Mucho Rui­do y Pocas Nueces

MUCH ADO ABOUT NOTHING

William Sha­kes­pea­re ade­más de haber sido el crea­dor de céle­bres tra­ge­dias tam­bién demos­tró su inna­to inge­nio en la con­cep­ción de reide­ras come­dias don­de una de ellas es Much Ado About NothIng. En una nue­va pre­sen­ta­ción de Natio­nal Thea­tre Live, se podrá juz­gar esta obra que ha sido fil­ma­da duran­te una de sus repre­sen­ta­cio­nes en el Lyt­tel­ton Thea­tre de Lon­dres don­de se man­tu­vo en car­tel has­ta el 10 de sep­tiem­bre de 2022.

Wendy Kweh, Kathe­ri­ne Par­kin­son y Ioan­na Kim­book. (Foto: Manuel Harlan)

La acción trans­cu­rre en el legen­da­rio hotel Mes­si­na ubi­ca­do en la Rivie­ra ita­lia­na y que ha sido visi­ta­do por miem­bros de la rea­li­za, artis­tas y cele­bri­da­des. Cuan­do Hero, que es la hija del due­ño de casa Leo­na­to, está por con­traer enla­ce con el apues­to sol­da­do Clau­dio, la boda que­da abor­ta­da por una serie de enga­ños escan­da­lo­sos pro­du­ci­dos don­de no está exen­ta la iden­ti­dad equi­vo­ca­da. A todo ello en esta come­dia de enre­dos, Bene­dick, sol­te­ro y enemi­go empe­der­ni­do del matri­mo­nio, inter­cam­bia áci­dos dar­dos con Bea­tri­ce que es la pri­ma de Hero.

John Hef­fer­man. (Foto: Manuel Harlan)

La pues­ta escé­ni­ca es del renom­bra­do direc­tor bri­tá­ni­co Simon God­win quien regis­tra en sus ante­ce­den­tes haber sido igual­men­te res­pon­sa­ble de otros éxi­tos sha­kes­pe­ria­nos, inclu­yen­do Romeo y Julie­ta, Noche de Reyes y Antony y Cleo­pa­tra.

Kathe­ri­ne Par­kin­son. (Foto: Manuel Harlan)

En los roles prin­ci­pa­les par­ti­ci­pan Kathe­ri­ne Par­kin­son como Bea­tri­ce, John Hef­fer­man carac­te­ri­zan­do a Bene­dick, Ioan­na Kim­book como Hero y Eben Figuei­re­do dan­do vida a Clau­dio. Entre otros acto­res del elen­co inter­vie­nen Wen­di Kweh como Anto­nia, la madre de Hero, Rufus Wright como Leo­na­to y Ash­ley Zhan­gazha como Don Pedro. Com­ple­tan el repar­to David Fynn, Phoe­be Horn, Oli­via Forrest, David Jud­ge, Ash­ley Gillard, Nick Harris, Bran­don Gra­ce y Ewan Miller.

Esta román­ti­ca come­dia será exhi­bi­da en selec­tas salas de Cine­plex el 16 y 18 de febre­ro de 2023

Sen­ci­lla y Cáli­da Pieza

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

GAS BAR BLUES. Tex­to: Louis Bélan­ger basa­do en su film homó­ni­mo — Adap­ta­ción Tea­tral: David Lau­rin — Direc­ción: Édith Pate­nau­de — Elen­co: Ber­trand Alain, Mir­yam Amrou­che, Clau­de Des­pins, Mar­tin Drain­vi­lle, Fran­cis La Haye, Fré­dé­ric Lemay, Hubert Lemi­re, Ste­ven Lee Pot­vin y Jean Fra­nçois Pou­lin — Esce­no­gra­fía: Patri­ce Char­bon­neau-Bru­ne­lle — Ves­tua­rio: Julie Léves­que —  Ilu­mi­na­ción : Jean-Fra­nçois Lab­bé —  Músi­ca: Mathieu Désy – Acce­so­rios: Josée Ber­ge­ron-Proulx — . Asis­ten­te de Direc­ción: Chloé Ekker — Dura­ción; 2 horas, sin entre­ac­to. Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 18 de febre­ro de 2023 en el Théâ­tre Ducep­pe (www.duceppe.com)

Gaz Bar Blues es un exce­len­te film cana­dien­se que Louis Bélan­ger guio­ni­zó y diri­gió en 2003 ins­pi­ra­do en recuer­dos de su juven­tud. Es aho­ra que David Lau­rin, co-direc­tor artís­ti­co del Tea­tro Ducep­pe, deci­dió adap­tar­lo tea­tral­men­te res­pe­tan­do la ver­sión ori­gi­nal con la incor­po­ra­ción de temas musicales.

El elen­co. (Foto: Tea­tro Duceppe)

La pie­za al igual que la pelí­cu­la desa­rro­lla la acción en 1989; con la caí­da del muro de Ber­lín sacu­dien­do al mun­do, el des­mo­ro­na­mien­to de la gue­rra fría, trae con­si­go una libe­ra­li­za­ción eco­nó­mi­ca que gra­vi­ta mun­dial­men­te en aque­llos peque­ños comer­cian­tes sin otra opción que ajus­tar­se a una nue­va moda­li­dad de explo­ta­ción comer­cial o de lo con­tra­rio sucum­bir. Ese es el con­tex­to en el que se des­en­vuel­ve Fra­nçois Bro­chu (Mar­tin Drai­ni­lle), un viu­do de 55 años que mane­ja “Gaz Bar”, una esta­ción de ser­vi­cio ubi­ca­da en un sec­tor humil­de de Limoi­lou, no muy lejos de la ciu­dad de Que­bec, cuya explo­ta­ción se encuen­tra ame­na­za­da con la apa­ri­ción de gaso­li­ne­ras ale­da­ñas de libre ser­vi­cio, ofre­cien­do el mis­mo pro­duc­to a menor precio.

Mar­tín Drain­vi­lle. (Foto:Teatro Duceppe)

Habien­do here­da­do el nego­cio de su padre, este hom­bre de nobles sen­ti­mien­tos que está afec­ta­do por el mal de Par­kin­son desea­ría que la acti­vi­dad siga sien­do explo­ta­da por sus hijos. Pero eso no pue­de ser por­que Réjean (Fré­dé­ric Lemay), pre­fie­re el arte de la foto­gra­fía y su meta es par­tir a Ber­lín para tes­ti­mo­niar los cam­bios socia­les como con­se­cuen­cias de la revuel­ta popu­lar pro­du­ci­da en Ale­ma­nia, en tan­to que Guy (Ste­ven Lee Pot­vin) se incli­na más por la músi­ca de blues. Por su par­te, la hija menor (Mir­yam Amrou­che) de 16 años es dema­sia­do joven para dedi­car­se a este tipo de ser­vi­cio, aun­que a ella le agrada.

Mar­tin Drain­vi­lle y Mir­yam Ami­rou­che. (Foto: Tea­tro Duceppe)

La obra es una cró­ni­ca de la vida dia­ria de esta gaso­li­ne­ra que ade­más de pro­veer­le un modes­to ingre­so a su due­ño, sir­ve tam­bién como un medio social que con­gre­ga a sus clien­tes, veci­nos y ami­gos, entre ellos Gas­ton (Clau­de Des­pins), todos ellos per­te­ne­cien­tes a un medio social des­fa­vo­re­ci­do. Los dife­ren­tes acon­te­ci­mien­tos se van suce­dien­do sin mayo­res sor­pre­sas, aun­que eso no afec­ta su esen­cia dra­má­ti­ca. En todo caso, la impor­tan­cia del rela­to resi­de más en la exce­len­te pin­tu­ra trans­mi­ti­da por sus dife­ren­tes per­so­na­jes que en tér­mi­nos de con­te­ni­do argumental.

Con la sim­pli­ci­dad de las peque­ñas cosas de la vida don­de sus carac­te­res reve­lan dis­tin­tos aspec­tos de per­so­na­li­dad que con­for­man la con­di­ción huma­na, la direc­to­ra Édith Pate­nau­de per­mi­te que su pues­ta escé­ni­ca trans­mi­ta la huma­ni­dad con­te­ni­da en esta adap­ta­ción tea­tral median­te peque­ñas esce­nas inter­ca­la­das con ter­nu­ra y humor. En el elen­co con­for­ma­do por nue­ve acto­res, que per­ma­ne­cen per­ma­nen­te­men­te en esce­na duran­te el desa­rro­llo de la obra, por la gra­vi­ta­ción de su rol se des­ta­ca Drain­vi­lle quien expre­sa con ple­na con­vic­ción el dra­ma de un ser que se sien­te impo­ten­te ante un mun­do que comien­za a cam­biar y al que él no logra adap­tar­se. El res­to del repar­to ade­más de un muy buen desem­pe­ño acto­ral se dis­tin­gue en la eje­cu­ción de dife­ren­tes ins­tru­men­tos musi­ca­les (gui­ta­rra, armó­ni­ca, bate­ría) brin­dan­do agra­da­bles temas de blues de Mathieu Désy que se acom­pa­san con el rit­mo, nos­tal­gia y melan­co­lía que des­ti­la esta sen­ci­lla y cáli­da pieza.

Rele­van­tes Car­tas de Amor

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

JE T’ÉCRIS AU MILI­EU D’UN BEL ORA­GE. Tex­to: Basa­do en la corres­pon­den­cia epis­to­lar (1944 – 1959) entre Albert Camus y María Casa­res – Idea y Adap­ta­ción: Dany Bou­dreault -. Direc­ción: Maxi­me Car­bon­neau – Elen­co: Anne Dor­val y Ste­ve Gag­non – Esce­no­gra­fía: Max-Otto Fau­teux — Acce­so­rios: Julie Meas­roch — Ves­tua­rio: Marie Chan­ta­le Vai­llan­court – Ilu­mi­na­ción: Julie Bas­se – Maqui­lla­je: Jus­ti­ne Denan­court-Bélan­ger — Músi­ca Ori­gi­nal: Antoi­ne Bédard — Video: Jéré­mie Bat­ta­glia — Asis­ten­te de Direc­ción: Stépha­nie Capis­tran-Lalon­de — Dura­ción: 2 horas (sin entre­ac­to). Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 19 de febre­ro de 2023 en el Théâ­tre du Nou­veau Mon­de (www.tnm.qc.ca)

(Foto: Yves Renaud)

Dos mons­truos sagra­dos del arte del siglo pasa­do son revi­vi­dos en esta pie­za; la mis­ma está basa­da en la corres­pon­den­cia epis­to­lar man­te­ni­da duran­te déca­da y media entre el gran ensa­yis­ta, nove­lis­ta, dra­ma­tur­go y filó­so­fo arge­lino Albert Camus (1913 – 1960) y la excep­cio­nal actriz de cine y tea­tro espa­ño­la nacio­na­li­za­da fran­ce­sa María Casa­res (1922 – 1996).

Obvia­men­te que resul­ta impo­si­ble refle­jar el con­te­ni­do de las 865 misi­vas inter­cam­bia­das por Camus y Casa­res; es así que el actor y autor Dany Bou­dreault efec­tuó una adap­ta­ción que narra­ti­va­men­te trans­mi­te la esen­cia del amor que exis­tió entre ambos artis­tas. Para ello el direc­tor Maxi­me Car­bon­neau optó por una pues­ta escé­ni­ca que se desa­rro­lla en tres momen­tos tem­po­ra­les; así, en su comien­zo la acción se desa­rro­lla en la entre­vis­ta rea­li­za­da a Casa­res pocos años antes de su muer­te don­de pasa revis­ta a la rela­ción que man­tu­vo con Camus; simul­tá­nea­men­te se asis­te a la lec­tu­ra de algu­nas de las car­tas que cada uno de los aman­tes diri­ge al otro y asi­mis­mo a los encuen­tros físi­cos que man­tu­vie­ron en dife­ren­tes épocas.

(Foto: Yves Renaud)

Pró­xi­mo a la fina­li­za­ción de la Segun­da Gue­rra, en mar­zo de 1944 María que está exi­lia­da en Fran­cia y Albert igual­men­te resi­dien­do allí se encuen­tran en una reu­nión invi­ta­dos por el etnó­gra­fo Michel Lei­ris; Albert reco­no­cien­do el talen­to de la actriz; de inme­dia­to la hace leer su obra El Malen­ten­di­do con la inten­ción de que la pro­ta­go­ni­ce. Pocas sema­nas des­pués, en la noche del 6 de junio, fecha de des­em­bar­co de las tro­pas alia­das en Nor­man­día, que­da con­su­ma­da la rela­ción ínti­ma entre ambos que será el ini­cio de una pasión incon­men­su­ra­ble; sin embar­go, meses des­pués ella se ale­ja tenien­do en cuen­ta que su aman­te está casa­do con la arge­li­na Fran­ci­ne Fau­ré y es padre de dos melli­zos, Cathe­ri­ne y Jean. No obs­tan­te, el des­tino quie­re que en 1948, un encuen­tro for­tui­to en las calles de París haga que se reini­cie el apa­sio­na­do amor de estos dos seres que per­du­ra­rá has­ta el dece­so de Albert.

Con­tem­plan­do el desa­rro­llo de la pie­za, no cabe duda que uno de sus pila­res resi­de en la remar­ca­ble actua­ción de Anne Dor­val per­so­ni­fi­can­do a la inol­vi­da­ble dama de la esce­na, así como en la mag­ní­fi­ca com­po­si­ción de Ste­ve Gag­non dan­do vida al insig­ne filó­so­fo; ambos ofre­cen una lec­ción del arte de la inter­pre­ta­ción entre­gán­do­se sin reser­va algu­na en el cuer­po y alma de sus per­so­na­jes. Duran­te dos horas con­ti­nua­das, ambos artis­tas des­lum­bran trans­mi­tien­do el fue­go sagra­do del amor entre dos seres que gran par­te del tiem­po se encuen­tran en dife­ren­tes luga­res pero que man­tie­nen viva la lla­ma de la pasión a tra­vés de las car­tas; en la evo­lu­ción de esa rela­ción se mani­fies­tan los encuen­tros, sepa­ra­cio­nes y reen­cuen­tros no exen­tos de celos, frus­tra­cio­nes y des­acuer­dos, como asi­mis­mo que­dan pun­tua­li­za­das refe­ren­cias polí­ti­cas vin­cu­la­das con los acon­te­ci­mien­tos de la segun­da gue­rra y la situa­ción de Argelia.

El rela­to se nutre de varias esce­nas memo­ra­bles. Una de ellas tie­ne lugar cuan­do María le pide a Albert que le lea el dis­cur­so que pro­nun­cia­rá en oca­sión de reci­bir en Esto­col­mo en diciem­bre de 1957 el pre­mio Nóbel de Lite­ra­tu­ra. Otra vibran­te esce­na gene­ra la lec­tu­ra de la últi­ma car­ta del 30 de diciem­bre de 1959 que Camus le escri­be a su ama­da des­de Le Petit-Ville­ble­vin expre­sán­do­le la dicha que le cau­sa saber que habrá de abra­zar­la nue­va­men­te cuan­do lle­gue a París el 4 de enero de 1960, sin ima­gi­nar que en ese día se pro­du­ci­rá su fatal acci­den­te auto­mo­vi­lís­ti­co; cuan­do María reci­be la trá­gi­ca noti­cia ella repi­te ardien­te­men­te “A las Cin­co de la Tar­de”, con­ta­gian­do su tor­men­to a la audien­cia. Final­men­te no menos con­mo­ve­do­ra es la esce­na que tie­ne lugar años des­pués de la muer­te de Camus cuan­do María lega a su hija Cathe­ri­ne las car­tas del gran amor de su vida que lle­ga­rían a ser publi­ca­das en 2017.

Con la úni­ca sal­ve­dad de su pro­lon­ga­da dura­ción que podría ser acor­ta­da sin que la obra per­die­ra su esen­cia, el aman­te del tea­tro tie­ne la opor­tu­ni­dad de apre­ciar esta gra­ti­fi­can­te pro­duc­ción ava­la­da por la sobria direc­ción de Car­bon­neau, el buen tex­to de Bou­dreault y muy espe­cial­men­te por la pre­sen­cia de Dor­val y Gagnon.

Una Hila­ran­te Comedia

JACK ABSO­LU­TE FLIES AGAIN

Kel­vin Flet­cher y Lau­rie David­son. (Foto: Brinkhoff Moegenburg)

En una nue­va pre­sen­ta­ción tea­tral des­de los esce­na­rios de Ingla­te­rra, Natio­nal Thea­tre Live pre­sen­ta­rá en los cines cana­dien­ses la obra de Richard Bean y Oli­ver Chris, Jack Abso­lu­te Flies Again que se repre­sen­tó en el tea­tro Oli­vier de Lon­dres duran­te el verano del año pasa­do y ha sido fil­ma­da en una de sus representaciones.

Lau­rie David­son. (Foto: Brinkhoff Moegenburg)

La pie­za que está diri­gi­da por Emily Burns está basa­da en la obra The Rivals de Richard Brins­ley She­ri­dan que escri­ta en 1775 cons­ti­tu­ye una sáti­ra social de los valo­res impe­ran­tes en el siglo XVIII.

Caro­li­ne Quen­tin y Peter For­bes. (Foto: Brinkhoff Moegenburg)

En esta pro­duc­ción Bean y Chris reubi­ca­ron la his­to­ria en el siglo 20 cuya acción trans­cu­rre en Ingla­te­rra duran­te la Segun­da Gue­rra en Mala­prop Man­sions, que alber­ga tran­si­to­ria­men­te a una ofi­ci­na de la RAF (Royal Air For­ce). Allí se desem­pe­ñan varios pilo­tos de gue­rra y uno de ellos es Jack Abso­lu­te (Lau­rie David­son) quien en su retorno al país tra­ta de con­quis­tar a Lydia Lan­gue (Nata­lie Sim­pson), la mujer de sus sue­ños quien es tam­bién pilo­to. En tan­to ella, que en la ver­sión actual es una deter­mi­na­da femi­nis­ta, a su vez está fuer­te­men­te atraí­da por Dud­ley Scunthor­pe (Kel­vin Flet­cher), un mecá­ni­co de la cla­se obre­ra quien está ena­mo­ra­do de otra mujer.

Sin nece­si­dad de pro­se­guir en el desa­rro­llo de los acon­te­ci­mien­tos, se pue­de anti­ci­par que esta reide­ra come­dia nutri­da de fal­sas iden­ti­da­des y de trián­gu­los amo­ro­sos ha satis­fe­cho a la mayo­ría de la crí­ti­ca lon­di­nen­se des­ta­can­do la ágil pues­ta escé­ni­ca de Burns y el entu­sias­mo des­ple­ga­do por el homo­gé­neo elen­co enca­be­za­do por David­son, Sim­pson, Flet­cher, Caro­li­ne Quen­tin, Kerry Howard y Peter For­bes. El repar­to se com­ple­ta con James Corri­gan, Theo Cowan, Shai­lan Gohil, Jor­dan Met­cal­fe, Akshay Sha­ran, Tim Steed, Hele­na Wil­son, Millie Hika­sa, Chris Jen­kins, Geor­ge Kemp, Joan­na McGuin­ness y Geof­frey Towers.

La pie­za será exhi­bi­da el 15 y 19 de Enero de 2023 en selec­tas salas de Cine­plex

Encan­ta­do­res Coristas

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

LES CHO­RIS­TES. Libro Ori­gi­nal : Chris­tophe Barra­tier y Phi­lip­pe Lopez Cur­val — Adap­ta­ción: Mary­se Ward y Ser­ge Denon­co­urt — Direc­ción: Ser­ge Denon­co­urt – Elen­co: Fra­nçois L’Écuyer, Hen­ri Chas­sé, Gary Bou­drealt, Loui­se Car­di­nal, Michel-Oli­vier Girard, Sacha Bol­duc, Les Petits Chan­te­urs du Mont Royal y Les Petits Chan­te­urs de Laval — . Esce­no­gra­fía: Gui­llau­me Lord – Ves­tua­rio: Pie­rre-Guy Lapoin­te – Ilu­mi­na­ción Erwann Ber­nard – Músi­ca Ori­gi­nal: Bruno Coulais y Chris­tophe Barra­tier – Video: Silent Part­ner – Dura­ción: 100 minu­tos sin entre­ac­to – Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 19 de enero en el Tea­tro Monu­ment National. 

Cele­bran­do el perío­do fes­ti­val y un nue­vo año, más que bien­ve­ni­da resul­ta la repo­si­ción rea­li­za­da por el Gru­po Jus­te pour Rire de Les Cho­ris­tes que logró un cla­mo­ro­so éxi­to en opor­tu­ni­dad de su pre­sen­ta­ción en Mon­treal en 2018.

Si bien esta come­dia musi­cal está basa­da en el libre­to ori­gi­nal de Chris­tophe Barra­tier y Phi­lip­pe Lopez Cur­val cuya acción trans­cu­rre en Fran­cia, en la adap­ta­ción rea­li­za­da por Mary­se War­da y Ser­ge Denoun­court el rela­to se desa­rro­lla en Que­bec. De todos modos, el espec­tácu­lo res­pe­ta el men­sa­je de la pelí­cu­la homó­ni­ma de 2004 diri­gi­da por Barra­tier quien a su vez se basó en el film La Cage Aux Ros­sig­nols de 1947.

Fra­nçois L’Ecuyer. (Foto: Marie-Andrée Lemire)

Esta pro­duc­ción ape­la a la tra­di­cio­nal con­sig­na de que un maes­tro pue­de ser­vir de ins­pi­ra­ción a sus alum­nos ayu­dán­do­los a supe­rar los obs­tácu­los que se inter­pon­gan en sus cami­nos para triun­far en la vida. En este caso el edu­ca­dor es Clé­ment Mathieu (Fra­nçois L’Écuyer), un músi­co des­em­plea­do quien lle­ga a La Beau­ce en 1949 don­de es con­tra­ta­do para desem­pe­ñar­se como super­vi­sor en el inter­na­do Le fond de l’étang que alber­ga a chi­cos rebel­des e inadap­ta­dos. Lo pri­me­ro que apre­cia es la auto­ri­dad des­pó­ti­ca que ejer­ce el direc­tor Rachin (Hen­ri Chas­sé) en un ambien­te de abso­lu­to rigor. Es así que por con­tras­te, Clé­ment con su carác­ter afa­ble y bene­vo­len­te tra­ta de con­gra­ciar­se con los estu­dian­tes; para ello y como gran aman­te de la músi­ca intro­du­ce la magia del can­to con la for­ma­ción de un gru­po coral. El méto­do didác­ti­co, el cari­ño y la pasión por la músi­ca incul­ca­dos por el edu­ca­dor duran­te sus cla­ses con­tri­bu­ye a ganar­se el res­pe­to y afec­to de sus nova­tos coris­tas, a la vez que éstos van des­cu­brien­do con­di­cio­nes artís­ti­cas en sus per­so­na­li­da­des que los moti­van a mirar el futu­ro con más opti­mis­mo. Cla­ro está que el esfuer­zo logra­do por Clé­ment ins­ti­ga­rá ganar­se la anti­pa­tía del male­vo­len­te direc­tor; pero eso no ate­nua­rá los esfuer­zos del ins­truc­tor que a su vez con­ta­rá con la cola­bo­ra­ción del sim­pá­ti­co pro­fe­sor Lan­glo­is (Michel-Oli­vier Girard).

Hen­ri Chas­sé. (Foto: Marie Andrée Lemire)

Dicho lo que ante­ce­de, el espec­tácu­lo cobra vida con las can­cio­nes ento­na­das por los agra­cia­dos alum­nos en don­de espe­cial­men­te se des­ta­ca el joven Pie­rre Morhan­ge (Oli­vier Leduc) dota­do de un espe­cial talen­to vocal y que a su vez es el orgu­llo de su madre mono­pa­ren­tal Vio­let­te (Loui­se Cardinal).

Entre los valo­res de esta pie­za musi­cal debe dis­tin­guir­se la muy bue­na pues­ta escé­ni­ca de Ser­ge Denon­co­urt quien impri­me un cli­ma nos­tál­gi­co a esta his­to­ria ade­más de haber logra­do un muy buen desem­pe­ño de su elen­co adul­to lide­ra­do por las bue­nas carac­te­ri­za­cio­nes rea­li­za­das por L’Écuyer, Chas­sé con la cola­bo­ra­ción de Girard, Car­di­nal y en roles de apo­yo Sacha Bol­duc y Gary Bou­drealt. En gran medi­da la soli­dez de Les Cho­ris­tes se debe a la remar­ca­ble par­ti­ci­pa­ción de una quin­ce­na de jóve­nes pro­ve­nien­tes de los orga­nis­mos cora­les Petit Chan­te­urs de Mont-Roi­yal y Petits Chan­te­urs de Laval; el entu­sias­mo brin­da­do y sus mag­ní­fi­cas voces cons­ti­tu­yen el alma de este espec­tácu­lo que asi­mis­mo ofre­ce algu­nos momen­tos emo­ti­vos, como la tier­na esce­na en que el ino­cen­te huer­fa­ni­to Pépi­not (Loren­zo Hébert-Iwa­mo­to) es pro­te­gi­do por Clé­ment. Final­men­te cabe des­ta­car la flui­da esce­no­gra­fía de Gui­llau­me Lord que median­te pane­les move­di­zos per­mi­te con suma rapi­dez ofre­cer los dis­tin­tos ambien­tes en que se desa­rro­lla la acción.

En esen­cia, el públi­co que asis­ta a la repre­sen­ta­ción de este musi­cal en el Tea­tro Monu­ment Natio­nal que­da­rá amplia­men­te gra­ti­fi­ca­do y bien toni­fi­ca­do para el comien­zo de 2023.

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