Crónica de Jorge Gutman
LE ROMAN DE MONSIEUR DE MOLIÈRE. Autor: Mikhaïl Boulgakov – Adaptación: Louis-Dominique Lavigne - Dirección: Lorraine Pintal. — Elenco: Simon Beaulé-Bulman, Jean-François Casabonné, Lyndz Dantiste, Sébastien Dodge, Benoît Drouin-Germain, Karine Gonthier-Hyndman, Juliette Gosselin, Rachel Graton, Jorane, Brigitte Lafleur, Jean Marchand, Éric Robidoux, Philippe Thibault-Denis — Escenografía: Pierre-Étienne Locas – Vestuario : Marc Senécal — Iluminación: Martin Sirois – Música Original: Jorane — Accesorios: Marie-Eve Fortier — Maquillaje: Jacques Lee Pelletier – Asistente de Dirección: Bethzaïda Thomas — Duración: 125 minutos (sin entreacto). Representaciones: Hasta el 3 de diciembre de 2022 en el Théâtre du Nouveau Monde (www.tnm.qc.ca)
Homenajeando a Molière en ocasión de cumplirse 400 años de su nacimiento, la directora Lorraine Pintal ofrece una obra de gran trascendencia como lo es la libertad de expresión artística y política. Para ello acudió a teatralizar una de las novelas escrita por el eminente autor de Ucrania Mikhaïl Boulgakov, quien guardando una profunda admiración hacia Molière se adentra en su vida y creativa obra.
No obstante los tres siglos que separan a estos monstruos sagrados de la literatura, ambos han tenido en común su lucha para combatir en sus trabajos la censura existente en la época en que han vivido; así Molière recurre a la sátira para contrarrestar las restricciones impuestas durante el reinado del Rey Sol y sobre todo por el poder fiscalizador de la Iglesia; en cuanto a Boulgakov eso queda esbozado en la crítica realizada durante el oprobioso régimen de Stalin en donde ninguna de sus novelas fue publicada mientras vivió.
Basado en la obra literaria Le Roman de Monsieur de Molière que Boulgakov terminó en 1933 y publicada recién en 1962, un poco más de dos décadas después de su muerte, el escritor quebequense Louis-Dominique Lavigne quien mantiene una relación especial con el autor ucraniano, ha tratado de respetar su texto de la manera más fidedigna posible.
Después de la primera escena en que Boulgakov (Jean-François Casabonné) se presenta ante el público como el antiguo médico convertido en escritor, hace saber que se introducirá en la vida de Molière. A partir de una rápida escena en donde una partera da a luz a Jean-Baptiste Poquelín, la acción se traslada veinte años después donde su padre Jean (Jean Marchand), tapicero real, trata de disuadir a su hijo que desea emprender la carrera teatral para que continue la actividad paternal de tapicero; dado que Jean-Baptiste de ningún modo intenta renunciar a su vocación, su padre finalmente acepta su decisión.
Después de atravesar una difícil jujventud, comienza su carrera de actor junto con la directora del Ilustre Teatro (Ilustre Théâtre) Madeleine Béjart (Rachel Graton) que deviendrá su pareja e iniciando con ella una gira de provincias. Pero el empujón definitivo lo logra años después habiendo ganado los favores de Philippe de Orleans (Philippe Thibault-Denis), hermano de Luis XIV, quien lo conducirá a representar una pieza del repertorio del dramaturgo Pierre Corneille (Jean Marchand); su brillante actuación le permite ser introducido a la corte del autocrático monarca (Simón Beaulé-Bulman) quien lo considera como su hombre teatral. A través de variadas escenas la pieza igualmente refleja su excepcional carrera de escritor y su casamiento con Armande Béjart (Juliette Gosselin), hermana de Madeleine, aunque persisten rumores de que se trataría de su propia hija.
A los momentos dramáticos de su existencia como escritor en donde Tartufo es seriamente censurada por la Iglesia, se entremezclan secuencias graciosas brindados por Scaramouche (Lyndz Dantiste), un personaje de la Comedia del Arte. Entre otras figuras de la época con las que Molière se topa figuran el escritor y fabulista Jean de la Fontaine (Benoît Drouin-Germain), su colega de escena Charles Varlet, conocido como La Grange (Sébastien Dodge), así como el dramaturgo, poeta e historiador francés Jean Racine (Philippe Thibault-Denis). Abordando la fantasía Boulgakov imagina un encuentro con Molière en donde ambos consideran aspectos vinculados con sus censores así como sus visiones acerca de la literatura y el teatro.
La directora Lorraine Pintal valiéndose de la adaptación de Lavigne permite que uno se involucre en la vida de estos dos genios teatrales, enfatizando más en Molière que en la del autor ucraniano. Mediante una acertada puesta escénica Pintal logra equilibrar armoniosamente drama y comedia sin caer en subrayados. Como remarcable especialista en el manejo de actores, consigue un muy convincente desempeño del elenco; con la salvedad de que Robidoux en el papel protagónico sobreactúa en algunas escenas, lo que no alcanza a desmedrar su intensa composición de Molière; asimismo es encomiable las caracterizaciones de Graton„ Gosselin. Marchand, Dantiste en sus respectivos personajes, con especial mención de Casabonné reviviendo a Boulgakov.
En los factores técnicos de producción se destacan, la funcional escenografía de Pierre-Étienne Locas, el adecuado vestuario de Marc Senécal y la muy buena iluminación de Martin Sirois.
Globalmente considerado, esta es una deslumbrante pieza nutrida de un mensaje que sigue manteniendo vigencia; sin ir más lejos, ninguna personalidad literaria residiendo en Rusia se atrevería hoy día a criticar la invasión del país a Ucrania sin correr el riesgo de ser arrestada.