Una Pseu­do Fantasía

ZEROS AND ONES. Ale­ma­nia-Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Uni­dos, 2021 Un film escri­to y diri­gi­do por Abel Ferra­ra. 86 minu­tos. Dis­po­ni­ble en VOD y en Apple TV ¨*.

Aun­que Abel Ferra­ra reúna en su haber algu­nas remar­ca­bles pelí­cu­las -Bad Lieu­te­nant (1992), King of New York (2014) entre otras- lo cier­to es que no siem­pre ha dado en la tecla como es el caso de Zeros and Ones. Más allá de ser con­si­de­ra­do un rea­li­za­dor de cul­to radi­cal, tras­gre­sor y obvia­men­te no con­ven­cio­nal, hay un aspec­to impor­tan­te que en su cali­dad de guio­nis­ta dis­ta de satis­fa­cer en esta pseu­do fantasía.

Ethan Haw­ke

Ethan Haw­ke, pro­ta­go­nis­ta del film, en el pró­lo­go mani­fies­ta al invi­si­ble públi­co que siem­pre qui­so par­ti­ci­par en una pelí­cu­la de Ferra­ra y por lo tan­to le cau­só agra­do que al final se haya con­cre­ta­do su deseo. Como si eso no fue­ra sufi­cien­te, los cré­di­tos fina­les que­dan inte­rrum­pi­dos con la nue­va inter­ven­ción del actor reve­lan­do que cuan­do el rea­li­za­dor le some­tió el libre­to, él no enten­dió una sola pala­bra del mis­mo ni lo que el rea­li­za­dor qui­so expre­sar, aun­que sin embar­go le gustó.

Entran­do de lleno al rela­to de esta pseu­do fan­ta­sía, en su comien­zo se obser­va a J.J. (Haw­ke), un sol­da­do ame­ri­cano quien pro­vis­to de una más­ca­ra tran­si­ta por Roma, una ciu­dad dis­tó­pi­ca que des­pués del esta­lli­do del Vati­cano adquie­re una fiso­no­mía fan­tas­ma­gó­ri­ca en tan­to que el ejér­ci­to inva­de sus calles en medio de lo que se supo­ne es una pan­de­mia. Su misión es tra­tar de ubi­car a un villano que pro­vis­to de pode­res malé­fi­cos ame­na­za a todo el mun­do. Ade­más su pro­pó­si­to es loca­li­zar y libe­rar a su her­mano geme­lo dete­ni­do (tam­bién inter­pre­ta­do por Haw­ke) que es un anár­qui­co acti­vis­ta revo­lu­cio­na­rio y sos­pe­cho­so terro­ris­ta. De allí en más este per­so­na­je man­tie­ne encuen­tros con sinies­tras per­so­nas en don­de en momen­to alguno que­da en cla­ro cuá­les son sus ver­da­de­ros propósitos.

El rela­to no solo care­ce de foco sino que es incohe­ren­te en su narra­ti­va; en con­se­cuen­cia uno se pre­gun­ta si lo que está vien­do es un thri­ller polí­ti­co, una pesa­di­lla apo­ca­líp­ti­ca, una refle­xión del autor sobre la fe reli­gio­sa o una medi­ta­ción filo­só­fi­ca acer­ca de una civi­li­za­ción en deca­den­cia. Solo Ferra­ra podrá saber qué es lo que qui­so trans­mi­tir en esta his­to­ria prác­ti­ca­men­te impo­si­ble de ser cap­ta­da al estar pro­vis­ta de situa­cio­nes des­ca­be­lla­das que lle­gan al nivel de la ridi­cu­lez; así por ejem­plo, es risi­ble com­pro­bar cómo J.J. es secues­tra­do por dos muje­res rusas y en don­de a pun­ta de pis­to­la está obli­ga­do a impreg­nar y dejar emba­ra­za­da a una de ellas.

Los fac­to­res res­ca­ta­bles de esta pelí­cu­la resi­den en la mag­ní­fi­ca foto­gra­fía de Sean Pri­ce Williams quien tra­ba­jan­do con una mini­ma­lis­ta ilu­mi­na­ción cap­ta la atmós­fe­ra noc­tur­na de la Ciu­dad Eter­na, así como en la inter­pre­ta­ción de Haw­ke que en su doble papel sale airo­so a pesar de lo que le deman­da el absur­do libre­to. El elen­co se com­ple­ta con Vale­rio Mas­tan­drea, Babak Kari­mi, Chris­ti­na Chi­riac y Sal­va­to­re Ruocco.

Dicho lo que pre­ce­de este expe­ri­men­tal e indes­ci­fra­ble ejer­ci­cio del rea­li­za­dor podrá satis­fa­cer a los fie­les segui­do­res de Ferra­ra; en cuan­to al res­tan­te públi­co ciné­fi­lo solo que­da el enig­ma de saber cuál será su reac­ción. Jor­ge Gutman