Una Lec­ción de Amor

DEAR AUDREY. Cana­dá, 2021. Un docu­men­tal escri­to y diri­gi­do por Jere­miah Hayes. 89 minutos

Si bien en dos rele­van­tes fil­mes de fic­ción como lo fue­ron Away from Her (2006) de Sarah Polley y L’Autre Mai­son (2013) de Mathieu Roy el cine cana­dien­se ha incur­sio­na­do en la eva­sión de la memo­ria que sue­le acon­te­cer en la eta­pa senil de la vida, lo que dis­tin­gue a Dear Audrey es su carác­ter docu­men­tal. Este film de Jere­miah Hayes cen­tra su aten­ción en el des­ta­ca­ble rea­li­za­dor y direc­tor de foto­gra­fía Mar­tin Duck­worth mos­tran­do su devo­ción hacia su enfer­ma mujer Audrey Schir­mer con quien ha com­par­ti­do casi 50 años de vida conyugal.

Audrey Schir­mer y Mar­tin Duckworth

Dada la rela­ción de amis­tad exis­ten­te entre Hayes y Duck­worth ade­más de haber tra­ba­ja­do jun­tos en pre­vios pro­yec­tos, Mar­tin ha per­mi­ti­do que su ami­go incur­sio­na­ra en la inti­mi­dad de su hogar ilus­tran­do a tra­vés de un perío­do de 4 años el modus viven­di en el cui­da­do de Audrey, su ama­da com­pa­ñe­ra aque­ja­da del mal de Alzhei­mer. El film expo­ne el inmen­so cari­ño que el octo­ge­na­rio mari­do vuel­ca en su espo­sa y la ter­nu­ra que ella le retri­bu­ye a pesar de su con­di­ción men­tal; esa visión gene­ra momen­tos de incon­te­ni­ble emo­ción refle­ja­da por la cáma­ra de Hayes, cui­dan­do de no per­tur­bar la ruti­na dia­ria de la ancia­na pareja.

Con mate­rial de archi­vo emplea­do que inclu­ye foto­gra­fías y extrac­tos de pelí­cu­las de Duck­worth, el film des­ta­ca aspec­tos remar­ca­bles de su vida; inclu­yen­do cómo cono­ció a su mujer hacia fines de la déca­da del 60 cuan­do como fotó­gra­fa y acti­vis­ta social cap­ta­ba las mani­fes­ta­cio­nes de pro­tes­ta por la gue­rra de Vietnam.

Ade­más de con­si­de­rar la aflic­ción de Audrey, el docu­men­tal expo­ne la mane­ra en que Duck­worth debe lidiar con Jac­que­li­ne, su hija autis­ta de 46 años, que a su vez requie­re ple­na aten­ción. Final­men­te se lle­ga a la eta­pa final del Alzhei­mer en la que Mar­tin com­pren­de que su espo­sa debe ser tras­la­da­da a una resi­den­cia; allí per­ma­ne­ce­rá has­ta su dece­so acon­te­ci­do en 2019.

En esen­cia, Hayes ha logra­do un con­mo­ve­dor cua­dro ilus­tran­do cómo la fuer­za de un entra­ña­ble amor per­du­ra más allá de la muer­te. Jor­ge Gutman