Un Can­to a la Amistad

PADD­LE­TON. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film de Alex Leh­mann. Dis­tri­bui­do por Netflix

Alex Leh­mann ofre­ce en Padd­le­ton un ver­da­de­ro can­to a la amis­tad en un rela­to que con pasos de come­dia es en últi­ma ins­tan­cia dra­má­ti­co y emotivo.

Mark Duplass y Ray Romano

Muy bien reci­bi­do en el últi­mo Fes­ti­val de San­dan­ce, el film se des­ta­ca por su sen­ci­llez y cau­ti­va con la espon­tá­nea y genui­na carac­te­ri­za­ción logra­da por sus dos pro­ta­go­nis­tas que prác­ti­ca­men­te domi­nan el rela­to. Michael (Mark Duplass) y Andy (Ray Romano) son dos com­pa­ñe­ros inse­pa­ra­bles que lle­van una vida soli­ta­ria pero que se com­ple­men­tan el uno con el otro; así, jugan­do al padd­le­ton en un aban­do­na­do cine al aire libre, vien­do con­jun­ta­men­te por la tele­vi­sión pelí­cu­las de artes mar­cia­les, o bien sabo­rean­do pla­tos de piz­za saben cómo dis­traer pla­cen­te­ra­men­te sus ratos de ocio.

El con­flic­to som­brío se vis­lum­bra en la pri­me­ra esce­na cuan­do Andy acom­pa­ña a su ami­go a una con­sul­ta médi­ca y Michael reci­be el tris­te diag­nós­ti­co de pade­cer de un cán­cer intes­ti­nal con serias rami­fi­ca­cio­nes sin que dis­pon­ga mucho tiem­po de vida. Demos­tran­do en su ros­tro preo­cu­pa­ción pero sin que lle­gue a un nivel de dra­ma­ti­za­ción, el resig­na­do pacien­te deci­de some­ter­se a la euta­na­sia para poner fin a su exis­ten­cia antes de que el dolor comien­ce a tor­tu­rar­lo. Para ello recu­rre a Andy para que lo asis­ta a imple­men­tar su deseo. Como la dosis letal solo pue­de ser obte­ni­da en una far­ma­cia ale­ja­da del lugar en que viven, ambos ini­cian un via­je con des­tino a la mis­ma para com­prar­la. Una vez adqui­ri­da las dro­gas per­ti­nen­tes, Andy com­pra una peque­ña caja de segu­ri­dad para guar­dar­las; eso lo hace con el pro­pó­si­to de aguar­dar a que Michael no se pre­ci­pi­te en su deci­sión y pue­da cam­biar de opinión.

Estruc­tu­ra­do como una pie­za de cáma­ra, la tra­ma se cen­tra fun­da­men­tal­men­te en la espe­cial rela­ción que se enta­bla entre estos dos per­so­na­jes en un momen­to par­ti­cu­lar­men­te cru­cial. Aun­que el rela­to no pue­de ocul­tar el pesi­mis­mo sub­ya­cen­te que lo nutre, el dra­ma se com­bi­na con cier­tas esce­nas de humor con­tras­tan­do las per­so­na­li­da­des de ambos ami­gos que se refle­jan en los ocu­rren­tes diá­lo­gos humo­rís­ti­cos inter­ca­la­dos en el mismo.

Si bien la narra­ción en prin­ci­pio está suje­ta al guión pre­pa­ra­do por Leh­mann y Duplass, es posi­ble sos­pe­char que exis­te tam­bién cier­ta dosis de impro­vi­sa­ción por par­te de los dos acto­res quie­nes con remar­ca­ble natu­ra­li­dad con­tri­bu­yen a real­zar la auten­ti­ci­dad que emer­ge de esta his­to­ria. Final­men­te, el espec­ta­dor agra­de­ce a los guio­nis­tas por evi­tar com­pla­cen­cia algu­na en el des­en­la­ce de este buen film. Jor­ge Gutman