KILLERS OF THE FLOWER MOON. Estados Unidos, 2023. Un film de Martín Scorsese. 206 minutos.
Quienquiera descubrir un film monumental, épico, político y a la vez extraordinario, lo hallará en Killers of the Flower Moon. En esta ocasión el legendario realizador Martin Scorsese se supera a sí mismo abordando con admirable vitalidad un desgraciado evento que tuvo lugar en la tribu indígena Osage en el estado de Oklahoma.
El célebre cineasta conjuntamente con el guionista Eric Roth adaptaron el libro de no ficción Killers of the Flower Moon: The Osage Murders and the Birth of the FBI de David Grann publicado en 2017. En todo caso, el guión deja en la parte final del relato la intervención del FBI para en cambio enfatizar la descripción de los personajes perpetradores de la tragedia sufrida por el pueblo Osage.
La acción se ubica tal como aconteció durante la década de 1920, en Fairfax, al noroeste del estado de Oklahoma. En ese lugar los autóctonos habitantes descubren que en su reserva se encuentran pozos petrolíferos; consecuentemente, tras haber sido humillados y marginados por los blancos, la aparición del oro negro les permite llevar un nivel de vida considerablemente más elevado. Entre la población blanca se halla Bill Hale (Robert De Niro), un poderoso magnate que se hace llamar “rey” y que aunque no tiene corona es dueño de grandes campos explotando la ganadería; su comportamiento deja traslucir la buena cordialidad que mantiene con los nativos de la zona.
El relato cobra impulso con la llegada al lugar de Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio) un veterano de la Primera Guerra que es el sobrino y protegido de Bill y que está procurando un empleo; el tío le ofrece trabajo pero sujeto a ciertas condiciones. La intención de Bill, es asociarlo a sus negocios y en última instancia que colabore en su propósito de apropiación de las tierras indígenas. En principio Bill concibe un siniestro plan que consiste en que Ernest seduzca y logre casarse con la joven aborigen Mollie (Lily Gladstone) para llegar a heredar la fortuna de su familia y finalmente compartir el botín obtenido.
Con gran meticulosidad Scorsese describe a los personajes del entorno en que transcurre la acción. Por una parte, el relato expone el vínculo existente entre el tío y su sobrino; así el cinismo de Bill logra fácilmente engatusar a Ernest, quien no siendo brillante es objeto de un lavado de cerebro de tal magnitud que ciegamente se somete a sus órdenes. Paralelamente, habiendo contraído enlace con Molly se aprecia la situación compleja en la que Ernest se encuentra dado que está realmente enamorado de ella y además ambos llegan a tener dos hijas; sin que existan diálogos al respecto se observa el incondicional amor de Mollie hacia su marido que la hace confiar totalmente en él, a pesar de que se produce la muerte de sus familiares.
La situación alcanza convincente tensión a medida que van sucediendo extrañas desapariciones y exterminación de nativos, en tanto que los sobrevivientes son despojados de sus tierras; eso motiva a que una delegación indígena logre una entrevista con el presidente Calvin Coolidge para informarle lo que está aconteciendo; en consecuencia el mandatario delega la investigación al recientemente creado FBI; el organismo designa al funcionario Tom White (Jesse Piemmons) para que se ocupe de investigar, ubicar y capturar a los autores de los crímenes cometidos.
Es realmente admirable la manera profunda en que Scorsese va elaborando esta historia que adopta un estilo clásico hasta finalizar con un sobresaliente desenlace.
Además de la excelente realización de Scorsese, la indiscutible riqueza del film reside en la actuación de sus tres protagonistas. Siendo la décima vez en que De Niro colabora con el realizador, no hay duda que existe entre ambos una extraordinaria compenetración; así el actor destella dando vida a un mafioso criminal que actuando al margen de la ley es capaz de engatusar y manipular con su desfachatez y frescura dando la apariencia de un hombre afable a fin de no despertar sospechas de sus viles acciones. DiCaprio quien a su vez participa por sexta vez en un film de Scorsese, ofrece el trabajo más importante de su carrera; así refleja la ambición y el contundente patetismo de su personaje quien influido por su tío llega incluso a traicionar a su amada esposa al punto de casi envenenarla con la dosificación adulterada de insulina para la diabetes que ella padece. No menos importante es la remarcable interpretación de Gladstone como la indefensa mujer que por amor a su marido prefiere no admitir o cerrar sus ojos sobre su comportamiento; claramente Scorsese logra que Molly represente la voz de la conciencia moral dentro de un entorno putrefacto.
Frente a la magistral filmografía del venerable realizador, resulta difícil de afirmar con certeza si acaso esta película es la mejor de su carrera; lo que en cambio no cabe duda alguna es que la historia que él relata desnudando el racismo, la banalidad del mal, la impunidad, la codicia, así como el sentimiento de culpa y redención de los asesinos adquiera trascendental resonancia. Jorge Gutman