El Impac­to de una Violación

I USED TO BE FUNNY. Cana­dá, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Ally Pan­kiw. 105 minutos

La reper­cu­sión de un trau­ma emo­cio­nal de una joven mujer es con­si­de­ra­da por Ally Pan­kiw en su pri­mer largometraje.

Rachel Sen­nott

La his­to­ria que está ambien­ta­da en Toron­to intro­du­ce a Sam (Rachel Sen­nott), una joven afec­ta­da de un tras­torno de estrés trau­má­ti­co y pos­tra­da en la cama; afor­tu­na­da­men­te Sam com­par­te su alo­ja­mien­to con .Pai­ge (Sabri­na Jalees) y Phi­lip (Caleb Hea­ron) dos bue­nos ami­gos, preo­cu­pa­dos por su esta­do aní­mi­co. La noti­cia de la des­apa­ri­ción de Broo­ke (Olga Pet­sa), una ado­les­cen­te a quien Sam cui­dó en el pasa­do, moti­va que ella reac­cio­ne y tra­te de localizarla..

A par­tir de ese momen­to, el rela­to retro­ce­de dos años. A fin de cola­bo­rar con sus ami­gos en el pago de arrien­do de la vivien­da, Sam es con­tra­ta­da como niñe­ra en el hogar de Came­ron (Jason Jones); él es un poli­cía cuya mujer está por morir en un hos­pi­tal y su hija Broo­ke de 12 años requie­re ser aten­di­da duran­te el día.

En prin­ci­pio el víncu­lo entre Sam y Broo­ke se asi­mi­la al de dos her­ma­nas que bien se quie­ren en don­de la mayor pro­te­ge a la menor. La ocu­pa­ción de Sam no afec­ta su labor noc­tur­na como come­dian­te en un club local don­de con sus impro­vi­sa­dos monó­lo­gos humo­rís­ti­cos apro­ve­cha para lan­zar sus dar­dos a la impe­ran­te socie­dad patriar­cal. La situa­ción de la joven se tras­to­ca cuan­do es víc­ti­ma de una vio­len­cia sexual que la deja tre­men­da­men­te heri­da emo­cio­nal­men­te; eso moti­va a que aban­do­ne a Broo­ke quien lle­ga­rá a resen­tir­la, deje a un lado su tra­ba­jo noc­turno, ade­más de malo­grar la rela­ción sen­ti­men­tal man­te­ni­da con Noah (Ennis Esmer), un bon­da­do­so individuo.

El guión de la rea­li­za­do­ra está estruc­tu­ra­do por par­tes frag­men­ta­das y a ello se aña­de la demar­ca­ción del tiem­po entre pre­sen­te y pasa­do que no siem­pre es cro­no­ló­gi­co lo que cau­sa cier­ta con­fu­sión para seguir el hilo de los acon­te­ci­mien­tos, aun­que al final el rom­pe­ca­be­zas que­da arma­do. Con una acer­ta­da des­crip­ción de per­so­na­jes y la muy bue­na actua­ción del elen­co lide­ra­do por Sen­nott que­da con­fi­gu­ra­do un emo­ti­vo dra­ma ilus­tran­do cómo un atro­pe­llo sexual pue­de pro­vo­car una trau­má­ti­ca lesión afec­tan­do gra­ve­men­te la vida de una per­so­na. Jor­ge Gutman

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Ama­ble Come­dia Familiar

AU FIL DES SAI­SONS. Fran­cia-Bél­gi­ca-Gran Bre­ta­ña, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Han­na Ladouf y Mar­co La Via. 91 minutos

Una come­dia sen­ti­men­tal es lo que pro­po­nen los cineas­tas Han­na Ladouf y Mar­co La Via en Au Fil des Sai­sons que a prio­ri con­ci­ta aten­ción dado que la vete­ra­na y remar­ca­ble actriz Cathe­ri­ne Deneu­ve es una de sus pro­ta­go­nis­tas y su pro­duc­tor eje­cu­ti­vo es el emi­nen­te direc­tor ame­ri­cano Mar­tin Scor­ce­se.

Cathe­ri­ne Deneuve

La his­to­ria con­ce­bi­da por Ladouf y La Via con­si­de­ra el tema de las dife­ren­cias gene­ra­cio­na­les entre los miem­bros de una mis­ma fami­lia y las ten­sio­nes que sue­len pro­du­cir­se por varia­das circunstancias.

La acción trans­cu­rre en Esta­dos Uni­dos a tra­vés de las cua­tro esta­cio­nes del año, comen­zan­do por el verano. En ese perío­do esti­val Char­lie (Mor­gan Sai­lor), una uni­ver­si­ta­ria de 20 años, deja sus estu­dios tem­po­ral­men­te como así a su novio Henry (Joseph Oli­ven­nes) para acom­pa­ñar a su madre Lau­ra (Andrea Rise­bo­rough) en la gran­ja que posee en Vir­gi­nia, dedi­ca­da a la crian­za de galli­nas pro­duc­to­ras de hue­vos orgá­ni­cos. Char­lie no se mues­tra muy entu­sias­ma­da con dicha esta­día aun­que está con su madre para ayu­dar­le en sus tareas y espe­cial­me­ne por­que está enfer­ma.. Cier­ta­men­te la joven se sor­pren­de por la aten­ción des­me­di­da de Lau­ra hacia sus aves como si fue­ran sus pro­pios hijos, al pun­to de per­mi­tir que algu­nas de ellas pene­tren en la casa.

Al comien­zo del oto­ño, pro­ve­nien­te de Fran­cia y sin pre­vio avi­so lle­ga Solan­ge (Deneu­ve) la madre de Lau­ra; ella es una acti­va mujer femi­nis­ta quien por lar­go tiem­po no man­tu­vo con­tac­to con su hija a quien la aban­do­nó cuan­do era peque­ña par­tien­do a Fran­cia; ésa es la razón por la que Lau­ra le guar­da un gran resen­ti­mien­to; sin embar­go Char­lie, que has­ta ese momen­to igno­ra­ba la exis­ten­cia de su abue­la mater­na, comien­za a esta­ble­cer con ella un víncu­lo afec­ti­vo que va cre­cien­do con el correr de los días.

La come­dia adquie­re un tono más serio cuan­do se pro­du­ce una epi­de­mia de gri­pe aviar y lle­ga la noti­fi­ca­ción de que por razo­nes sani­ta­rias las galli­nas deben ser eli­mi­na­das. Tenien­do en cuen­ta el dete­rio­ro de la salud de Lau­ra, la abue­la y su nie­ta le ocul­tan la noti­cia guar­dan­do a las galli­nas en un gal­pón, fue­ra de la vis­ta de extraños.

Sin entrar a mayo­res deta­lles, resul­ta pre­vi­si­ble que a medi­da que el tiem­po trans­cu­rre, pasan­do por el invierno para lle­gar a la pri­ma­ve­ra, las heri­das emo­cio­na­les de anta­ño entre Lau­ra y Solan­ge habrán de cica­tri­zar­se en la medi­da que las tres muje­res cono­cién­do­se mejor que­dan conec­ta­das por el cari­ño que han sabi­do generar.

Sin dife­ren­ciar­se de otras pelí­cu­las del géne­ro, el film no está exen­to de cier­tas inve­ro­si­mi­li­tu­des que pre­sen­ta el guión como es el caso del affai­re sen­ti­men­tal entre la abue­la y el she­riff local (Ken Samuels) a fin de pre­ser­var las galli­nas. En todo caso, los ele­men­tos posi­ti­vos del film resi­den en la logra­da com­pli­ci­dad del trío pro­ta­gó­ni­co; ade­más de las satis­fac­to­rias inter­pre­ta­cio­nes de Say­lor y Rise­bo­rough, el film tras­cien­de por la cali­dez que des­te­lla Deneu­ve carac­te­ri­zan­do a la mujer libre de espí­ri­tu que a pesar de su edad nada la deten­drá para seguir dis­fru­tan­do de su vida ampa­ra­da por el amor hacia su hija y su nieta.

Glo­bal­men­te con­si­de­ra­do, sin que real­men­te exis­ta una intri­ga capaz de sus­ci­tar gran exci­ta­ción y dejan­do de lado algu­nos cli­sés, esta pelí­cu­la se deja ver como un ama­ble rela­to cos­tum­bris­ta, capaz de dejar una son­ri­sa en la audien­cia al fina­li­zar su pro­yec­ción. Jor­ge Gutman

El Secues­tro del Papa

RAPI­TO / KID­NAP­PED. Ita­lia-Fran­cia-Ale­ma­nia, 2023. Un film de Mar­co Belloc­chio. 125 minutos

Con una remar­ca­ble fil­mo­gra­fía que inclu­ye entre otros logros Vin­ce­re (2009), Il Tra­di­to­re (2019) y la serie epi­só­di­ca Esterno Not­te (2022), el octo­ge­na­rio rea­li­za­dor ita­liano Mar­co Belloc­chio con nota­ble vita­li­dad vuel­ve a impac­tar con Rapi­to.

Una esce­na de RAPITO

La pelí­cu­la guio­ni­za­da por el cineas­ta con Susan­na Nic­chia­re­lli está basa­da en el libro “Il caso Mor­ta­ra” de la perio­dis­ta ita­lia­na Danie­le Sca­li­se, cuyo eje cen­tral resi­de en el rap­to de un niño.

La acción comien­za Bolo­nia en 1858. En esa ciu­dad resi­de una fami­lia judía de cla­se media y tra­di­cio­nal­men­te obser­van­te inte­gra­da por Momo­lo Mor­ta­ra (Faus­to Rus­so Ale­si), su espo­sa Marian­na (Bar­ba­ra Ron­chi) y sus ocho hijos, Gran­de es la sor­pre­sa del matri­mo­nio cuan­do en agos­to de ese año ines­pe­ra­da­men­te lle­gan a la puer­ta de su hogar emi­sa­rios del Papa Pio IX (Pao­lo Pie­ro­bon) acom­pa­ña­dos de poli­cías, tenien­do la orden de lle­var­se a Edgar­do Mor­ta­ra (Enea Sala) de seis años de edad. Los cons­ter­na­dos padres no com­pren­den a qué se debe seme­jan­te pro­ce­di­mien­to; pos­te­rior­men­te se acla­ra que cuan­do era un bebé Edgar­do fue bau­ti­za­do por la cris­tia­na nodri­za (Auro­ra Camat­ti) que tra­ba­ja­ba en la casa, sin que sus padres se impu­sie­ran del hecho; en con­se­cuen­cia, para la Igle­sia de Bolo­nia, el niño es cató­li­co y como tal debe ser reti­ra­do del hogar judío para reci­bir una for­ma­ción cristiana.

Ante la deses­pe­ra­ción de sus padres, el chi­co es de hecho secues­tra­do de su hogar y lle­va­do a vivir a Roma en un semi­na­rio don­de con otros niños de igual con­di­ción comien­za gra­dual­men­te el pro­ce­so de con­ver­sión a la fe cris­tia­na. A todo ello, aten­dien­do a la angus­tia de su mujer, Momo­lo tra­ta de bus­car una solu­ción razo­na­ble con las auto­ri­da­des de la Igle­sia, como así tam­bién cuen­ta con la cola­bo­ra­ción de la comu­ni­dad judía local y de Roma y de algu­nos ecle­siás­ti­cos crí­ti­cos del vigen­te Esta­do Pon­ti­fi­cio. Aun­que ese movi­mien­to social adquie­re el carác­ter de un gran escán­da­lo, eso no modi­fi­ca la deci­sión del Sumo Pon­tí­fi­ce; es así que cuan­do se le soli­ci­ta la devo­lu­ción del niño él res­pon­de con un con­tun­den­te “Non pos­su­mus” (no pode­mos), como ges­to de su omni­po­ten­te auto­ri­dad. Cla­ro está que Edgar­do podría haber sido retor­na­do a su hogar siem­pre y cuan­do sus padres deja­ran de pro­fe­sar el judaís­mo y acep­ta­ran su con­ver­sión al cristianismo.

El film mag­ní­fi­ca­men­te ilus­tra el gra­dual ale­ja­mien­to de Edgar­do de sus padres cuan­do lo vie­nen a visi­tar, con el con­si­guien­te gol­pe emo­cio­nal que ese hecho les pro­du­ce. Cuan­do la acción se tras­la­da a 1870 el adul­to Edgar­do (Leo­nar­do Mal­te­se) es un sacer­do­te com­ple­ta­men­te con­sus­tan­cia­do con el cato­li­cis­mo y apar­ta­do de su núcleo familiar.

Con gran maes­tría Belloc­chio narra este dra­má­ti­co suce­so don­de que­da implí­ci­ta la mar­ca­da crí­ti­ca al abu­so del poder ejer­ci­do por la Igle­sia como asi­mis­mo expo­ne el infa­me anti­se­mi­tis­mo sus­ten­ta­do por algu­nos de sus miem­bros. Resal­tan­do la gra­ve injus­ti­cia del secues­tro come­ti­do por el Papa, este dra­ma está nutri­do de con­si­de­ra­ble ten­sión a la vez que per­mi­te atra­par la aten­ción de la audien­cia mer­ced a la nota­ble auten­ti­ci­dad logra­da por el emble­má­ti­co realizador.

Ade­más del impe­ca­ble elen­co don­de se des­ta­ca la excep­cio­nal inter­pre­ta­ción del joven Enea Sala. Asi­mis­mo espe­cial dis­tin­ción mere­ce el dise­ño de pro­duc­ción de Andrea Cas­to­ri­na repro­du­cien­do con fide­li­dad la épo­ca y los esce­na­rios en que trans­cu­rre la acción.

En los cré­di­tos fina­les se lee que “has­ta 1906 Pio María Edgar­do Mor­ta­ra lle­vó una vida misio­ne­ra de pre­di­ca­ción. Ese mis­mo año se reti­ró a la aba­día de Bouhay, cer­ca de Lie­ja, en Bél­gi­ca, don­de falle­ció el 11 de mar­zo de 1940 con casi 90 años”.

Para con­cluir, es de espe­rar que no obs­tan­te su edad, el exi­mio cineas­ta pue­da pro­se­guir ofre­cien­do nue­vas obras de arte como Rapi­toJor­ge Gutman

La Gran Escapada

THE GREAT ESCA­PER. Gran Bre­ta­ña-Fran­cia, 2023. Un film de Oli­ver Par­ker. 96 minutos

Ins­pi­ra­do en la his­to­ria verí­di­ca de Ber­nard Jor­dan, un ofi­cial de la mari­na real que duran­te la Segun­da Gue­rra Mun­dial par­ti­ci­pó en el memo­ra­ble des­em­bar­co en Nor­man­día del 6 de junio de 1944, este es uno de los aspec­tos que el cineas­ta Oli­ver Par­ker enfo­ca en The Great Esca­per.

Glen­da Jack­son y Michael Caine

Más allá de sus intrín­se­cos méri­tos, el film cons­ti­tu­ye la des­pe­di­da de dos mons­truos sagra­dos del cine como lo han sido Glen­da Jack­son ‑falle­ci­da a los 87 años en junio de 2023, poco tiem­po des­pués de haber con­clui­do su tra­ba­jo- y Michael Cai­ne quien a los 91 años de edad ha anun­cia­do que con esta pelí­cu­la con­clu­ye su carre­ra de actor.

El arti­cu­la­do guión de William Ivory ambien­ta la acción en Junio de 2014 don­de en un asi­lo de ancia­nos ubi­ca­do en Hove, en la cos­ta sur de Ingla­te­rra, apa­ci­ble­men­te habi­tan Ber­nard (Cai­ne) –apo­da­do Ber­nie- y su espo­sa Rene (Jack­son). Ber­nie ansía par­ti­ci­par en la cele­bra­ción que ten­drá lugar en Nor­man­día el 6 de junio con­me­mo­ran­do el sep­tua­gé­si­mo ani­ver­sa­rio del Dia D. Aun­que no ha sido invi­ta­do for­mal­men­te por no haber lle­na­do a tiem­po los for­mu­la­rios reque­ri­dos, este vie­jo sol­da­do esti­mu­la­do por su ado­ra­ble mujer deja la resi­den­cia con su anda­dor a cues­tas para diri­gir­se a Fran­cia, ocul­tan­do su esca­pa­da al per­so­nal res­pon­sa­ble del cui­da­do de sus pen­sio­na­dos. Des­pués de haber lle­ga­do en tren a Dóver, en el ferry que lo con­du­ce a Fran­cia cono­ce a Arthur (John Stan­ding), un vete­rano adic­to a la bebi­da que ha sido invi­ta­do para el even­to; cuan­do éste se ente­ra que Ber­nie via­ja por su cuen­ta, ade­más de ofre­cer­le com­par­tir la habi­ta­ción del hotel le sumi­nis­tra una entra­da que le per­mi­ti­rá estar pre­sen­te en los actos conmemorativos.

El rela­to va alter­nan­do la viven­cia que inde­pen­dien­te­men­te atra­vie­san Ber­nard y Rene duran­te las 48 horas en que trans­cu­rri­rá la sepa­ra­ción. Por un lado Rene gra­ve­men­te enfer­ma, habien­do ocul­ta­do a su mari­do que la muer­te ya se le ave­ci­na, es aten­di­da por una solí­ci­ta cui­da­do­ra (Danie­lle Vita­lis). Cuan­do los res­pon­sa­bles del asi­lo des­cu­bren la ausen­cia de Ber­nie, inme­dia­ta­men­te toman los recau­dos per­ti­nen­tes para tra­tar de ubi­car­lo, aun­que Rene cui­da muy bien de no divul­gar su para­de­ro. Por su par­te Ber­nie, una vez lle­ga­do a des­tino, ade­más de entrar en con­tac­to con otros vete­ra­nos sobre­vi­vien­tes recuer­da los terri­bles momen­tos de la gue­rra, no pudien­do eli­mi­nar de su memo­ria el trau­ma cau­sa­do por la muer­te de un esti­ma­do cole­ga (Elliott Nor­man) en la bata­lla de Nor­man­día; es así que efec­túa una visi­ta al cemen­te­rio don­de se halla su tum­ba, como tam­bién acu­de a la de otros vete­ra­nos muer­tos en dicha ocasión.

Cuan­do los medios de difu­sión ubi­can por la tele­vi­sión a Ber­nie, su his­to­ria y via­je a Nor­man­día apa­re­ce en la pri­me­ra pla­na de los perió­di­cos con el títu­lo “El Gran Eva­di­do”; es así que al regre­sar a Ingla­te­rra, él es acla­ma­do como un ver­da­de­ro héroe.

Este dra­ma estu­pen­da­men­te rea­li­za­do por Par­ker lle­ga pro­fun­da­men­te al cora­zón de la audien­cia en la medi­da que ade­más de refle­jar el acon­te­ci­mien­to his­tó­ri­co resal­ta la con­mo­ve­do­ra his­to­ria de amor de Ber­nie y Rene a lo lar­go de más de seis déca­das de vida conyugal.

Des­pués de haber actua­do con­jun­ta­men­te en The Roman­tic Engish­wo­man (1975), en esta segun­da y últi­ma apa­ri­ción Cai­ne y Jack­son ofre­cen extra­or­di­na­rias inter­pre­ta­cio­nes. La actriz, doble­men­te gana­do­ra del Oscar por Women in Love (1970) y A Touch of Class (1973), es insu­pe­ra­ble en cada movi­mien­to, pos­tu­ra facial y espe­cial­men­te en la pene­tran­te mira­da de sus ojos ani­man­do a la iró­ni­ca y mor­daz mujer que ama incon­men­su­ra­ble­men­te a su mari­do. El pro­lí­fi­co actor de Edu­ca­ting Rita (1983) no es menos admi­ra­ble con su carac­te­ri­za­ción del vete­rano trau­ma­ti­za­do que sobre­vi­vió a la gue­rra encon­tran­do solaz en su que­ri­da espo­sa. En la remar­ca­ble quí­mi­ca exis­ten­te entre los dos artis­tas, ambos des­lum­bran en la tier­na y poé­ti­ca esce­na final cuan­do al des­pun­tar el alba y miran­do hacia el hori­zon­te Ber­nie y Rene recuer­dan los años de juven­tud (Will Flet­cher y Lau­ra Mar­cus) en que comen­za­ron a amarse.

Como coro­la­rio de esta emo­cio­nan­te y nos­tál­gi­ca pelí­cu­la, los cré­di­tos fina­les hacen saber que Ber­nard Jor­dan falle­ció seis meses des­pués de su “gran esca­pa­da” y René a la sema­na siguien­te. Jor­ge Gutman

Tra­tan­do a un Niño Autista

EZRA. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film de Tony Goldwyn. 100 minutos

El autis­mo se carac­te­ri­za por tener difi­cul­ta­des para la comu­ni­ca­ción e inter­ac­ción social en la per­so­na que lo pre­sen­ta. Esa con­di­ción que pade­ce uno de los miem­bros de una fami­lia es el tema tra­ta­do por Tony Goldwyn en Ezra.

Robert De Niro, Bobby Can­na­va­le y William Fitzgerald

La his­to­ria se desa­rro­lla en New Jer­sey pre­sen­tan­do a Max (Bobby Can­na­va­le), un come­dian­te humo­ris­ta con un tra­ba­jo ines­ta­ble, quien está sepa­ra­do de su mujer Jen­na (Rose Byr­ne); ambos son padres de Ezra (William Fitz­ge­rald), un niño de 11 años diag­nos­ti­ca­do con autis­mo. No obs­tan­te que el chi­co es pre­coz e inte­li­gen­te, su com­por­ta­mien­to impul­si­vo en el cole­gio al cual asis­te moti­va a que eso pue­da per­ju­di­car a los res­tan­tes alum­nos de su cla­se; es así que la direc­ción de la escue­la soli­ci­ta a sus padres que le envíen a un cole­gio espe­cia­li­za­do; ese con­se­jo lo rati­fi­ca el médi­co que tra­ta al chi­co ade­más de reco­men­dar una medi­ca­ción para ate­nuar sus efectos.

El pun­to de par­ti­da del guión esbo­za­do por Tony Spi­ri­da­kis resul­ta intere­san­te al mos­trar la diver­gen­cia de opi­nión de los padres de Ezra. Jen­na, que tie­ne un tra­ba­jo esta­ble y está a car­go de la tenen­cia del menor, con­si­de­ra ade­cua­do el cam­bio de escue­la así como los reme­dios pres­crip­tos; la acti­tud de Max es com­ple­ta­men­te dife­ren­te en tan­to que se opo­ne a que su hijo asis­ta a una ins­ti­tu­ción espe­cia­li­za­da dado que eso lo ais­la­ría de otros chi­cos nor­ma­les de su edad. Ese con­flic­to se agra­va cuan­do Max lle­ga a ata­car a uno de los médi­cos de Ezra y debe pasar una noche en pri­sión con la orden de que tem­po­ral­men­te no pue­da acer­car­se a su hijo.

El rela­to pier­de vue­lo a par­tir del momen­to en que Max, que vive con su padre (Robert De Niro), en horas noc­tur­nas aban­do­na su casa para diri­gir­se a la de su mujer y sin su per­mi­so, prác­ti­ca­men­te secues­tra a Ezra para lle­var­lo a Holly­wood don­de aspi­ra par­ti­ci­par como come­dian­te, en un popu­lar pro­gra­ma de tele­vi­sión. De allí en más se asis­te a un for­za­do melo­dra­ma sen­ti­men­tal nutri­do de esce­nas que resis­ten credibilidad.

Lo mejor del film resi­de en su elen­co. Can­na­va­le impre­sio­na como el padre que dis­pues­to a adop­tar medi­das extre­mas con tal de pro­te­ger a su hijo lle­ga a auto­des­truir­se; Byr­ne a su vez con­ven­ce como la madre igual­men­te dis­pues­ta a brin­dar el máxi­mo cari­ño a Ezra, en tan­to que Fitz­ge­rald es toda una reve­la­ción trans­mi­tien­do con com­ple­ta auten­ti­ci­dad la natu­ra­le­za del niño autis­ta. Una vez más es admi­ra­ble la vete­ra­nía de De Niro como el cari­ño­so abue­lo que man­tie­ne una exce­len­te rela­ción con su nie­to; en tan­to en pape­les peri­fé­ri­cos salen airo­sos Rainn Wil­son, Woo­pi Gold­berg y Vera Farmiga.

A pesar de la loa­ble inten­ción del rea­li­za­dor sobre cómo ayu­dar a chi­cos autis­tas, el film no alcan­za a satis­fa­cer las expec­ta­ti­vas de su ini­cio por no haber sido desa­rro­lla­do de mane­ra más rea­lis­ta; al dejar de lado el cri­te­rio lógi­co en varias oca­sio­nes, impi­de gene­rar la empa­tía de la audien­cia. Jor­ge Gutman