Cor­to­me­tra­jes de Fic­ción Nomi­na­dos al Oscar

He aquí un bre­ve comen­ta­rio de los cin­co cor­tos que han sido nomi­na­dos por la Aca­de­mia de Holly­wood para el Oscar de este año.

1.The Man Who Could Not remain Silent (Croa­cia)

Pre­mia­do con la Pal­ma de Oro en el Fes­ti­val de Can­nes de 2024, este cor­to­me­tra­je de Nebo­jša Sli­je­pče­vić recrean­do un inci­den­te real que acon­te­ció en 1993 en Strp­ci, Bos­nia-Her­ze­go­vi­na, es sin duda enco­mia­ble al rela­tar en esca­sos 13 minu­tos un caso de con­no­ta­ción moral.

The Man Who Could Not remain Silent

La acción trans­cu­rre en un tren que par­te de Bel­gra­do con des­tino a Mon­te­ne­gro don­de ines­pe­ra­da­men­te efec­túa una para­da no pre­vis­ta entre dos esta­cio­nes; eso se debe a que un gru­po ser­bio para­mi­li­tar ha sido des­ti­na­do a iden­ti­fi­car pasa­je­ros no ser­bios. En el mis­mo via­ja Dra­gan (Goran Bog­dan) y fren­te a él se halla Milan (Sil­vio Mum­me­las), un bos­nío musul­mán que se mues­tra preo­cu­pa­do de que lo deten­gan por no poseer nin­gún tipo de docu­men­ta­ción; con todo Dra­gan tra­ta de cal­mar­lo adu­cien­do que nada habrá de ocurrirle.

Cuan­do lle­ga­do el momen­to en que un sol­da­do ser­bio (Ale­xis Manen­ti) des­pués de iden­ti­fi­car a Dra­gan, se enfren­ta a Milan, debi­do a su situa­ción de indo­cu­men­ta­do musul­mán le pide que des­cien­da del tren. Es enton­ces cuan­do Tomo Buzov (Dra­gan Mica­no­vic), un jubi­la­do capi­tán ser­bio que via­ja en el mis­mo com­par­ti­men­to, cues­tio­na dura­men­te al mili­tar inqui­si­dor; ese ges­to de no per­ma­ne­cer en silen­cio mani­fes­tan­do su pro­tes­ta, habrá de gene­rar su arres­to y aun­que eso no lo ilus­tra el film, ter­mi­nó sien­do ase­si­na­do al tra­tar de pre­ve­nir la masa­cre de Strpci .

En su rela­to, el rea­li­za­dor logra una inusi­ta­da ten­sión gene­ra­da por la auten­ti­ci­dad brin­da­da por su cali­fi­ca­do elen­co al pro­pio tiem­po que deja entre­ver de mane­ra sos­la­ya­da la lamen­ta­ble masa­cre étni­ca que tuvo lugar duran­te la gue­rra de Bos­nia entre 1992 y 1995.

2. Anu­ja (India-Esta­dos Unidos)

Este film ambien­ta­do en New Delhi está mag­ní­fi­ca­men­te escri­to y rea­li­za­do por Adam J. Gra­ves quien des­cri­be cómo niños y niñas de humil­de con­di­ción tra­ba­jan en manu­fac­tu­ras para obte­ner una remu­ne­ra­ción míni­ma que pue­da sol­ven­tar sus nece­si­da­des básicas.

Anu­ja

El rela­to intro­du­ce a dos her­ma­nas huér­fa­nas; una de ellas es Anu­ja (Saj­da Pathan), una inte­li­gen­te niña de 9 años con excep­cio­na­les dotes mate­má­ti­cas, y la otra es la adul­ta Palak (Anan­ya Shanbhag), quie­nes están emplea­das en una fábri­ca de ropa. Al pro­pio tiem­po Palak, sin que nadie la obser­ve reco­ge disi­mu­la­da­men­te los reta­zos de géne­ro sobran­tes y con ese mate­rial se las arre­gla para con­for­mar bol­sas que acom­pa­ña­da de Anu­ja ven­den en las ferias de la ciudad.

La ruti­na de ambas her­ma­nas se alte­ra, cuan­do Mish­ra (Gulshan Walia), un maes­tro de escue­la, se apro­xi­ma a Ver­ma (Nagesh Bhons­le), el due­ño de la fábri­ca, cri­ti­cán­do­le por emplear a meno­res de edad y a su vez le ofre­ce a Anu­ja la posi­bi­li­dad de rea­li­zar un examen a fin de que pue­da ingre­sar a un pres­ti­gio­so inter­na­do cole­gial para estu­diar y optar por un mejor por­ve­nir en su vida. Con malé­vo­la inten­ción Ver­ma con­mi­na a Anu­ja para que se pre­sen­te fren­te a él el día y hora en que debe ren­dir la prue­ba de admi­sión y hacién­do­le saber que si des­obe­de­ce la orden ella y su her­ma­na serán des­pe­di­das. Es así que que­da en Anu­ja deci­dir cuál será la acti­tud que adop­ta­rá tenien­do en cuen­ta la ame­na­za del due­ño de la manu­fac­tu­ra y el deseo de no afec­tar el empleo de su hermana.

La sóli­da actua­ción de Pathan y Shanbhag trans­mi­tien­do el gran amor y pro­tec­ción que ambas her­ma­nas man­tie­nen entre sí, es sin duda uno de los moti­vos por el que el espec­ta­dor se sien­te iden­ti­fi­ca­do con la suer­te de sus per­so­na­jes. En los cré­di­tos fina­les de este entra­ña­ble cor­to­me­tra­je de carác­ter social se lee que fue rea­li­za­do con el apo­yo de una orga­ni­za­ción sin fines de lucro que pro­vee comi­da, vivien­da y edu­ca­ción a meno­res tra­ba­ja­do­res sin hogar en New Delhi, don­de la niña Pathan es una de ellas.

3. The Last Ran­ger (Sudá­fri­ca)

Este film de la direc­to­ra Cindy Lee tie­ne como pro­pó­si­to bre­gar por la pre­ser­va­ción del rei­no ani­mal en Sudá­fri­ca. Basa­do en even­tos reales, el guión de David S. Lee, Dar­win Shaw y Will Haw­kes ubi­ca la acción en los bellos pai­sa­jes de la pro­vin­cia suda­fri­ca­na de Cabo Orien­tal. Allí se asis­te a la afec­tuo­sa rela­ción que se esta­ble­ce entre Khu­sel­wa (Avu­mi­le Qong­qo), la guar­da­bos­ques titu­lar de una reser­va de caza, y Litha (Liya­bo­na Mro­qo­za), una niña de la etnia Xhosa.

The Last Ranger

A tra­vés de una jor­na­da que­da ilus­tra­do el víncu­lo afec­ti­vo que se va ges­tan­do entre estos dos per­so­na­jes don­de Litha va apre­cian­do la noble tarea que Khu­sel­wa rea­li­za quien ade­más de hacer­le ver las mara­vi­llas del lugar, le incul­ca la impor­tan­cia que adquie­re pro­te­ger a los rino­ce­ron­tes que allí habi­tan y que están en vías de extin­ción debi­do a los caza­do­res fur­ti­vos que ace­chan el lugar. Para Khu­sel­va la defen­sa de estos ani­ma­les cons­ti­tu­ye la razón de su vida.

El día comien­za apa­ci­ble­men­te en el paseo que rea­li­zan ambos per­so­na­jes has­ta que lle­ga el tris­te momen­to en que un caza­dor fur­ti­vo deja gra­ve­men­te heri­do a un rino­ce­ron­te blan­co. Es allí don­de Litha tes­ti­mo­nia la ate­rra­do­ra ver­dad sobre la cruel matan­za de estas impo­nen­tes cria­tu­ras así como la nota­ble labor desem­pe­ña­da por la estoi­ca Khuselwa.

Este cor­to­me­tra­je expo­ne los horro­res de la casa fur­ti­va de rino­ce­ron­tes, cuya masa­cre gene­ra un nega­ti­vo impac­to socio-eco­nó­mi­co en las comu­ni­da­des loca­les. En los cré­di­tos fina­les se lee que dia­ria­men­te es liqui­da­do un ani­mal para res­ca­tar sus cuer­nos, en tan­to que en la últi­ma déca­da más de diez mil rino­ce­ron­tes y mil guar­da­bos­ques han sido mata­dos por los caza­do­res fur­ti­vos. El comer­cio de los ile­ga­les cuer­nos de los rino­ce­ron­tes per­mi­te finan­ciar los sin­di­ca­tos del cri­men orga­ni­za­do a tra­vés del mundo.

En esen­cia, este noble film ade­más de resal­tar la labor de los guar­da­bos­ques de Sudá­fri­ca cons­ti­tu­ye un lla­ma­do de aler­ta para evi­tar la extin­ción de estos paqui­der­mos y sal­va­guar­dar la rique­za de la vida silvestre.

4. A Lien (Esta­dos Unidos)

La polí­ti­ca migra­to­ria de Esta­dos Uni­dos cons­ti­tu­ye el foco de aten­ción en este cor­to metra­je rea­li­za­do por los her­ma­nos David Cutler-Kreutz y Sam Cutler-Kreutz.

En un guión que les per­te­ne­ce, los direc­to­res enfo­can al matri­mo­nio inte­gra­do por, Oscar Gómez (William Mar­tí­nez), y Sophia (Vic­to­ria Rater­mans) jun­to a su peque­ña hija Nina (Koralyn Rive­ra), quie­nes vivien­do en Queens, se apre­su­ran por lle­gar a una entre­vis­ta en la que Oscar, has­ta ese momen­to indo­cu­men­ta­do, aspi­ra obte­ner la ansia­da tar­je­ta de resi­den­cia per­ma­nen­te cono­ci­da como “green card”; eso es debi­do a que él es de ori­gen sal­va­do­re­ño aun­que vivien­do des­de muchos años en Esta­dos Uni­dos, sien­do su espo­sa ame­ri­ca­na al igual que su hiji­ta. En prin­ci­pio todo mar­cha bien has­ta que hacen su apa­ri­ción agen­tes del Ser­vi­cio de Inmi­gra­ción y Con­trol de Adua­nas de Esta­dos Uni­dos. Sin entrar en deta­lles adi­cio­na­les, el cor­to ilus­tra el vía cru­cis que atra­vie­sa Oscar y que por inex­cu­sa­bles pre­jui­cios de los fun­cio­na­rios de turno, su soli­ci­tud es dene­ga­da, sien­do inme­dia­ta­men­te arres­ta­do para su even­tual depor­ta­ción, fren­te a la deses­pe­ra­ción de su mujer..

Los méri­tos del film resi­den en la mag­ní­fi­ca direc­ción de los rea­li­za­do­res quie­nes con cáma­ra en mano logran una real ten­sión, agra­cia­do con la muy con­vin­cen­te carac­te­ri­za­ción que Mar­tí­nez y Rater­mans logran de sus personajes.

Este enco­mia­ble film cons­ti­tu­ye una seve­ra crí­ti­ca al tra­ta­mien­to que reci­ben los inmi­gran­tes indo­cu­men­ta­dos y las con­se­cuen­cias que impli­ca la depor­ta­ción pro­du­cien­do la sepa­ra­ción del núcleo fami­liar. Aun­que rea­li­za­da en 2023, la pelí­cu­la adquie­re amplia vigen­cia con­si­de­ran­do la polí­ti­ca adop­ta­da por el actual gobierno de Esta­dos Unidos.

5. I’m not a Robot (Bél­gi­ca-Holan­da)

Este cor­to­me­tra­je, aun­que bien inten­cio­na­do care­ce de un foco pre­ci­so ya que nave­ga entre un enfo­que rea­lis­ta y una fan­ta­sía de cien­cia ficción.

I’m not a Robot

El film escri­to y diri­gi­do por Vic­to­ria War­mer­dam se cen­tra en Lara (Ellen Parren), una pro­duc­to­ra musi­cal, que en la ofi­ci­na en la que tra­ba­ja tra­ta de des­car­gar en su compu­tado­ra una ver­sión actua­li­za­da de un pro­gra­ma, pero sin lograr­lo. A fin de resol­ver la situa­ción, está for­za­da a com­ple­tar el test de segu­ri­dad deno­mi­na­do “capt­cha”- que veri­fi­ca si ella es una per­so­na huma­na; el resul­ta­do obte­ni­do es que con un 87% de pro­ba­bi­li­dad el sis­te­ma le seña­la que es un robot. Preo­cu­pa­dí­si­ma se comu­ni­ca tele­fó­ni­ca­men­te con su novio Daniel (Henry van Loon) trans­mi­tién­do­le lo que le ocu­rre, pero él pare­ce eva­dir el pro­ble­ma. Cuan­do de inme­dia­to, apa­re­ce con una cole­ga (The­kla Reuten) en la ofi­ci­na de Lara, Daniel le reve­la que cin­co años atrás la pro­gra­mó como mujer para que­rer­la, agre­gan­do que cuan­do él mue­ra, ella inme­dia­ta­men­te deja­rá de existir.

Si bien es mate­ria de dis­cu­sión sobre la posi­bi­li­dad de que en un futu­ro cer­cano la inte­li­gen­cia arti­fi­cial pue­da crear robots que actúen como per­fec­tos seres huma­nos, la pre­mi­sa de este film en prin­ci­pio atra­yen­te se esfu­ma por su desa­rro­llo que sin mayor cohe­ren­cia dis­ta de satis­fa­cer, no obs­tan­te la meri­to­ria actua­ción de Parren.
Jor­ge Gutman

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Un Per­so­na­je Inquebrantable

THE UNBREA­KA­BLE BOY. Esta­dos Uni­dos, 2025. Un film de Jon Gunn. 109 minutos

Den­tro del mar­co de rela­tos en los que la fe pue­de lle­gar a mover mon­ta­ñas, The Unbrea­ka­ble Boy de Jon Gunn inten­ta pro­bar­lo. La pelí­cu­la está basa­da en el libro homó­ni­mo de Scott LeRet­te y Susy Flo­ri en el que Scott cuen­ta su expe­rien­cia de padre con su hijo Austin.

Jacob Laval

Jacob Laval da vida al ado­les­cen­te Aus­tin quien como narra­dor de la his­to­ria sir­ve de guía al espec­ta­dor. A tra­vés de flash­backs se asis­te al encuen­tro de Scott (Zachary Levi) y Tere­sa (Meghann Fahy), quie­nes cir­cuns­tan­cial­men­te se cono­cen en un nego­cio de ropas don­de ella tra­ba­ja; al sim­pa­ti­zan mutua­men­te ini­cian un inusual roman­ce que con­du­ce a que ella que­de pre­ña­da. Pese a no cono­cer­se a fon­do y menos aún pre­pa­ra­dos para ser padres, deci­den vivir jun­tos e ini­ciar una fami­lia. Al poco tiem­po del naci­mien­to de Aus­tin, el niño es diag­nos­ti­ca­do de autis­mo ade­más de pade­cer la enfer­me­dad de osteo­gé­ne­sis imper­fec­ta, un tras­torno gené­ti­co en el cual los hue­sos se frac­tu­ran con faci­li­dad. De allí en más sus padres debe­rán ajus­tar­se a los obs­tácu­los crea­dos por la fra­gi­li­dad ósea del niño que se hace evi­den­te a medi­da que va creciendo.

Estruc­tu­ra­do a tra­vés de epi­so­dios, el rela­to se cen­tra igual­men­te en Scott quien bien quie­re a Tere­sa, así como a Aus­tin y a Logan (Gavin Warrren), el segun­do hijo que nació poco tiem­po des­pués de Aus­tin. La pér­di­da de su empleo y apre­mia­do por difi­cul­ta­des finan­cie­ras con deu­das impa­gas, cau­san que Scott se vuel­ve depen­dien­te del alcohol, gene­ran­do fric­cio­nes en su rela­ción con­yu­gal. Con todo, la viva­ci­dad, opti­mis­mo, la ale­gría de vivir de Aus­tin no obs­tan­te su con­gé­ni­ta enfer­me­dad, cons­ti­tu­ye para este hom­bre la ins­pi­ra­ción y el efec­to puri­fi­ca­dor que le per­mi­ti­rá redimirse.

Aun­que lo expues­to adquie­ra el viso de un edul­co­ran­te rela­to, cier­ta­men­te el caso es real y no pue­de til­dar­se de apó­cri­fo o irrea­lis­ta. Más allá del men­sa­je de fe cris­tia­na, no es nece­sa­rio comul­gar o pro­fe­sar reli­gión algu­na para con­sus­tan­ciar­se con esta historia.

Des­de una ópti­ca cine­ma­to­grá­fi­ca, la pues­ta escé­ni­ca de Gunn es correc­ta aun­que abar­ca dema­sia­dos ele­men­tos sub­ya­cen­tes al eje cen­tral del rela­to; de todos modos ese bemol se supera con la apre­cia­ble efi­ca­cia del elen­co. En tal sen­ti­do Levi per­mi­te que su per­so­na­je tras­cien­da en el espe­cial víncu­lo man­te­ni­do con Aus­tin; a su vez Fahy se luce como la tenaz mujer que bus­can­do supe­rar los momen­tos más difí­ci­les de su fami­lia tra­ta de sal­va­guar­dar­la. Con todo la actua­ción más nota­ble es la de Laval quien no sien­do autis­ta se impreg­na por com­ple­to en su com­ple­jo per­so­na­je dotán­do­lo de un com­ple­to rea­lism; es así que resul­ta admi­ra­ble ver la natu­ra­li­dad que trans­mi­te en Aus­tiin inter­ac­tuan­do con quie­nes lo rodean, inclu­yen­do a sus padres, su her­mano, sus maes­tros y los médi­cos que lo atien­den; deci­di­da­men­te su entu­sias­mo e inque­bran­ta­ble espí­ri­tu fren­te a la vida per­mi­ten que el espec­ta­dor fácil­men­te empa­ti­ce con él.

En con­clu­sión, sin ser excep­cio­nal, el amor incon­di­cio­nal que nutre a esta pelí­cu­la lle­ga a con­mo­ver. Jor­ge Gutman

Con la Musi­ca en el Alma

EN FAN­FA­RE / THE MAR­CHING BAND. Fran­cia, 2024. Un film de Emma­nuel Cour­col. 103 minutos.

Una vez más que­da rati­fi­ca­do el emble­má­ti­co poder de la músi­ca, capaz no solo de ele­var el espí­ri­tu de una per­so­na sino asi­mis­mo cons­ti­tuir un medio ten­dien­te a refor­zar los lazos fami­lia­res. Eso es lo que se des­pren­de en En Fan­fa­re una muy emo­ti­va come­dia com­bi­na­da con cier­tas ins­tan­cias dra­má­ti­cas que aun­que pre­vi­si­ble, la apre­cia­ble for­ma en que está rela­ta­da por el direc­tor Emma­nuel Cour­col per­mi­te con­quis­tar a la audiencia.

Ben­ja­min Lavernhe y Pie­rre Lottin

El guión del rea­li­za­dor com­par­ti­do con Irè­ne Mus­ca­ri rela­ta la his­to­ria de Thi­bault (Ben­ja­min Lavernhe), un pres­ti­gio­so direc­tor musi­cal de la orques­ta sin­fó­ni­ca de Lille de 37 años que sufrien­do de leu­ce­mia requie­re con urgen­cia un tras­plan­te de médu­la ósea com­pa­ti­ble. Con gran estu­por recién des­cu­bre que ha sido adop­ta­do y que su her­ma­na Rose (Mathil­de Cour­col-Rozes) no es capaz de ayu­dar­lo. Al pro­pio tiem­po se ente­ra que tie­ne un her­mano bio­ló­gi­co de menor edad vivien­do en Walin­court ‑al nor­te de Fran­cia– que fue adop­ta­do por Clau­di­ne (Clé­men­ce Mas­sart) cuan­do su madre murió. Él es Jimmy (Pie­rre Lot­tin), un modes­to tra­ba­ja­dor de una usi­na que se desem­pe­ña como coci­ne­ro en un come­dor esco­lar y que al ente­rar­se de la exis­ten­cia del gra­ve pro­ble­ma de su her­mano, si bien al prin­ci­pio es renuen­te a ser el donan­te de la médu­la que debe ser tras­plan­ta­da final­men­te acep­ta hacer­lo al haber inter­ce­di­do su madre adop­ti­va. Afor­tu­na­da­men­te la ope­ra­ción resul­tó exi­to­sa logran­do el res­ta­ble­ci­mien­to de Thibault.

De allí comien­za a enta­blar­se una rela­ción entre los dos her­ma­nos cuyo ele­men­to común es la músi­ca por cuan­to Jimmy es un trom­bo­nis­ta de la ban­da musi­cal de mine­ros de Walin­court. Cla­ro está que el con­tras­te de per­so­na­li­dad es bien evi­den­te en cuan­to Lavernhe es una per­so­na de cul­tu­ra refi­na­da y suma­men­te res­pon­sa­ble como direc­tor de una pres­ti­gio­sa orques­ta en tan­to que, su her­mano que irra­dia ener­gía es un ser sen­ci­llo y al igual que los inte­gran­tes de su ban­da, res­pon­de a un estra­to eco­nó­mi­co-social infe­rior. Esa dife­ren­cia no impi­de que al mar­gen de la común pasión por la músi­ca emer­ja un entra­ña­ble víncu­lo entre ambos; así resul­ta emo­ti­vo cons­ta­tar cómo Thi­bault ayu­da a Jimmy infun­dién­do­le mayor con­fian­za en sí mis­mo, entre­nán­do­lo para diri­gir su ban­da al haber­se ausen­ta­do el direc­tor titu­lar de la mis­ma, como tam­bién para que pue­da par­ti­ci­par en un con­cur­so musi­cal regional.

Con un guión muy bien ela­bo­ra­do, Cour­col logra una exce­len­te direc­ción acto­ral con un elen­co de indis­cu­ti­ble cali­dad. A ese res­pec­to es remar­ca­ble la quí­mi­ca exis­ten­te entre Lavernhe y Lot­tin don­de la serie­dad de Thi­bault es com­ple­men­ta­da con el agra­da­ble humor y cali­dez apor­ta­do por Jimmy, per­mi­tien­do que ambos per­so­na­jes resul­ten autén­ti­ca­men­te creí­bles. Asi­mis­mo en el repar­to se des­ta­can Sarah Suc­co carac­te­ri­zan­do a una humil­de madre mono­pa­ren­tal que inte­gra la ban­da musi­cal y que está sen­ti­men­tal­men­te liga­da a Jimmy.

Entre otros aspec­tos sub­ya­cen­tes, el direc­tor ilus­tra el cli­ma social impe­ran­te en la zona obre­ra en que trans­cu­rre el rela­to, con el cie­rre de la fábri­ca en don­de tra­ba­jan varios de los com­po­nen­tes de la banda.

Glo­bal­men­te con­si­de­ra­do En Fan­fa­re demues­tra cla­ra­men­te cómo la músi­ca es un ele­men­to esen­cial para unir a la gen­te como cla­ra­men­te se mani­fies­ta con la expre­si­va esce­na final en el que la ban­da eje­cu­ta con máxi­mo entu­sias­mo el vibran­te Bole­ro de Ravel.

Liga­do en cier­to modo a algu­nos de los huma­nos fil­mes del cineas­ta bri­tá­ni­co Ken Loach, en este caso y con el sabor de la cul­tu­ra fran­ce­sa, Cour­col brin­da una acce­si­ble his­to­ria que sin lle­gar a revo­lu­cio­nar, genui­na­me­ne con­mue­ve sin recu­rrir a gol­pes bajos. Jor­ge Gutman

Nue­va Aven­tu­ra del Que­ri­do Oso

PAD­DING­TON IN PERÚ. Gran Bre­ta­ña, 2024. Un film de Dou­gal Wil­son. 106 minutos

En 2014 se tuvo el pla­cer de cono­cer al oso Pad­ding­ton que tuvo su ori­gen en el libro “A Bear Called Pad­ding­ton” del escri­tor bri­tá­ni­co Michael Bond, publi­ca­do en 1958. Su tras­la­do al cine fusio­nan­do la actua­ción de per­so­na­jes en vivo con otros ani­ma­dos digi­tal­men­te obtu­vo gran éxi­to gra­cias a la diná­mi­ca direc­ción de Paul King. Era obvio que habría una secue­la y es así que en 2017 con el mis­mo cineas­ta la mis­ma logró supe­rar al film ori­gi­nal Es aho­ra que reem­pla­zan­do a King, el rea­li­za­dor Dou­gal Wil­son en su pri­mer lar­go­me­tra­je abor­da la nue­va secue­la del entra­ña­ble oso en Pad­ding­ton in Perú.

Una esce­na del film

En esta his­to­ria reen­con­tra­mos a Pad­ding­ton (voz de Ben Whishaw) vivien­do en Ingla­te­rra con su fami­lia adop­ti­va inte­gra­da por Henry Brown (Hugh Bon­ne­vi­lle), su espo­sa Madi (Emi­lia Mor­ti­mer), los hijos Jonathan (Samuel Jos­lin) y Judy (Made­lei­ne Harris), acom­pa­ña­dos de la ama de casa Mrs Bird (Julie Wal­ters). Para satis­fac­ción de Pad­ding­ton, aca­ba de reci­bir su pasa­por­te bri­tá­ni­co sin ima­gi­nar que pron­to habrá de utilizarlo.

La ruti­na se inte­rrum­pe cuan­do el oso reci­be una noti­cia preo­cu­pan­te de su que­ri­da tía Lucy (Imel­da Staun­ton) quien vive en Perú en el hogar de osos jubi­la­dos. En con­se­cuen­cia Pad­ding­ton deci­de via­jar con los Brown a su tie­rra natal a fin de visi­tar­la; sin embar­go, una vez lle­ga­do a des­tino la madre supe­rio­ra (Oli­via Col­man) les comu­ni­ca que Lucy des­apa­re­ció en algún lugar de la jun­gla ama­zó­ni­ca y que dejó un par de ante­ojos, una pul­se­ra y un mapa que per­mi­ti­rá ubicarla.

A par­tir de allí comen­za­rá la gran aven­tu­ra en la que la fami­lia bri­tá­ni­ca y Pad­ding­ton inten­ta­rán loca­li­zar a Lucy en la sel­va ama­zó­ni­ca como asi­mis­mo debe­rán sor­tear los peli­gros que ace­chan en este peri­plo, en par­te cuan­do alqui­lan un bote mane­ja­do por el luc­tuo­so Hun­ter (Anto­nio Ban­de­ras) y su hija (Car­la Tous) que debe­rán trans­por­tar­los a lo lar­go del río Amazonas.

A tra­vés de una colo­ri­da aven­tu­ra de acción no exen­ta de humor, el novel direc­tor no alcan­za a lograr el impac­to de los dos fil­mes pre­ce­den­tes; eso en par­te es debi­do a una pues­ta escé­ni­ca con­ven­cio­nal imbui­da en cier­tos tra­mos de un rit­mo no del todo flui­do. De todos modos el buen elen­co, los logra­dos dise­ños de pro­duc­ción, una satis­fac­to­ria foto­gra­fía de Erik Wil­son así como la huma­ni­dad e irra­dian­te sim­pa­tía del que­ri­do Pad­ding­ton per­mi­ten que el públi­co asis­ta a un agra­da­ble entre­te­ni­mien­to. Jor­ge Gutman

Vio­len­to Dra­ma Rural

BRING THEM DOWN. Irlan­da-Gran Bre­ta­ña-Bél­gi­ca, 2024. Un film escri­to y diri­gi­do por Chris­topher Andrews. 106 minutos

Un dra­ma cen­tra­do en dos fami­lias cam­pe­si­nas de Irlan­da es lo que el novel rea­li­za­dor Chris­topher Andrews con­si­de­ra en Bring Them Down en un guión que le pertenece.

Chris­topher Abbott

Ubi­ca­do en una zona rural no espe­ci­fi­ca­da de Irlan­da, la his­to­ria comien­za en los años 90 don­de se obser­va a Michael O’Shea /Christopher Abbott) con­du­cien­do su auto­mó­vil en una carre­te­ra acom­pa­ña­do de su madre Peggy (Susan Lynch) y su novia Caro­li­ne (Nora-Jane Noo­ne). Cuan­do él se ente­ra que su pro­ge­ni­to­ra inten­ta sepa­rar­se de su padre, irres­pon­sa­ble­men­te impri­me a su auto una velo­ci­dad exce­si­va que con­du­ce a un terri­ble acci­den­te don­de su madre mue­re y Caro­li­ne que está ubi­ca­da en el asien­to tra­se­ro que­da heri­da con mar­ca­das cica­tri­ces en su rostro.

Inme­dia­ta­men­te la acción se tras­la­da unas déca­das en don­de se ve a Michael ocu­pán­do­se de la cría de ove­jas y aten­dien­do en gran par­te las órde­nes de Ray (Colm Mea­ney), su para­plé­ji­co padre gru­ñón pos­tra­do en una silla de rue­das. Cer­ca de ellos habi­tan Caro­li­ne que aho­ra está casa­da con Gary Kee­ley (Paul Ready) que jun­to con su hijo Jack (Barry Keoghan) son gran­je­ros dedi­ca­dos a la mis­ma explo­ta­ción de gana­do. La riva­li­dad entre ambos veci­nos es evi­den­te, en par­te por­que Gary sos­pe­cha que su mujer aún abri­ga cier­tos sen­ti­mien­tos hacia su anti­gua pare­ja y fun­da­men­tal­men­te por­que al estar intere­sa­do en adqui­rir par­te del terreno de Michael éste recha­za ven­der­lo. La hos­ti­li­dad gene­ra­da lle­ga a inten­si­fi­car­se cuan­do Michael des­cu­bre que Jack se apro­pió de dos de sus ani­ma­les y tra­tan­do de hacer jus­ti­cia por su cuen­ta su sed de ven­gan­za desem­bo­ca en desen­fre­na­da violencia.

Como lo expues­to es des­de la ópti­ca de Michael, la pelí­cu­la cobra inte­rés cuan­do el rela­to es replan­tea­do a tra­vés del pun­to de vis­ta de Jack. Den­tro del mar­co de una narra­ción un tan­to con­fu­sa el con­flic­to adquie­re un tono ambi­guo des­ti­lan­do la tóxi­ca mas­cu­li­ni­dad impe­ran­te entre Michael y Jack.

Este dra­ma imbui­do de un cli­ma sór­di­do y deso­la­dor con un abrup­to des­en­la­ce san­grien­to, no per­mi­te gene­rar la emo­ción nece­sa­ria debi­do a que el guión no es lo sufi­cien­te­men­te explí­ci­to para que el espec­ta­dor pue­da inte­grar­se en la expo­si­ción del relato.

A su favor el film cuen­ta con una exce­len­te actua­ción de sus dos pro­ta­go­nis­tas. Abbott des­te­lla en la tur­bu­len­cia que trans­mi­te su per­so­na­je y en espe­cial por el sen­ti­mien­to de cul­pa al haber cau­sa­do la muer­te de su madre; por su par­te Keoghan se luce como el volá­til mucha­cho que por impe­rio de cir­cuns­tan­cias fami­lia­res es impul­sa­do a actuar con pon­zo­ño­sa vio­len­cia. En un rol secun­da­rio el vete­rano Mea­ney con­vin­cen­te­men­te per­so­ni­fi­ca al tem­pe­ra­men­tal pro­ge­ni­tor de Michael.

En otros ele­men­tos de esta pro­duc­ción se dis­tin­gue la ban­da sono­ra de Han­na Peel que se aso­cia a la den­sa atmós­fe­ra del rela­to, así como la evo­ca­ti­va foto­gra­fía de Nick Cooke cap­tan­do las imá­ge­nes de la zona cam­pes­tre de Irlan­da. Jor­ge Gutman