Crónica de Jorge Gutman
CORIOLAN. Autor: William Shakespeare – Traducción y Adaptación: Michel Garneau – Dirección y Escenografía: Robert Lepage – Elenco: Mikhaïl Ahooja, Ariane Bellavance-Fafard, Jean-François Blanchard, Louise Bombardier, Anne-Marie Cadieux, Jean-François Casabonne, Lyndz Dantiste, Rémy Girard, Alexandre Goyette, Reda Guerinik, Tania Kontoyanni, Gabriel Lemire, Jean-Moïse Martin, Widemir Normil, Eliott Plamondon, Philippe Thibault-Denis, Jess Viens et Tatiana Zinga Botao – Iluminación: Laurent Routhier – Vestuario: Mara Gottler – Música y Diseño Sonoro: Antoine Bédard – Imágenes: Pedro Pires – Duración: 2 horas y 40 minutos. (con 20 minutos de entreacto incluido) – Représentaciones: Hasta el 18 de febrero de 2019 en el Théâtre du Nouveau Monde
La presentación de Coriolanus que en su versión francesa se intitula Coriolan constituye un hito tan grandioso como espectacular por el que quedará registrado como uno de los acontecimientos teatrales más importantes que se haya apreciado en Montreal. Sin duda alguna, el artífice de esta obra basada en el drama histórico de William Shakespeare es el gran dramaturgo Robert Lepage; bien conocido y aplaudido como un excepcional creador multifacético, quien para esta realización ha desplegado su infinita imaginación recurriendo al empleo de técnicas modernas que producen un deslumbrante delirio visual.
Lepage mantiene una frecuente relación con Shakespeare, donde además de haber montado Macbeth y La Tempestad, en el caso de la pieza que se comenta ésta es la tercera vez que la encara en la producción original que tuvo lugar en 2018 en el Festival de Stratford. Es esta misma producción la que se aprecia ahora en francés y que gracias a la excelente traducción y adaptación de Michel Garneau, ha sido modernizada aunque siempre respetando el espíritu del texto original.
La trama de Shakespeare que transcurre en la Roma Antigua en el siglo V antes de la era cristiana es transportada a una época atemporal; El personaje protagónico es Cayo Marcio, un valiente general romano de linaje aristocrático, quien con su ejército en la guerra contra los volscos llega a vencerlos, tomando la ciudad de Corioles. A su regreso triunfal, recibiendo de sobrenombre el de Coriolanus, es impulsado por su ambiciosa madre Volumnia para que pueda ser elegido Cónsul de Roma, el cargo más importante de la República. Pero su naturaleza arrogante y soberbia hacia los plebeyos motiva que éstos inicien una revuelta considerando al militar como un enemigo del pueblo. Esa antinomia existente en la lucha de clases entre la plebe que está padeciendo de hambre y la élite que vive opulentamente motivará a que los tribunos como representantes del pueblo logren que Coriolanus sea desterrado de la ciudad. Los acontecimientos posteriores y las consecuencias que producen su exilio conducirán a la tragedia del cuestionado héroe.
Diversas lecturas pueden efectuarse sobre esta obra de Shakespeare, cuyo contenido invita a reflexionar sobre algunos de los problemas que pueden ser atribuidos a la sociedad contemporánea. Así, el populismo, el verdadero significado de la democracia, la demagogia, la corrupción política, las intrigas, conspiraciones y traiciones, la lealtad puesta a prueba y la crisis de los valores morales, son aspectos que adquieren resonancia actual.
La dirección de Lepage es sencillamente magistral con su sensacional puesta escénica; siendo asimismo el responsable de la escenografía, a través de una veintena de escenas ha logrado diferentes decorados representando la acción que se va desarrollando en cada una de las mismas donde su contemporaneidad no excluye la presencia de la Roma Antigua; para ello bastará contemplar la primera escena del primer acto donde un busto de Coriolanus decorando una fuente de Roma comienza a adquirir viva voz.
Tal como se anticipó al comienzo de esta crónica, el despliegue visual es fascinante al haberse recurrido a videos, imágenes proyectadas y pantallas rotativas que dan la impresión de estar contemplando una película insertada en el marco de una pieza teatral; a modo de ejemplo, bastará citar el realismo producido en la escena en que Coriolanus se desplaza en un automóvil a alta velocidad desde Roma rumbo al exilio. Sería demasiado largo enumerar otros logros en esta materia pero lo importante es resaltar la manera en que Lepage ha conseguido un perfecto ensamble de la obra literaria con los efectos especiales empleados.
En materia de interpretación, el director convocó a un elenco altamente competente. En un personaje difícil y decididamente complejo Alexandre Goyette brinda una actuación remarcable al transmitir intensamente la fuerza, virilidad y vulnerabilidad del héroe antipopular que obsesionado por su sed de venganza termina forjando su trágico destino. A su lado, Anne-Marie Cadieu, quien representó el rol de Volumnia en 1993, vuelca la feroz pasión que emerge de esa matriarca dominante y maquiavélica que desea lo mejor para su hijo; la escena en que ella lanza sus iras contra los tribunos que lo han desterrado es de antología, como asimismo lo es aquella otra en que suplica a Coriolanus que no conspire contra los suyos. El veterano y siempre eficaz Rémy Girard conmueve como Menenius, el leal y confidente amigo de Coriolanus, quien no puede contener su emoción en la escena en que lo ve partir de Roma hacia el exilio. Reda Guerinik es otro de los intérpretes que dota verosimilitud a Aufidius, el implacable general de los volscos y rencoroso enemigo de Coriolanus. No menos encomiable es la participación de Louise Bombardier y Philippe Thibault-Denis transmitiendo genuina autenticidad como Brunus y Sicinius, los dos tribunos que representan la voz de los plebeyos. Entre otros actores que sobresalen se encuentran Widemir Normil como Cominius, el general a cargo del ejército de Roma, Ariane Bellavance-Fafard, animando a Virgilia, la abnegada esposa de Coriolanus, y Mikhaïl Ahooja como el asistente y compañero íntimo de Aufidius.
Los factores apuntados contribuyen para que esta versión de Coriolanus resulte una obra maestra de imprescindible visión. ¡Por Siempre Robert Lepage!