JUSQU’AU DÉCLIN. Canadá, 2020. Un film de Patrice Laliberté. (Disponible en Netflix)
En esta ópera prima de Patrice Laliberté se aborda el tema de la supervivencia a través de un sólido drama de suspenso. Ambientado en Quebec en un futuro no muy distante, el guión del realizador escrito con Charles Dionne y Nicolas Krief enfoca cómo la humanidad está afrontando una situación dramática al temer que se produzca un colapso ecológico debido al calentamiento global del planeta. Por ese motivo Antoine (Guillaume Laurin), un joven padre de familia de Montreal, quiere preservar a los suyos siguiendo los consejos que se transmiten por internet. Además se interesa por los comentarios de Alain (Réal Bossé), un animador de un canal de televisión quien promueve un curso de supervivencia que ofrece en un paraje montañoso de la provincia. De inmediato se inscribe en el mismo y es así que se dirige a ese lugar apartado donde es recibido por el instructor y además conoce a los cinco restantes participantes: David (Marc Beaupré), Sébastien (Guillaume Cyr), Rachel (Marie-Evelyne Lessard), Anna (Marilyn Castonguay y François (Marc-André Grondin). La bienvenida a través de una cena que reúne a Alain y sus alumnos alrededor de una mesa no puede ser más auspiciosa donde todos están animados por el deseo de aprender y aprovechar lo máximo de las lecciones del maestro para saber defenderse frente a una eventual catástrofe.
Esa atmósfera de cordial convivencia se ve alterada cuando un inesperado accidente se produce en uno de los ejercicios que se vienen realizando. Eso motiva a que el grupo deba adoptar una decisión sobre cómo obrar frente al grave incidente, pero al no haber acuerdo unánime entre sus componentes, esa discordia acareará nefastas consecuencias.
El excelente guión ilustra el modo en que la violencia y el desenfreno pueden estallar de manera repentina frente a situaciones no previstas. Así la premisa inicial del relato cambia de tono al generar un clima de thriller de horror. En consecuencia, tal como se ilustra en el film El Hoyo ‑comentado la semana anterior- quedan reflejadas las facetas más oscuras y perversas del ser humano.
El elenco integrado por actores de Quebec es sumamente eficaz aunque por la naturaleza de los personajes que les ha correspondido caracterizar sobresalen Laurin, Bossé y sobre todo Lessard, como una ex militar que despliega una energía a toda prueba para salvar su pellejo.
Laliberté ha logrado un thriller de dinámico ritmo que mantiene una tensión permanente a lo largo de su desarrollo con algunas secuencias efectivamente vibrantes; todo ello configura un entretenimiento de calidad superior al promedio del género agraciado además por el valioso aporte de la fotografía de Christophe Dalpé captando el desolado aspecto invernal en que transcurre la acción. Jorge Gutman