Fas­ci­nan­te Documental

A COM­PAS­SIO­NA­TE SPY. Esta­dos Uni­dos-Gran Bre­ta­ña, 2022. Un docu­men­tal escri­to y diri­gi­do de Ste­ve James. 102 minutos

Pre­sen­ta­do en el Fes­ti­val de Vene­cia de 2022, este valio­so docu­men­tal abor­da al cien­tí­fi­co ame­ri­cano Theo­do­re (Ted) Alvin Hall quien ha pro­vis­to de valio­sa infor­ma­ción a Rusia duran­te la Segun­da Guerra.

Theo­do­re Alvin Hall en A COM­PAS­SIO­NA­TE SPY

Aun­que dife­ren­te del impor­tan­te film de fic­ción Oppenhei­mer que actual­men­te aca­pa­ra la aten­ción del públi­co, ambos tie­nen en común en que los dos físi­cos par­ti­ci­pa­ron en la ela­bo­ra­ción de la bom­ba ató­mi­ca de Esta­dos Uni­dos. En todo caso, lo que con­vie­ne resal­tar en A Com­pas­sio­na­te Spy es que el docu­men­ta­lis­ta Ste­ve James ha rea­li­za­do un exce­len­te tra­ba­jo gra­cias a la hábil narra­ción y al flui­do rit­mo impre­so en la que ha pro­por­cio­na­do algu­nos aspec­tos no muy difun­di­dos que mere­cen ser teni­dos en consideración.

A tra­vés del repor­ta­je que James rea­li­za en 2019 a Joan Hall de 90 años de edad, la his­to­ria retro­ce­de a 1998 don­de ella se encuen­tra al lado de su anciano mari­do Ted Hall. Así se sabe que en 1944 el enton­ces remar­ca­ble estu­dian­te de Har­vard de 18 años es el más joven físi­co reclu­ta­do para cola­bo­rar con Robert Oppenhei­mer y su equi­po en el Pro­yec­to Manhat­tan para la crea­ción de la pri­me­ra bom­ba ató­mi­ca. Con­ven­ci­do de que el mono­po­lio esta­dou­ni­den­se de esta pode­ro­sa arma pue­de con­du­cir a una catás­tro­fe nuclear, Ted con la cola­bo­ra­ción de Savi­lle “Savy” Sax, su gran ami­go de Har­vard, sigi­lo­sa­men­te sumi­nis­tra a espías de la Unión Sovié­ti­ca deta­lles sobre la cons­truc­ción de la bomba.

Cuan­do des­pués de la gue­rra cono­ce en la Uni­ver­si­dad de Chica­go a Joan, con quien con­trae enla­ce en 1947, Ted le hace saber acer­ca de la infor­ma­ción divul­ga­da a los sovié­ti­cos y pidién­do­le que guar­de abso­lu­to secre­to. El docu­men­tal des­ta­ca que duran­te un bre­ve perío­do pre­vio al ini­cio de la gue­rra fría, Esta­dos Uni­dos man­tu­vo una bue­na rela­ción con Rusia al haber enfren­ta­do con­jun­ta­men­te a Hitler.

Al comen­zar la déca­da del 50, ya en ple­na gue­rra fría entre las dos poten­cias mun­dia­les, el FBI comien­za a inves­ti­gar a quie­nes creía sos­pe­cho­sos de haber man­te­ni­do víncu­los con el comu­nis­mo; sin embar­go tan­to Ted como Joan, siem­pre guar­dan­do estric­to secre­to sobre el espio­na­je rea­li­za­do en el pasa­do, no resul­ta­ron afec­ta­dos. La situa­ción es dia­me­tral­men­te dife­ren­te para el matri­mo­nio inte­gra­do por Julius y Ethel Rosem­berg quie­nes al ser con­vic­tos por haber cola­bo­ra­do como espías de los rusos son con­de­na­dos a la pena de muer­te y eje­cu­ta­dos en junio de 1953.

Aun­que es Joan quien actúa a mane­ra de guía sobre los acon­te­ci­mien­tos narra­dos, James se vale en par­te de las entre­vis­tas rea­li­za­das a las hijas de Hall como asi­mis­mo a Sarah y Boria Sax, los hijos de Savy Saxa; ellos comen­tan cómo la acti­tud de sus padres impac­tó sus años de infan­cia, así como cuan­do el secre­to bien man­te­ni­do adqui­rió esta­do públi­co. Asi­mis­mo es rele­van­te lo que mani­fies­tan Joseph Albright y Mar­cia Kuns­tel, los auto­res del libro Bomshell en el que des­cri­ben los acon­te­ci­mien­tos vin­cu­la­dos con el espio­na­je ató­mi­co. No menos impor­tan­te es el video gra­ba­do en 1998 en don­de se tie­ne la opor­tu­ni­dad de escu­char al pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria. El docu­men­tal se encuen­tra enri­que­ci­do con el valio­so mate­rial de archi­vo pro­ve­nien­te de las biblio­te­cas pre­si­den­cia­les de Dwight Eisenho­wer, Harry Tru­man y John F. Ken­nedy, la biblio­te­ca del Con­gre­so, el labo­ra­to­rio nacio­nal de Los Ála­mos, la Uni­ver­si­dad de Chica­go como tam­bién de publi­ca­cio­nes del New York Times y Life Magazine.

En aspec­tos más ínti­mos, la pelí­cu­la resal­ta el gran amor de la pare­ja duran­te 55 años de matri­mo­nio has­ta la muer­te de Ted en 1999. Median­te una recrea­ción dra­má­ti­ca se ilus­tra la román­ti­ca rela­ción man­te­ni­da en su juven­tud en el cam­pus de la Uni­ver­si­dad de Chica­go, así como el pla­cer de dis­fru­tar con­jun­ta­men­te de la músi­ca clá­si­ca en don­de la ban­da de soni­do ofre­ce her­mo­sos extrac­tos de Mah­ler, Mozart, Schu­mann y Bruck­ner, entre otros gran­des compositores.

El docu­men­tal per­mi­te refle­xio­nar sobre la con­duc­ta de Hall. ¿Ha sido un trai­dor como muchos lo han con­si­de­ra­do cuan­do en la déca­da del 90 el FBI reve­ló su espio­na­je a tra­vés de los lega­jos cla­si­fi­ca­dos, o un indi­vi­duo que median­te su con­cien­cia cre­yó fir­me­men­te de que su acti­tud sal­va­ría a la huma­ni­dad de un desas­tre nuclear? La res­pues­ta se encuen­tra en la últi­ma esce­na del film en opor­tu­ni­dad que se le pre­gun­ta al anciano físi­co sobre lo que le diría a la pró­xi­ma gene­ra­ción; titu­bean­do un poco él res­pon­de que la mis­ma tie­ne que dar­se cuen­ta de que el mun­do está extre­ma­da­men­te cer­ca de un total desastre.

En los cré­di­tos fina­les se lee que Esta­dos Uni­dos es la úni­ca nación que ha uti­li­za­do armas nuclea­res en gue­rras. Ade­más se indi­ca que el 22 de enero de 2021 el orga­nis­mo de las Nacio­nes Uni­das decla­ró ile­gal el empleo de dichas armas, aun­que nin­gu­na de las nue­ve nacio­nes que las poseen han fir­ma­do el tratado.

Al igual que el muy buen film Oppenhei­mer de Nolan, este fas­ci­nan­te docu­men­tal de James dedi­ca­do a quie­nes han arries­ga­do sus vidas por la paz, cons­ti­tu­ye un lla­ma­do de aler­ta sobre los peli­gros que aca­rrea­ría una gue­rra nuclear. Jor­ge Gutman