Un Cuen­to Encantador

L’ ENVOL / SCAR­LET. Fran­cia-Ita­lia, 2022. Un film de Pie­tro Mar­ce­llo. 100 minutos

Des­pués de la remar­ca­ba pelí­cu­la Mar­tin Eden (2020) en la que Pie­tro Mar­ce­llo adap­tó la nove­la del escri­tor ame­ri­cano Jack Lon­don, el rea­li­za­dor ita­liano ofre­ce otra her­mo­sa pelí­cu­la en la que esta vez se aden­tra aun­que leja­na­men­te en el libro El Vele­ro Rojo del autor ruso Ale­xan­der Grin publi­ca­do en 1923.

La libre adap­ta­ción rea­li­za­da por Mar­ce­llo con la cola­bo­ra­ción de Gene­viè­ve Bri­sac sumer­ge a la audien­cia en un uni­ver­so don­de la reali­dad se entron­ca armo­nio­sa­men­te con la fan­ta­sía. La acción comien­za en 1918 tras haber fina­li­za­do la Gran Gue­rra en don­de Raphaël (Raphaël Thiéry) habien­do par­ti­ci­pa­do en la mis­ma retor­na a su aldea rural en el nor­te de Fran­cia. Este hom­bre que aca­rrea el peso sobre­lle­va­do en el con­flic­to béli­co y que en su ausen­cia ha per­di­do a su espo­sa cono­ce a su bebi­ta Juliet­te; ella ha esta­do al cui­da­do de la ama­ble viu­da gran­je­ra Ade­li­ne (Noé­mie Lvovsky); esta mujer ter­mi­na aco­gien­do a Raphaél a cam­bio de la pres­ta­ción de tra­ba­jos que él rea­li­za en su gran­ja. De este modo la niña va cre­cien­do al ampa­ro de su padre y de Ade­lil­ne, en el mar­co de un entorno pue­ble­rino hostil.

Juliet­te Jouan

El rela­to que se desa­rro­lla a lo lar­go de los años 20 y par­te de la déca­da siguien­te refle­ja el gran amor exis­ten­te entre el padre y Juliet­te (Suzan­ne Mar­quis como niña, Asia Bré­chat en su puber­tad y Juliet­te Jouan como mujer); mien­tras que Raphaël se dedi­ca a la eba­nis­te­ría logran­do tallar jugue­tes que los comer­cia­li­za en las zonas urba­nas, su hija des­ti­na par­te de su tiem­po a la lec­tu­ra de poe­mas y a la músi­ca tocan­do el piano y ento­nan­do canciones.

La his­to­ria adquie­re un carác­ter mági­co cuan­do la joven se encuen­tra con una mujer de edad madu­ra (Yolan­de Moreau) que vive en los bos­ques ale­da­ños y es acu­sa­da de bru­je­ría por los aldea­nos; ella le vati­ci­na que pron­to des­em­bar­ca­rá de un vele­ro rojo un aven­tu­re­ro que habrá de cam­biar­le su vida. La pro­fe­cía se cum­pli­rá con el arri­bo de un avión pilo­tea­do por el apues­to Jean (Louis Garrel) que pron­ta­men­te se ena­mo­ra­rá de Juliet­te y de su encan­ta­do­ra voz; el roman­ce que sur­ge entre ambos con­du­ci­rá hacia un final feliz como se apre­cia en todos los cuen­tos de hadas.

Median­te una fil­ma­ción en 16 milí­me­tros y con la mag­ní­fi­ca foto­gra­fía de Mar­co Gra­zia­plen, Mar­ce­llo plas­ma en remar­ca­bles imá­ge­nes visua­les el encan­to y poe­sía que des­ti­la esta bella fábu­la. Asi­mis­mo, a medi­da que los años trans­cu­rren, resul­ta intere­san­te cómo el cineas­ta ilus­tra el con­tras­te entre la tra­di­cio­nal vida rural y el comien­zo del desa­rro­llo capitalista.

La rique­za del rela­to se nutre igual­men­te por la exce­len­te ban­da sono­ra de Gabriel Yared inclu­yen­do can­cio­nes escri­tas por el rea­li­za­dor con núme­ros musi­ca­les que remi­ten a algu­nas de las recor­da­das pelí­cu­las de Jac­ques Démy.

En su homo­gé­neo elen­co se des­ta­can Thiéry y la reve­la­ción de la joven Jouan trans­mi­tien­do muy bien los sen­ti­mien­tos de una joven que final­men­te encuen­tra una luz de espe­ran­za para emer­ger del medio en que se encuentra.

En con­clu­sión: demos­tran­do su inefa­ble arte­sa­nía Mar­ce­llo brin­da con L’Envol una encan­ta­do­ra, huma­na y cáli­da fan­ta­sía que deja una agra­da­ble sen­sa­ción al con­cluir su visión.  Jor­ge Gutman