THEHOLDOVERS. Estados Unidos, 2023. Un film de Alexander Payne. 133 minutos
Una comedia dramática de nobles sentimientos es apreciada en The Holdovers, el reciente trabajo de Alexander Payne, donde efectúa un excelente estudio de caracteres a través de sus tres principales personajes.
Paul Giamatti
Valiéndose del guión de David Hemingson, con gran precisión Payne describe a Paul Hunham (Paul Giamatti), un individuo de edad media que viviendo solitariamente y en cierta forma desilusionado del entorno que lo rodea rodea encuentra en la enseñanza una válvula de escape a su frustración.
Como profesor de historia antigua de Barton Academy, un internado de varones elitista de educación media ubicado en New England, su alumnado mayormente proviene de familias adineradas. Demostrando su irascibilidad debido al comportamiento un tanto indisciplinado de los jóvenes, asimismo es sumamente exigente como docente en la medida que desea obtener de ellos un alto rendimiento académico. Naturalmente, los estudiantes tampoco simpatizan con él y entre los mismos se encuentra el rebelde Angus Tully (Dominic Sessa) que aunque brillante alumno es también belicoso y ese comportamiento Hunham no está dispuesto a tolerar. A todo ello, el docente resiste la presión de la dirección escolar de ser más clemente con trabajos mediocres de ciertos alumnos, teniendo en cuenta que algunos son hijos de influyentes políticos.
El relato transcurre en el mes de diciembre de 1970, en los días previos a las festividades navideñas y cuando llega el momento del temporario receso escolar, los alumnos retornan a sus hogares. Sin embargo hay algunos que no tienen quien los recoja y por lo tanto deben permanecer en el establecimiento; es así que Paul se irrita cuando se le ordena que deberá hacerse cargo de la supervisión de cuatro estudiantes que permanecerán en la escuela; si bien tres de ellos finalmente quedan liberados por sus familiares, no es así el caso de Angus cuya madre prefirió viajar al Caribe con su padrastro desentendiéndose de su hijo.
Por lo tanto Paul y Angus, dos personas que no se toleran, no tienen otra opción que aceptar la situación tal como se presenta. A todo ello, Mary Lamb (Da’Vine Joy Randolph), la abnegada cocinera del colegio que es observadora de todo lo que acontece a su alrededor, actúa de algún modo como intermediaria entre el profesor y su discípulo para que las diferencias existentes se atenúen; en tal sentido, esta mujer que ha sufrido la terrible pérdida de su hijo sirviendo en Vietnam pasará por primera vez la Navidad sin él y por esa razón para esta ocasión al menos tendrá el consuelo de sentirse acompañada por Paul y Angus.
Durante estas vacaciones se irá estableciendo un sólido acercamiento entre los tres personajes al irse imponiendo de sus historias íntimas nutridas de momentos dolorosos; es así que cada persona del trío al revelar sus inquietudes va reflejando sus verdaderos sentimientos.
Giamatti nuevamente demuestra la gran complicidad que mantiene con el realizador; casi dos décadas después de la conjunta colaboración en el excelente film Sideways (2004), aquí nuevamente despliega su condición de notable actor. Es notable cómo gradualmente su personaje gruñón, misántropo y poco complaciente va cediendo paso a un ser afectuoso y compasivo al ir descubriendo las razones que han hecho de Angus un ser insurrecto y agresivo.
Por su parte, Sessa sin haber tenido experiencia previa actoral, es la gran revelación de este film; sumergiéndose por completo en la complejidad de su personaje, el novel actor transmite con completa convicción, la transición del inmaduro y perturbador muchacho para finalmente dar paso al joven capaz de respetar y admirar a su profesor así como expresar su tácito agradecimiento por un gran acto de generosidad demostrado, que no conviene revelar.
Finalmente no menos remarcable es la interpretación de Da’Vine Joy Randolph como la mujer de gran corazón, quien frente a la gran pérdida sufrida, encuentra solaz y consuelo con la presencia de Paul y Angus.
En suma, además de probar cómo las apariencias engañan frente a la primera impresión causada por sus principales personajes, Payne ofrece un relato profundamente humano, donde el patetismo, acogedor humor, calidez y sentimiento se combinan satisfactoriamente. En suma, The Holdovers es un film meritorio y capaz de perdurar en la memoria del espectador. Jorge Gutman
PRISCILLA. Estados Unidos, 2023. Un film escrito y dirigido por Sofia Coppola. 100 minutos
Sofía Coppola quien gratamente impresionó en The Virgin Suicides (1999, Lost in Translation (2003) y Somewhere (2010), entre otros títulos de su filmografía, retorna con Priscilla en la que considera la historia de la joven que conquistó el corazón de Elvis Presley. Con ese propósito Coppola adaptó el libro publicado en 1985 Elvis and Me que fue escrito por Priscilla Presley y Sandra Harmon.
Aunque lo que se relata es en parte conocido por el púbico, lo importante es que la forma en que la realizadora lo narra permite que su contenido mantenga interés a lo largo de su desarrollo.
Cailee Spaeny y Jacob Elordi
Todo comienza en 1959 cuando Priscilla Beaulieu (Cailee Spaeny) de 14 años de edad, oriunda de Austin, vive temporariamente en Alemania Occidental con sus padres (Ari Cohen y Dagmara Dominczyk), debido a que su progenitor está afincado por una misión militar de Estados Unidos. Ahí esta adolescente tiene la ocasión de asistir a una reunión en la casa de Elvis Presley (Jacob Elordi) quien a los 24 años y convertido en una estrella mundial está cumpliendo su servicio militar. En ese encuentro surge de inmediato una mutua simpatía entre ambos que deviene prontamente en una platónica relación romántica.
Dos años más tarde Priscilla encuentra la oportunidad de emanciparse de la rigidez de su hogar familiar, cuando es invitada por el rey del Rock para alojarse en su suntuoso castillo de Graceland en Memphis, con la promesa de respetar su virginidad hasta el momento de contraer enlace. Allí ella finaliza sus estudios de educación media en una escuela católica.
S bien Priscilla es mimada y agraciada por su enamorado quien la obsequia con varios regalos, entre otros un coche deportivo, la relación comienza a experimentar altibajos. Por un lado está la ternura que Elvis le vuelca pero al propio tiempo decide todo lo que a ella le concierne, incluyendo su atuendo, cabellera y maquillaje; asimismo durante sus giras y el rodaje de sus películas ella se entera por los medios de difusión que su novio la está engañando y eso hace que se sienta confundida, traicionada y desamparada.
Cuando la boda se concreta en 1967 todo parecería indicar que la tranquilidad y el amor al lado de Elvis más el nacimiento de su hijita Lisa Marie podrán atenuar los inconvenientes de la pareja, Sin embargo, eso no llega a ocurrir dado que los momentos de violencia de Elvis, su consumo de drogas y las continuadas giras artísticas motivan a que ella experimente una profunda soledad; en consecuencia, el no poder adaptarse al estilo de vida de su marido la impulsa a disolver su matrimonio en 1973.
A diferencia del espectacular Elvis de Baz Luhrmann (2022), donde las canciones del rey adquieren gravitación, aquí no abundan sus grandes éxitos salvo una versión que él ejecuta en el piano de Love Me Tender; pero eso de ningún modo va en detrimento de este film por cuanto la atención está centralizada en Priscilla y es desde su punto de vista que Coppola la enfoca.
La composición que Spaeny logra del personaje protagónico es a todas luces remarcable, lo que le ha valido obtener el premio a la mejor actriz en el festival de Venecia; ella transmite la odisea de una mujer que viviendo a la sombra de su pareja, queda anulada y subestimada. Más que con palabras, su rostro y gestos evidencian la pena de la ilusión perdida; en el azaroso camino que va recorriendo, la actriz expresa la transición de la dulce joven ingenua adolescente a la de una mujer que finalmente revela firmeza para adquirir su propia identidad. A su lado, Elordi sin sobreactuar convence en el ambiguo personaje de Elvis como el predador de su esposa asimismo sin dejar de quererla a su manera y confiarle sus problemas personales.
Una vez más, Coppola confirma su fina sensibilidad femenina para adentrarse con suma delicadeza en las emociones que trasunta su protagonista y aunque el film no alcanza la envergadura dramática para llegar a emocionar, eso no disminuye la calidad de esta tóxica historia de amor. Jorge Gutman
LAPASSIONDEDODINBOUFFANT / THEPOT-AU-FEU. Francia, 2022. Un film escrito y dirigido por Tran Anh Hung. 135 minutos.
La comida francesa como estilo de vida es lo que propone el director vietnamita Tran Anh Hung en este relato que resultará apetitoso para los amantes de la “haute cuisine”.
Adaptado de la novela de Marcel Rouf La Vida y Pasión de Dodin Bouffant publicada en 1924, el guión del realizador ambienta su desarrollo en una mansión campestre de Francia hacia finales del siglo 19. En ese apacible rincón se sale al encuentro de la impecable cocinera Eugenie (Juliette Binoche) y del gastrónomo Dodin (Benoît Magimel) quienes durante 20 años conjuntamente han trabajado en la preparación de exquisitas delicias culinarias.
Juliette Binoche y Benoit Magimel
Durante los primeros 30 minutos del relato se observa cómo Eugenie prepara para el desayuno una apetitosa tortilla de huevos recomendando de que para su consumo es necesario valerse de una cuchara. Posteriormente con la ayuda de su asistente Violette (Galatea Bellugi) efectúa los preparativos de una comida para cuatro amigos de Dodin (Emmanuel Salinger, Patrick D’Assumçao, Frédéric Fisbach y Jan Hammenecker), previamente aprobado por el chef, considerado el Napoleón de la gastronomía. A su vez Dodin se encargará de preparar el “pot au feu”, el clásico plato francés de lenta cocción que será destinado a un supuesto príncipe de Estonia. Asimismo el anfitrión remarca la importancia que adquiere disponer de un vino adecuado para degustar una buena comida.
La historia narrada es mínima y en su mayor parte no existen mayores conflictos dramáticos salvo algunos desvanecimientos que experimenta Eugenie, aparentemente por cansancio, aunque se presume que padece de una enfermedad aunque ella terminantemente lo niegue. Para matizar el relato, se aprecia el vínculo sentimental de la pareja; si bien es claro el amor que los une, Eugenie en principio amablemente rechaza la propuesta de casamiento de Dodin, pero posteriormente aceptará su invitación en la medida que culinaria e intelectualmente existe una armoniosa complementación.
La excelente dirección de Anh Hung permite resaltar brillantemente la pasión de la pareja por el arte culinario; en tal sentido la participación del renombrado chef Pierre Gagnaire como consultor refleja la autenticidad de los manjares preparados. Pero precisamente por su propio bien, el relato se extiende más allá de lo necesario en la medida que en su mayor parte se asiste a un curso de comida que aunque sin duda remarcable puede asemejarse a los que suelen difundirse en la televisión.
No obstante la objeción precedente, el film se valoriza por la insuperable actuación de Binoche y Magimel quienes compenetrados por completo en sus personajes irradian la inmensa ternura que los anima. Así, una de las escenas emotivas del film tiene lugar cuando Dodin por primera vez le prepara a su compañera que yace enferma un exquisito plato de comida, o bien en el poético desenlace de esta historia que resultaría indiscreto comentar. Una vez más queda demostrado cómo en ciertos casos sublimes actores pueden engrandecer la visión de una película, sin dejar de lado la notable puesta escénica de Anh Hung que le valió en Cannes el premio a la mejor dirección. Jorge Gutman
LESRAYONSGAMMA. Canadá, 2023. Un film de Henry Bernadet. 101 minutos
La vida de un grupo de jóvenes adolescentes viviendo en un distrito multiétnico de Montreal es lo que trata Henry Bernadet en Les Rayons Gamma, su segundo trabajo como cineasta después de haber realizado con Myriam Verreault À l’ouest de Pluton (2008).
Yassine Jabran y Hani Laroum
La historia escrita por el realizador con Isabelle Brouillette y Nicolas Krief tiene lugar durante el verano y está ambientada en el distrito de Saint-Michel de Montreal. Allí se sale al cruce de tres personajes pertenecientes a familias de inmigrantes procedentes de diferentes comunidades. Uno de ellos es Abdel (Yassine Jabran), un muchacho cuya existencia se ve alterada con la llegada de su primo Omar (Hani Laroum) procedente de Marruecos en viaje de vacaciones con el propósito de conocer la ciudad de Montrreal; el contraste entre ambos es bien marcado dado que el comportamiento extravertido y un tanto ingenuo de Omar, pone a prueba la paciencia de Abdel hasta llegado el momento en que fastidiado no lo tolera más y termina abandonándolo en una estación de metro. Fatima (Chaimaa Zinedine) es una chica impetuosa que trabajando en un supermercado se encuentra con serios problemas para reembolsar una deuda contraída con un traficante de drogas; su actitud motiva a que su amistad con su mejor amiga Naima (Océane Garçon-Gravel), quien es más serena y apacible, pueda peligrar. El tercer personaje es Toussaint. (Chris Kanyembuga) es un joven tímido e introvertido afrocanadiense que suele ir a pescar y un día encuentra en el río una botella conteniendo un papel con un número de teléfono y las palabras “llámeme”.
Argumentalmente el guión no es profundo y asimismo presenta situaciones que resisten credibilidad como es el caso de la desaparición repentina de Omar, así como los continuos llamados telefónicos que realiza Toussaint procurando los consejos que día a día puede brindarle Maude (Valérie Tellos) que vive en Laval y es la mujer que dejó la nota en la botella. La importancia de la película reside en el enfoque casi documental brindado por Bernadet en donde a través de las relaciones que se producen entre los numerosos adolescentes del barrio se deja entrever a través de sus conversaciones sus puntos de vista sobre diversos tópicos y en especial cómo su diversidad cultural puede interferir con la plena identidad quebequense.
En líneas generales, el film es una mesurada muestra de las vicisitudes atravesadas por sus personajes en la difícil etapa de la adolescencia teniendo en cuenta la complejidad de la época en que se vive; en tal sentido Bernadet consiguió que los jóvenes artistas no profesionales que en su mayoría integran el elenco, destilen completa autenticidad en la composición de sus personajes.-
El título del film aludiendo a los rayos gama producidos en el espacio sin llegar a la superficie terrestre, metafóricamente apunta a los lazos invisibles que unen a los seres humanos, como es el caso de la solidaridad generada en la camada adolescente de este fresco y contemplativo mosaico multicultural. Jorge Gutman
He aquí los comentarios de 7 filmes vistos en el festival Cinemania que tiene lugar en Montreal hasta el 12 de noviembre.
Hors Saison /Out of Season (Francia)
Dejando esta vez de lado el cine social que Stéphane Brizé muy bien ha tratado en varias de sus películas, ahora cambia de tono abordando una nostálgica comedia romántica basada en el guión que comparte con Marie Drucker.
Hors Saison /Out of Season
El relato presenta a Mathieu (Guillaume Canet) un reputado actor de cine que habiendo decidido actuar por primera vez como protagonista en una producción teatral en París, a cuatro semanas antes del estreno deja el ensayo en banda para alojarse por una semana en un hotel spa ubicado en una ciudad costera de la Bretaña francesa. Dado su estado de extenuación y considerable ansiedad, allí espera beneficiarse con la talasoterapia, un especial método terapéutico que el hotel le ofrece.
El ánimo de Mathieu se restablece cuando recibe la inesperada visita de Alice (Alba Rohrwacher) que habita en esa región donde 16 años atrás existió entre ambos una breve aunque intensa relación sentimental cuando él estuvo allí y todo acabó cuando dejó el lugar para proseguir su carrera cinematográfica.
En el primer reencuentro cada uno se impone de la vida del otro y así se sabe que Alice está casada con un médico y consejero local (Sharif Andoura), en tanto que ella trabaja en una residencia de ancianos y tiene una hija adolescente (Emma Boissard Paumelle). Por su parte él le cuenta que está casado con su mujer periodista (Marie Ducker) que no pudo acompañarlo por razones de trabajo y que es igualmente padre de un hijo.
No es necesario ser clarividente para imaginar que donde hubo fuego cenizas quedan y que el amor de antaño será revivido. No obstante la previsibilidad de la historia, Brizé la trata con afecto y ternura y al hacerlo trae el recuerdo de otros filmes de similar temática como por ejemplo lo ha sido Un homme et une femme (1966) de Claude Lelouch.
Esencialmente esta película está centrada en sus dos personajes protagónicos y en ese aspecto tanto Canet como Rohrwacher se destacan por la autenticidad que brindan a sus personajes permitiendo que resulte creíble el amor renacido entre ellos. Sin pretenciosidad alguna, Brizé logra que este melodrama con sabor agridulce resulte agradable de contemplar.
Rien à perdre (Francia)
En su debut como realizadora Delphine Deloget demuestra un talento inusual abordando el delicado tema de una madre luchando por la tenencia de su hijo.
Asociando ese film a los muchos que el gran director Ken Loach ha ofrecido en su comprometido cine social, la novel directora conmueve en la historia que relata basada en su guión concebido con Camille Fontaine y Olivier Demangel.
Rien à perdre
La acción que transcurre en Brest presenta a Sylvie (Virginie Efira), una mujer viuda y madre de Jean-Jacques (Felix Léfebvre) de 15 años y Sofiane (Alexis Tonetti) de 8 años quienes conforman una familia unida. Trabajando en horas nocturnas en un bar, durante el día debe ocuparse de sus hijos así como a veces de su hermano Hervé (Arieh Worthalter) poco responsable.
El drama se presenta cuando estando ella ausente, Jean-Jacques traslada al hospital a su hermano Sofiane al haber sufrido quemaduras mientras preparaba papas fritas en la cocina, causando asimismo un pequeño incendio. De inmediato la noticia trasciende y en consecuencia se hace presente el servicio de protección al menor representado por una insensible oficial (India Hair); eso motiva a que el niño sea destinado a vivir en un hogar de acogida. No vale la súplica de Sylvie demostrando cuanto quiere y cuida de sus hijos, no obstante el accidente citado; pero cuanto más persiste las cosas se complican para ella a pesar de estar auxiliada por una abogada (Audrey Mikondo) y de su otro hermano Alain (Mathieu Demy) a fin de recuperar la custodia de Sofiane.
Sin apelar a sensibleros recursos emocionales, Deloget permite que su film trascienda fuertemente en la crítica que efectúa al sistema judicial imperante en la medida que la burocracia institucional permanece ciega e ignorante de cuáles son los verdaderos intereses del niño.
Si el contenido de este drama es decididamente atractivo, su valor se enriquece por la destacada interpretación de Virginie Efira; la actriz que hoy día es una de las más renombradas de la cinematografía francesa al superarse a sí misma en cada una de sus apariciones. Aquí transmite con elocuencia el tremendo esfuerzo realizado por una madre que hasta llega a perder el control de sí misma al tratar de tener nuevamente al pequeño en su hogar.
En suma, esta película de profundo contenido humanista cala hondo en el ánimo del espectador y por su remarcable realización constituye una excelente carta de presentación para nuevos proyectos de la novel cineasta.
Un Silence (Bélgica)
El realizador Joachim Lafosse que en su filmografía ha considerado las complejas relaciones que se establecen en el seno de una familia, aquí vuelve a tratar este tópico a través de una narración fragmentada aunque a la postre muy bien estructurada.
Un Silence
La historia de Lafosse y Thomas van Zuylen está basada en la verdadera tragedia acontecida en Bélgica en la década del 90 cuando Marc Paul Alain Dutroux adquirió triste notoriedad como violador de menores y en donde el abogado Victor Hissel gravitó para que el implacable pederasta fuese condenado.
En esta ficción el relato comienza cuando Astrid Schaar (Emmanuelle Devos) se encuentra en una estación policial siendo interrogada por una inspectora (Jeanne Cherhal) debido a que Raphaël (Matthieu Galoux), el hijo adoptivo de la familia dd 18 años, trató de matar a su marido abogado François Schaar (Daniel Auteuil).
De aquí en más, se pasa revista a lo que Astrid relata; así se sabe que ella ha estado unida con su marido por espacio de tres décadas y que al igual que el real Hissel él se dedica a defender a los padres de menores que han sido víctimas de inescrupulosos asaltantes sexuales. Además del hijo adoptivo la pareja tiene a Caroline (Louise Chevillotte), la hija biológica que no vive en el hogar y mantiene distancia de los suyos por un ominoso silencio mantenido en el seno familiar.
Al promediar el relato, se va descubriendo el motivo que impulsó a Raphaël para atentar contra la vida de su progenitor. Por discreción no conviene revelarlo salvo señalar cómo los abusos de padres hacia hijos indefensos pueden dejarles lesiones traumáticas a través de los años.
Mediante la dinámica interrelación entre los miembros de la familia Schaar, se asiste a un escabroso drama familiar en donde una vez más el talentoso Lafosse demuestra su notable dominio en la exposición de esta historia que con el respaldo de su impecable elenco mantiene una apasionante intriga hasta la escena final.
Making of (Francia)
Las vicisitudes que acontecen durante la filmación de una película es lo que Cedric Kahn trata en esta alocada comedia.
Making of
Simon (Denis Podalydes) es un reconocido cineasta que está dirigiendo una película de carácter social; su tema se centra en la huelga de obreros ocupando la fábrica en que trabajan porque la misma está a punto de cerrar. El clima creado entre los trabajadores asume un carácter caótico y no se diferencia mucho con respecto a la situación real que viven en el set de filmación los integrantes del elenco.
El rodaje alcanza un momento tenso cuando los financistas del film acompañados de un colaborador productor (Xavier Beauvois) no están de acuerdo con el desenlace del film y deciden retirar su apoyo si Simon no lo modifica, aspecto al cual él se opone porque no está dispuesto a efectuar cambio alguno.
Paralelamente el cineasta de la ficción debe soportar a Alain (Jonathan Cohen), el insoportable y arrogante protagonista del film quien rivaliza con Nadia (Souheila Yacoub), una talentosa nueva actriz que participa en la película; además Simon debe enfrenar los problemas personales con su esposa Alice (Valérie Donzelli).
A todo ello, llega al set de filmación Joseph (Stefan Crepon) un aspirante a cineasta que vive en la región a quien Simon le da la oportunidad de que filme el “making of” que implica todo lo que acontece detrás de la cámara mientras se efectúa el rodaje.
Dada la situación imperante urge encontrar nuevas fuentes de financiamiento, en tanto que la productora Vivian (Emmanuelle Bercot) debe hacer milagros para que el rodaje prosiga recortando escenas y manteniendo atrasados los salarios de las personas involucradas en el equipo de filmación.
Si bien resulta interesante la premisa de Making of, ilustrando el caos que acontece durante el rodaje del film, sucede que resulta difícil distinguir en ciertas secuencias la ficción de la real anarquía suscitada entre los miembros del elenco.
Más allá de algunas secuencias secundarias innecesarias, como es el caso del romance que surge entre Nadia y Joseph, la comedia de Kahn resulta entretenida a la vez que permite apreciar los problemas que van surgiendo durante el proceso de creación de un film, sobre todo cuando se presentan los embarazosos problemas de financiamiento.
La fiancée du poète (Bélgica-Francia)
La apreciada actriz belga Yolande Moreau se ubica por tercera vez detrás de la cámara para ofrecer una encantadora comedia donde también asume el rol protagónico. Con sencillez y sin grandilocuencia alguna resulta muy fácil empatizar con los personajes que emanan del guión escrito por ella junto con Frédérique Moreau.
La fiancée du poète
El relato presenta a Mireille (Moreau), una amante de la pintura y la poesía, quien después de una larga ausencia retorna a su hogar natal donde se hace cargo de la vetusta mansión familiar que ella ha heredado encontrándola muy abandonada y con la necesidad de refaccionarla. Con un modesto trabajo en la cafetería del museo de Charleville, ella trata de aumentar su presupuesto con la reventa de paquetes de cigarrillos y de papel higiénico que a veces sustrae de los baños públicos.
A sugerencia del afable clérigo local (William Sheller) ella sigue su consejo de alquilar algunas de las habitaciones de su casa para con el dinero obtenido poder vivir con mayor confort. Es así que su vida solitaria tenderá a cambiar con la llegada de tres locatarios. Uno de ellos es Bernard (Grégory Gadebois), el jardinero municipal que lleva una doble vida; otro es Elvis (Estéban), un refugiado que Mireille encuentra en su jardín y el tercero es el joven Cyril (Thomas Guy) quien ella lo ubicó en la escuela de bellas artes donde él como aficionado pintor se dedica a efectuar reproducciones de consagrados maestros del arte.
De esta manera Mireille logra conformar una familia singular que le ofrece nuevo aliento en su vida. Lo interesante es que sus inquilinos asumen personalidades diferentes donde cada uno de los mismos conserva secretos. En todo caso, lo cierto es que las situaciones graciosas a la vez que excéntricas que se producen durante esa convivencia familiar generan un buen humor capaz de elevar el ánimo de Mireille. A todo ello, para su gran sorpresa inesperadamente arriba Fernando (Sergi López), un antiguo amor que la había traicionado al asumir la identidad de un famoso poeta.
Como si se tratara de una fantasía nutrida de verdades y mentiras, lo cierto es que Moreau ha logrado una encantadora fábula que destila considerable ternura resaltando el espíritu de confraternidad y solidaridad que se establece entre sus personajes; ese aspecto es altamente reconfortante dentro de un mundo predominantemente individualista.
Les Âmes sœurs (Francia)
El renombrado cineasta André Téchine quien en gran parte de su filmografía ha abordado audaces temas, en su reciente trabajo nuevamente considera un drama desestabilizador a través de la especial relación que se establece entre dos hermanos.
Les Âmes sœurs
La historia ideada por Téchine y Cédric Anger comienza con una breve escena de guerra en Mali donde participa el soldado francés David (Benjamin Voisin). Luego de una severa explosión del vehículo en que se encuentra, de inmediato se lo ve repatriado a un hospital de París en estado de coma. Es allí donde acude su hermana Jeanne (Noémie Merlant), que vive en la zona de los Pirineos, para estar en los primeros días junto a él. Es asombroso apreciar la minuciosidad de la atención médica dedicada al paciente en las marcadas heridas sufridas en su cuerpo como asimismo para que pueda emerger de su coma. Pasado varios meses de hospitalización el paciente despierta pero sin poder acceder a la memoria con antelación a su accidente.
Con inmensa paciencia y devoción, una vez que David retorna al lugar donde habita su hermana, Jeanne trata de ir despertando en él los hechos que vivió en el pasado como asimismo actúa a modo de enfermera a fin de cicatrizar sus heridas durante su convalecencia.
A medida que el tiempo transcurre, David parcialmente retorna a su previa existencia así como se produce un sentimiento que excede lo meramente fraternal. Mientras que en principio él ignora que se trata de su hermana, ella es consciente de la situación y es allí donde se llega a descubrir que ambos mantuvieron en el pasado una situación incestuosa. En consecuencia, mientras que Jeanne trata de reprimir sus deseos, su hermano desea consumar nuevamente el prohibido amor.
El octogenario realizador logra infundir considerable tensión a la relación incestuosa, la cual es favorecida por la autenticidad en que Merlant y Voisin transmiten el sentimiento de amor de sus personajes. Entre otros actores del reparto participan en roles de apoyo André Marcon animando al propietario de la casa que Jeanne arrienda y Audrey Dana como la alcaldesa local.
Entre los factores técnicos de producción cabe destacar la lograda fotografía de Georges Lechaptois captando la belleza de las montañas y lagos de los Pirineos.
Siendo el incesto un tópico urticante es loable la forma en que Téchine lo encara en la medida que su narrativa permite generar legítima emoción sin desbordar en un gratuito sensacionalismo.
Il pleut dans la maison (Bélgica-Francia)
Con el antecedente de su muy buen documental Petit Samedi (2017), la cineasta belga Paloma Sermon-Daî debuta en el largometraje de ficción con este film enfocando la situación vivida por dos adolescentes.
Il pleut dans la maison
El guión de la directora ambienta la acción en un lugar turístico de la provincia de Wallonia donde en una casa bastante venida a menos habitan Purdey (Purdey Lombet) próxima a cumplir 18 años, su hermano menor, Makenzy (Makenzy Lambet) de 15 años y la madre Leyla (Louise Manteau). El cuadro familiar no es muy armonioso en la medida que Leyla es una mujer adicta al alcohol y con frecuencia se ausenta del hogar dejando a sus hijos a la deriva dado que no hay un padre que se responsabilice por ellos.
Lejos de la seguridad y protección maternal, los hermanos tratan de aprovechar sus vacaciones estivales de la mejor forma posible, en tanto que entre ellos existe un sólido lazo fraternal. Tratando de dejar de lado la vida poco excitante que atraviesan, Purdey que trabaja como empleada de limpieza para obtener un mísero ingreso, avizora la idea de alquilar un lugar donde alojarse para vivir con su hermano y apartarse de su madre; claro está que para Purley no resulta fácil decidir en tener que dejar sus estudios de lado y postergar su sueños de llegar a ser enfermera.
Con mucha sutileza, la realizadora aborda delicadamente ese período de transición de la adolescencia hacia la vida adulta y en tal sentido ha contado como protagonistas a dos hermanos de la vida real, por lo que obviamente no han tenido dificultad para caracterizar con total autenticidad sus respectivos personajes. En el breve reparto participan además Amine Habidou como el interés romántico de Purdey y Donovan Nizet como el amigo de correrías de Makenzy.
Ciertamente el tema abordado por Sermon-Daî no es novedoso pero lo que distingue a este film es el retrato realista que ella efectúa de dos seres que deben convivir en un medio precario y sin mucho aliciente de que la situación tienda a mejorar.