NOUVEAU-QUÉBEC. Canadá, 2021. Un film escrito y dirigido por Sarah Fortin. 96 minutos
Después de haber realizado varios cortos y documentales, la directora Sarah Fortin en su primer largo metraje de ficción presenta una historia de sostenido interés ilustrando algunos rasgos culturales de las comunidades nativas que deben convivir con la población alóctona de Schefferville.
Sophie (Christine Beaulie) con su novio Mathieu (Jean-Sébastien Courchesne) dejan Sept-Îles para llegar después de un exhaustivo viaje en tren al desolado ríncón norteño de Quebec. El propósito de la joven es el de respetar la voluntad de su difunto padre de esparcir las cenizas en Schefferville donde transcurrió gran parte de su vida trabajando como minero en una compañía que cerró sus puertas a principios de la década del 80. Asimismo, ella tiene la intención de vender el chalet de su progenitor y para realizar la gestión cuenta con la ayuda de su bien predispuesto tío Réjean (Jean-Marc Dalpé) quien ha sido también minero y aún sigue viviendo allí.
El disparador de Nouveau-Quebec se produce con la muerte accidental de Réjean forzando a la pareja a tener que permanecer en la ciudad más tiempo de lo previsto a fin de que la investigación policial clarifique la causa del deceso.
A partir de allí, el relato cobra mayor intensidad en la medida que Sophie y Mathieu deben enfrentar los recelos y prejuicios de los autóctonos lugareños quienes sospechan que ellos están involucrados en el accidente que causó el fallecimiento de Réjean.
Fortin convincentemente expone en su relato cómo la prolongada estadía va minando el vínculo amoroso de la pareja, en la medida que cada uno adopta diferente actitud frente a los hechos que se van sucediendo. Así se observa a Mathieu anhelando que el trámite burocrático concluya lo antes posible para poder dejar el lugar en que se encuentra donde evidentemente no se siente a gusto. Por su parte, Sophie gradualmente trata de involucrarse con los autóctonos lugareños al haber descubierto aspectos ignorados de la vida de su padre; para ello cuenta con la buena disposición del inuit Jean-Louis (Jean-Luc Kanapé) quien le sirve de guía y referencia para que ella pueda ser acogida en dicha comunidad.
Lo que distingue a este drama intimista es la exquisita sensibilidad de la realizadora reflejando las latentes tensiones aún existentes por parte de algunos nativos con relación a los alóctonos y los esfuerzos a realizar para lograr la reconciliación y superar la desafortunada fractura histórica existente entre ambos pueblos.
Apoyada por la valiosa contribución fotográfica de Vincent Gonneville captando la pequeña ciudad de Schefferville y su gente, Fortin asimismo contó con un homogéneo elenco donde cada uno de los intérpretes brinda el justo tono en la caracterización de sus personajes. Jorge Gutman