Crónica de Jorge Gutman
JE T’ÉCRIS AU MILIEU D’UN BEL ORAGE. Texto: Basado en la correspondencia epistolar (1944 – 1959) entre Albert Camus y María Casares – Idea y Adaptación: Dany Boudreault -. Dirección: Maxime Carbonneau – Elenco: Anne Dorval y Steve Gagnon – Escenografía: Max-Otto Fauteux — Accesorios: Julie Measroch — Vestuario: Marie Chantale Vaillancourt – Iluminación: Julie Basse – Maquillaje: Justine Denancourt-Bélanger — Música Original: Antoine Bédard — Video: Jérémie Battaglia — Asistente de Dirección: Stéphanie Capistran-Lalonde — Duración: 2 horas (sin entreacto). Representaciones: Hasta el 19 de febrero de 2023 en el Théâtre du Nouveau Monde (www.tnm.qc.ca)
Dos monstruos sagrados del arte del siglo pasado son revividos en esta pieza; la misma está basada en la correspondencia epistolar mantenida durante década y media entre el gran ensayista, novelista, dramaturgo y filósofo argelino Albert Camus (1913 – 1960) y la excepcional actriz de cine y teatro española nacionalizada francesa María Casares (1922 – 1996).
Obviamente que resulta imposible reflejar el contenido de las 865 misivas intercambiadas por Camus y Casares; es así que el actor y autor Dany Boudreault efectuó una adaptación que narrativamente transmite la esencia del amor que existió entre ambos artistas. Para ello el director Maxime Carbonneau optó por una puesta escénica que se desarrolla en tres momentos temporales; así, en su comienzo la acción se desarrolla en la entrevista realizada a Casares pocos años antes de su muerte donde pasa revista a la relación que mantuvo con Camus; simultáneamente se asiste a la lectura de algunas de las cartas que cada uno de los amantes dirige al otro y asimismo a los encuentros físicos que mantuvieron en diferentes épocas.
Próximo a la finalización de la Segunda Guerra, en marzo de 1944 María que está exiliada en Francia y Albert igualmente residiendo allí se encuentran en una reunión invitados por el etnógrafo Michel Leiris; Albert reconociendo el talento de la actriz; de inmediato la hace leer su obra El Malentendido con la intención de que la protagonice. Pocas semanas después, en la noche del 6 de junio, fecha de desembarco de las tropas aliadas en Normandía, queda consumada la relación íntima entre ambos que será el inicio de una pasión inconmensurable; sin embargo, meses después ella se aleja teniendo en cuenta que su amante está casado con la argelina Francine Fauré y es padre de dos mellizos, Catherine y Jean. No obstante, el destino quiere que en 1948, un encuentro fortuito en las calles de París haga que se reinicie el apasionado amor de estos dos seres que perdurará hasta el deceso de Albert.
Contemplando el desarrollo de la pieza, no cabe duda que uno de sus pilares reside en la remarcable actuación de Anne Dorval personificando a la inolvidable dama de la escena, así como en la magnífica composición de Steve Gagnon dando vida al insigne filósofo; ambos ofrecen una lección del arte de la interpretación entregándose sin reserva alguna en el cuerpo y alma de sus personajes. Durante dos horas continuadas, ambos artistas deslumbran transmitiendo el fuego sagrado del amor entre dos seres que gran parte del tiempo se encuentran en diferentes lugares pero que mantienen viva la llama de la pasión a través de las cartas; en la evolución de esa relación se manifiestan los encuentros, separaciones y reencuentros no exentos de celos, frustraciones y desacuerdos, como asimismo quedan puntualizadas referencias políticas vinculadas con los acontecimientos de la segunda guerra y la situación de Argelia.
El relato se nutre de varias escenas memorables. Una de ellas tiene lugar cuando María le pide a Albert que le lea el discurso que pronunciará en ocasión de recibir en Estocolmo en diciembre de 1957 el premio Nóbel de Literatura. Otra vibrante escena genera la lectura de la última carta del 30 de diciembre de 1959 que Camus le escribe a su amada desde Le Petit-Villeblevin expresándole la dicha que le causa saber que habrá de abrazarla nuevamente cuando llegue a París el 4 de enero de 1960, sin imaginar que en ese día se producirá su fatal accidente automovilístico; cuando María recibe la trágica noticia ella repite ardientemente “A las Cinco de la Tarde”, contagiando su tormento a la audiencia. Finalmente no menos conmovedora es la escena que tiene lugar años después de la muerte de Camus cuando María lega a su hija Catherine las cartas del gran amor de su vida que llegarían a ser publicadas en 2017.
Con la única salvedad de su prolongada duración que podría ser acortada sin que la obra perdiera su esencia, el amante del teatro tiene la oportunidad de apreciar esta gratificante producción avalada por la sobria dirección de Carbonneau, el buen texto de Boudreault y muy especialmente por la presencia de Dorval y Gagnon.