Las Face­tas del Amor

PAS­SA­GES. Fran­cia-Ale­ma­nia, 2023. Un film de Ira Sachs. 90 minutos

Las curio­sas face­tas que pue­de adqui­rir el amor adquie­ren reso­nan­cia en Pas­sa­ges, una pelí­cu­la con indi­cios de melo­dra­ma diri­gi­da por el cineas­ta ame­ri­cano Ira Sachs. Aun­que la bise­xua­li­dad es un tema que el cine ya con­si­de­ró en nume­ro­sas oca­sio­nes, lo que aquí lo dis­tin­gue es el víncu­lo espe­cial que exis­te entre el pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria y los seres que le rodean.

This ima­ge relea­sed by Mubi shows Franz Rogows­ki in a sce­ne from “Pas­sa­ges.” (Mubi via AP)

El prin­ci­pal per­so­na­je es Tomas (Franz Rogows­ki), un direc­tor de cine ale­mán que en París está rodan­do la pelí­cu­la Pas­sa­ges y en un bre­ve bro­cha­zo se apre­cia su tra­to auto­ri­ta­rio y nada gen­til dan­do indi­ca­cio­nes a los extras del elen­co. Cele­bran­do la fina­li­za­ción del film él acu­de a una fies­ta con su mari­do Mar­tin (Ben Whishaw), un dise­ña­dor grá­fi­co bri­tá­ni­co; cómo éste no tie­ne deseos de bai­lar, Tomas se las inge­nia para hacer­lo con Agathe (Adè­le Exar­cho­pou­los), una maes­tra de escue­la ele­men­tal que aca­ba de cono­cer y con quien ter­mi­na hacien­do el amor. Al día siguien­te y sin empa­cho alguno, en la vivien­da que com­par­te con Mar­tin él le comen­ta la espe­cial exci­ta­ción que le pro­du­jo inti­mar con Agathe. Aun­que nada con­for­me con la noti­cia reci­bi­da, Mar­tin estoi­ca­men­te tole­ra la situa­ción pero cuan­do esa rela­ción adúl­te­ra pro­si­gue él deci­de salir con Amad (Erwan Kepoa Falé), un nove­lis­ta fran­cés; eso le pro­du­ce celos a Tomas tor­nán­do­lo vulnerable.

Como el pén­du­lo de un reloj, el cineas­ta tran­si­ta entre el amor que según él genui­na­men­te expe­ri­men­ta por Agathe y el que sien­te por el hom­bre con quien con­vi­ve. Ese com­por­ta­mien­to tóxi­co moti­va a que en este caso el afec­to se entre­mez­cle con el deseo y el pla­cer que le pro­du­ce el víncu­lo coital man­te­ni­do sepa­ra­da­men­te con sus dos aman­tes. Cuan­do Agathe que­da emba­ra­za­da, Tomas sugie­re a Mar­tin que podría ser bue­na idea com­par­tir la pater­ni­dad de quien está por nacer jun­to a quien será su madre.

Uno de los varios aspec­tos que valo­ri­zan al film es la mag­ní­fi­ca des­crip­ción de Tomas que ema­na del logra­do guión del rea­li­za­dor escri­to con su habi­tual libre­tis­ta Mau­ri­cio Sacha­rias. En tal sen­ti­do Rogows­ki estu­pen­da­men­te trans­mi­te la com­ple­ji­dad de este per­so­na­je que cons­cien­te­men­te o no sabo­tea su román­ti­ca rela­ción con Mar­tin y Agathe; asi­mis­mo resal­ta su nar­ci­sis­mo, ego­cen­tris­mo y su con­di­ción de nota­ble mani­pu­la­dor cre­yen­do que a tra­vés del sexo resul­ta sen­ci­llo satis­fa­cer a sus pare­jas. La actua­ción de Rogows­ki no des­me­dra la bue­na carac­te­ri­za­ción logra­da por Whishaw y Exar­cho­pou­los dan­do vida a los otros dos per­so­na­jes del trián­gu­lo román­ti­co; está muy logra­da la esce­na en que Mar­tin se encuen­tra con Agathe, quie­nes can­sa­dos de la depen­den­cia emo­cio­nal ejer­ci­da por Tomas, man­tie­nen una con­ver­sa­ción que deci­di­rá su suerte.

Asi­mis­mo la pelí­cu­la se des­ta­ca por sus valio­sos diá­lo­gos y entre los mis­mos cobra aten­ción espe­cial la char­la entre Tho­mas y los padres de Agathe (Oli­vier Rabour­din y Caro­li­ne Cha­nio­lleau) en la que ellos desean cono­cer aspec­tos per­so­na­les de quien podrá ser su yerno.

Sachs no esca­ti­ma dos esce­nas de explí­ci­to sexo en las que el pose­si­vo Tomas bus­ca la recon­ci­lia­ción con su pare­ja de turno median­te el amor car­nal; sin embar­go podrían ser más bre­ves sin que eso lle­ga­ra a afec­tar la sen­sua­li­dad y el ardor per­se­gui­dos en las mismas.

En suma, Sachs brin­da una muy bue­na pelí­cu­la de audaz con­cep­ción refle­jan­do las con­se­cuen­cias de un amor dañino con las con­tra­dic­cio­nes y cru­de­za que la pasión huma­na gene­ra en per­so­nas vul­ne­ra­bles. Jor­ge Gutman