Un Sin­gu­lar Experimento

UN ÉTÉ COM­ME ÇA / THAT KIND OF SUM­MER. Cana­dá, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Denis Côté. 137 minutos.

El pro­lí­fi­co direc­tor Denis Côté carac­te­ri­za­do por ofre­cer fil­mes de fic­ción y docu­men­ta­les de varia­da temá­ti­ca, en esta opor­tu­ni­dad abor­da la hiper­se­xua­li­dad feme­ni­na, un tópi­co rara­men­te fre­cuen­ta­do por el cine. El rea­li­za­dor una vez más acep­ta el desa­fío de asu­mir ries­gos a tra­vés de una visión deci­di­da­men­te audaz que pro­ba­ble­men­te podrá inco­mo­dar a cier­to sec­tor del públi­co que juz­gue Un été com­me ça. 

La his­to­ria con­te­ni­da en el guión del cineas­ta se desa­rro­lla duran­te el verano en un apa­ci­ble rin­cón del nor­te de Que­bec en don­de se halla ins­ta­la­da una caso­na pró­xi­ma a un lago. En ese idí­li­co mar­co tres muje­res que no se cono­cen entre sí pero que tie­nen en común una avi­dez sexual fue­ra de lo común, acep­tan volun­ta­ria­men­te par­ti­ci­par en un pro­yec­to con­ce­bi­do por la tera­peu­ta Mathil­de (Marie-Clau­de Gué­rin); la con­di­ción es que debe­rán per­ma­ne­cer en el lugar duran­te 26 días con­se­cu­ti­vos abs­te­nién­do­se de con­su­mir dro­ga algu­na pero sí el uso mode­ra­do de alcohol, podrán uti­li­zar sus celu­la­res dia­ria­men­te duran­te 90 minu­tos y tener la opor­tu­ni­dad de dis­po­ner por úni­ca vez de un día libre.

Aude Mathieu y Laris­sa Corriveau

Las asis­ten­tes son Léo­nie (Laris­sa Corri­veau), una mujer de 30 años que ha sido abu­sa­da por su padre deján­do­le como trau­ma una fuer­te com­pul­sión sexual, Geisha (Aude Mathieu) de 20 años quien es una des­inhi­bi­da tra­ba­ja­do­ra sexual y Eugé­nie (Lau­ra Giap­pi­co­ni) quien con sus cua­ren­ta años es una mujer de tem­pe­ra­men­to artís­ti­co, con pro­ble­mas men­ta­les y adic­ta a la mas­tur­ba­ción. Dado que Mathil­de se encuen­tra emba­ra­za­da e impe­di­da de diri­gir al gru­po, su reem­pla­zan­te es Octa­via (Anne Rat­te Polle), una psi­co­te­ra­peu­ta en visi­ta pro­ce­den­te de Ale­ma­nia, quien es asis­ti­da por Sami (Samir Gues­mi), un afa­ble tra­ba­ja­dor social. El pro­pó­si­to de este sin­gu­lar expe­ri­men­to no es el de pro­cu­rar una cura a la adic­ción de estas muje­res insa­tis­fe­chas por lo que sien­ten sino más bien lograr que al final de la esta­día pue­dan con­vi­vir mejor con las ansie­da­des, obse­sio­nes y el estrés que les sofocan.

Median­te la exa­mi­na­ción rea­li­za­da por Côte se asis­te a la inter­ac­ción gene­ra­da tan­to por el trío como tam­bién con sus coor­di­na­do­res quie­nes por su par­te se sien­ten influi­dos por la expe­rien­cia vivi­da. En ese deve­nir el rea­li­za­dor no juz­ga a sus per­so­na­jes ni tam­po­co se pri­va de pro­vo­car algu­nas esce­nas sado­ma­so­quis­tas y en par­ti­cu­lar una de las mis­mas enfo­can­do el com­por­ta­mien­to asu­mi­do por Geisha en un par­ti­do de fút­bol masculino.

No hay un men­sa­je cla­ro o espe­cí­fi­co que el direc­tor desee trans­mi­tir, sal­vo el expo­ner des­de su par­ti­cu­lar ópti­ca las diver­sas moda­li­da­des que pue­de adop­tar la con­duc­ta huma­na con rela­ción al motor capaz de gene­rar un irre­fre­na­ble deseo sexual. No obs­tan­te la radi­ca­li­za­ción y trans­gre­sión de esta per­tur­ba­do­ra fan­ta­sía que a veces adop­ta la for­ma de una pesa­di­lla, Côté per­mi­te que el febril uso de su cáma­ra logre trans­mi­tir la irre­fre­na­ble ener­gía que ani­ma a sus heri­dos per­so­na­jes. Jor­ge Gutman