Botas de Taco­nes Altos

KINKY BOOTS

Basa­da en el film bri­tá­ni­co de 2005 escri­to por Geoff Dea­ne y Tim Firth e ins­pi­ra­do en hechos reales, la come­dia musi­cal Kinky Boots ha teni­do un sin­gu­lar éxi­to des­de su estreno en Chica­go en 2012. Al año siguien­te se la cono­ció en Braod­way don­de fue pre­mia­da con 6 Tonys, inclu­yen­do al mejor musi­cal; de allí en más, ha sido repre­sen­ta­da en Cana­dá, Euro­pa, Aus­tra­lia e inclu­so en Asia con simi­lar suce­so. En Gran Bre­ta­ña se la ha dado a cono­cer en 2015 don­de fue dis­tin­gui­da en 2016 con el pre­mio Law­ren­ce Oli­vier al mejor musi­cal. Repues­ta en el Tea­tro Adelphi de Lon­dres, la pie­za fue fil­ma­da en una de sus repre­sen­ta­cio­nes y es así que la mis­ma se podrá ver en las pan­ta­llas de los cines de Canadá.

Con can­cio­nes y letra de la can­tan­te Cyndy Lau­per y libro del dra­ma­tur­go Har­vey Fiers­tein la his­to­ria se ubi­ca en Northam­pton (Ingla­te­rra), don­de Char­lie Pri­ce es due­ño de una zapa­te­ría que here­dó de su padre y aho­ra está al bor­de de la quie­bra. Ines­pe­ra­da­men­te apa­re­ce la espec­ta­cu­lar Lola, una diná­mi­ca drag queen de un caba­ret, a quien le ven­dría muy bien por­tar para sus actua­cio­nes botas de taco­nes altos pro­vis­tos de agu­ja resis­ten­te. De allí en más, estas mila­gro­sas botas logran sal­var a la zapa­te­ría de la ban­ca­rro­ta median­te la inusual socie­dad comer­cial for­ma­da entre Char­lie y Lola. A tra­vés de este pro­ce­so, el musi­cal demues­tra como dos per­so­nas com­ple­ta­men­te dife­ren­tes al final de cuen­ta no lo son tan­to por­que des­cu­bren que hay varios ele­men­tos comu­nes que las unen. Así, para­le­la­men­te a la acti­vi­dad comer­cial, sur­ge una entra­ña­ble amis­tad entre estos dos personajes.

(Foto de Matt Crockett)

Este espec­tácu­lo diri­gi­do y coreo­gra­fia­do por Jerry Mit­chell cuen­ta como pro­ta­go­nis­tas a Killian Don­nelly, como Char­lie y Matt Henry en el rol de Lola. Su pro­yec­ción ten­drá lugar a par­tir del 24 de Junio de 2019 en las salas de cine de Cine­plex. Para infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí

Irre­ve­ren­te Comedia

LA FEM­ME DE MON FRЀRE / A BROTHE­R’S LOVE. Cana­dá, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Monia Chokri

Des­pués de haber inter­ve­ni­do como actriz en varias pelí­cu­las de Xavier Dolan, Monia Cho­kri debu­ta como direc­to­ra en La Mujer de mi Her­mano. En esta come­dia dra­má­ti­ca don­de se expo­ne la espe­cial rela­ción exis­ten­te entre dos her­ma­nos su apre­cia­ción depen­de­rá de cómo cada espec­ta­dor pue­da o no dis­fru­tar de la pre­sen­cia de su per­so­na­je protagónico.

Anne-Eli­sa­beth Bos­sé y Patrick Hivon

La his­to­ria esbo­za­da por Cho­kri se cen­tra en Sophia (Anne-Eli­sa­beth Bos­sé), una mujer sol­te­ra e insu­fri­ble neu­ró­ti­ca de 35 años cuya acti­tud y com­por­ta­mien­to se ase­me­ja más al de una joven ado­les­cen­te. A pesar de haber obte­ni­do recien­te­men­te un doc­to­ra­do en filo­so­fía polí­ti­ca, de la cual no se can­sa de remar­car, no logra un tra­ba­jo esta­ble para man­te­ner­se y ade­más adeu­da 48.000 dóla­res que con­tra­jo duran­te sus años de estu­dio. Ver­bo­rrá­gi­ca y de nin­gu­na mane­ra deli­ca­da en el hablar, ade­más de cíni­ca, egoís­ta y per­ma­nen­te­men­te insa­tis­fe­cha, esos atri­bu­tos nega­ti­vos la con­vier­ten en un ser deci­di­da­men­te anti­pá­ti­co al que uno desea­ría evitar.

Vivien­do en el depar­ta­men­to de su her­mano Karim (Patrick Hivon), un psi­có­lo­go de bue­na pre­sen­cia y nota­ble­men­te seduc­tor, sien­te por él un gran ape­go fra­ter­nal que es recí­pro­co en la medi­da que Karim siem­pre está a su lado cuan­do ella lo nece­si­ta. Esa situa­ción se pre­sen­ta cuan­do al haber que­da­do emba­ra­za­da, Karim la acom­pa­ña a la clí­ni­ca don­de Eloi­se (Évely­ne Bro­chu), una bella gine­có­lo­ga, habrá de efec­tuar­le un abor­to. Sophia esta­lla­rá de celos cuan­do su her­mano y Eloi­se se ena­mo­ran y ella pasa a ocu­par un segun­do plano ade­más de tener que dejar el depar­ta­men­to en el que coha­bi­ta­ba para tener que alo­jar­se con sus excén­tri­cos aun­que atra­yen­tes padres izquier­dis­tas (Sas­son Gabai y Miche­li­ne Ber­nard). Todo ello hará que esta anti­he­roí­na deba enca­mi­nar su esti­lo de vida dife­ren­te­men­te para poder actuar como adul­ta res­pon­sa­ble de sus actos.

Lo que pre­ce­de está expues­to por Cho­kri de mane­ra irre­ve­ren­te con el pro­pó­si­to de lograr una come­dia colo­ri­da e iró­ni­ca. Con todo, el tono poco sutil y des­bor­da­do en muchas esce­nas rozan­do la cari­ca­tu­ra y que en algu­nas ins­tan­cias se vuel­ven repe­ti­ti­vas ate­núan con­si­de­ra­ble­men­te ese propósito.

Con cier­tos diá­lo­gos mor­da­ces, lo mejor del film resi­de en la actua­ción. En tal sen­ti­do, a pesar de carac­te­ri­zar un per­so­na­je poco agra­da­ble, Bos­sé logra impre­sio­nar favo­ra­ble­men­te; de igual modo, satis­fa­ce la actua­ción de Hivon cuyo per­so­na­je man­tie­ne una exce­len­te quí­mi­ca con el de Bos­sé. En pape­les secun­da­rios, Gabai y Ber­nard ofre­cen la cuo­ta de autén­ti­ca hila­ri­dad a este leve pasa­tiem­po. Jor­ge Gutman

Retra­to de una Poten­cial Artista

THE SOU­VE­NIR. Gran Bre­ta­ña, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Joan­na Hogg

En este film de carác­ter par­cial­men­te auto­bio­grá­fi­co la direc­to­ra bri­tá­ni­ca Joan­na Hogg pasan­do revis­ta a sus años de juven­tud, dra­ma­ti­za algu­nos momen­tos de ese perío­do que han reper­cu­ti­do en su vida y defi­nie­ron su futu­ro como cineasta.

Honor Swin­ton-Byr­ne y Tom Burke

La acción trans­cu­rre a media­dos de la déca­da del 80 en la ciu­dad de Lon­dres don­de vive Julie (Honor Swin­ton-Byr­ne), el alter ego de Hogg. Ella es una joven fotó­gra­fa de cla­se media genui­na­men­te ambi­cio­sa aun­que no muy segu­ra de sí mis­ma don­de en las pri­me­ras esce­nas se la con­tem­pla toman­do fotos de la ciu­dad de Sun­der­land que se ha vis­to afec­ta­da por el cie­rre de la indus­tria de la cons­truc­ción naval; ese mate­rial le habrá de ser­vir para imple­men­tar el pro­yec­to de rea­li­zar su pri­me­ra pelí­cu­la den­tro de los estu­dios de cine que está emprendiendo.

La ruti­na de Julie se ve alte­ra­da a par­tir del momen­to que cono­ce a Anthony (Tom Bur­ke), un hom­bre mayor que ella, caris­má­ti­co a la vez que enig­má­ti­co, arro­gan­te y bien cul­ti­va­do en las artes.

En el mar­co de un rela­to don­de pri­ma una mar­ca­da ambi­güe­dad, se apre­cia en un prin­ci­pio la rela­ción amis­to­sa de estos dos per­so­na­jes don­de Anthony endo­sa las inquie­tu­des de Julie sobre la carre­ra que desea empren­der. Él acep­ta con­vi­vir con ella en el depar­ta­men­to que arrien­da en el ele­gan­te barrio lon­di­nen­se de Ken­sing­ton esta­ble­cién­do­se en un prin­ci­pio un inusi­ta­do víncu­lo pla­tó­ni­co al com­par­tir duran­te la noche el mis­mo lecho sin con­tac­to alguno. En el tiem­po libre, visi­tan gale­rías de arte apre­cian­do algu­nas pin­tu­ras rele­van­tes, entre ellas “The Sou­ve­nir” (que da títu­lo a este film) de Jean Hono­ré Fra­go­nard, como tam­bién la ópe­ra cons­ti­tu­ye otro modo de com­par­tir el víncu­lo establecido.

Des­pués de varios días, esa con­ti­nua­da viven­cia adquie­re el carác­ter de un inten­so amor don­de Anthony apro­ve­cha la natu­ral ino­cen­cia que emer­ge de Julie; así, él no tie­ne empa­cho alguno en soli­ci­tar­le dine­ro sin que ella lle­gue a cues­tio­nar­lo. El con­flic­to dra­má­ti­co se pro­du­ce cuan­do la con­duc­ta errá­ti­ca de este hom­bre sale a relu­cir y Julie se impo­ne que la per­so­na a quien ama es un heroi­nó­mano que lle­ga a robar­le sus joyas para poder adqui­rir las drogas.

El film sobria­men­te rea­li­za­do es deci­di­da­men­te com­ple­jo sin que la direc­to­ra alcan­ce a expli­ci­tar cla­ra­men­te la moti­va­ción y racio­na­li­dad de sus per­so­na­jes, espe­cial­men­te en lo que con­cier­ne a la tóxi­ca rela­ción de depen­den­cia de Julie de un hom­bre tor­tu­ra­do que final­men­te la mal­tra­ta. En todo caso Hogg está pre­pa­ran­do la con­ti­nua­ción de esta his­to­ria en don­de pro­ba­ble­men­te que­den en cla­ro algu­nas de las situa­cio­nes no defi­ni­das por el momento.

Por lo que ante­ce­de que­da como balan­ce el retra­to de una poten­cial artis­ta que en su pro­ce­so de madu­ra­ción tra­ta de reen­con­trar­se con­si­go mis­ma des­pués de haber expe­ri­men­ta­do una des­truc­ti­va rela­ción de pare­ja. Aun­que emo­cio­nal­men­te dis­tan­te, el film des­ti­la auten­ti­ci­dad con diá­lo­gos impro­vi­sa­dos bien logra­dos y cuen­ta con las exce­len­tes inter­pre­ta­cio­nes de Bur­ke y de Swin­ton-Byr­ne en su debut para el cine; en un papel secun­da­rio se des­ta­ca Til­da Swin­ton como la madre de Julie, quien en la vida real lo es tam­bién de Swin­ton-Byr­ne. Jor­ge Gutman

Al Res­ca­te de un Hijo

MON GARÇON. Fran­cia, 2017. Un film de Chris­tian Carion

El tema del secues­tro de hijos que ha sido con­si­de­ra­do en varias opor­tu­ni­da­des, espe­cial­men­te en Taken (2008) y Pri­so­ners (2013), es aho­ra tra­ta­do por Chris­tian Caron en Mon Garçon, un film que sin ser remar­ca­ble resul­ta atrayente.

Gui­llau­me Canet

El rela­to del rea­li­za­dor y Lau­re Irmann pre­sen­ta a Julien (Gui­llau­me Canet) quien reci­be un lla­ma­do angus­tio­so de su ex mujer Marie (Méla­nie Lau­rent) hacién­do­le saber que Mathys, su hijo de 7 años, ha des­apa­re­ci­do de la colo­nia de vaca­cio­nes don­de se encon­tra­ba en una zona mon­ta­ño­sa al sur de Fran­cia. El hecho sus­ci­ta angus­tia para estos padres que aun­que divor­cia­dos se unen afec­tuo­sa­men­te fren­te a la gra­ve cir­cuns­tan­cia que atra­vie­san. En tal sen­ti­do, Julien sien­te un pro­fun­do remor­di­mien­to tenien­do en cuen­ta que su pro­fe­sión de geó­lo­go lo obli­gó a via­jar cons­tan­te­men­te estan­do ale­ja­do del hogar con con­si­de­ra­ble fre­cuen­cia lo que pro­du­jo grie­tas en su matri­mo­nio así como el haber esta­do dis­tan­cia­do por lar­go tiem­po de Mathys.

Si bien las auto­ri­da­des no pue­den tomar car­tas en el asun­to has­ta des­pués de 48 horas, Julien tie­ne cla­ros indi­cios ‑que no se habrán de deve­lar- de que el niño ha sido rap­ta­do. A par­tir de ese momen­to y deci­di­do a no obe­de­cer el con­se­jo de la poli­cía de no inmis­cuir­se en un asun­to que a la mis­ma le com­pe­te, Julien deci­de actuar por su cuen­ta tra­tan­do de ubi­car a Mathys y ven­gar­se de quien haya sido res­pon­sa­ble del rapto.

Aun­que la pri­me­ra par­te es la que ofre­ce mayor pro­fun­di­dad psi­co­ló­gi­ca ‑sobre todo en el encuen­tro entre Julien y Marie- la segun­da mitad a pesar de no ser total­men­te rea­lis­ta ofre­ce la cuo­ta nece­sa­ria de sus­pen­so para que el espec­ta­dor se invo­lu­cre en el rela­to. Entre sus méri­tos cabe des­ta­car la pro­fe­sio­na­li­dad de Carion en su acer­ta­da pues­ta escé­ni­ca, la bue­na foto­gra­fía de Eric Dumont que con cáma­ra en mano crea la atmós­fe­ra de atra­pan­te ten­sión y la con­vin­cen­te inter­pre­ta­ción de Canet trans­mi­tien­do con inten­si­dad la deses­pe­ra­ción de un padre en pro­cu­ra de su hijo. Jor­ge Gutman

Sutil Rela­to Romántico

PHO­TO­GRAPH. India, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Ritesh Batra

La deli­ca­de­za y suti­le­za es lo que pre­do­mi­na en la fil­mo­gra­fía de Ritesh Batra; así como en Lunch­box (2013) exi­to­sa­men­te narra­ba las rela­cio­nes esta­ble­ci­das entre un soli­ta­rio viu­do y una mujer casa­da median­te el inter­cam­bio de notas y más recien­te­men­te en Our Souls at Night (2017) des­cri­bien­do un roman­ce oto­ñal, en Pho­to­graph se aden­tra nue­va­men­te en el terreno román­ti­co a tra­vés de un modo muy pecu­liar; al hacer­lo, Batra impreg­na a su rela­to de un cli­ma gen­til y afec­tuo­so que per­mi­te dis­tin­guir­lo de otros de igual género.

Nawa­zud­din Sid­di­qui y San­ya Malhotra

La acción trans­cu­rra en la gran metró­po­li de Mum­bay en don­de vive Rafi (Nawa­zud­din Sid­di­qui), un musul­mán pro­ve­nien­te de una humil­de aldea quien se gana la vida como fotó­gra­fo calle­je­ro en los luga­res turís­ti­cos de la ciu­dad. Allí le saca una foto a Milo­ni (San­ya Mal­ho­tra), una chi­ca que tran­si­ta casual­men­te por el lugar y que des­pués que él la foto­gra­fía ella des­apa­re­ce impul­si­va­men­te. Del rela­to se des­pren­de que él es sol­te­ro y sien­do huér­fano de padres su úni­co fami­liar es Dadi (Farrukh Jaf­far), una ado­ra­ble abue­la en avan­za­do esta­do de edad y de ende­ble salud que lo pre­sio­na para que se case y for­me un hogar. Para lograr su pro­pó­si­to la ancia­na lo ame­na­za con no tomar sus medi­ci­nas has­ta que él encuen­tre espo­sa. A fin de ganar tiem­po, el mucha­cho envía a su abue­la la foto que había guar­da­do de Milo­ni, dicién­do­le que es su novia. La situa­ción tien­de a com­pli­car­se cuan­do Dadi deja la aldea don­de vive para lle­gar a Mum­bay con la inten­ción de cono­cer a la futu­ra mujer de su nieto.

En base a lo que pre­ce­de, el guión hace que Rafi y Milo­ni se reen­cuen­tren don­de ella acep­ta actuar como la pro­me­ti­da del mucha­cho fren­te a Dadi. Si bien la impos­tu­ra pla­nea­da logra el efec­to bus­ca­do, que­da por saber si el fre­cuen­te con­tac­to entre los dos jóve­nes con­du­ci­rá a una efec­ti­va rela­ción sen­ti­men­tal. Es en tal sen­ti­do que el direc­tor des­cri­be satis­fac­to­ria­men­te a sus dos per­so­na­jes prin­ci­pa­les per­te­ne­cien­tes a dife­ren­tes medios socia­les, reli­gión y ori­gen. Así, mien­tras que Rafi no aven­tu­ra un por­ve­nir muy pro­mi­so­rio con su tra­ba­jo, la situa­ción de Milo­ni es con­si­de­ra­ble­men­te dis­tin­ta; ella per­te­ne­ce a una fami­lia aco­mo­da­da cuyos padres tra­tan de con­se­guir­le el mejor par­ti­do matri­mo­nial y ade­más cuen­ta con una exce­len­te for­ma­ción uni­ver­si­ta­ria, sobre todo tenien­do en cuen­ta que como des­ta­ca­da estu­dian­te uni­ver­si­ta­ria aspi­ra a diplo­mar­se como contadora.

Den­tro del con­tex­to de la rela­ción des­crip­ta, el rela­to ilus­tra a sus pro­ta­go­nis­tas como intro­ver­ti­dos y due­ños de una par­ti­cu­lar timi­dez; eso se apre­cia aún más en Milo­ni cuyo ros­tro deno­ta una rara tris­te­za a la vez que trans­mi­te una dul­ce ter­nu­ra. Final­men­te que­da plan­tea­da la pre­gun­ta de si la barre­ra que los sepa­ra podrá ser eli­mi­na­da para que el amor laten­te que los une pue­da aflo­rar plenamente.

Sin gran­des con­flic­tos o alar­des, esta peque­ña his­to­ria pla­tó­ni­ca­men­te román­ti­ca atrae por su bue­na narra­ción y las con­vin­cen­tes actua­cio­nes de Sidi­qui, Mal­ho­tra y Jaf­far. Jor­ge Gutman