Crónica de Jorge Gutman
Saint Omer (Francia)
La experimentada documentalista Alice Diop aborda por primera vez un largometraje de ficción y su debut no pudo haber sido más auspicioso al haber logrado una historia de considerable impacto emocional. La realizadora se ha inspirado en el infanticidio cometido por Fabienne Kanou en noviembre de 2013 al haber abandonado en horas nocturnas a su hijita de 15 meses en una playa del norte de Francia, aguardando a que la alta marea del mar la arrastrara consigo.
El guión de Diop compartido con Amrita David y Marie NDiaye introduce a Rama (Kayjie Kagame), una joven escritora franco-senegalesa que para su próximo libro tiene proyectado adentrarse en una versión contemporánea del mito de Medea. La ocasión no pudo haberle sido más propicia cuando se presenta el caso de un filicidio donde Laurence Coly (Guslagie Malanda) es acusada de haber matado a su hijita de 15 meses en Saint-Omer: por lo tanto Rama está dispuesta a asistir al juicio. La considerable atracción del relato reside en la enigmática personalidad de Laurence quien al ser interrogada por la jueza (Valérie Dréville) manifiesta abiertamente que ella es la responsable del crimen cometido; lo más sorprendente es que además de considerarse inocente desea saber las razones que la impulsaron a cometer el infanticidio de la criatura a la que ella fervientemente amó. Con todo, aparentemente no existe motivo alguno para suponer que Laurence padece de desequilibrio mental.
Si bien la mayor parte de esta historia se concentra en el juicio desarrollado a lo largo de varias jornadas, el relato igualmente encara la situación personal y familiar de Rama; estando casada con Adrien (Thomas de Pourquery) ella se encuentra en los primeros estadios de embarazo, hecho que le oculta a su madre con quien mantiene una difícil relación. A medida que la audiencia prosigue Rama se interesa con mayor intensidad en el caso de la inculpada y de qué manera eso podrá influir en su futura maternidad teniendo en cuenta ciertos traumas experimentados en el pasado; por lo tanto su estado anímico está vinculado con lo que el destino le aguardará a Laurence.
Con una magnífica puesta escénica más propia de un documental que de una historia de ficción, la realizadora permite que el relato concentre permanentemente la atención del espectador; además de la dirección y del sólido guión, las remarcables actuaciones de Kagame y de Malanda resaltan los valores de este excelente film que obtuvo el Gran Premio del Jurado en el festival de Venecia concluido hace pocos días.
While We Watched (Gran Bretaña)
Este remarcable documental de Vinay Schukla enfoca un problema que no es solamente exclusivo de India, sino que lamentablemente acontece en otras regiones del mundo. El realizador enfoca la importancia de mantener un periodismo televisivo independiente a través de la personalidad de Ravish Kumar.
Este famoso periodista indio no tiene pelos en la lengua y es así que durante su trayectoria profesional como superior ejecutivo y editor del canal de televisión indio NDTV se preocupa en difundir los diferentes problemas de carácter social que aquejan a su país. Consecuentemente el venerable reportero, no alineado con las políticas seguidas por el gobierno del Primer Ministro Narendra Modi, intenta desbaratar la desinformación generada por el Estado.
Ciertamente, la integridad moral de Kumar lo ha convertido en un antinacionalista por parte de sus enemigos quienes lo consideran como “enemigo del pueblo”; de allí, las continuas amenazas de muerte hacia él y su familia, recibidas mediante e‑mails o telefónicamente. Afortunadamente, a diferencia de varios periodistas y activistas que han sido arrestados por el actual gobierno, Kumar ha logrado preservar su independencia convirtiéndose en una figura célebre durante el horario central en que se emite su programa. Fundamentalmente él es completamente consciente de que para preservar la democracia es necesario que no se desnaturalice la información suministrada.
Con un ritmo fluido y mediante un lenguaje sobrio y mesurado, Shukla relata la historia de su protagonista resaltando la necesidad de predicar la verdad con la máxima objetividad posible. Por sus valiosos méritos, el documental destaca las numerosas distinciones recibidas por Kumar, incluyendo entre otras, la Excelencia en Periodismo de Ramnath Goerika por ser el Mejor Periodista del Año y el premio Ramon Magsaysay en 2019.
The Swearing Jar (Canadá)
En su segundo largometraje la directora y escritora Lindsay MacKay ofrece un relato basado en el no del todo clarificado guión de Kate Hewlett.
En la primera escena se observa a Carey (Adelaide Clemens), profesora de música en una escuela secundaria a la vez que cantante en un café local, celebrando con su canto el cumpleaños de su marido Simon (Patrick J. Adams). A continuación se aprecia la dicha que experimenta esta pareja en estar juntos a la vez que su felicidad se intensifica cuando Carey queda embarazada y el anhelo de ambos de ser padres.
Cuando todo parece transcurrir plácidamente hay un hecho significativo que altera el orden existente; eso se produce a partir del momento en que Carey visita una librería y conoce a Owen (Douglas Smith), el joven empleado que la atiende. La simpatía inmediata generada entre ambos se traduce en un tácito flirteo en donde Carey no puede ocultar la atracción que le suscita Owen. Sin que exista indicio alguno de que Simon sufre una grave enfermedad, él repentinamente muere a causa de un aneurisma dejando a su esposa profundamente desconsolada al punto tal de no asistir a su funeral. Su dolor se transforma en rabia cuando su cáustica suegra Bev (Kathleen Turner) le informa que ella había estado al corriente de la dolencia de su hijo sin que Carey se hubiera impuesto de lo que le sucedía a su marido.
Posteriormente el relato avanza en 3 años en donde aparece Bev para conocer a su nietita. Asimismo retorna Owen con quien Carey reanuda su romance para consumarse esta vez sexualmente. Curiosamente, recién ahora ella experimenta sentimientos de culpa por haber ocultado a su marido la relación que mantuvo con el librero y a manera de homenaje celebra su cuadragésimo cumpleaños con amigos, cantando con acompañamiento de Owen en calidad de guitarrista.
Aunque la dirección de MacKay es acertada, el entreverado guión torna irrealista los secretos que se acumulan en esta historia. Si bien puede ser factible que durante los 12 años de feliz matrimonio con Simon, Carey se enamore de Owen sin habérselo hecho saber a su marido, cuesta admitir que ella hubiera ignorado la grave enfermedad de su esposo; finalmente, el remordimiento que la acosa habiendo comenzado varios años después del deceso de Simon, resiste credibilidad. No obstante su calificado elenco, resulta difícil empatizar con sus personajes.
Sidney (Estados Unidos)
En este sólido documental Reginald Hudlin revive la vida del carismático y excelente actor Sidney Poitier. Aunque la desaparición de esta legendaria figura se produjo en enero de este año a los 94 años, la película concluida poco antes de su deceso permite entrar en contacto directo con Poitier.
En la primera imagen Hudlin enfoca a Poitier quien con su plácida voz comienza a contar su vida desde su nacimiento en Estados Unidos y su crianza en Bahamas en un ambiente de considerable pobreza. A los 15 años, este inocente joven se traslada a Miami y es en ese entonces cuando cobra conciencia de lo que significa para él ser negro al testimoniar la brutal discriminación racial existente y las amenazas de muerte del temible Ku Klux Klan. De allí se desplaza a New York obteniendo un trabajo de lava copas en un café donde un devoto mesero judío le enseña a leer. De inmediato descubre su amor por la actuación comenzando su carrera de actor en el American Negro Theatre de Harlem y su incursión en el cine con su primera aparición en el film de 1950 No Way Out; su consagración internacional se produce en 1958 compartiendo el rol protagónico con Tuny Curtis en The Defiant Ones, en una historia conmovedora de dos convictos, uno blanco y el otro negro, solidarizándose durante la huida que emprenden. Ya en la década del 60 Poitier se convierte en una super estrella de Hollywood donde sus películas constituyen un rotundo éxito celebrado por la audiencia blanca.
Además de la presencia de Poitier, el film se nutre con importante material de archivo y la participación de eminentes cabezas parlantes, incluyendo entre otros nombres a Denzel Washington, Halle Berry, Spike Lee, Morgan Freeman, Robert Redford, Barbara Streisand, Quincy Jones, así como las dos esposas del actor ‑Juanita Hardi y Joanna Shimkus — y sus respectivos hijos. En forma especial se destaca los comentarios de Oprah Winfrey expresando su gran emoción cuando en 1964 Poitier fue el primer actor afroamericano en haber logrado el Oscar como protagonista de Lilies of the Field.
Aparte de incorporar extractos de gran parte de su filmografía incluyendo en 1972 su debut como realizador en Buck and the Preacher, el documental resalta la profunda amistad que mantuvo con Harry Belafonte como activistas sociales en el movimiento de la defensa de los derechos civiles, resaltando la trascendencia que tuvo en ambos el cruel asesinato de Martin Luther King en 1968, profundo opositor a la segregación de la raza negra en Estados Unidos.
Ciertamente este excelente documental de Hudlin constituye un hermoso homenaje al legendario Poitier quien con su talento, humanidad y heroísmo defendió ardientemente la causa perseguida en la defensa de la población afroamericana de Estados Unidos. Como nota final cabe mencionar la acotación del realizador con respecto a la vigorosa inspiración brindada por este ícono que hizo posible de que en 2009 llegara a la Casa Blanca el Primer Presidente negro en la historia de Estados Unidos.