I AM NOJOOM, AGE 10 AND DIVORCED. Yemen-Francia, 2014. Un film escrito y dirigido por Kahdija Al-Salami.
El casamiento forzado es lamentablemente aplicable en varias regiones del mundo. No se trata de una práctica vinculada con una religión específica, sino más bien de una realidad cultural que generalmente se halla presente en los países menos desarrollados. Sin embargo, lo que realmente sorprende y produce profundo rechazo es cuando una niña está obligada a ser desposada por un hombre que desconoce. Ese es el tema que la realizadora y guionista Khadija Al-Salami analiza en este film narrando una historia en la que ella misma estuvo forzada a casarse a los 11 años de edad.
El relato está basado en el libro autobiográfico “I Am Nojood, Age 10 and Divorced” de Nojood Ali publicado en 2009, cuya acción transcurre en Yemen donde no existe edad mínima para contraer matrimonio. En las primeras escenas se observa a Nojoom (Reham Mohammed) una menor de 10 años, que se dirige a un juez (Adnan Alkhader) para solicitarle el divorcio de su matrimonio que la ha unido a un hombre que la hace infeliz. A partir de allí y tomando como referencia el punto de vista de Nojoom, a través de flashbacks el espectador se impone que ella proviene de una humilde familia. Para solucionar los problemas financieros que atraviesa Ahmed (Ibrahim Alashmori), su padre granjero, él la vende a un hombre rudo y bruto (Sawadi Alkainai) de 30 años quien para casarse con la niña le paga una dote por la transacción realizada; de este modo su progenitor además del dinero recibido tiene la ventaja adicional de no incurrir ya más en los gastos de alimentación de la pequeña. Desde el primer instante, la vida matrimonial de Nojoom en una remota aldea montañosa se torna miserable por el abusivo trato recibido de su esposo; a todo ello, su situación se agrava por la presencia de su suegra (Munirah Alatas) que la trata con desprecio. Adoptando una actitud rebelde, la niña escapa del hogar conyugal para retornar a su familia pero cuando ve que no logra obtener el apoyo de su padre, escapa desesperadamente por las calles de Saná para poder llegar al despacho judicial y requerir la ayuda del juez.
La realizadora ofrece un film de ficción que tiene carácter documental testimoniando tradiciones ancestrales donde el honor familiar y la obediencia ciega a la figura paternal conducen a este anacronismo cultural capaz de convertir a menores aún no adolescentes en objetos de compra-venta para terminar esclavizadas. Sin duda, la calidad de la realización refuerza el interés temático del film pero también es importante distinguir la excelente actuación de Mohammed como la niña de sorprendente madurez y firme determinación que no está dispuesta a sacrificar su vida con un hombre que la maltrata.
Este vigoroso drama que tiene como noble propósito reivindicar los derechos humanos, en su conclusión deja una puerta abierta de esperanza para que la situación descripta que alcanzó notoriedad pública no llegue a repetirse. Afortunadamente, hoy día Nujood Ali, que nació en 1998, constituye una figura relevante en el movimiento emprendido en Yemen contra los casamientos forzados y con especial énfasis a los que involucran a la infancia.
Como nota adicional cabe mencionar que éste es el film que por primera vez Yemen somete a la Academia de Hollywood para postular como candidato al Mejor Film Extranjero de habla no inglesa en la octogésima edición de entrega de los Oscars de 2017. Jorge Gutman