CROSSING. Suecia-Dinamarca-Francia-Turquía-Georgia, 2024. Un film escrito y dirigido por Levan Akin. 106 minutos
Consagrado en Cannes con And Then We Danced (2019), el director y guionista Levan Akin ofrece con Crossing un film aún superior caracterizado por su calidez y desbordante humanidad.
Teniendo en cuenta que Akin nacido en Suecia tiene ancestros de Georgia y siendo hijo de padres turcos, aquí efectúa un muy buen trabajo de ambientación de los sitios en que su historia transcurre.
Lucas Kankava y Mzia Arabuli
El relato comienza en Batumi, la ciudad portuaria de Georgia, donde habita el adolescente Achi (Lucas Kankava) con la familia de su hermanastro Zaza (Levan Bochorishvili). Cuando Zaza avista a Lia (Mzia Arabuli), una mujer de edad madura que había sido su profesora de historia, se entera que ella procura obtener información sobre su desaparecida sobrina transgénero Tekla (Tako Kurdovanidze); allí ella se entera que Achi la había tratado y le hace saber que la chica por ser discriminada en su pueblo huyó a Estambul. Consecuentemente Lia decide viajar a Turquía, aceptando con reluctancia que Achi la acompañe aduciendo que cree conocer el lugar donde Tekla reside.
Para la anciana mujer el ubicar a su sobrina es trascendental porque además de cumplir la voluntad de su hermana fallecida de reencontrar a la joven, es a la vez un acto de expiación de culpa por haber renegado de ella debido a su identidad genérica.
Paralelamente la historia ilustra las vicisitudes atravesadas por Everim (Deniz Dumanli) en Estambul. Ella es una mujer trans de 33 años que se graduó de abogada y que lidia con la nada amable burocracia a fin de obtener una nueva documentación donde conste su actual identidad genérica. Al propio tiempo como activista social e integrante de una ONG se ocupa de defender la causa de los transexuales; asimismo ella se preocupa de la situación de la infancia desvalida que abunda en los barrios más humildes de Estambul, interviniendo en la liberación de Izzet, (Bünyamin Deger), un niño de la calle detenido por la policía por realizar algunas pillerías. En lo que hace a su vida personal ella confraterniza con las integrantes de la pequeña comunidad trans llevando una existencia marginal, así como mantiene un fortuito romance con Omer (Ziya Sudancikmaz), un joven taxista sin licencia y aspirante a profesor de geografía.
Entretanto, transitando los sectores pobres de la capital turca, Lia y Achi prosiguen su intensa búsqueda en tanto que la relación entre los dos, mediante encuentros y desencuentros, comienza a adoptar un vínculo afectivo. Su visita a Estambul motiva que Lia se deje envolver por el ambiente efervescente de la ciudad disfrutando de la música folclórica de Turquía y Georgia, así como de la breve presencia de Ramaz (Levan Gabrichidze) un bonachón compatriota inmigrante que la invita a cenar. Con todo, la más resaltante experiencia acontece con Lia cuando junto con Achi conocen a Evrim; ese encuentro motivará a que ella deje de lado su prejuicio en materia de identidad genérica y observe la realidad del mundo que la rodea con una actitud contemporizadora.
Notable es el tratamiento que Akin ofrece de las diferentes facetas que asumen los caminos cruzados al que alude el título del film. Además de la travesía marítima desde Georgia a Turquía, se encuentra el cruce generacional como así también los distintos otros que tienen lugar entre los diversos personajes de esta historia. A su vez es admirable la pintura que ofrece mediante la sublime fotografía de Lisabi Fridell captando la vida de las capas más bajas del estrato social de Turquía, incluyendo a integrantes de la comunidad transexual como asimismo la de los inmigrantes tratando de sobrevivir en la capital. Asimismo, el cineasta ofrece una mirada positiva a lo que ilustra; así cuando Lia pierde la esperanza de encontrar a Tekla manifestando que “Estambul es un sitio al que la gente viene a desaparecer”, el poético y melancólico desenlace de la historia parece contradecirlo en la medida que Lia emerge reconfortada al haber logrado una auténtica conexión humana.
Con una fluida dirección e impecable escenificación y las.remarcables actuaciones de Arabuli, Kankava y Dumanli, el realizador ha logrado un impactante drama emocional que a nadie dejará indiferente. Jorge Gutman
MAKINGOF. Francia, 2023. Un film de Cédric Kahn. 119 minutos
Después de haber ofrecido el excelente drama judicial en Le Procès Goldman (2023), el remarcable cineasta Cédric Kahn retorna con Making Of, una alocada comedia de humor negro acerca de lo que acontece durante la filmación de una película.
Denis Podalydès
El guión del realizador compartido con Fanny Bordino y Samuel Doux presenta a Simon (Denis Podalydès) un reconocido realizador que está dirigiendo una película de carácter social enfocando a los obreros de una fábrica que estando en huelga la mantienen ocupada porque la misma está a punto de cerrar. El clima creado entre los trabajadores asume un carácter caótico y no se diferencia mucho con respecto a la situación real que viven los integrantes del elenco.
La filmación alcanza un momento tenso cuando los financistas del film acompañados de un colaborador productor (Xavier Beauvois) deciden retirar su apoyo porque deseando cambiar el trágico desenlace del film, Simon se opone terminantemente a efectuar cambios con un complaciente final.
Paralelamente el atribulado director debe soportar a Alain (Jonathan Cohen), el insoportable y arrogante actor que protagoniza al film como el líder del sindicato, quien no tolera compartir el cartel con Nadia (Soubeila Yacoub), una talentosa nueva actriz; asimismo Simon debe enfrentar los problemas personales con su esposa Alice (Valérie Donzelli).
A todo ello, llega al set de filmación Joseph (Stefan Crepon) un aspirante a cineasta que vive en la región a quien Simon le da la oportunidad de que filme el “making of”, o sea todo lo que acontece detrás de la cámara.
Dada la situación en que se encuentra el rodaje urge encontrar nuevas fuentes de financiamiento; en tanto Vivian (Emmanuelle Bercot), la directora de producción, debe hacer milagros para que el rodaje prosiga recortando escenas y manteniendo atrasados los salarios del equipo de filmación.
No es la primera vez que la cinematografía considera el caso de un film dentro de otro, donde el más recordado ejemplo lo suministró el inolvidable François Truffaut en La nuit américaine (1973) sobre un tema similar. De todos modos, eso no desestima el interés de la premisa de Making of, en la medida que lo que acontece en la historia del film que se rueda es un reflejo de lo que ocurre verdaderamente con los integrantes del elenco. Si bien en varias secuencias resulta difícil distinguir la ficción de la realidad, Khan recurre a encuadres diferentes para atenuar el inconveniente.
Más allá de algunas escenas secundarias innecesarias, como es el caso del romance que surge entre Nadia y Joseph, esta comedia resulta considerablemente entretenida a la vez que ilustra el lado oculto del mundo del cine resaltando el gran esfuerzo que involucra el proceso creativo de un film. Jorge Gutman
1995. Canadá, 2024. Un film escrito y dirigido por Ricardo Trogi. 120 minutos
Así como en 1981 (2009) Ricardo Trogi relataba su experiencia de educación primaria, pasando a 1987 (2014) con sus pillerías de adolescente y en 1991 (2018) su pasaje al mundo adulto, es ahora con 1995 donde reseña su inicio de cineasta.
Jean-Carl Boucher
La acción comienza en 1994 cuando Ricardo (Jean-Carl Boucher) con sus 24 años de edad cree que su aspiración como director de cine no se verá concretada y es así que debe conformarse con ser un vendedor itinerante de libros a fin de solventar sus gastos personales. Sin embargo al haber presentado su candidatura para el programa La course destination monde, una popular emisión de televisión difundida a través de Radio Canada, su sorpresa es mayor cuando se entera que es uno de los 8 candidatos elegidos para intervenir en la edición 1994 – 1995; la participación consiste en la realización de 20 cortometrajes de 4 minutos de duración en diferentes lugares del mundo. Dentro de su núcleo familiar de origen italiano la alegría es enorme por parte de su eufórica madre Claudette (Sandrine Bissons) en tanto que su austero padre Benito (Claudio Colangelo) no está convencido de que el séptimo arte sea el camino más apropiado que Ricardo deba emprender.
Como novel realizador, el joven Ricardo inicia su periplo en Ámsterdam para proseguir en Turquía; en el viaje aéreo de Estambul a El Cairo conoce a Yunnis (Shadi Janho), un simpático egipcio que al conocer la intención de filmar un corto, le propone que se base en la relación romántica con su enamorada a quien trata de reconquistar. Sin embargo la intención de Ricardo es abordar la escisión de la mujer, tema evidentemente tabú para las autoridades oficiales del país. Más allá de imaginar cómo encarar ese tópico, Ricardo enfrenta el problema de tener su cámara malograda a causa de un involuntario accidente producido por Yunnis. Gran parte del metraje es dedicada a importar una nueva cámara y los múltiples trámites burocráticos para lograrlo; eso origina uno de los momentos más sonrientes del relato.
Sin adicionar información sobre lo que prosigue, basta anticipar que la historia está animada de buen humor a través de la semi ironía desprendida de la narración en off del realizador y resaltada por la magnífica actuación de Boucher quien por cuarta vez asume el rol del alter ego de Trogi.
Aunque agradable la película adolece de cierta lentitud y dinamismo en su primera mitad. Con todo, el resultado es ciertamente positivo en la medida que en su segunda parte llega a cobrar relieve al abordar sobriamente el sensible problema social de mutilación genital femenina. A ello se agrega una escena muy emotiva cuando después de la tarea emprendida por Ricardo, su padre llega a reconocer y apoyar su vuelco profesional e incursión en el mundo del espectáculo.
Aspecto complementario al relato es la inclusión de la agradable banda sonora de Frédéric Bégin incluyendo extractos musicales de Daniel Belanger, así como la Marcha Triunfal de la ópera Aida y Va, Pensiero de la ópera Nabuco, ambas de Giuseppe Verdi.
En síntesis 1995 configura una comedia autobiográfica lo suficientemente atrayente para quienes han disfrutado la trilogía precedente de Trogi. Queda ahora abierta la pregunta de si habrá un quinto segmento abordando su vida en los años posteriores al del presente relato. Jorge Gutman
He aquí un comentario de cuatro filmes que han sido juzgados en Fantasia, el festival de cine fantástico que cullmina el 4 de agosto.
Los Impactados (Argentina-Chile)
La manera en que la detonación de un fenómeno de la naturaleza puede afectar física y psicológicamente a una persona es lo que considera la talentosa directora argentina Lucía Puenzo en este original drama.
LOSIMPACTADOS
La historia concebida por la cineasta y Lorena Ventimiglia dista de ser sencilla así como su tema pocas veces ha sido considerado por el cine. En la misma Ada (Mariana Di Girólamo) es una veterinaria quien en una fuerte tormenta ha sido alcanzada por un rayo en medio de un campo cuando asistía al parto de una vaca; eso provocó que estuviese en coma durante varias semanas en un centro hospitalario. En el momento de su recuperación, se encuentra rodeada por su noble marido Jano (Guillermo Pfening) y su psicólogo padre (Osmar Núñez) quienes celebran que haya vuelto a la normalidad sin trastornos físicos, aunque su cuerpo revela marcas dejadas por la descarga eléctrica.
Cuando es dada de alta y retorna al hogar la situación de Ada se enturbia en la medida que el impacto del incidente le ha dejado completamente alterada padeciendo de insomnio, ansiedad, desvelos, confusión y una extrema sensibilidad al efecto del sonido. En la medida que ella duda de la medicación psiquiátrica que le es suministrada, decide participar en un grupo de autoayuda donde sus integrantes también son sobrevivientes que han sido impactados por los rayos; el grupo es dirigido por el médico Juan (Germán Palacios) que igualmente fue objeto de un accidente similar durante su infancia. A medida que las sesiones transcurren Ada experimenta una extraña metamorfosis en donde su cuerpo se siente más aliviado: asimismo, la conexión que mantiene con el experimental facultativo la induce a alejarse gradualmente de su núcleo familiar.
Obviando considerar si su contenido temático se basa o no en un caso real, lo cierto es que el planteo del relato resulta intrigante dejando abierta la discusión si acaso la terapia eléctrica constituye una alternativa mejor a la de los medicamentos suministrados por la farmacología tradicional. Al propio tiempo resulta interesante cómo Puenzo ilustra la adicción de Ada y los integrantes hacia la provocación de descargas eléctricas.
Aunque en su tramo final la narración se desmejora al apartarse del enfoque central y adoptar en su lugar un tono melodramático poco convincente, la película reúne elementos que la favorecen. Entre los mismos se destacan la pulcra dirección de Puenzo así como, el inobjetable elenco, sobre todo por la remarcable composición que logra Di Girólamo en el rol protagónico transmitiendo los conflictos que experimenta su cuerpo. Mención especial merecen los efectos visuales resaltando en numerosas escenas el destello de luz de los relámpagos y la presencia de los rayos que constituyen en la trama un factor esencial.
En esencia, sin ser un film perfecto, lo cierto es que la realizadora aceptó el desafío de abordar un tema audaz; habiendo emergido airosa del mismo Puenzo ratifica una vez más su artística idoneidad.
Wake Up (Canadá)
Utilizando como excusa un mensaje social, los directores François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell han logrado un ingenioso film utilizando como fuente el buen guión de Alberto Marini.
WAKEUP
La historia introduce a Ethan (Benny O. Arthur), Yasmin (Jacqueline Moré), Grace (Alessia Yoko Fontana), Tyler (Kyle Scudder), Emily (Charlotte Stoiber) y Karim (Tom Gould), quienes son jóvenes activistas preocupados por la ecología. A fin de concientizar a la población por la deforestación de los bosques que se está realizando, quieren denunciar a aquellas grandes corporaciones que los destruyen a fin de utilizarlos para sus negocios; es así que deciden atacar a una gran compañía de muebles que utiliza la madera para la elaboración de sus productos.
Después de haberse introducido en el local aparentando ser comunes clientes, cada uno de los seis activistas auscultan diferentes rincones del mismo. Poco antes de finalizar la jornada diaria, ellos se ocultan y cuando ya está cerrada la inmensa tienda, provistos de máscaras comienzan a efectuar diversos actos de vandalismo que además los difunden en las redes sociales a fin de resaltar la forma en que la compañía atenta al medio ambiente.
A todo ello, los hermanos Kevin (Turlough Convery) y Jack (Aidan O’Hare), se desempeñan como guardias de seguridad, encargados de centrar su atención para que el orden se mantenga permanentemente. Al escuchar ciertos ruidos, eso los mantienen alertados y tratando de averiguar lo que acontece. Al quedar Jack accidentado y fuera del escenario, es el fornido y musculoso Kevin quien se ocupa del asunto y a partir de ese momento la situación se torna altamente peligrosa para el grupo. Con su experiencia de hábil cazador y dotado de un instinto criminal, Kevin trata de capturar y eliminar a los invasores del inmueble mediante el juego del gato y el ratón.
Sin entrar en detalles adicionales sobre la progresión del relato, se puede anticipar que el mismo adquiere un clima de exorbitante enfurecimiento nutrido de considerable violencia.
Con un buen elenco de jóvenes artistas, en el reparto se impone la presencia de Turlough Convery quien brinda una muy buena caracterización del implacable y descontrolado oficial de seguridad.
Los tres cineastas que dieron muestra de satisfacer a una nutrida audiencia con Turbo Kid (2015) y Summer of 84 (2018), confirman aquí su competencia en la elaboración de un film que oscilando entre el drama, la comedia, acción y suspenso, resulta considerablemente entretenido.
Confession (Japón)
El experimentado realizador japonés Nobuhiro Yamashita ofrece un drama psicológico de sostenido suspenso mediante un elogiable estilo narrativo.
CONFESSION
Basado en el guión de Shuji Yuki y Ryo Takada la historia enfoca a Asai (Toma Ikuta) y Ji-yong (Yang lk-june), dos amigos de larga data que pertenecientes a un club montañés, anualmente durante la temporada invernal realizan un senderismo a la montaña. En esta ocasión ambos recuerdan a Sayuri (Nao Honda), la novia de Asai, que hace 16 años desapareció. Cuando en la expedición realizada irrumpe una fuerte tormenta de nieve y Ji-yong queda seriamente herido en una pierna, creyendo que está por morir, le confiesa a su amigo que por un rapto de celos asesinó a Sayuri. No obstante esa sórdida revelación, Asai realiza un gran esfuerzo por salvar a su compañero y es así que logra transportarlo hasta una cabina cercana para protegerse de la tempestad y aguardar allí el momento en que las autoridades de rescate lleguen a socorrerlos.
Una vez en la cabina, lentamente Asai comienza a sospechar que al haber sobrevivido Ji-yong está arrepentido de la confesión realizada y que pueda llegar a matarlo con el cuchillo que porta consigo. Esa duda se confirma al poco tiempo donde la tensión que se va generando entre ambos estalla estrepitosamente quebrándose obviamente la amistad que los unió.
De allí en más el relato prácticamente se convierte en un brutal descenso a los infiernos mediante el duelo generado entre Asai y Ji-yong, despertando la intriga en saber quién de los dos contrincantes quedará a salvo. No obstante que el film se desarrolla totalmente en un reducido espacio, esa limitación no produce claustrofobia en la medida que su elaborada construcción permite concentrar la completa atención de la audiencia.
Si bien esta historia introduce algunos giros imprevistos que no resultan completamente convincentes, esta objeción es ampliamente compensada por la fluida dirección de Yamashita y por la sólida interpretación de los dos únicos actores del elenco que ameritan su visión.
Not Friends (Tailandia)
Muy apropiada ha sido la incorporación de esta comedia de adolescentes en Fantasia, que como antecedente positivo fue la elegida por Tailandia para optar a la mejor película internacional en los Oscar de este año, aunque no llegó a ser nominada. Lo importante es que Not Friends constituye un meritorio debut del realizador Atta Hemwadee y bien merece su difusión comercial en Canadá.
NOTFRIENDS
La historia comienza con el ingreso a un nuevo colegio de enseñanza media del joven estudiante Pae (Anthony Buisseret), poco antes de su graduación; allí se vincula con su compañero de aula y de asiento Joe (Pisitpol Ekaphongpisit), un alumno que es uno de los más queridos del colegio.
La gran pena cunde en la escuela cuando inesperadamente Joe muere a causa de un accidente de tránsito. Pero la vida sigue su curso en la medida que los estudiantes se preparan para ingresar a la universidad.
Para no tener que trabajar en el negocio de su padre y poder seguir una carrera universitaria, Pae decide participar en el rodaje de un corto metraje, en una competencia auspiciada por el departamento de artes de la escuela, con la esperanza de poder ser premiado para facilitar su ingreso a la universidad. El contenido del corto está basado en una historia que había escrito Joe.
Logrando la colaboración de la joven Boken (Thitiya Jirapornsilp), que había sido amiga de Joe y de otros compañeros de estudio, el proyecto comienza a tomar vuelo, contando con el beneplácito de los padres del difunto estudiante al ver que su libreto sería revivido en un film a la vez que constituiría un tributo a su memoria.
Esta atractiva primera parte del relato se entronca con su segunda mitad cuando retorna a la escuela Ohm (Ingkarat Damrongsakkul), un alumno que estuvo ausente a causa de una enfermedad. La relación con Pae es muy cordial y es así que Ohm lo invita a la fiesta de su cumpleaños; es en esa reunión donde se abre la caja de Pandora revelando un aspecto inesperado que genera un serio conflicto moral, poniendo a prueba el sentimiento de amistad que en última instancia es el, elemento esencial de Not Friends.
El film del novel realizador impresiona narrando remarcablemente las vivencias de un grupo de adolescentes en el proceso de madurez hacia la etapa adulta en procura de su propia identidad; a ello se agrega la magnífica caracterización de Anthony Buisseret y Thitiya Jirapornsilp en los roles protagónicos destilando autenticidad y encanto al igual que el resto del elenco. En suma, he aquí una comedia ágil, entretenida, conmovedora y sin duda recomendable.
TOUCH. Islandia-Gran Bretaña, 2024. Un film de Baltasar Kormákur. 121 minutos.
Como alternativa a los filmes livianos y sin mayor sustento que abundan durante el verano, resulta bienvenido Touch del director islandés Baltasar Kormákur por su apreciable nivel de calidad. .
Lo que aquí se contempla a través del guión del realizador y Ólafur Jóhann Ólafsson es un drama romántico tratado con gran sensibilidad. La historia que transcurre durante el inicio de la pandemia se centra en Kristofer (Egill Ólafsson) , un septuagenario viudo que vive en Reikiavik cuyo estado de salud mental comienza a deteriorarse, según el diagnóstico de su médico. Es así que este hombre desea saldar una deuda pendiente consigo mismo antes de que sea demasiado tarde.
Kōki Kimura y Pálmi Kormakur
Consecuentemente y no obedeciendo los consejos de su hija, a quien se la escucha telefónicamente, decide emprender un viaje a Londres a pesar de la amenaza del Covid que comienza a hacer estruendos en el mundo. Al llegar a destino y ubicarse en un hotel solitario su mente comienza a recordar su vivencia acaecida 50 años atrás cuando en 1969 el joven Kristofer (Pálmi Kormakur) estudiaba economía en una prestigiosa universidad londinense; sin embargo debido a sus convicciones marxistas, abandona sus estudios y decide encontrar empleo en el primer lugar que encuentre. Es así que es conchabado como lavaplatos en un restaurante japonés a cargo de su dueño Takahashi-san (Msahiro Motoki). Inmerso en la cultura de Japón, prontamente conoce a Miko (Kōki Kimura), la joven hija de su patrón, con quien inicia un profundo vínculo sentimental; en las confidencias íntimas entabladas entre ellos, Kristofer se impone de que la madre de Miko estaba embarazada de ella cuando se produjo el bombardeo de Hiroshima; por esa razón su familia se trasladó a Tokio y posteriormente después de la muerte de su madre, ella y su padre inmigraron a Londres. Lamentablemente el romance se interrumpe cuando un buen día al llegar a su trabajo, Kristofer descubre que el restaurante está cerrado e ignorando el paradero de su amada.
Cuando volviendo a la época presente, el anciano Kristofer desplazándose por las calles solitarias de Londres trata de ubicar a Miko, por una pista que encuentra se entera que vive en Japón y es así que desoyendo a su hija que le implora que retorne a Islandia, desde Londres él decide emprender vuelo al país nipón. Cuando finalmente Kristofer reencuentra en Hiroshima a su entrañable enamorada (Yoko Narahashi), se entera de reveladores detalles que motivaron la dramática separación y las consecuencias de la misma.
En esta esmerada producción islandesa el cineasta logra una narración de bajo perfil evitando que su historia desborde en un lacrimógeno melodrama, lo que no impide que legítimamente conmueva. Las interpretaciones son estupendas en donde existe una íntima química entre los actores que dan vida a los juveniles amantes; asimismo es Olafsson quien caracterizando al anciano Kristofer permite generar una completa empatía con un hombre que ya poco le importa la disminución de su capacidad mental al haberse reunido con el gran amor de su vida. Jorge Gutman