Ver­sión Con­tem­po­rá­nea de Orfeo

LA OPE­RA EURYDICE

La ópe­ra Eury­di­ce que ha sido trans­mi­ti­da en direc­to el 4 de diciem­bre de 2021 des­de el Metro­po­li­tan Ope­ra (Met) a los cines de Cana­dá, vol­ve­rá a difun­dir­se en los pró­xi­mos días. El famo­so mito grie­go de Orfeo que inten­ta res­ca­tar a su ama­da Eurí­di­ce del infra­mun­do ha ins­pi­ra­do a varios com­po­si­to­res del arte líri­co des­de comien­zos del siglo 17 en don­de entre las varias ver­sio­nes se encuen­tran las de Clau­dio Mon­te­ver­di con Orfeo (1607),   Orfeo y Eurí­di­ce (1762) de Gluck ) y Orfeo en los Infier­nos (1858) de Offen­bach con su famo­so Can Can.

En esta opor­tu­ni­dad ha sido Mat­tew Aucoin, el talen­to­so pia­nis­ta y com­po­si­tor ame­ri­cano, que se pro­pu­so crear una visión con­tem­po­rá­nea con­tan­do con el valio­so guión de Sarah Ruhl quien la adap­tó de su acla­ma­da pie­za tea­tral de 2003 rein­ven­tan­do la his­to­ria des­de el pun­to de vis­ta de Eurídice.

Erin Mor­ley (Foto: Marty Sohl/Met)

La pues­ta escé­ni­ca de esta pro­duc­ción es de la direc­to­ra Mary Zim­mer­man  sien­do el exce­len­te maes­tro Yan­nick Nézet-Séguin, el direc­tor musi­cal. La soprano Erin Mor­ley inter­pre­ta el rol pro­ta­gó­ni­co jun­to con el barí­tono Joshua Hop­kins ani­man­do a Orfeo en tan­to que el con­tra­te­nor Jakub Józef Orlinsky en su debut para el Met inter­pre­ta a su alter ego del otro mun­do. El repar­to se com­ple­ta con la par­ti­ci­pa­ción del bajo barí­tono Nathan Berg en el papel del falle­ci­do padre de Eurí­di­ce resi­den­te en el infra­mun­do y el tenor Barry Banks ani­man­do a Hades.

Erin Mor­ley y Joshua Hop­kins (Foto: Marty Sohl / Met)

La esce­no­gra­fía es de Daniel Ostling, el ves­tua­rio ha sido con­ce­bi­do por Ana Kuz­ma­nic, el dise­ño de ilu­mi­na­ción es res­pon­sa­bi­li­dad de T.J. Gerc­kens en tan­to que Denis Jones tuvo a su car­go la coreo­gra­fía de las esce­nas de baile.

Esta ópe­ra, ori­gi­nal­men­te encar­ga­do por el Metro­po­li­tan Opera/Lincoln Cen­ter Thea­ter New Works Pro­gram, con el apo­yo de la Ope­ra Ame­ri­ca Reper­toi­re Deve­lop­ment Grant, es una copro­duc­ción del Met y Los Ánge­les Opera.

Con una dura­ción de 2 horas y 45 minu­tos, Eury­di­ce será difun­di­da en selec­tas salas del cir­cui­to Cine­plex el 19, 21 y 23 de febre­ro de 2022 en inglés e igual­men­te sub­ti­tu­la­da en el mis­mo idioma.

Dos His­to­rias Paralelas

PARA­LLEL MOTHERS / MADRES PARA­LE­LAS. Espa­ña, 2021. Un film escri­to y diri­gi­do por Pedro Almo­dó­var. 123 minutos

Un tra­ba­jo de Almo­dó­var siem­pre des­pier­ta expec­ta­ti­vas y aquí el céle­bre man­che­go con su últi­mo opus satis­fa­ce hol­ga­da­men­te lo que de él se aguar­da. Com­bi­nan­do el tema del pasa­do oscu­ro de Espa­ña con el de la mater­ni­dad, el rea­li­za­dor demues­tra su fina sen­si­bi­li­dad para abar­car ambos pro­ble­mas brin­dan­do una obra artís­ti­ca de ele­va­do nivel.

Mile­na Smith y Pené­lo­pe Cruz

Cola­bo­ran­do por octa­va vez con su vene­ra­do rea­li­za­dor la mag­ní­fi­ca Pené­lo­pe Cruz encar­na a Janis, una exper­ta fotó­gra­fa madri­le­ña de 40 años que habien­do cono­ci­do a Artu­ro (Israel Ele­jal­de), un arqueó­lo­go foren­se, le soli­ci­ta que logre el per­mi­so y finan­cia­mien­to para reabrir una fosa común ubi­ca­da en su pue­blo natal; en la mis­ma se encuen­tran muchos esque­le­tos de repu­bli­ca­nos, inclui­do el de su bisa­bue­lo, que fue­ron ase­si­na­dos por los falan­gis­tas duran­te la gue­rra civil que azo­tó a Espa­ña. El víncu­lo ini­cial entre la fotó­gra­fa y el arqueó­lo­go se trans­for­ma en apa­sio­na­do amor del cual Janis que­da emba­ra­za­da pero su voca­ción mater­nal la impul­sa a ser una madre sol­te­ra, des­li­gán­do­se de Artu­ro pues­to que él está casa­do con otra mujer.

De allí Almo­dó­var tras­la­da la acción a la mater­ni­dad del hos­pi­tal en el que se halla Janis don­de en tra­ba­jo de par­to, com­par­te la habi­ta­ción con Ana (Mile­na Smit), una joven ado­les­cen­te sol­te­ra que igual­men­te está a pun­to parir; así, a pocos minu­tos de dis­tan­cia se pro­du­ce el naci­mien­to de las cria­tu­ras de estas madres para­le­las. El cono­ci­mien­to casual pro­du­ci­do entre ellas moti­va a que poco tiem­po des­pués las dos que­den uni­das por un lazo fra­ter­nal que devie­ne más ínti­mo cuan­do Janis lle­ga a des­cu­brir algo muy impor­tan­te que no con­vie­ne develar.

Con la excep­ción de su penúl­ti­ma pelí­cu­la Dolor y Glo­ria (2019) en la que Almo­dó­var aus­cul­ta los sen­ti­mien­tos que ani­dan en la psi­quis mas­cu­li­na, en la mayor par­te de su rica fil­mo­gra­fía se cons­ta­ta su entra­ña­ble amor a la mujer com­pe­ne­trán­do­se en el alma de la mis­ma; aquí, una vez más lo rati­fi­ca al des­cri­bir mag­ní­fi­ca­men­te la psi­co­lo­gía tan­to de Janis, radian­te en su feli­ci­dad mater­nal, como la de Ana que tra­tan­do de supe­rar una depre­sión no se sien­te muy plá­ci­da por cir­cuns­tan­cias vin­cu­la­das con su entorno familiar.

La fina escri­tu­ra del rea­li­za­dor per­mi­te que el tema cen­tral se entron­que nue­va­men­te con el plan­teo ini­cial del rela­to en don­de a tra­vés de un ele­men­to común que es el del ADN ‑la infor­ma­ción gené­ti­ca here­di­ta­ria de los seres huma­nos- se lle­ga a pro­ce­der a la exhu­ma­ción de los cadá­ve­res ente­rra­dos en el pue­blo de Janis. Ape­lan­do a la memo­ria his­tó­ri­ca de su tie­rra el rea­li­za­dor rin­de un subli­me home­na­je a quie­nes han sido masa­cra­dos por un régi­men cruel y ente­rra­dos en tum­bas comu­nes sin que sus deu­dos pudie­ran recu­pe­rar­los para ofre­cer­les una dig­na sepultura.

En los dos tópi­cos abor­da­dos Madres Para­le­las ofre­ce con­mo­ve­do­res momen­tos a tra­vés de un melo­dra­ma de nota­ble cali­dad, en par­te agra­cia­do por su mag­ní­fi­co elen­co. Cruz, rati­fi­can­do la quí­mi­ca exis­ten­te con Almo­dó­var, demues­tra su indis­cu­ti­ble talen­to como la pro­ta­go­nis­ta de este dra­ma don­de com­po­ne uno de sus mejo­res pape­les de su fruc­tí­fe­ra carre­ra; por su bri­llan­te actua­ción es una de las 5 can­di­da­tas a mejor actriz en los pre­mios Oscar de 2022. Asi­mis­mo es des­ta­ca­ble la joven Smit quien se reve­la como una pro­me­te­do­ra intér­pre­te al haber trans­mi­ti­do con nota­ble expre­si­vi­dad la vul­ne­ra­bi­li­dad de una joven que que­dó emba­ra­za­da como pro­duc­to de una vio­la­ción y que a tra­vés de un pro­ce­so de madu­rez logra des­per­tar su ins­tin­to mater­nal. En pape­les de apo­yo se luce la sim­pa­ti­quí­si­ma Rossy de Pal­ma- otra asi­dua actriz de los films de Almo­dó­var- como la gran ami­ga de Janis y Aita­na Sán­chez Gui­jón carac­te­ri­zan­do a la madre de Ana, una mujer que deja en segun­do plano ese rol para ante­po­ner en pri­mer tér­mino su carre­ra tea­tral; en una bre­ve apa­ri­ción Julie­ta Serrano ani­ma a la abue­la de Janis.

En los fac­to­res téc­ni­cos de pro­duc­ción se dis­tin­gue la cáma­ra del direc­tor de foto­gra­fía José Luis Alcai­ne refle­jan­do con cali­dez el len­gua­je visual desea­do por el rea­li­za­dor como asi­mis­mo que­da resal­ta­da la par­ti­tu­ra musi­cal de Alber­to Igle­sias quie ha sido nomi­na­da para el Oscar.

En esen­cia, com­bi­nan­do el naci­mien­to y la muer­te con el pasa­do y su trá­gi­co lega­do con casi 100.000 des­apa­re­ci­dos, Almo­dó­var entre­ga un pal­pi­tan­te y emo­cio­nan­te dra­ma que lo con­sa­gra como uno de los más remar­ca­bles rea­li­za­do­res del sép­ti­mo arte.
Jor­ge Gutman

Una Entra­ña­ble Amistad

MI MEJOR AMI­GA ANNE FRANK. Holan­da, 2021. Un film de Ben Som­bo­gaart 103 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Netflix

Nume­ro­sos films han revi­vi­do la tra­ge­dia del Holo­caus­to como así tam­bién las vici­si­tu­des de Anne Frank a tra­vés de su emble­má­ti­co dia­rio. Sin embar­go lo que no ha sido muy difun­di­do es la rela­ción man­te­ni­da entre Anne y Han­nah Gos­lar; esta emo­ti­va pelí­cu­la del rea­li­za­dor Ben Som­bo­gaart la expo­ne adop­tan­do el pun­to de vis­ta de Hannah.

Josephi­ne Arend­sen y Aiko Beemsterboer

El guión de Marian Bata­vier y Paul Ruven, basa­do en el libro Memo­ries of Anne Frank: Reflec­tions of a Chilldhood Friend de la escri­to­ra ame­ri­ca­na Ali­son Les­lie Gold, cro­no­ló­gi­ca­men­te comien­za en 1942 cuan­do la capi­tal de Holan­da está com­ple­ta­men­te ocu­pa­da por el ejér­ci­to nazi. En ese entorno, la joven judía Han­nah (Josephi­ne Arend­sen) de 12 años y Anne (Aiko Beems­ter­boer) de simi­lar edad han lle­ga­do a ser ínti­mas ami­gas y ven trans­cu­rrir sus vidas plá­ci­da­men­te; cada una mani­fies­ta sus sue­ños, inquie­tu­des, el comien­zo de la atrac­ción hacia los chi­cos y otros aspec­tos carac­te­rís­ti­cos de quie­nes tran­si­tan la ado­les­cen­cia. La situa­ción se alte­ra cuan­do obser­van­do el atroz tra­to que los ale­ma­nes dis­pen­san a los que son judíos ellas cobran total con­cien­cia de la gra­ve­dad de vivir en un ambien­te inva­di­do de vio­len­cia y muer­te. Cuan­do un buen día Anne des­apa­re­ce, Han­nah cree que pudo esca­par con su fami­lia a Sui­za, igno­ran­do que en reali­dad ella y su fami­lia logra­ron escon­der­se en el áti­co del edi­fi­cio de la com­pa­ñía de su padre.

Entre­tan­to, debi­do a que la per­se­cu­ción de los judíos adquie­re mayor inten­si­dad, Vader Gos­lar (Roe­land Fernhout) ‑el padre de Han­nah- espe­ra obte­ner los pasa­por­tes que le per­mi­tan a él, su seño­ra Mut­ti (Lot­te Helling­man), pró­xi­ma a dar a luz, la bebi­ta Gabi y Han­nah para tras­la­dar­se a Ingla­te­rra en pro­cu­ra de poder estar a sal­vo de la atro­ci­dad nazi. Sin embar­go esa inten­ción se malo­gra cuan­do los sol­da­dos del ejér­ci­to ale­mán irrum­pen en su hogar des­pués de que Mut­ti falle­ce por ausen­cia de asis­ten­cia sani­ta­ria en el momen­to del par­to. Es así como Vader, Han­nah y su her­ma­ni­ta ter­mi­nan sien­do depor­ta­dos al cam­po de con­cen­tra­ción de Ber­gen-Bel­sen; en ese tétri­co lugar de exter­mi­nio Han­nah reme­mo­ra los momen­tos de feli­ci­dad vivi­dos con su gran ami­ga del alma. Quie­re el des­tino que en el mis­mo cam­po, pero en luga­res dife­ren­tes se encuen­tren tam­bién Anne con su her­ma­na Mar­got malnu­tri­das y pade­cien­do de hambre.

Uno de los logros del film se debe a la muy bue­na des­crip­ción de sus prin­ci­pa­les per­so­na­jes y la carac­te­ri­za­ción logra­da por las jóve­nes actri­ces exis­tien­do entre ellas una sin­gu­lar com­pli­ci­dad. Beems­ter­boer da con el jus­to tono de la Anne vívi­da y de espí­ri­tu rebel­de con­tras­tan­do en per­so­na­li­dad con la más sose­ga­da, tími­da y tran­qui­la Han­nah que Arend­sen carac­te­ri­za mara­vi­llo­sa­men­te. Cuan­do la his­to­ria se apro­xi­ma hacia su des­en­la­ce se pro­du­ce una esce­na de pro­fun­da emo­ción que es pre­fe­ri­ble no comentarla.

La direc­ción de Som­bo­gaart es correc­ta no obs­tan­te que en su pri­me­ra par­te la narra­ción no alcan­za la sufi­cien­te flui­dez para evi­tar que el rit­mo ami­no­re; sin embar­go, esta obser­va­ción no lle­ga a afec­tar el resul­ta­do posi­ti­vo de este buen dra­ma resal­tan­do la entra­ña­ble amis­tad y el des­per­tar de la ino­cen­cia de Han­nah y Anne.

Como es bien sabi­do, Anne mue­re en 1945 pocos meses antes de que la gue­rra con­clu­ye­ra; afor­tu­na­da­men­te Han­nah y su her­ma­na logra­ron sobre­vi­vir el Holo­caus­to. Los cré­di­tos fina­les apun­tan que Han­nah emi­gró a Pales­ti­na para tra­ba­jar de enfer­me­ra; en la actua­li­dad con sus 93 años de edad vive en Jeru­sa­lén, el lugar don­de pudo recons­truir su vida con su mari­do médi­co, sus 3 hijos, 11 nie­tos y 20 bis­nie­tos. Jor­ge Gutman

Muer­te en el Nilo

DEATH ON THE NILE. Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Ken­neth Branagh

Tras haber incur­sio­na­do en Mur­der on the Orient Express (2017) con un resul­ta­do poco efi­caz Ken­neth Bra­nagh vuel­ve a con­si­de­rar otra nove­la de Agatha Chris­tie en Death on the Nile, esta vez con mejor fortuna.

La pre­gun­ta for­mu­la­da es si era nece­sa­rio una nue­va ver­sión cine­ma­to­grá­fi­ca de ese libro cuya últi­ma adap­ta­ción la reali­zó exi­to­sa­men­te John Gui­ller­min (1978); la mis­ma con­ta­ba con un elen­co de lujo que inclu­yó entre otros nom­bres a Bet­te Davis, Mia Farrow, Ange­la Lans­bury, David Niven, Mag­gie Smith y en espe­cial Peter Usti­nov dan­do vida al céle­bre detec­ti­ve Hér­cu­les Poi­rot. La pre­sen­te rema­ke pue­de jus­ti­fi­car­se en la medi­da que el direc­tor deseó brin­dar­le un toque moderno a la his­to­ria ori­gi­nal efec­tuan­do algu­nos cam­bios; es así que intro­du­ce un pró­lo­go ambien­ta­do duran­te la Gran Gue­rra de 1914 con un epí­lo­go que trans­cu­rre dos déca­das des­pués, ambos vin­cu­la­dos con la vida per­so­nal de Poi­rot y la expli­ca­ción de su pin­to­res­co bigote.

Ken­neth Branagh

El rea­li­za­dor se vale del guión de Michael Green en don­de ade­más de incluir a nume­ro­sos per­so­na­jes secun­da­rios, cen­tra su aten­ción en Poi­rot (Bra­nagh) y en un trián­gu­lo román­ti­co; el mis­mo está con­for­ma­do por la rica here­de­ra lon­di­nen­se Lin­net Rid­ge­way (Gal Gadot), el joven seduc­tor Simon Doy­le (Armie Ham­mer) con quien aca­ba de con­traer enla­ce y por Jac­que­li­ne de Belle­fort (Emma Mac­key), la ex novia de Simon que jura ven­gar­se de ambos por haber sido trai­cio­na­da. El nudo dra­má­ti­co del rela­to se pro­du­ce cuan­do los recién casa­dos invi­tan a un gru­po de ami­gos a efec­tuar un cru­ce­ro a lo lar­go del Nilo y en ese sun­tuo­so navío se entro­me­te Jac­que­li­ne; al poco tiem­po una per­so­na resul­ta ase­si­na­da y es allí que Poi­rot, tam­bién pasa­je­ro del cru­ce­ro, uti­li­za­rá su bri­llan­te olfa­to y pers­pi­ca­cia para des­cu­brir quién es el o la cri­mi­nal, en el que no fal­tan algu­nos sos­pe­cho­sos que ten­drían sus moti­vos para eli­mi­nar a la víctima.

Narra­da en for­ma dema­sia­do esque­má­ti­ca y con una reso­lu­ción dema­sia­do pre­ci­pi­ta­da, la pelí­cu­la se des­ta­ca fun­da­men­tal­men­te por su esme­ra­da ele­gan­cia; la mis­ma se evi­den­cia en los exce­len­tes dise­ños de pro­duc­ción como así tam­bién refle­jan­do la belle­za de los esce­na­rios natu­ra­les de Egip­to con vis­tas de las remar­ca­bles pirá­mi­des, que han sido repro­du­ci­dos en los estu­dios de fil­ma­ción median­te la tec­no­lo­gía digital.

Bra­nagh ofre­ce una bue­na carac­te­ri­za­ción del ego­cen­tris­ta detec­ti­ve y del res­to del elen­co de apo­yo inte­gra­do entre otros por Tom Bate­man, Annet­te Bening, Rus­sell Brand, Ali Fazal y Jen­ni­fer Saun­ders, quien más se dis­tin­gue es Sophie Oko­ne­do ani­man­do a una gui­ta­rris­ta y can­tan­te de blues y jazz

A tra­vés de algu­nos giros ten­dien­tes a gene­rar ten­sión con algu­nas situa­cio­nes inve­ro­sí­mi­les, esta ver­sión inte­re­sa­rá espe­cial­men­te a los que des­co­noz­can la nove­la o no hayan vis­to algu­nos de los fil­mes pre­ce­den­tes; para los demás es un pasa­tiem­po que se deja ver pero en esen­cia pron­ta­men­te olvi­da­ble. En la apre­cia­ble fil­mo­gra­fía de Bra­nagh, este tra­ba­jo no pasa­rá a la his­to­ria, pero en cam­bio que­da com­pen­sa­da con Bel­fast, su últi­mo remar­ca­ble opus que ha obte­ni­do varias nomi­na­cio­nes en los Oscar de este año.
Jor­ge Gutman

Con Remar­ca­ble Suspenso

INSI­DE MAN 

No obs­tan­te haber trans­cu­rri­do más de una déca­da y media de su estreno, la repo­si­ción de Insi­de Man que Spi­ke Lee reali­zó en 2006 es más que bien­ve­ni­da. El excep­cio­nal cineas­ta ame­ri­cano abor­dó por pri­me­ra vez un film de con­si­de­ra­ble sus­pen­so gra­cias a su minu­cio­sa direc­ción, a un libro cine­ma­to­grá­fi­co de sor­pren­den­te cali­dad escri­to por Rus­sell Gewirtz y la par­ti­ci­pa­ción de un vas­to elen­co lide­ra­do por seis acto­res de exce­len­te nivel.

Den­zel Washing­ton en INSI­DE MAN

La his­to­ria gira en torno de un espec­ta­cu­lar asal­to ban­ca­rio. Dal­ton Rus­sell (Cli­ve Owen) es el líder de una pan­di­lla de delin­cuen­tes enmas­ca­ra­dos que se intro­du­cen a la sucur­sal de un impor­tan­te ban­co ubi­ca­do en el cora­zón de Wall Street y en for­ma inme­dia­ta y efec­ti­va con­tro­la la situa­ción ame­na­zan­do matar a los 50 clien­tes y emplea­dos de la ins­ti­tu­ción finan­cie­ra si no cum­plen con las órde­nes impar­ti­das. A los pocos minu­tos Keith Fra­zier (Den­zel Washing­ton), detec­ti­ve poli­cial de Nue­va York, se hace car­go del asun­to secun­da­do por su cole­ga Bill Mit­chell (Chi­we­tel Ejio­for) y el jefe de la uni­dad de ser­vi­cios de emer­gen­cia (Willem Dafoe). Pero los acon­te­ci­mien­tos cobran un giro ines­pe­ra­do cuan­do el pre­si­den­te del ban­co Arthur Case (Chris­topher Plum­mer) al impo­ner­se des­de la casa matriz lo que está ocu­rrien­do requie­re los ser­vi­cios de Made­li­ne Whi­te (Jodie Fos­ter); ella es una nego­cia­do­ra con impor­tan­tes polí­ti­cos que tie­ne como misión solu­cio­nar la volá­til situa­ción y para ello tie­ne que tra­tar sepa­ra­da­men­te con Rus­sell y Frazier.

Con la pro­gre­sión del rela­to, el film va ganan­do inten­si­dad y sus­pen­so en la medi­da que el móvil del asal­to demo­ra en escla­re­cer­se y sólo en los minu­tos fina­les se detec­ta el ver­da­de­ro moti­vo. El impre­de­ci­ble des­en­la­ce que es a todas luces ori­gi­nal y pla­cen­te­ro sor­pren­de gra­ta­men­te al espec­ta­dor. Glo­bal­men­te con­si­de­ra­do, este dra­ma poli­cial es cine de entre­te­ni­mien­to de pri­mer nivel rea­li­za­do con inge­nio y talen­to con el méri­to mayor de apar­tar­se de lo con­ven­cio­nal en este tipo de género.

Cine­plex repon­drá Insi­de Man a par­tir del 11 de febre­ro en el com­ple­jo Quar­tier Latin de Montreal.