Cáli­do Vincu­lo Paterno-Filial

AFTER­SUN. Gran Bre­ta­ña, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Char­lot­te Wells. 96 minutos

En su ópe­ra pri­ma la direc­to­ra Char­lot­te Wells enfo­ca la espe­cial rela­ción esta­ble­ci­da entre un padre y su hija. En un guión que le per­te­ne­ce Wells pre­sen­ta a la adul­ta Sophie (Celia Rowl­son-Hall) miran­do videos gra­ba­dos en una mini cáma­ra DV; ahí revi­ve su eta­pa pre­ado­les­cen­te con su padre divor­cia­do de 31 años en oca­sión de haber efec­tua­do un via­je de vacaciones.

Fran­kie Corio y Paul Mescal

A tra­vés de flash­backs la acción retro­ce­de a 1990 don­de Sophie (Fran­kie Corio) de 11 años vivien­do en Edim­bur­go con su madre, acep­ta la invi­ta­ción de su padre Callum (Paul Mes­cal) radi­ca­do en Lon­dres para pasar un par de sema­nas en una zona bal­nea­ria de Turquía.

Prác­ti­ca­men­te la mayor par­te del metra­je trans­cu­rre en ese bal­nea­rio don­de se pue­de apre­ciar la cáli­da amis­tad que sur­ge entre ambos per­so­na­jes. A pesar de que Callum está sepa­ra­do de su espo­sa des­de hace varios años, la ex pare­ja man­tie­ne una acti­tud cor­dial que se vis­lum­bra en un lla­ma­do tele­fó­ni­co que él le efec­túa des­de Tur­quía. Duran­te esas jor­na­das, los días trans­cu­rren vien­do a padre e hija bañar­se en la pis­ci­na, sumer­gién­do­se en el mar, jugar a las car­tas, asis­tir a algu­nos espec­tácu­los que se ofre­cen, com­par­tir los almuer­zos y cenas, así como las res­tan­tes acti­vi­da­des pro­pias de un via­je de placer.

La narra­ti­va es muy escue­ta sin que ofrez­ca gran­des sobre­sal­tos o mayo­res exci­ta­cio­nes. Sin embar­go, en este melan­có­li­co rela­to sobre­sa­len algu­nos ras­gos tan­to de Sophie, obser­van­do y vin­cu­lán­do­se con la gen­te de su edad que le sale al paso, así como por par­te de Callum impreg­nan­do en todo momen­to inmen­so cari­ño a la peque­ña. De todos modos, sin ofre­cer deta­lles sobre el pasa­do de este indi­vi­duo hay un ins­tan­te en el que vuel­ca su llan­to, pre­su­mien­do que hay algo serio que lo afli­ge aun­que se igno­ra la causa.

Tan­to Mes­cal como Corio, toda una reve­la­ción en su debut de actriz, satis­fa­cen ple­na­men­te en el vincu­lo paterno-filial esta­ble­ci­do por sus per­so­na­jes: por su par­te, la novel rea­li­za­do­ra demues­tra una espe­cial sen­si­bi­li­dad expo­nien­do una nos­tál­gi­ca his­to­ria bien cons­trui­da que a pesar de no exis­tir un con­flic­to dra­má­ti­co de todos modos resul­ta emo­ti­va. Jor­ge Gutman