Per­tur­ba­dor Thriller

IT COMES AT NIGHT. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Trey Edward Shults

Un psi­co­ló­gi­co thri­ller post apo­ca­líp­ti­co es el con­ce­bi­do por el rea­li­za­dor Trey Edward Shults en su segun­da incur­sión cine­ma­to­grá­fi­ca. Al hacer­lo uti­li­za como pre­mi­sa un hecho inquie­tan­te y ate­mo­ri­za­dor para ver cómo el mis­mo reper­cu­te en la pecu­liar rela­ción que se esta­ble­ce entre dos uni­da­des familiares.

La acción se desa­rro­lla en un futu­ro cer­cano don­de Esta­dos Uni­dos es azo­ta­do por una pla­ga des­co­no­ci­da. En la pri­me­ra esce­na que trans­cu­rre en una ais­la­da zona bos­co­sa se obser­va a Sarah (Car­men Ejo­bo) des­pi­dién­do­se de su mori­bun­do padre afec­ta­do por el mal; inme­dia­ta­men­te su mari­do Paul (Joel Edger­ton) trans­por­ta al anciano hacia a una fosa, lo mata pia­do­sa­men­te y cal­ci­na su cuer­po para evi­tar que la pla­ga pue­da pro­pa­gar­se. Cobi­ja­dos en una rús­ti­ca caba­ña, Paul es el pro­tec­tor de su fami­lia cui­dan­do de sal­va­guar­dar a Sarah y a Tra­vis (Kel­vin Harri­son Jr.), su hijo ado­les­cen­te, quien ha que­da­do trau­ma­ti­za­do al con­tem­plar la muer­te de su abuelo.

Tra­tan­do de sobre­lle­var la reali­dad que enfren­tan, el modus viven­di de Paul y los suyos se verá alte­ra­do cuan­do reci­ben la visi­ta de Will (Chris­topher Abbot), un indi­vi­duo no infec­ta­do que soli­ci­ta refu­gio para él, su joven mujer Kim (Riley Keough) y su peque­ño hijo Andrew (Grif­fin Robert Faulk­ner). Aun­que al prin­ci­pio no se encuen­tra con­ven­ci­do, final­men­te Paul acce­de a dar­les alo­ja­mien­to pen­san­do que al menos la sole­dad será más lle­va­de­ra con la pre­sen­cia de esta nue­va uni­dad familiar.

A medi­da que pro­si­gue el rela­to, el rea­li­za­dor va crean­do un cli­ma de ten­sión cre­cien­te que sur­ge de la coexis­ten­cia de ambas fami­lias. Aun­que la soli­da­ri­dad pare­cie­ra pri­mar en las acti­tu­des de Paul, con todo no pue­de domi­nar la des­con­fian­za que lo apre­sa al dudar si aca­so los visi­tan­tes son tan ino­cen­tes como pare­cen o exis­ten ocul­tas inten­cio­nes sinies­tras que des­co­no­ce. Sin ape­lar a los recur­sos típi­cos de los fil­mes de horror Shults sabe cómo lograr un buen sus­pen­so y con­du­cir el desa­rro­llo de los acon­te­ci­mien­tos hacia un cli­max en don­de una laten­te vio­len­cia ter­mi­na esta­llan­do. Al hacer­lo ha teni­do una visión cla­ra y pre­ci­sa en la des­crip­ción de sus per­so­na­jes per­mi­tien­do que la psi­co­lo­gía de los mis­mos se ajus­te muy bien a su sóli­da tra­ma y que en más de una opor­tu­ni­dad sor­pren­da al espectador.

Las inter­pre­ta­cio­nes son en gene­ral muy bue­nas. Pri­vi­le­gian­do a los per­so­na­jes mas­cu­li­nos, Edger­ton refle­ja muy bien la figu­ra de un hom­bre que aun­que no mani­fies­te exte­rior­men­te sus sen­ti­mien­tos, está dis­pues­to a recu­rrir a cual­quier medio con tal de velar por su fami­lia; por su par­te Abbott da con el tono pre­ci­so para que nun­ca se lle­gue a saber cier­ta­men­te si es o no lo que apa­ren­ta; por últi­mo, la gran reve­la­ción es Harri­son Jr. quien brin­da a su Tra­vis la vul­ne­ra­bi­li­dad de un ado­les­cen­te en pro­ce­so de madu­rez con sus inquie­tu­des sexua­les y que des­car­ga en sus pesa­di­llas y sobre­sal­tos los temo­res e inse­gu­ri­da­des que le aque­ja obser­van­do la incer­ti­dum­bre de sus padres fren­te a la com­ple­ja diná­mi­ca man­te­ni­da con la fami­lia visitante.

En los fac­to­res téc­ni­cos de pro­duc­ción la foto­gra­fía de Drew Daniels cap­tan­do la opre­sión del ambien­te claus­tro­fó­bi­co en que trans­cu­rre la acción, con­tri­bu­ye a refor­zar la cali­dad de este per­tur­ba­dor dra­ma. Jor­ge Gutman

Un Pro­fun­do Víncu­lo Afectivo

MEGAN LEA­VEY. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film de Gabrie­la Cowperthwaite

¿Pue­de con­ce­bir­se una his­to­ria de amor mater­nal entre un ser humano y un ani­mal? Aun­que el cine ya ha dado mues­tras de los ínti­mos lazos que pue­den crear­se entre una per­so­na y un perro, lo que se ofre­ce en Megan Lea­vey es algo más que una mani­fes­ta­ción de cari­ño; lo cier­to es que si este dra­ma film no estu­vie­ra basa­do en un caso real como lo fue, podría haber­se afir­ma­do que lo que se ve es pura ficción.

La ver­da­de­ra his­to­ria de Megan Lea­vey (Kate Mara) comien­za en 2001 vivien­do en Valley Cot­ta­ge, uno de los subur­bios de Nue­va York, con su madre (Edie Fal­co) y padras­tro (Will Pat­ton). Des­con­ten­ta con el tra­ba­jo que esta­ba rea­li­zan­do, cuyo poco entu­sias­mo moti­vó a que fue­ra des­pe­di­da, y al mis­mo tiem­po dolo­ri­da por la muer­te de un que­ri­do ami­go, deci­de enro­lar­se en el ejér­ci­to con el pro­pó­si­to de encon­trar allí un sen­ti­do mejor a su vida.

Kate Mara

Kate Mara

Ade­más de tener que atra­ve­sar los rigo­res de un duro entre­na­mien­to, antes de via­jar a Iraq en 2005 y 2006 se le asig­na como com­pa­ñe­ro de labor a Rex, un pas­tor ale­mán, cuyo extra­or­di­na­rio olfa­to le per­mi­te ras­trear bom­bas y detec­tar cam­pos mina­dos. Es muy apre­cia­ble la des­crip­ción de la direc­to­ra Gabrie­la Cow­perth­wai­te enfo­can­do la difí­cil tarea de domes­ti­ca­ción de Rex por par­te de Megan sobre todo por tra­tar­se de un ani­mal de natu­ra­le­za agre­si­va. En el momen­to de empren­der el via­je al con­vul­sio­na­do terri­to­rio del Medio Orien­te, ya exis­te un cla­ro len­gua­je de enten­di­mien­to por par­te del perro en seguir las órde­nes impar­ti­das por su instructora.

En esta pri­me­ra mitad del rela­to, el film repro­du­ce con minu­cio­si­dad las accio­nes desa­rro­lla­das en Iraq don­de el peli­gro se encuen­tra per­ma­nen­te­men­te laten­te y las explo­sio­nes están a la orden del día. En ese cli­ma hos­til y opre­si­vo, muy bien repro­du­ci­do por los dise­ños de pro­duc­ción de Ed Verreaux, es don­de se evi­den­cia la labor des­ple­ga­da por Kate como así tam­bién la de Rex detec­tan­do los dis­po­si­ti­vos explo­si­vos. Si bien esa acción les per­mi­te sal­var vidas huma­nas no menos cier­to es que este increí­ble dúo habrá de sufrir heri­das impo­si­bles de sos­la­yar don­de a cau­sa de las mis­mas Kate está obli­ga­da a sepa­rar­se del ani­mal y retor­nar a Esta­dos Uni­dos para su recu­pe­ra­ción físi­ca y emocional.

La segun­da par­te de esta his­to­ria resal­ta el indi­so­lu­ble víncu­lo de Kate con el ani­mal. La sepa­ra­ción for­zo­sa impli­ca para ella un sen­ti­mien­to de angus­tia que sin exa­ge­rar podría ase­me­jar­se al de una madre obli­ga­da a dejar a su hijo en manos de otra per­so­na. De allí en más, el ajus­ta­do y sutil guión de Pame­la Gray, Annie Mumo­lo y Tim Loves­tedt enfa­ti­za los esfuer­zos que esta joven rea­li­za para que fina­li­za­da su misión pue­da adop­tar al ani­mal que tan­to quie­re. Si bien los obs­tácu­los inter­pues­tos por la vete­ri­na­ria (Geral­di­ne James), hacen supo­ner que Megan no ten­drá más reme­dio que des­pe­dir­se defi­ni­ti­va­men­te de su perro, ella no ceja­rá en su pro­pó­si­to recu­rrien­do a la reco­lec­ción de fir­mas por par­te del públi­co, pres­tán­do­se a un repor­ta­je tele­vi­si­vo y soli­ci­tan­do la ayu­da del sena­dor Chuck Schu­mer (Andrew Masset).

Entre algu­nos aspec­tos inci­den­ta­les den­tro del mar­co de esta his­to­ria se encuen­tra la bre­ve rela­ción sen­ti­men­tal que Megan con un cole­ga mari­ne (Ramón Rodrí­guez), como así tam­bién la inter­ven­ción de su padre(Bradley Whit­ford), infun­dién­do­le apo­yo moral.

La actua­ción de Mara es mag­ní­fi­ca brin­dan­do todos los mati­ces por los que atra­vie­sa su per­so­na­je resul­tan­do más que con­vin­cen­te su entra­ña­ble devo­ción hacia Rex al pun­to tal que pare­ce­ría ser la razón de su vida; no menos impre­sio­nan­te resul­ta el modo en que se des­en­vuel­ve el ani­mal que carac­te­ri­za a Rex; en tal sen­ti­do es difí­cil de saber lo que el canino pien­sa al res­pec­to pero no hay duda algu­na que logra una enor­me trans­for­ma­ción del papel que pro­ta­go­ni­za dejan­do de lado su agre­si­vi­dad ini­cial para vol­car una gran ter­nu­ra hacia su progenitora.

Aun­que su des­en­la­ce resul­te pre­vi­si­ble nada des­me­re­ce el méri­to de la rea­li­za­do­ra de haber brin­da­do un dra­ma enno­ble­ce­dor y con­mo­ve­dor que por haber acon­te­ci­do real­men­te nadie podrá acha­car­lo de fan­ta­sio­so. Jor­ge Gutman

Un Gran Pin­tor Japonés

BRI­TISH MUSEUM PRE­SENTS: HOKUSAI

Des­de el 25 de Mayo pasa­do has­ta el 13 de Agos­to tie­ne lugar en el renom­bra­do Museo Bri­tá­ni­co de Lon­dres una expo­si­ción des­ti­na­da a resal­tar la obra de Katsushi­ka Hoku­sai (1760 – 1849), quien ha sido un impor­tan­te pin­tor y gra­ba­dor japo­nés. Afor­tu­na­da­men­te, para quien no ten­ga la opor­tu­ni­dad de encon­trar­se en la capi­tal de Ingla­te­rra y visi­tar el museo, podrá tener una idea de la mis­ma a tra­vés de la fil­ma­ción rea­li­za­da que se trans­mi­ti­rá a los cines canadienses.

HOKUSAI. Bell Flower and Dragonfly

HOKU­SAI. Bell Flo­wer and Dragonfly

Hoku­sai es con­si­de­ra­do en Japón como uno de sus artis­tas más famo­sos e influ­yen­tes; así, a media­dos del siglo XIX sus tra­ba­jos lle­ga­ron a cono­cer­se en París cau­san­do una gran impre­sión al pun­to tal que lle­ga­ron a ser colec­cio­na­dos por gran­des artis­tas impre­sio­nis­tas como lo fue­ron Vin­cent Van Gogh, Clau­de Monet, Edgar Degas y Hen­ri de Toulouse-Lautrec.

En esta opor­tu­ni­dad el Museo trans­por­ta al visi­tan­te en un via­je artís­ti­co a tra­vés de los últi­mos 30 años de vida del autor, un perío­do en que el artis­ta pro­du­jo algu­nas de sus más impor­tan­tes obras maestras.

HOKUSAI. Old Tiger in the Snow

HOKU­SAI. Old Tiger in the Snow

A tra­vés de su reco­rri­do, la pre­sen­te expo­si­ción deno­mi­na­da “Hoku­sai, beyond the Great Wave” (Hoku­sai, más allá de la Gran Ola), con­fir­ma el nivel de arte­sa­nía y rigu­ro­si­dad téc­ni­ca del artis­ta, así como la pro­fun­di­dad y ampli­tud que emer­gen de sus cua­dros. Una selec­ción de sober­bios pai­sa­jes se intro­du­ce a medi­da que se van reco­rrien­do las dife­ren­tes salas del museo que alber­gan la mues­tra don­de se encuen­tra su emble­má­ti­ca obra La Gran Ola, como así tam­bién esce­nas inti­mis­tas vin­cu­la­das con la vida coti­dia­na, repre­sen­ta­cio­nes del mun­do natu­ral de la flo­ra y la fau­na e igual­men­te cria­tu­ras sobre­na­tu­ra­les con­for­ma­das por dei­da­des y fantasmas.

Cabe con­sig­nar que la expo­si­ción inclu­ye igual­men­te dise­ños, pin­tu­ras y libros ilus­tra­dos, muchos de los cua­les han sido pres­ta­dos por Japón, Euro­pa y Esta­dos Uni­dos. Así, ésta es una opor­tu­ni­dad para apre­ciar todos estos extra­or­di­na­rios tra­ba­jos al mis­mo tiem­po y sumer­gir­se en la bús­que­da espi­ri­tual y artís­ti­ca de este gran creador.

Brithis Museum Pre­sents: Hoku­sai se verá en Cana­dá en las salas de Cine­plex el 25 y 28 de junio de 2017. Para infor­ma­ción sobre los cines y hora­rios loca­les que difun­di­rán este even­to pre­sio­ne aquí.

Un Míti­co Per­so­na­je Bíblico

SALO­MÉ

En una nue­va pre­sen­ta­ción de la serie Natio­nal Thea­tre Live, los cines de Cana­dá trans­mi­ti­rán direc­ta­men­te des­de Lon­dres la pro­duc­ción Salo­mé. Aun­que esta tra­ge­dia es cono­ci­da a tra­vés de la pie­za que Oscar Wil­de escri­bió en 1891 y de la crea­ción líri­ca de Richard Strauss, la con­cep­ción de la mis­ma es dife­ren­te en la actual pro­duc­ción británica.

Isabella Nefar ( Foto de Tristam Kenton)

Isa­be­lla Nefar ( Foto de Tris­tam Kenton)

En esta ver­sión escri­ta y pues­ta en esce­na por Yaël Far­ber, la acla­ma­da direc­to­ra suda­fri­ca­na ha cam­bia­do la idio­sin­cra­sia de este per­so­na­je bíbli­co. Aquí, la seduc­to­ra hija de Herod, impul­sa­da por su madre soli­ci­ta la cabe­za del pro­fe­ta Ioka­naan (Juan el Bau­tis­ta) como recom­pen­sa, por haber bai­la­do delan­te de él. De hecho, su acti­tud la con­vier­te en una ava­sa­llan­te fuer­za revo­lu­cio­na­ria que desa­fia­rá la auto­ri­dad de Pon­cio Pila­to para libe­rar al sojuz­ga­do pue­blo cris­tiano de la opre­sión roma­na. Al rein­ter­pre­tar a este per­so­na­je, el pro­pó­si­to de Far­ber ha sido dotar­lo un carác­ter femi­nis­ta demos­tran­do como la deci­di­da acción de Salo­mé la con­vier­te en un vital ins­tru­men­to capaz de cam­biar el des­tino del mundo.

Olwen Fouéré (Foto del National Theatre)

Olwen Foué­ré (Foto del Natio­nal Theatre)

El pres­ti­gio­so elen­co está enca­be­za­do por Isa­be­lla Nefar carac­te­ri­zan­do al rol titu­lar. A su lado par­ti­ci­pan Olwen Foué­ré (la ancia­na Salo­mé que rela­ta la his­to­ria) Lloyd Hut­chin­son (Pila­to), Paul Chahi­di (Herod) y Ram­zi Chou­kair (Ioka­naan). El dise­ño esce­no­grá­fi­co está a car­go de Susan Hil­ferty, la ilu­mi­na­ción per­te­ne­ce a Tim Lut­kin y la músi­ca es de Adam Cork.

Esta pie­za que se repre­sen­ta en el Oli­vier Natio­nal Thea­tre será difun­di­da en vivo y direc­to en las salas de Cine­plex el 22 de junio de 2017 y nue­va­men­te trans­mi­ti­da el 15 de julio de 2017. Para infor­ma­ción sobre Los cines par­ti­ci­pan­tes y los hora­rios loca­les res­pec­ti­vos pre­sio­ne aquí.

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Una Caó­ti­ca Boda

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

IT SHOUL­DA BEEN YOU.  Libro y Pala­bras: Brian Har­gro­ve – Tra­duc­ción al Idish: Edith Kuper y Aron Gonshor Músi­ca y Con­cep­ción: Bar­ba­ra Ansel­mi — Direc­ción y Coreo­gra­fía: Jim Whi­te –- Elen­co: Aman­da Benn, Rosie Callaghan, Moishe Camp­bell, Joan­ne Cutler, Craig Dalley, Pau­la Wolf­man Frank, Karen Karp­man, Betty Kis Marer, Nao­mi Kraj­den, Jor­da­na Kujavsky, Han­nah Leco­usy, Samantha Levy, Cheryl-Ann Lilieth, Nico­las Man­cu­so, Mike Melino, Sam Mel­nick, Mery Midd­ling, Jus­tin Muniz, Karyn Pellat-Caron, Marc-André Pou­lin, Mikey Sam­ra, Sam Stein, Méla­nie Thom­pson, Stan Unger –  Direc­tor Musi­cal: Nick Bur­gess — Esce­no­gra­fía: Mar­jo­lai­ne Pro­ve­nçal — Ves­tua­rio: Loui­se Bou­rret – Ilu­mi­na­ción: Luc Prai­rie – Dise­ño de Soni­do: Peter Balov — Dura­ción: 1h45 sin entre­ac­to- Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 25 de Junio de 2017 en la sala prin­ci­pal del Segal Cen­tre (www.segalcentre.org)

Como ya resul­ta habi­tual todos los años el Segal Cen­tre pre­sen­ta una obra en idio­ma idish y este año ha deci­di­do hacer­lo con It Shoul­da Been You una come­dia musi­cal que se dio a cono­cer en Broad­way hace dos años.

Unger, Pellatt-Caron, Samra Karpman y Stein._ ( Foto de Andrée-Lanthier)

Unger, Pellatt-Caron, Sam­ra, Karp­man y Stein. ( Foto de Andrée-Lanthier)

La acción trans­cu­rre en un ele­gan­te hotel en la maña­na del día don­de ten­drá lugar el casa­mien­to de Rebec­ca Stein­berg, pro­ve­nien­te de una fami­lia judía, con Brian Howard,. de ori­gen cris­tiano. La mayor par­te de su desa­rro­llo trans­cu­rre en el ner­vio­sis­mo de rigor y ten­sio­nes que se crean en los pre­pa­ra­ti­vos fina­les don­de la ines­pe­ra­da reapa­ri­ción de Marty Kauf­man, el ex novio de la novia, está a pun­to de per­tur­bar la cere­mo­nia, sobre todo cuan­do los padres de Rebec­ca hubie­ran desea­do que él se casa­ra con ella.

No es nece­sa­rio entrar en más deta­lles de esta far­sa casa­men­te­ra cuyo pro­pó­si­to fun­da­men­tal es el de hacer reír con las dis­lo­ca­das situa­cio­nes que se van suce­dien­do per­ma­nen­te­men­te a tra­vés de sus pin­to­res­cos y mayor­men­te excén­tri­cos per­so­na­jes. Lo úni­co que se pue­de anti­ci­par es que cuan­do todo pare­ce­ría desa­rro­llar­se den­tro de los linea­mien­tos y este­reo­ti­pos de una tra­ma pre­vi­si­ble, Brian Har­gro­ve ha intro­du­ci­do una inge­nio­sa vuel­ta de tuer­ca en su des­en­la­ce cuan­do cier­tos secre­tos bien guar­da­dos son reve­la­dos para sor­pre­sa de los invi­ta­dos a la cere­mo­nia y obvia­men­te de la audien­cia pre­sen­te. La músi­ca de Bar­ba­ra Ansel­mi con sus 19 can­cio­nes resul­ta agra­da­ble y aun­que sin ser memo­ra­ble tie­ne la vir­tud de impul­sar ade­cua­da­men­te el desa­rro­llo de los acontecimientos.

Naomi Krajden, Justin Muniz and Company_(Foto by Andrée Lanthier)

Nao­mi Kraj­den y Jus­tin Muniz. (Foto de Andrée Lanthier)

Hay varios fac­to­res que hacen meri­to­rio este espec­tácu­lo. En pri­mer lugar la tra­duc­ción del inglés al idish ha resul­ta­do mag­ní­fi­ca tra­tán­do­se de una come­dia musi­cal don­de no siem­pre es sen­ci­llo tra­du­cir la letra de una can­ción de un idio­ma al otro res­pe­tan­do el con­te­ni­do de la ver­sión ori­gi­nal; en este sen­ti­do, es loa­ble la labor de Edith Kuper y Aron Gonshor demos­tran­do una efi­cien­cia a toda prue­ba como tra­duc­to­res. El otro aspec­to impor­tan­te es la direc­ción y coreo­gra­fía de Jim Whi­te que ha per­mi­ti­do dotar al espec­tácu­lo de la flui­dez nece­sa­ria para que el rit­mo no decai­ga ade­más de haber­se vali­do de un inob­je­ta­ble elenco.

Rosie Callaghan en el rol pro­ta­gó­ni­co de Jenny satis­fa­ce ple­na­men­te como la her­ma­na mayor de Rebec­ca, dis­pues­ta a ofre­cer­le todo el apo­yo posi­ble, ade­más de des­ta­car­se con su voz en la inter­pre­ta­ción de varias can­cio­nes que tie­ne a su car­go; otro papel impor­tan­te es el de Mikey Sam­ra carac­te­ri­zan­do a Marty, el invi­ta­do no desea­do a la fies­ta. Igual­men­te se lucen Nao­mi Kraj­den y Jus­tin Muniz como los novios así como Marc-André Pou­lin demues­tra soli­dez y espe­cial sim­pa­tía como el pla­ni­fi­ca­dor de la boda; por su par­te Karin Pellatt Caron en un bre­ve papel se luce ani­man­do a la alcohó­li­ca tía Shei­la. Por la natu­ra­le­za de sus per­so­na­jes Karen Karp­man como la pro­vo­ca­ti­va y ver­bo­rrá­gi­ca madre de la novia así como Joan­ne Cutler dan­do vida a la esti­ra­da y esnob madre del novio don­de los inter­cam­bios poco ama­bles entre ellas ori­gi­nan algu­nos momen­tos cier­ta­men­te hilarantes.

En los fac­to­res téc­ni­cos de pro­duc­ción la muy bue­na esce­no­gra­fía Mar­jo­lai­ne Pro­ve­nçal se pone al ser­vi­cio de la pie­za, así como se des­ta­ca el vis­to­so ves­tua­rio de Loui­se Bou­rret y la ilu­mi­na­ción del talen­to­so Luc Prairie.

En resu­men, todo se con­ju­ga para el logro de una agra­da­ble come­dia dis­lo­ca­da que habla­da en idish está sobre­ti­tu­la­da en inglés y francés.