llino que se lo tra­gó mien­tras esta­ba nadan­do, dejan­do a Ziva emba­ra­za­da de 7 meses. Con­se­cuen­te­men­te, su úni­ca hija Sarah nun­ca lle­gó a cono­cer a su padre.

Pero retor­nan­do al tema cen­tral del docu­men­tal, se pue­de obser­var su cua­derno con apun­tes escri­tos a mano a medi­da que ella iba apre­cian­do lo que Lanz­mann había roda­do para ir selec­cio­nan­do lo qué debe­ría ser inclui­do en el mon­ta­je. En esa tarea exte­nuan­te, Ziva incen­ti­vó al direc­tor para que ade­más de los repor­ta­jes efec­tua­dos a víc­ti­mas, tes­ti­gos y ver­du­gos del Holo­caus­to incor­po­ra­se mate­rial que repro­du­je­ra los cam­pos de exter­mi­nio, tre­nes, pai­sa­jes así como otras ideas que a la pos­tre valo­ri­za­ron enor­me­men­te a Shoa.  

El absor­ben­te docu­men­tal de Hébert tras­cien­de no sola­men­te por revi­vir el pro­ce­so de crea­ción del tra­ba­jo de Lanz­mann sino por algo más. En oca­sión del estreno de Shoa, que tuvo lugar en París en abril de 1985 con la asis­ten­cia de rele­van­tes per­so­na­li­da­des inclu­yen­do al pre­si­den­te Mit­te­rand, Ziva es igno­ra­da por el direc­tor a pesar de haber sido la hor­mi­gui­ta tra­ba­ja­do­ra que con­tri­bu­yó gran­de­men­te al resul­ta­do final del film.

Es así que el docu­men­tal per­mi­te apre­ciar la obse­sión de una heroí­na que lle­gó a des­cui­dar a su que­ri­da hija ado­les­cen­te para invo­lu­crar­se por com­ple­to en una labor de pesa­di­lla por la cual no es reco­no­ci­da. En tan sen­ti­do, la deso­la­ción de Ziva es ple­na­men­te com­par­ti­da por el espectador.

Este exce­len­te docu­men­tal inclu­ye imá­ge­nes iné­di­tas del roda­je de Shoa que con­tri­bu­yen a real­zar­lo. Deci­di­da­men­te Hébert ha logra­do un valio­so y con­mo­ve­dor docu­men­to que ade­más de des­ta­car la tarea de Ziva Postec demues­tra cuán impor­tan­te es el mon­ta­je en la eta­pa de post pro­duc­ción de un film. Jor­ge Gutman

Un Mode­ra­do Dra­ma de Acción

TRI­PLE FRON­TIER. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film de J.C. Chan­dor dis­tri­bui­do por Netflix.

Con el favo­ra­ble ante­ce­den­te de una fil­mo­gra­fía inte­gra­da por bue­nos títu­los (Mar­gin Call, All is Lost y A Most Vio­lent Year) el direc­tor J.C. Chan­dor retor­na con Tri­ple Fron­tier, un dra­ma de acción mode­ra­da­men­te entretenido.

El pun­to de arran­que resul­ta intere­san­te en la medi­da que en prin­ci­pio el guión de Mark Boal rees­cri­to por Chan­dor pare­ce­ría con­si­de­rar el tema de los vete­ra­nos de gue­rra quie­nes des­pués de haber cum­pli­do la misión mili­tar al regre­sar a la vida civil son deja­dos de lado por par­te del gobierno; pero rápi­da­men­te esa idea que­da descartada.

La acción de la pri­me­ra par­te del film trans­cu­rre en la zona bra­si­le­ña ale­da­ña a la tri­ple fron­te­ra que vin­cu­la a Bra­sil con Argen­ti­na y Para­guay, aun­que su fil­ma­ción ha sido efec­tua­da en Colom­bia. En un bun­ker en medio de la sel­va habi­ta Lorea (Rey­nal­do Galle­gos), un pode­ro­so nar­co­tra­fi­can­te cuyos com­pin­ches gene­ran en la zona un cli­ma de vio­len­cia. Con el supues­to pro­pó­si­to de res­tau­rar la situa­ción Pope Gar­cía (Oscar Isaac), un vete­rano de gue­rra ame­ri­cano, reúne a cua­tro cama­ra­das (Ben Affleck, Char­lie Hun­nam, Garrett Hed­lund, Pedro Pas­cal) que habían inte­gra­do el ope­ra­ti­vo de las Fuer­zas Espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos, a fin de aba­tir a Lorea y ade­más apo­de­rar­se de los 75 millo­nes de dóla­res que tie­ne guar­da­dos en su caja fuerte.

¿Hay algu­na razón espe­cial para que ex mili­ta­res par­ti­ci­pen como ban­di­dos mer­ce­na­rios en ese asal­to? Para los inte­gran­tes de este gru­po las reti­cen­cias mora­les que­dan a un lado cuan­do la opor­tu­ni­dad se pre­sen­ta para resar­cir­se de los cole­ta­zos de la gue­rra que los han deja­do sin empleo y en pre­ca­ria situa­ción finan­cie­ra. Aquí no se tra­ta de ser­vir a la patria sino lograr el bene­fi­cio indi­vi­dual, aun­que se tra­te de un robo.

La pri­me­ra par­te con­sis­te fun­da­men­tal­men­te en lograr el obje­ti­vo pro­pues­to con­tan­do para ello con la ayu­da de la joven Iovan­na (Adria Arjo­na), el con­tac­to local que faci­li­ta­rá la ope­ra­ción; si bien lo que se apre­cia des­pier­ta inte­rés, la ten­sión crea­da es insu­fi­cien­te para gene­rar el cli­ma dra­má­ti­co necesario.

La segun­da mitad con­sis­ten­te en el tras­la­do del botín millo­na­rio cuya pesa­da car­ga afec­ta al heli­cóp­te­ro que trans­por­ta al gru­po atra­ve­san­do la cor­di­lle­ra andi­na, cuen­ta con algu­nos momen­tos de sus­pen­so bien logra­dos aun­que el rela­to se pro­lon­ga más de lo necesario.

En esta his­to­ria don­de se per­ci­be el pro­pó­si­to del rea­li­za­dor en ahon­dar en sus per­so­na­jes, los mis­mos no están pro­fun­di­za­dos con­ve­nien­te­men­te; con todo, los acto­res se desem­pe­ñan correc­ta­men­te, sobre­sa­lien­do Isaac y Affleck dada la mayor impor­tan­cia que adquie­ren sus roles.

A pesar de no exis­tir el fue­go sufi­cien­te para gene­rar una mayor exci­ta­ción, el film de Chan­dor, con las obje­cio­nes men­cio­na­das, es un pasa­tiem­po acep­ta­ble sin ser memo­ra­ble. Jor­ge Gutman

El Mucha­cho Que Domó Al Viento

THE BOY WHO HAR­NES­SED THE WIND. Gran Bre­ta­ña, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Chi­we­tel Ejiofor.

Des­pués de haber atraí­do la aten­ción por su mag­ní­fi­ca actua­ción en 12 Years a Sla­ve (2013), Chi­we­tel Ejio­for regre­sa al cine en su tri­ple con­di­ción de actor, guio­nis­ta y direc­tor. Al ubi­car­se por pri­me­ra vez detrás de la cáma­ra abor­da una muy emo­ti­va his­to­ria basa­da en un hecho real que tie­ne como esce­na­rio al con­ti­nen­te africano.

Max­well Sim­ba y Chi­we­tel Ejiofor

El guión del rea­li­za­dor adap­ta­do del libro de William Kamk­wam­ba y Bryan Mea­ler ubi­ca el rela­to en 2001 en Wim­be, una aldea rural de Mala­wi, don­de habi­ta la fami­lia Kamk­wam­ba. Allí vive William (Max­well Sim­ba), un noble ado­les­cen­te de 13 años de edad y de gran­des inquie­tu­des cien­tí­fi­cas que es tes­ti­go de las difi­cul­ta­des que atra­vie­sa su fami­lia como así tam­bién los humil­des agri­cul­to­res, depen­dien­tes de lo que la madre tie­rra pue­de brin­dar­les. El gran obs­tácu­lo pro­vie­ne de los capri­chos de la natu­ra­le­za don­de las gran­des inun­da­cio­nes segui­das de pro­lon­ga­das sequías afec­tan seve­ra­men­te a la cosecha.

Den­tro de esa pre­ca­rie­dad, Try­well (Ejio­for), el cari­ño­so padre de William que es sem­bra­dor, y su abne­ga­da espo­sa Agnes (Aïs­sa Maï­ga) hacen lo posi­ble para que William y su her­ma­na mayor Annie (Lily Ban­da) obten­gan una bue­na edu­ca­ción para que vis­lum­bren un futu­ro de vida mejor. Sin embar­go, el mucha­cho no pue­de con­ti­nuar su asis­ten­cia a las cla­ses; eso se debe a que el direc­tor del esta­ble­ci­mien­to (Ray­mond Ofu­la) se lo impi­de al no haber reci­bi­do el pago de la matrí­cu­la que adeu­da su padre por el gra­ve pro­ble­ma de pobre­za que afron­ta la fami­lia. Con todo, un noble pro­fe­sor de la escue­la (Lemo­gang Tsi­pa) que apre­cia a William con­si­gue que la com­pren­si­va biblio­te­ca­ria (Noma Dumez­we­ni) de la escue­la le per­mi­ta acce­der a la biblio­te­ca e ins­truir­se en los temas de su inte­rés como lo son la elec­tri­ci­dad y la ener­gía. Allí encuen­tra el libro Using Energy don­de encuen­tra la cla­ve para resol­ver la dra­má­ti­ca situa­ción oca­sio­na­da por la per­sis­ten­te sequía. La solu­ción se encuen­tra en la implan­ta­ción de una tur­bi­na de vien­to que con su accio­nar per­mi­ti­rá sumi­nis­trar el agua para regar los cul­ti­vos. Para imple­men­tar su pro­yec­to William debe ven­cer la resis­ten­cia de su que­ri­do padre a fin de que le ceda su bici­cle­ta para des­ar­mar­la y res­ca­tar sus par­tes que son vita­les para cons­truir el molino de viento.

Sin acu­dir a gol­pes bajos el direc­tor ilus­tra cómo la ham­bru­na pue­de aba­tir a una pobla­ción, la lucha deses­pe­ra­da para con­se­guir la pre­ca­ria base ali­men­ti­cia que se ofre­ce en can­ti­da­des extre­ma­da­men­te redu­ci­das a quie­nes pue­den lle­gar a tener acce­so a ella, como así tam­bién a un gobierno inefi­cien­te y corrup­to sin deseos de cola­bo­rar. A esa cer­te­ra pin­tu­ra de la comu­ni­dad se le adi­cio­na el pro­fun­do lazo de soli­da­ri­dad que une a la fami­lia Kamk­wam­ba don­de los padres desean que sus hijos pue­dan lograr en la vida todo aque­llo que ellos no pudie­ron alcanzar.
Si bien esta con­mo­ve­do­ra his­to­ria resul­ta pre­de­ci­ble, poco impor­ta por­que es verí­di­ca; así, en los cré­di­tos fina­les se des­ta­ca la figu­ra del ver­da­de­ro William, que en la actua­li­dad es un des­ta­ca­do inno­va­dor inge­nie­ro de 31 años embar­ca­do en nume­ro­sos pro­yec­tos de ener­gía. Gra­cias a su tena­ci­dad y cons­tan­cia en 2014 logró gra­duar­se en el pro­mi­nen­te Dar­mouth Colle­ge de Esta­dos Unidos.

Con una exce­len­te actua­ción de Sim­ba, acom­pa­ña­do de la cer­te­ra carac­te­ri­za­ción ofre­ci­da por Ejio­for y el res­to del elen­co, el novel rea­li­za­dor brin­da un film de gran huma­ni­dad que se ve real­za­do por la remar­ca­ble foto­gra­fía de Dick Pope al cap­tar en toda su dimen­sión el ambien­te en que se desa­rro­lla este cau­ti­van­te drama.

Solo cabe lamen­tar que este her­mo­so film de Net­flix no pue­da ser exhi­bi­do en las salas de cine para el públi­co que desea­ría ver­lo sino que es ofre­ci­do úni­ca­men­te a los abo­na­dos de esta pla­ta­for­ma de strea­ming. Jor­ge Gutman