Memo­rias de una Gran Dama

BECO­MING. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film de Nadia Hall­gren. Dis­po­ni­ble en Netflix

En un acuer­do entre Higher Ground Pro­duc­tions ‑la com­pa­ñía pro­duc­to­ra del matri­mo­nio Oba­ma- y Net­flix para su difu­sión en línea, sur­ge este docu­men­tal diri­gi­do por Nadia Hall­gren; aun­que se tra­ta de un esfuer­zo pro­mo­cio­nal ten­dien­te a difun­dir Beco­ming, la exi­to­sa auto­bio­gra­fía de Miche­lle Oba­ma edi­ta­da en 2018 y tra­du­ci­da a vein­te idio­mas, la fuer­za del film des­can­sa en la fas­ci­nan­te per­so­na­li­dad de la espo­sa del ex pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos. Pue­de que para los que hayan leí­do el libro, lo que aquí se expo­ne no cons­ti­tu­ya algo nove­do­so, no obs­tan­te la direc­to­ra Nadia Hall­gren man­tie­ne una narra­ción ame­na recu­rrien­do a entre­vis­tas, fotos, mate­rial de archi­vo y los comen­ta­rios efec­tua­dos por su auto­ra para pasar revis­ta a dis­tin­tos aspec­tos de su existencia.

Miche­lle Oba­ma con una de sus hijas

Comen­zan­do con algu­nas de las 34 esca­las rea­li­za­das en la gira de 2019 para publi­ci­tar la auto­bio­gra­fía, su auto­ra sale al encuen­tro de sus lec­to­res en las libre­rías don­de se ven­de el libro; es allí que se evi­den­cia la dimen­sión que adquie­re su per­so­na delan­te de la mul­ti­tud de gen­te que sien­te pro­fun­da emo­ción en el momen­to en que ella con su par­ti­cu­lar dis­tin­ción, agra­da­ble son­ri­sa e inne­ga­ble sim­pa­tía salu­da y fir­ma cada uno de los ejemplares.

La fami­lia adquie­re dimen­sión espe­cial para esta gran dama; así refi­rién­do­se a su abue­lo paterno des­ta­ca cómo a pesar de su inte­li­gen­cia por razo­nes racia­les y de cla­se no pudo pros­pe­rar, anhe­lan­do un futu­ro mejor para sus des­cen­dien­tes. Al pro­pio tiem­po se des­ta­ca la gran soli­dez del núcleo fami­liar median­te la exce­len­te rela­ción man­te­ni­da con su madre (Marian Shields Robin­son) como así con su esti­ma­do her­mano Craig y su cuña­da Kelly; ella aún no ha podi­do supe­rar la pena cau­sa­da por la muer­te de su que­ri­do padre por haber pade­ci­do de escle­ro­sis múl­ti­ple. La seño­ra Oba­ma deja expre­sa­do el pro­fun­do reco­no­ci­mien­to de la edu­ca­ción que reci­bió de sus padres quie­nes siem­pre la hicie­ron sen­tir una per­so­na visible.

Des­pués de haber­se gra­dua­do con hono­res de soció­lo­ga en la Uni­ver­si­dad de Prin­ce­ton, don­de expe­ri­men­tó la dis­cri­mi­na­ción racial, pro­si­guió sus estu­dios de abo­ga­cía en Har­vard; al gra­duar­se cono­ció a Barack Oba­ma quien rea­li­za­ba una pasan­tía en un gabi­ne­te de abo­ga­dos don­de ella tra­ba­ja­ba; así comen­zó un roman­ce que cul­mi­na­ría en boda en 1992. Al casar­se, ella sin­tió la nece­si­dad de supe­rar­se a sí mis­ma para no depen­der de su mari­do y a fin de man­te­ner el con­trol en su matri­mo­nio ambos asis­tie­ron a una tera­pia mari­tal. Como madre tam­bién ha sido impor­tan­te la edu­ca­ción de sus hiji­tas Sasha y Malia; en tal sen­ti­do duran­te su esta­día en la Casa Blan­ca, soli­ci­tó al per­so­nal que la aten­día de no estar ves­ti­dos de smo­king para no dis­tor­sio­nar la reali­dad fren­te a las niñas y tam­po­co de hacer­les la cama por­que era nece­sa­rio que ellas mis­mas fue­sen res­pon­sa­bles de rea­li­zar esa tarea sin depen­der de nadie.

Entre otros aspec­tos, el docu­men­tal de Hall­gren des­ta­ca por­me­no­res de la cam­pa­ña elec­to­ral del ex man­da­ta­rio en 2008, el gran apo­yo reci­bi­do por su espo­sa, la noche del triun­fo, el ingre­so a la nue­va resi­den­cia, los alti­ba­jos exis­ten­tes duran­te los 8 años de gobierno así como los esfuer­zos que Miche­lle reali­zó para que la Casa Blan­ca fue­se un ver­da­de­ro hogar de fami­lia no solo para los Oba­ma sino para todos sus conciudadanos.

La ex pri­me­ra dama elu­de todo tema polí­ti­co, sal­vo cuan­do excep­cio­nal­men­te se refie­re a la elec­ción de 2016 seña­lan­do que ella pue­de enten­der a la gen­te que emi­tió su voto en favor del can­di­da­to que resul­tó elec­to pero en cam­bio no pue­de jus­ti­fi­car la indi­fe­ren­cia de gran par­te del elec­to­ra­do del par­ti­do demó­cra­ta que no acu­dió a las urnas.

Lo que más tras­cien­de del docu­men­tal son aque­llas esce­nas en que ella com­par­te con la juven­tud, sobre todo la afro­ame­ri­ca­na pro­ve­nien­te de los medios menos favo­re­ci­dos, sir­vién­do­les de ins­pi­ra­ción al trans­mi­tir­les la nece­si­dad de estu­diar, supe­rar­se y nun­ca per­der la espe­ran­za de reha­cer un mun­do mejor.

Si bien este film no alcan­za la mis­ma pro­fun­di­dad que el libro publi­ca­do, de todos modos Hall­gren ha sabi­do cap­tar a una excep­cio­nal per­so­na­li­dad quien con su inte­li­gen­cia, deter­mi­na­ción y caris­ma ha logra­do una inmen­sa popu­la­ri­dad como dig­na repre­sen­tan­te del empo­de­ra­mien­to feme­nino. Jor­ge Gutman