Una Aven­tu­ra Única

WILD. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film de Jean-Marc Vallée

Des­pués de haber con­so­li­da­do un gran éxi­to de crí­ti­ca y públi­co en Dallas Buyers Club (2013) que le valió el Oscar a Matthew McCo­naughey, el rea­li­za­dor cana­dien­se Jean-Marc Vallée efec­tuó una nue­va incur­sión en el cine de Esta­dos Uni­dos con Wild, un nota­ble film que fue cáli­da­men­te reci­bi­do en el TIFF de este año.

Reese Witherspoon

Reese Withers­poon

Basa­do en un hecho real, el guio­nis­ta Nick Hornby adap­tó el libro auto­bio­grá­fi­co de Cheryl Stra­yed Wild: From Lost to Found on the Paci­fic Crest Trail (2012), para rela­tar la tra­ve­sía excep­cio­nal de 1800 kiló­me­tros rea­li­za­da en 1995 en poco más de 3 meses a lo lar­go de la cos­ta del Pací­fi­co, des­de la fron­te­ra de los Esta­dos Uni­dos con Méxi­co has­ta la zona mon­ta­ño­sa de Ore­gón. En una inter­pre­ta­ción des­lum­bran­te Reese Withers­poon da vida a Cheryl, una joven que jamás ima­gi­nó las odi­seas, con­tra­tiem­pos y difi­cul­ta­des que este via­je habría de aca­rrear­le; de todos modos, y según lo que se des­pren­de del rela­to pre­sen­ta­do en for­ma frag­men­ta­ria, se lle­ga a saber qué es lo que la moti­vó a some­ter­se en for­ma soli­ta­ria a un gran desa­fío que pudie­ra ani­mar­la y dar­le otro sen­ti­do a su vida.

A tra­vés de flash­backs uno se impo­ne de las peri­pe­cias vivi­das por la pro­ta­go­nis­ta que inclu­ye entre otros aspec­tos algu­nos deta­lles de su pro­ble­má­ti­ca infan­cia y fun­da­men­tal­men­te el extra­or­di­na­rio amor que sin­tió por su madre Bobby (Lau­ra Dern, en una des­ta­ca­ble carac­te­ri­za­ción); pre­ci­sa­men­te, su muer­te por cán­cer pul­mo­nar acae­ci­da en 1991 sig­ni­fi­có para ella un gol­pe muy fuer­te al pun­to de haber­la con­du­ci­do a una ver­ti­gi­no­sa espi­ral de sexo y dro­ga­dic­ción, como así tam­bién a la desin­te­gra­ción de su vida conyugal.

Los aspec­tos trau­má­ti­cos de esta osa­da aven­tu­re­ra están mag­ní­fi­ca­men­te carac­te­ri­za­dos por la inter­pre­ta­ción mara­vi­llo­sa –y sin duda la mejor de su carre­ra- de Withers­poon, per­mi­tien­do que uno pue­da cap­tar con total con­vic­ción el dra­ma de su pro­ta­go­nis­ta no sólo a tra­vés de los acon­te­ci­mien­tos del pasa­do sino tam­bién por los esco­llos sur­gi­dos por la natu­ra­le­za sal­va­je del lar­go camino así como por algu­nas difi­cul­ta­des debi­das a las incle­men­cias del tiempo.

Vallée es un per­fec­to narra­dor logran­do que los dife­ren­tes epi­so­dios expe­ri­men­ta­dos por Cheryl estén muy bien trans­mi­ti­dos. Si bien las esce­nas que com­par­te con su madre pro­por­cio­nan los momen­tos más emo­ti­vos del film en la mutua devo­ción que se pro­fe­san, es tam­bién jus­to des­ta­car que el rea­li­za­dor per­mi­tió que los per­so­na­jes secun­da­rios adqui­rie­sen impor­tan­cia a tra­vés de los encuen­tros que la mucha­cha man­tie­ne a lo lar­go del camino.

Tenien­do en con­si­de­ra­ción que esta tra­ve­sía es rea­li­za­da en esce­na­rios natu­ra­les cabe dis­tin­guir la exce­len­te foto­gra­fía de Yves Belan­ger cap­tan­do majes­tuo­sos pano­ra­mas escé­ni­cos en el que la acción se va desarrollando.

Con­clu­sión: La huma­na his­to­ria de una mujer que bus­ca su reden­ción espi­ri­tual a tra­vés de una difí­cil aven­tu­ra físi­ca y emo­cio­nal, esta muy bien narra­da por Vallée valién­do­se del buen guión de Hornby y de las remar­ca­bles inter­pre­ta­cio­nes de Whithers­poon y Dern.  Jor­ge Gut­man