Dos Dolo­ri­das Madres

14 JOURS, 12 NUITS. Cana­da, 2019. Un film de Jean-Phi­lip­pe Duval. Dis­po­ni­ble en VOD en las pla­ta­for­mas de Illi­co, Bell, Coge­co, Telus, Cine­plex et iTu­nes, entre otras

En una rara incur­sión del cine cana­dien­se en Viet­nam, el rea­li­za­dor Jean-Phi­lip­pe Duval ilus­tra un con­mo­ve­dor dra­ma mater­nal real­za­do por dos estu­pen­das actrices.

Anne Dor­val

La pri­me­ra esce­na enfo­ca a Thuy Ngu­yen (Lean­na Chea), una ado­les­cen­te sol­te­ra de Viet­nam, que dan­do a luz a una bebi­ta de inme­dia­to le es sus­traí­da por su abue­la (Ngoc Thoa) quien resuel­ve entre­gar­la a un orfa­na­to de Hanoi. Inme­dia­ta­men­te se sabe que la ocea­nó­gra­fa Isa­be­lle Bro­deur (Anne Dor­val) y su mari­do (Fra­nçois Papi­neau) que habi­tan en Que­bec en 1991 han adop­ta­do a esa infan­te dán­do­le el nom­bre de Cla­ra e igno­ran­do quien es su madre biológica. .

Cuan­do en 2008 Cla­ra (Lau­ren­ce Barret­te) mue­re trá­gi­ca­men­te en un acci­den­te de auto­mó­vil, Isa­be­lle lle­van­do con­si­go las ceni­zas de su hija empren­de un via­je a Hanoi para tra­tar de apla­car su gran dolor e iden­ti­fi­car a la madre bio­ló­gi­ca. Cuan­do final­men­te con­tac­ta a Thuy, quien se desem­pe­ña como guía turís­ti­ca para turis­tas de habla fran­ce­sa, se esta­ble­ce entre ambas un impro­ba­ble víncu­lo entre estas dos per­so­nas per­te­ne­cien­tes a mun­dos dife­ren­tes que guar­dan en común la enor­me pena de haber per­di­do a Clara.

A tra­vés del rela­to muy bien expues­to de Duval basa­do en el guión de Marie Vien se asis­te a un via­je turís­ti­co de la zona nor­te de Viet­nam don­de Isa­be­lle se impo­ne a tra­vés de Thuy de sus carac­te­rís­ti­cas cul­tu­ra­les; simul­tá­nea­men­te exis­te un tra­yec­to emo­cio­nal en que la viet­na­mi­ta va con­fián­do­se cada vez más a Isa­be­lle trans­mi­tién­do­le alguno de los cole­ta­zos de la gue­rra de Viet­nam don­de ella per­dió a sus padres y cómo su abue­la le ha des­pro­vis­to de quien habría sido su hija por el hecho de ser una madre sol­te­ra. A todo ello, Isa­bel se encuen­tra cada vez más arrin­co­na­da al no saber cómo expre­sar­le a Thuy qué ella ha sido la madre adop­ti­va de su hija.

Ape­lan­do a una narra­ción con­te­ni­da y sutil el rea­li­za­dor ha logra­do un film pleno de com­pa­sión y ter­nu­ra expo­nien­do la des­ven­tu­ra de sus prin­ci­pa­les per­so­na­jes median­te las remar­ca­bles inter­pre­ta­cio­nes de Dor­val y Chea. La vete­ra­na intér­pre­te de Que­bec trans­mi­te con sus silen­cios la emo­ción que embar­ga a su per­so­na­je en la bre­ve con­vi­ven­cia con Thuy; por su par­te Chea refle­ja con nota­ble expre­si­vi­dad el sufri­mien­to de una mujer a la que le ha sido dene­ga­do el dere­cho natu­ral de poder cum­plir su misión maternal.

La mag­ní­fi­ca foto­gra­fía de Yves Belan­ger con­tras­tan­do la exu­be­ran­cia del tro­pi­cal país asiá­ti­co con la de los pai­sa­jes de Que­bec refuer­za los valo­res de este humano dra­ma. Jor­ge Gutman