MASCARADE. Francia, 2022. Un film escrito y dirigido por Nicolas Bedos. 134 minutos
Con su cuarto film el realizador Nicolas Bedos ofrece una comedia de escasa convicción que tiene como escenario a la Costa Azul. Así previo a los créditos iniciales se lee un comentario atribuido a Somerset Maugham afirmando que “La Riviera Francesa es un lugar soleado para gente sombría”; de lo que se puede apreciar en Mascarade parecería que el remarcable autor británico tenía razón.

Pierre Niney y Marine Vacth
Uno de los personajes de esta historia es Adrien (Pierre Niney), un joven que habiendo sido bailarín debido a un accidente de motocicleta ha decidido vivir como gigoló de Marta Duval (Isabelle Adjani). Ella ha sido una remarcable actriz del pasado y cuya muy buena situación económica le permite vivir en una magnífica mansión de la Costa Azul rodeada de personal de servicio. Cuando en una recepción ofrecida por Marta, Adrien conoce a Margot (Marine Vacth), una joven de deslumbrante belleza que más bien se asemeja a una prostituta de lujo, comienza entre ambos un apasionado vínculo sexual.
Margot, que proviene de un medio desfavorecido y es madre soltera de una niña, aspira a una vida mejor. Con ese propósito astutamente persuade a Adrien para despojar a dos víctimas y hacerse de su fortuna a fin de vivir holgadamente. Por una parte Adrien tratará de disponer de las joyas de Martha y de los importantes cuadros pictóricos de su colección. Por su parte, el blanco de Margot es Simon (François Cluzet), un hombre casado de edad madura y rico dueño de una agencia inmobiliaria que tiene como clientes a integrantes de la clase pudiente del lugar; para atraerlo, Margot se hace pasar por una expatriada inglesa dispuesta a comprar por su intermedio un lujoso piso en la Riviera; no tardará mucho para seducirlo y apasionarlo sexualmente.
Si bien el director se propone ilustrar la decadencia de una sociedad opulenta guiada primordialmente por el dinero y el sexo, la historia concebida por Bedos que es narrada mediante flashbacks carece de verosimilitud al estar nutrida de situaciones incoherentes. Así el comportamiento de los amorales embaucadores, a través de sucesivos engaños, simulaciones y traiciones, resultan poco creíbles a la vez que es difícil empatizar con los mismos.
Sin que el suspenso llegue a cobrar fuerza por el endeble guión, lo más apreciable del film es su sólido reparto. Niney se luce como el vividor estafador, Vacth convence como la maquiavélica manipuladora, Adjani está impecable como la excéntrica y alcohólica actriz que en parte trae a la memoria el inolvidable personaje interpretado por Gloria Swanson en Sunset Boulevard (1950) de Billy Wilder, en tanto que el veterano Clouzet persuade como el personaje capaz de brindar cierta humanidad al relato. El reparto se completa con Laura Morante como la dueña de un hotel dispuesta a saldar cuentas pendientes con su ex amante, Emmanuelle Devos como la mujer de Simon y Charles Berling como el asistente de Marta.
De elegante presentación pero sin mayor emoción, esta fallida mascarada no llega a trascender. Jorge Gutman