Un Ver­gon­zo­so Secreto

C’EST LE COEUR QUI MEURT EN DER­NIER. Cana­dá, 2017. Un film de Ale­xis Durand-Brault

Con la pre­sen­cia este­lar de la gran actriz del tea­tro y cine Deni­se Filia­trault, el rea­li­za­dor Ale­xis Durand-Brault abor­da un tema ya tra­ta­do varias veces por el cine. Aun­que no se des­ta­que por lo nove­do­so, el direc­tor trans­mi­te muy bien el dra­ma de un hijo y su madre enfer­ma que emer­ge de la nove­la de Robert Lalon­de, en la fiel adap­ta­ción rea­li­za­da por Gabriel Sabou­rin quien tam­bién es uno de sus protagonistas.

Denise Filiatrault

Deni­se Filiatrault

La tra­ma pre­sen­ta a Julien (Sabou­rin), quien tra­ba­jan­do como eba­nis­ta de día dedi­ca el res­to de su tiem­po a la lite­ra­tu­ra don­de aca­ba de ter­mi­nar una nove­la auto­bio­grá­fi­ca inti­tu­la­da C’est le coeur qui meurt en der­nier. A raíz de un lla­ma­do tele­fó­ni­co de su her­ma­na Marie-Eve (Gene­viè­ve Rioux), él deci­de reen­con­trar a su madre (Deni­se Filia­trault) de quien se encon­tra­ba dis­tan­cia­do por espa­cio de varios años; ella resi­de en un esta­ble­ci­mien­to para per­so­nas que sufren de Alzhei­mer y debi­do a que comien­za a expe­ri­men­tar los pri­me­ros sín­to­mas de esa enfer­me­dad le pide a su hijo que la ayu­de a morir.

Ese encuen­tro es el ele­men­to que moto­ri­za la tra­ma cen­tra­da en la rela­ción tumul­tuo­sa del hijo con su madre a tra­vés de un rela­to que trans­cu­rre entre el pre­sen­te y el pasa­do. Gra­dual­men­te se habrá de cons­ta­tar la vida tor­men­to­sa que Julien vivió en su infan­cia y cuál ha sido el com­por­ta­mien­to de su pro­ge­ni­to­ra como tes­ti­go de su dra­ma. Es pre­ci­sa­men­te en el libro que se aca­ba de publi­car don­de Julien reve­la un ver­gon­zo­so secre­to de fami­lia y que al hacer­lo le sir­ve de catar­sis para poder afron­tar mejor su futuro.

En una narra­ción don­de lo que se expre­sa tie­ne la mis­ma sig­ni­fi­ca­ción de lo que no se mani­fies­ta, el direc­tor abor­da con suti­le­za un tópi­co deli­ca­do que des­po­ja­do de gran dra­ma­tis­mo logra no obs­tan­te emo­cio­nar. El film cuen­ta con irre­pro­cha­bles acto­res; así, Deni­se Filia­trault des­pués de un ale­ja­mien­to del cine moti­va­da por su inten­sa acti­vi­dad tea­tral, vuel­ve a demos­trar su maes­tría carac­te­ri­zan­do a la matriar­ca del rela­to; por su lado, Sophie Lorain igual­men­te trans­mi­te con­vic­ción inter­pre­tan­do a la madre en sus años de juven­tud; final­men­te Sabou­rin encar­na con sobrie­dad la viven­cia de una per­so­na que duran­te su exis­ten­cia ha sobre­lle­va­do el peso emo­cio­nal de un tris­te pasado.

En esen­cia, el dile­ma moral plan­tea­do por el film logra tras­cen­der por el inte­li­gen­te tra­ta­mien­to que el direc­tor impri­mió al mis­mo y se encuen­tra for­ta­le­ci­do por la mag­ní­fi­ca inter­pre­ta­ción de su elen­co cen­tral. Jor­ge Gutman